Tequio y Política


Ulises Ruiz Ortiz

*La guerra sucia de Ulises Ruiz en Oaxaca; más de 80 muertos, cientos de heridos y dos desaparecidos
*Las ejecuciones extrajudiciales fueron parte de la agenda de su gobierno; 15 años después, impunidad
*El maridaje de empresarios y priistas, exhortaba a que el ejército y la marina “invadieran” Oaxaca
*Vicente Fox, a través de su secretario de Gobernación, Carlos Abascal, le otorgó carta blanca para reprimir
*Felipe calderón, en su sexenio, jamás reprobó la represión ejercida por un sátrapa convertido en autoridad
*Han transcurrido 15 años, la herida sigue abierta y la impunidad protege a los culpables de los crímenes

Fouché

 

QUINCE AÑOS DE IMPUNIDAD

DE LA QUE GOZA “EL CARNICERO”

Vicente Fox Quesada

 El 14 de junio de 2006 a intolerancia rebasó los límites de un gobierno fascista y recurrió a una sangrienta represión jamás registrada en la historia de Oaxaca.

A partir de esa fecha, hasta el 30 de noviembre de 2010, se padeció una guerra sucia en la entidad, como la ocurrida en los años 60 y 70 a nivel nacional. En el caso oaxaqueña, la sociedad apuntaba con al índice de fuego al que más tarde se le conocería como “El Carnicero de Chalcatongo” (a) Ulises Ruín Ortiz.

La semana anterior se cumplieron 15 largos años de esta represión, de la violencia de Estado desatada por un sociópata, convertido en gobernador, que solamente creía y cree en lo que dice. La herida continúa abierta hasta que el responsable intelectual y los autores materiales de los crímenes sean juzgados y llevados a la justicia.

La semana anterior, lamentablemente, también se cumplieron 15 años de impunidad para quienes derramaron sangre, esos que convirtieron las calles en zonas de guerra, para intentar arrebatarle a los oaxaqueños la libertad de pensar y decidir ellos mismos.

Desde ese 14 de junio de 2006, han transcurrido 54 mil 750 días y los asesinos materiales e intelectuales disfrutan de absoluta impunidad y hasta se sienten con autoridad moral para decir qué hacer al interior de lo que queda del Partido Revolucionario Institucional, PRI, si fueron ellos los que le pusieron el último clavo al ataúd tricolor, al menos en Oaxaca.

En el balance de la guerra sucia durante el sexenio 2004-2010, están las caravanas de la muerte, la tortura, las desapariciones, las ejecuciones extra-judiciales y la persecución de líderes sociales.

Esa “Hiena” con sed de sangre no quería nada con los que tenían y tienen el derecho a pensar, a escribir y a plasmar de cualquier forma sus inquietudes válidas.

La guerra sucia desatada en Oaxaca por parte de un gobierno sátrapa, provocó más atraso social, político, educativo, en vivienda, en materia empresarial y un profundo retroceso económico ¿quién se atrevía a invertir en tierras llenas de sangre y cadáveres?

Felipe Calderón Hinojosa

El mérito de “El Carnicero de Chalcatongo”, el único mérito o acierto que tuvo Ruiz Ortiz en sus seis años de saqueo, fue el haber unido a Oaxaca… en contra de él, porque toda la sociedad (en público y en privado) exigían que desaparecieran los poderes en la entidad.

Hasta ahora, nadie había hablado de la guerra sucia en el estado. Porque nadie había o han enjuiciado en su verdadera dimensión lo ocurrido en el lapso 2004-2010. No se puede ocultar que en Oaxaca fueron enlutadas cientos de familias, las cuales aún no se han repuesto de ese golpe mortal asestado por un desequilibrado mental, hechos sangrientos de los que no están exentos los qué de cierta manera, con el aplauso fácil, aprobaron la persecución de todo sospechoso que fuera a contra pelo de lo que decía Ulises, el jefe.

Por ello, matar, investigar o encarcelar, se convirtieron en acciones policiacas “normales” dentro de una guerra sucia pagada, patrocinada desde el mismo gobierno estatal.

