- El plan “C “contempla realizar 18 reformas constitucionales.
- Eliminaría organismos autónomos como INAI, Cofece e IFT.
- Trump promete reducir impuestos en EU si gana la contienda.
- Tras debate Trump- Harris, encuestas dan el triunfo a Kamala.
Eduardo Ruíz-Healy
Hoy, Morena y sus aliados aprobarán en el Senado la reforma constitucional que dará lugar a un nuevo Poder Judicial Federal. Luego lo harán los 27 congresos locales que controlan. Así culminará un proceso que, sin sorpresas, impulsó con determinación el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien a lo largo de su carrera ha demostrado que la política no es un juego de tiempos muertos. En cambio, la oposición parece haberse perdido entre discursos vacíos y la pasividad.
El Plan C de AMLO, presentado el 5 de febrero, incluyó 18 iniciativas de reforma constitucional. Entre ellas, algunas tan polémicas como la propuesta de que jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial Federal sean electos por voto popular y la creación del Tribunal de Disciplina Judicial, que sustituirá al Consejo de la Judicatura para sancionar a jueces y ministros por actos de corrupción. A esto se suma la eliminación de organismos constitucionales autónomos como el INAI, el IFT, Cofece, Coneval y otros, lo cual debilitará la transparencia y la competencia económica. Además, se propone la creación de un nuevo Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC), que sustituirá al INE y absorberá las funciones de los organismos electorales locales.
El paquete de reformas no se detiene ahí. También busca transformar al Congreso Federal eliminando a los legisladores plurinominales y reduciendo el número de diputados de 500 a 300 y de senadores de 128 a 62. Asimismo estableciendo un tope en el número de diputados locales, con un máximo de 45 y mínimo de 15. Es evidente que estas medidas buscan eliminar la representación proporcional y fortalecer el control del partido mayoritario. Por si fuera poco, el Plan C también modifica el sistema de pensiones, aumentando los montos para adultos mayores y personas con discapacidad, lo cual si bien es un avance en lo social, es utilizado como una herramienta electoral.
Como era de esperarse, la reacción de la sociedad civil, académica y la oposición política no se hizo esperar, advirtiendo sobre los riesgos que estas reformas implican para la división de poderes y el futuro de la democracia en México. Sin embargo, lo que sí fue una sorpresa fue la tibia reacción de la oposición durante los cuatro meses que siguieron a la presentación de estas reformas.
Ni la candidata presidencial Xóchitl Gálvez ni el PAN, el PRI, el PRD y MC parecieron tomar en serio el impacto de estas reformas. El resultado: Morena y sus aliados ganaron el Congreso, y la maquinaria reformista siguió su curso sin mayores obstáculos.
Lo más preocupante es que la oposición se movilizó tarde, después del 2 de junio, y solo cuando la Cámara de Diputados aprobó la reforma judicial, la semana pasada, fue cuando los ministros de la Suprema Corte presentaron su proyecto alternativo de reforma.
Con la aprobación de estas reformas, México entra en una nueva etapa. Morena consolida su control sobre las principales instituciones del Estado, y la oposición sigue sin encontrar su rumbo. El verdadero peligro no es solo la concentración de poder, sino la incapacidad para actuar a tiempo de quienes deberían ser su contrapeso: los partidos de oposición, la sociedad civil y la comunidad académica Y eso es quizás la mayor tragedia de esta historia.
SI GANA, TRUMP REDUCIRÁ IMPUESTOS
Donald Trump ya prometió que, en caso de regresar a la presidencia, reducirá el impuesto corporativo del 21% al 15%, lo que generaría serias dificultades a México porque reduciría la ventaja competitiva que el país ofrece a empresas estadounidenses que han trasladado su producción para aprovechar sus menores costos operativos. Actualmente, México depende en gran medida de las exportaciones a EEUU, que representaron 476 mil millones de dólares en 2023, es decir, el 83.3% de sus exportaciones totales. Si las empresas estadounidenses encuentran más rentable producir dentro de su país debido a una menor tasa impositiva, muchas podrían regresar sus operaciones. Esto impactaría gravemente a sectores como el automotriz, cuyas exportaciones alcanzaron 129 mil millones de dólares en 2023, el electrónico, con más de 85 mil millones, así como los sectores de agricultura y textiles, que exportaron más de 30 mil millones y 7 mil millones de dólares, respectivamente estarían en alto riesgo El cierre de esas operaciones, sobre todo el de las maquiladoras que dependen de los bajos costos laborales para competir, se traduciría en la pérdida de miles de empleos.
Ante este panorama, una posible respuesta de México sería reducir su propia tasa impositiva, que actualmente es del 30% (además de que las empresas deben pagar 10% sobre dividendos y 10% de PTU o Participación de los Trabajadores en la Utilidades). Sin embargo, esto no es tan sencillo porque los impuestos corporativos representan casi el 17% de los ingresos fiscales totales del país.
