- Importantes rubros afectarían al territorio azteca.
- Migración, de los graves; amenazan deportaciones
- Proyecto Stargate de Trump brinda dos oportunidades
- Revolucionaría sectores salud, energía y la defensa
- Programa “México te abraza”, requiere recursos
- Difícil ofrecer empleo a repatriados; no hay plazas
Eduardo Ruíz-Healy

El discurso que Donald Trump pronunció ayer al asumir nuevamente la presidencia de Estados Unidos dejó claro que el «América primero» será el eje rector de su gobierno. Para México, esto implica un reto complejo y disruptivo, considerando las políticas que afectan directamente a la economía, soberanía y sociedad mexicanas.
Trump reiteró su estrategia energética basada en la extracción masiva de petróleo y gas. Para México, esto representa un riesgo considerable, ya que sus exportaciones petroleras, que de enero a noviembre de 2024 generaron más de 26,200 millones de dólares, podrían disminuir drásticamente debido a la autosuficiencia energética de EE. UU. Esto impactará la balanza comercial y agravará los problemas financieros de Pemex. Ante este escenario, ¿está México preparado para diversificar mercados y mitigar este impacto?
También anunció aranceles para las importaciones y la creación de la Agencia de Recaudación Externa para cobrarlos, lo que encarecerá los productos mexicanos. Esto debilitará la competitividad de sectores clave como el automotriz, el agrícola y el manufacturero, causando una desaceleración económica en México.
En el ámbito migratorio, confirmó la deportación de millones de migrantes indocumentados y la reinstalación del programa «Permanecer en México” que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en ciudades fronterizas mientras se procesan sus casos, un proceso que puede tardar años. Esto implicará una carga humanitaria insostenible para ciudades como Tijuana, Ciudad Juárez y Matamoros, con refugios abarrotados, aumento de la criminalidad y presión sobre servicios básicos como salud y educación.

Ante este panorama, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó ayer el plan «México te abraza», diseñado para mitigar el impacto de las deportaciones de mexicanos, que contempla la habilitación de refugios temporales, mayor inversión en servicios de salud y educación en ciudades fronterizas, y colaboración internacional para garantizar la seguridad de los migrantes. Además, incluye una red de apoyo para repatriados, enfocada en su capacitación laboral y reintegración social. Sin embargo, aún no está claro cómo se financiará el plan ni si será suficiente para enfrentar la magnitud del problema. Tampoco se sabe cómo serán atendidos los deportados no mexicanos.
Trump anunció que designará a los cárteles mexicanos como «organizaciones terroristas extranjeras», lo que permitirá a su gobierno imponer sanciones económicas, congelar activos y considerar acciones militares contra estos grupos. Para México, esto representa una amenaza a su soberanía y tensará aún más las relaciones bilaterales.

Finalmente, reiteró su intención de renombrar el Golfo de México como Golfo de América. Esta propuesta absurda refleja su actitud de apropiación y aumentará las tensiones binacionales.
En este contexto, México debe defender sus intereses con firmeza y su gobierno tiene la oportunidad de fortalecer su posición mediante estrategias claras en comercio, migración y diplomacia. La pregunta es si está listo para resistir el impacto de Trump. No será nada fácil porque él regresa con una narrativa populista que busca consolidar su poder interno, incluso a costa de sus socios más cercanos.
STARGATE, UN DESAFÍO PARA
MÉXICO EN LA ERA DE LA IA
El anuncio hecho ayer por Donald Trump del Proyecto Stargate marca un antes y un después en la carrera tecnológica global. Este colosal esfuerzo, respaldado por 500,000 millones de dólares en cuatro años, tiene un objetivo claro: consolidar el liderazgo de Estados Unidos en inteligencia artificial (IA). Con socios como OpenAI, NVIDIA y Microsoft, la iniciativa busca no solo desarrollar infraestructura de última generación, sino también impulsar la reindustrialización y la seguridad nacional estadounidense. Pero, ¿qué significa esto para un país como México, cuya industria de IA está en pleno desarrollo?
Stargate es un proyecto diseñado para mantener a China y otros competidores tecnológicos a raya. Los centros de datos gigantescos que se construirán en Texas y otras regiones representan más que una simple infraestructura: son el cimiento de una nueva era industrial. Más de 100,000 empleos, un aumento en la capacidad computacional y el establecimiento de estándares globales son solo algunos de los beneficios previstos.