VICENTE FOX Y FELIPE CALDERÓN

NO ESTÁN EXENTOS DE CULPA… 

 Vicente Fox Quesada, quien mese antes de su salida no vio con malos ojos los asesinatos en Oaxaca, jamás se pronunció en contra de las acciones fascistas y represoras del “gobernador” Ruín… No hubo una sola palabra para reprobar el derramamiento de sangre en la entidad a pocos meses de entregar el poder, al contrario envió refuerzos policiacos para combatir a los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y a los simpatizantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, APPO.

Felipe Calderón, ya como Primer Mandatario, tuvo pleno conocimiento de la guerra sucia en Oaxaca y después de desatar su ridícula guerra contra el narcotráfico, en nuestra entidad nos convencimos que, lejos de solucionarse el problema llamado Ulises Ruín, se iba a complicar más y los paganos fueron los oaxaqueños.

Como parte de la guerra sucia en la entidad, en mayo de 2007, desaparecieron dos militantes del Ejército Popular Revolucionario (Edmundo Reyes Amaya y Alberto Cruz Sánchez). El pueblo exigía su presentación con vida. La respuesta fue el silencio absoluto del gobierno del estado y del gobierno federal.

Silencio, silencio, silencio… 15 años después.

A estas alturas del nuevo milenio, los autores intelectuales caminan por Oaxaca como honorables, visitan la capital del estado como decentes, viven en la ciudad de México como respetables.

PRIISTAS Y EMPRESARIOS EXIGEN

Carlos Abascal Carranza

PRESENCIA DE LA POLICÍA FEDERAL

 Nada extraña el entonces maridaje de los comerciantes (no empresarios) de Oaxaca con el priismo estatal. Ambos sectores tenían intereses comunes, entre otros, reprimir a costa de sangre el movimiento contra el gobierno de “El Carnicero”.

De ahí que el 5 de octubre de 2006, dos meses antes de concluir el sexenio foxista, en medio de la presión de la estructura priísta y empresarios de Oaxaca para que se envíe de inmediato la fuerza pública federal a la zona de conflicto, el secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, bajó de tono su discurso y advirtió que tal salida del gobernador no resuelve la problemática en la entidad, aunque tampoco planteó, en la denominada mesa de concordia, que el gobernador Ulises Ruiz, dejara el cargo.

De esta manera, el gobierno foxista le entregó la patente de corsario a “La Hiena” para que hiciera lo que le viniera en gana. Las consecuencias fueron trágicas.

La carta blanca del gobierno federal a Ulises, fue para que en pleno uso de sus facultades como “gobernador” persiguiera, encarcelara, desapareciera y asesinara con toda impunidad y con absoluta inmunidad.

Toda la sangre derramada en ese lapso, una tragedia sin adjetivos, llegó en la hora y en el momento oportunos: la sangre derramada de muertos, heridos, así como los desaparecidos le sirvieron a Ulises y a sus cómplices como una enorme cortina de humo para que no se percatara nadie del saqueo de las finanzas  públicas. Todos, sin excepción, hicieron lo que quisieron con el presupuesto estatal.

Los asesinatos en Oaxaca en ese 2006-2007, ya eran un escándalo internacional. El vacío de autoridad era evidente. Ulises Ruín se sostenía a sangre y fuego ¿qué autoridad lo puede hacer más que un asesino?. Sin embargo, ese mismo octubre de 2006, el rechazado por el pueblo oaxaqueño, cínicamente declaró:

»No voy a renunciar, no voy a pedir licencia, no es una salida para resolver el conflicto (…) Nadie está por la represión, hay que aplicar la ley y el estado de derecho».

Escenas cotidianas en el Centro Histórico durante el 2006

Minutos antes había recibido la bendición de Abascal Carranza, a la postre Secretario de Gobernación foxista.

No hay que olvidar que Adelfo Regino Montes, hoy titular de asuntos indígenas del Presidente López Obrador y el pintor Francisco “Chico” Toledo, participaron (ambos del lado de la APPO y de la CNTE) en una de las mesas de negociaciones para terminar con el conflicto.

Ahí en una de las pocas reuniones para acabar con el derramamiento de sangre y ante el secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, un indígena de Yalalag, Joel Aquino Maldonado y coordinador del Centro Cultural Zapoteco, manifestó que los pueblos indígenas de Oaxaca »no necesitan al Ejército ni a la Marina. Su presencia es una amenaza terrible que no se justifica».

En esas mesas también participaron también el presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Oaxaca, Freddy Cabrera Alcántara, a quien la APPO señaló como uno de los principales beneficiarios del gobierno del estado.