Si se redujeron estos ingresos el gobierno podría aumentar los impuestos al consumo, como el IVA, lo que afectaría de manera desproporcionada a los mexicanos con menores ingresos. Otra opción sería mejorar la recaudación fiscal combatiendo la evasión, pero esto requiere tiempo y voluntad política, algo que no se ha visto en los gobiernos del país, sean morenistas, panistas o priistas.
Por otro lado, México podría aprovechar el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) para mitigar el impacto de estos recortes fiscales. Este tratado permite que productos mexicanos fluyan a EEUU sin aranceles, lo que ayudaría a mantener la competitividad de las empresas mexicanas, aunque la balanza fiscal estadounidense se incline a favor de las empresas locales. Las reglas de origen dentro del T-MEC, que requieren que una porción significativa de los productos automotrices sea fabricada en América del Norte, podrían actuar como un contrapeso frente al incentivo de mover operaciones a EEUU.
En cuanto a renegociar el T-MEC en favor de México, sería complicado. Este tratado será renegociado en 2026 y cualquier intento de modificar sus términos se toparía con la resistencia de los funcionarios estadounidenses, quienes están dispuestos a proteger sus industrias locales.
En resumen, México y el gobierno de Claudia Sheinbaum enfrentarán retos considerables si EEUU reduce su impuesto corporativo porque sus opciones son limitadas. Bajar impuestos afectaría las finanzas públicas, y renegociar el T-MEC sería complicado. La verdadera solución estará en la capacidad del gobierno mexicano para reformar su sistema fiscal y mantener su competitividad en un contexto internacional cada vez más desafiante.
CIRCO ELECTORAL ESTADOUNIDENSE;
KAMALA HARRIS VS DONALD TRUMP
El martes, en Filadelfia, se dio el primer debate presidencial entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump. Más que un intercambio de ideas y propuestas fue un espectáculo digno de Las Vegas, con acusaciones, interrupciones y momentos de tensión que dejaron en evidencia la profunda división que existe en la política estadounidense.
Harris, intentando distanciarse de Biden sin lograrlo del todo, se presentó como la candidata del futuro y la unidad. Prometió defender el derecho al aborto y una economía de oportunidades. Sin embargo, sus cambios de posición en temas como el fracking y la inmigración la dejaron expuesta a los ataques de Trump. La vicepresidenta se esforzó por mantener la compostura, pero en ocasiones cayó en la trampa de responder a las provocaciones de su oponente en lugar de enfocarse en su mensaje.
Por su parte, Trump, fiel a su estilo, no dejó pasar oportunidad para atacar. Acusó a Harris de ser una marxista y querer destruir al país. Sus afirmaciones sobre perros y gatos siendo comidos por inmigrantes en Ohio rayaron en lo absurdo. De nuevo se negó a reconocer su derrota en 2020, lo cual augura problemas si pierde nuevamente.
En política exterior, las diferencias fueron abismales. Harris defendió el apoyo a Ucrania como vital para los intereses estadounidenses. Trump insistió en que podría resolver el conflicto en 24 horas, sin explicar cómo, mostrando que para él la diplomacia es un negocio personal más que una cuestión de Estado.
Sobre el tema migratorio, Trump prometió deportaciones masivas utilizando incluso al ejército. Harris lo acusó de preferir usar el tema como arma política en lugar de buscar soluciones. Ninguno de los candidatos ofreció propuestas realistas para abordar la crisis migratoria.
El debate mostró a dos candidatos con visiones diametralmente opuestas para el futuro de Estados Unidos. Harris ofrece mantener el rumbo actual con algunos ajustes. Trump promete un giro de 180 grados. Lo preocupante es que ninguno de los dos parece tener respuestas convincentes a los problemas que aquejan a los estadounidenses.
Un sondeo post debate realizado por CNN favorece ligeramente a Harris, con un 63% de los espectadores diciendo que ganó el debate frente a un 37% para Trump. Sin embargo, en temas económicos, Trump mantiene una ventaja, con un 55% confiando más en él para manejar la economía frente a un 35% para Harris.
Como mexicanos, nos toca ser espectadores de este circo electoral, pero lo que suceda en EEUU tendrá repercusiones directas en nuestro país. La relación bilateral, los temas migratorios y comerciales, e incluso la seguridad nacional, dependen en gran medida de quién gane la elección presidencial de noviembre entrante.
Al final, los estadounidenses tendrán que decidir entre seguir con las políticas actuales o dar un salto al vacío con Trump. Y nosotros, como vecinos, debemos estar preparados para cualquier escenario.
EEUU necesita liderazgo, visión y la capacidad de unir a una nación profundamente dividida. Solo el tiempo dirá si alguno de estos candidatos estuvo a la altura del desafío. Mientras, el mundo observa este espectáculo político que podría determinar el rumbo de la potencia mundial en los próximos años.
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