Este esfuerzo también posicionará a Estados Unidos como el referente en IA general (AGI, por sus siglas en inglés), una tecnología que promete revolucionar sectores como la salud, la energía y la defensa. La influencia política de Washington también se reforzará, ya que Stargate consolidará la dependencia tecnológica de otros países hacia los sistemas y plataformas estadounidenses.
Para México, el proyecto plantea retos significativos. La fuga de cerebros es un riesgo inminente. La creación de miles de empleos en IA al norte de la frontera podría atraer a talentos mexicanos, debilitando aún más la capacidad local de innovación. Además, la concentración de capital y recursos en Estados Unidos podría redirigir inversiones internacionales que de otro modo podrían haber fortalecido el ecosistema tecnológico mexicano.
Sin embargo, pese a Trump, no todo son desventajas. La cercanía geográfica podría traducirse en oportunidades de colaboración transfronteriza. Empresas mexicanas especializadas en manufactura o desarrollo de software podrían integrarse en las cadenas de suministro de Stargate. Además, el crecimiento de la IA en Estados Unidos podría acelerar la adopción de estas tecnologías en México, beneficiando sectores como el comercio electrónico y la salud.
Mientras Stargate acelera, México también avanza, aunque a un ritmo diferente. La Alianza Nacional por la IA y las inversiones recientes de Microsoft son esfuerzos notables, pero insuficientes frente a la escala del proyecto estadounidense. La clave para México será encontrar nichos donde pueda destacar, como soluciones de IA en español o aplicaciones dirigidas a industrias locales.
Stargate no sólo redefine el liderazgo estadounidense, sino también calibra las expectativas para el resto del mundo. Para México, la tarea es clara: fortalecer su infraestructura, retener talento y fomentar colaboraciones que le permitan no quedar rezagado en esta nueva revolución tecnológica. En un mundo donde la IA dictará el ritmo del desarrollo económico, la apuesta de México debe ser ambiciosa y estratégica. De lo contrario, el sueño de la IA podría convertirse en una pesadilla de dependencia tecnológica.
MÉXICO TE ABRAZA, DOS METAS,
POCOS RECURSOS, AJUSTES INEVITABLES
La presidenta Claudia Sheinbaum lanzó el lunes “México te abraza”, un programa diseñado para apoyar a los migrantes que el gobierno de Trump expulse de Estados Unidos. Para hacerlo realidad se necesitan recursos económicos, humanos y materiales que son escasos.
El programa incluye una Tarjeta Bienestar Paisano con 2,000 pesos para gastos inmediatos, acceso al IMSS, transporte a comunidades de origen e inserción laboral. Sin embargo, el presupuesto federal de 2025 es insuficiente para cumplir estas aspiraciones. El costo estimado del programa supera los 9,500 millones de pesos al año, basándose en 190,491 mexicanos repatriados en 2024. La Tarjeta Bienestar Paisano representaría 380.9 millones de pesos, la afiliación anual al IMSS costaría 2,285.9 millones, y la incorporación a programas sociales sumaría 6,857.7 millones. Estos 9,524.5 millones no incluyen gastos administrativos, capacitación laboral y otros servicios y la cifra aumentará si son más los deportados.

Se anuncia que los consulados mexicanos en EEUU están más que listos para atender a los paisanos, pero los recursos destinados a atención migratoria en 2025 se redujeron un 10.41%, mientras el presupuesto para funciones consulares sufrió un recorte del 10.50%. Los servicios consulares también enfrentaron una disminución del 9.54%. Este panorama limita la capacidad de los consulados para atender emergencias legales, realizar trámites y proteger a los connacionales que estén en riesgo de ser deportados.
El compromiso de ofrecer empleos formales a los repatriados parece más un ideal que una realidad. México tiene 1.5 millones de desempleados, 5.6 millones de subocupados y el 55% de los empleos son informales. En este contexto, ¿realmente es posible brindar alternativas laborales sostenibles a los mexicanos que regresen al país?
Para financiar el programa, el gobierno deberá redirigir recursos de otros proyectos estratégicos. Algunos proyectos que podrían ajustarse para obtener los recursos necesarios para financiar “México te abraza” son el Tren Maya, con un presupuesto de 40,000 millones de pesos en 2025; el Tren AIFA-Pachuca, con 25,000 millones; el Tren Saltillo-Nuevo Laredo y el Tren Querétaro-Irapuato, ambos con 10,000 millones cada uno; y la Refinería Dos Bocas, con 136,000 millones.
También podrían recortarse subsidios y ajustarse otros rubros. Reducir los subsidios al IEPS en combustibles liberaría miles de millones de pesos, aunque impactaría en los precios al consumidor. Fusionar programas sociales como Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro evitaría duplicidades, y ajustar estímulos fiscales de hasta 30,000 millones de pesos a empresas podría generar ahorros significativos.
Además del desafío de los repatriados, México aceptó recibir hasta 30,000 migrantes no mexicanos al mes, sumando presión a un sistema debilitado. Aunque responde a acuerdos bilaterales, este flujo masivo exacerba los problemas migratorios y económicos del país.
“México te abraza” promete soluciones sin que hasta ahora se haya explicado de donde provendrán los recursos necesarios para implementarlas. La intención de apoyar a los repatriados es loable, pero los ajustes presupuestarios serán esenciales para evitar que este programa acabe siendo un fracaso.
EEUU EXTRAERÁ PETRÓLEO Y
CALIFICARÁ A NARCOS DE TERRORISTAS
El discurso que Donald Trump pronunció ayer al asumir nuevamente la presidencia de Estados Unidos no dejó dudas: el «América primero» será, una vez más, el eje rector de su gobierno. Para México, esto implica un reto complejo y potencialmente disruptivo, especialmente considerando las políticas que afectan directamente a la economía, soberanía y sociedad mexicanas.
Reiteró su estrategia energética basada en la extracción masiva de petróleo y gas. Para México, esto representa un gran riesgo porque sus exportaciones petroleras son un ingreso vital. De enero a noviembre de 2024, generaron más de 26,200 millones de dólares, pero la autosuficiencia energética de EE. UU. disminuirá drásticamente este monto, afectando la balanza comercial del país y la estabilidad de Pemex, que ya enfrenta graves problemas financieros. Ante este escenario, ¿está México preparado para diversificar mercados y mitigar este impacto?
Trump confirmó que creará la Agencia de Recaudación Externa para cobrar los aranceles a las importaciones. Esto encarecerá los productos mexicanos, debilitando la competitividad de sectores clave como el automotriz, el agrícola y el manufacturero, y causará una desaceleración económica en México.
En el ámbito migratorio, confirmó que deportará a millones de migrantes indocumentados y anunció la reinstalación del programa «Permanecer en México», que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en ciudades fronterizas mexicanas mientras sus casos son procesados en las cortes estadounidenses, un proceso que podría prolongarse por años. Para Tijuana, Ciudad Juárez, Matamoros y otras ciudades, esto significará una carga humanitaria insostenible: refugios abarrotados, mayor criminalidad y presión sobre servicios básicos como salud y educación.
Además, Trump declaró a los cárteles mexicanos como «organizaciones terroristas extranjeras». Esta designación permite al gobierno estadounidense utilizar medidas más agresivas contra estos grupos, incluyendo sanciones económicas, congelamiento de activos y, potencialmente, acciones militares unilaterales. Para México, esto representa una amenaza a su soberanía y podría tensar aún más las relaciones bilaterales.
Ante este panorama, la presidenta Claudia Sheinbaum ha reiterado que México no «agachará la cabeza» ante las políticas de EE. UU. y anunció ayer el plan «México te abraza», que busca mitigar el impacto de las deportaciones. Este plan incluye la habilitación de refugios temporales, un aumento en los recursos destinados a servicios de salud y educación en las ciudades fronterizas, y la colaboración con organizaciones internacionales para garantizar la seguridad y el bienestar de los migrantes. Además, contempla la creación de una red de apoyo para mexicanos repatriados, que incluye capacitación laboral y reintegración social. Sin embargo, aún no está claro cómo se financiará el plan ni si será suficiente para enfrentar la magnitud del problema.
Trump reiteró su intención de renombrar el Golfo de México como Golfo de América. Esta propuesta resulta absurda, ya que refleja una actitud de apropiación que ignora la historia y podría intensificar las tensiones bilaterales.
En este contexto, México debe prepararse para defender sus intereses con firmeza. El gobierno de la presidenta Sheinbaum debe fortalecer su posición mediante estrategias claras en comercio, migración y diplomacia. Sin embargo, no será nada fácil. Trump regresa con una narrativa populista que busca consolidar su poder interno, incluso a costa de sus socios comerciales más cercanos.
Con Trump al mando, EE. UU. se prepara para un cambio profundo y unilateral. Ante este nuevo paradigma, ¿está México listo para resistirlo o, mejor aún, aprovecharlo para transformarse y fortalecerse?
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