De acuerdo con fuentes consultadas presentes en una de esas reuniones, Cabrera -junto con Adalberto Castillo y Avelino Soriano– instaron al Secretario de Gobernación a que antes del viernes que seguía después de la reunión del 5 de octubre de 2006, en caso de no alcanzar acuerdos con la APPO, entrara la fuerza pública. A su vez, Soriano propuso castigo para los manifestantes y suspensión de derechos para los profesores activistas.

Era la guerra sucia en contra del pueblo y de los maestros.

Adelfo Regino Montes

Mientras, el arzobispo de Antequera-Oaxaca, José Luis Chávez Botello, insistió en que la Iglesia reprueba toda violencia y que es necesario buscar mecanismos de solución alternos, sobre todo porque en el estado hay rezago social y una »enorme corrupción de muchos años».

EL REPLIEGUE DEL 4 DE OCTUBRE

DE PARTE DE LA APPO Y LA CNTE

 La mesa dizque de negociación, quizá era para que el gobierno estatal y federal ganaran tiempo y buscar emboscar o cerrarle todos los caminos al movimiento social, de ahí que el 4 de octubre de 2006, la creciente posibilidad de que en las próximas horas ocurriría una incursión del Ejército, respaldado por Marina, la Policía Federal Preventiva -que entraría primero- e inclusive de elementos de la Agencia Federal de Investigación, obligó a que desde este mediodía la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca y la sección 22 del magisterio realizaran un repliegue táctico hacia el centro histórico y el zócalo de esta capital, donde reinstalaron parcialmente el plantón.

La respuesta de la bestia que ya había probado la sangre, no se dejó esperar y fue en estos términos:

Edmundo Reyes Amaya y Alberto Cruz Sánchez

Las posturas de las partes en conflicto, en especial la de “El Chacal”, contrastó con las posiciones expresadas por el gobierno de Ulises Ruiz, quien exigió nuevamente la aplicación de la ley »para restablecer la seguridad» que, adujo, »no tiene nada que ver con la mesa de negociación ni con la protesta de la APPO y el magisterio. Es deseable que se logren consensos y acuerdos para solucionar el conflicto en el corto plazo, pero la aplicación de la ley en caso de la comisión de delitos no puede esperar más ni es objeto de negociación».

Todo el pueblo se movilizó ante la amenaza velada:

Primero.- Organizaciones de la sociedad civil anunciaron la instalación de un campamento de 72 horas en el atrio de Santo Domingo y en el zócalo, así como una cadena humana en rechazo a la intervención militar y policiaca en la capital de Oaxaca.

Segundo.- Alertaron que desde el inicio del conflicto »no se había sentido tanto temor» y lanzaron un llamado urgente a los pueblos del estado y organizaciones de todo el país a sumarse al campamento de resistencia.

Tercero.- Florentino López Martínez, confirmó que »existe la amenaza inminente de desalojo» y convocó a »hacer funcionar los miles de ojos y oídos de los oaxaqueños para vigilar el andar de este operativo asesino. Estemos pendientes de cualquier agresión».

Roberto Madrazo Pintado

Aseguró que la respuesta a una incursión militar »debe ser contundente: salir a defender a nuestro pueblo. ¡Defender calle por calle nuestra ciudad! Vamos al cierre de carreteras, al fortalecimiento de barricadas. Si a Oaxaca la reprimen, todo México debe levantarse. Si reprimen, si se atreven a derramar la sangre de los oaxaqueños preparemos el cierre de carreteras a nivel nacional, huelgas, cierre de oficinas y toma de las principales calles».

Cuarto.- En una carta abierta, la alianza de organizaciones sociales hace saber a los militares y agentes policiacos, a quienes llamó »hermanos», que su lucha es para que Ulises Ruiz Ortiz deje de ser gobernador, »porque durante su mandato asesinó (hasta ese momento) a más de 35 compañeros luchadores sociales» y encarceló a más de 200 dirigentes de las comunidades, además de desviar »miles de millones de pesos que debían destinarse a obras de salud, vivienda, educación, a aliviar el dolor y necesidades del pueblo a la campaña de su candidato presidencial, Roberto Madrazo, a la construcción de sus mansiones y fortalecimiento de sus empresas».

Quinto.- El documento de las organizaciones sociales, también hacia el siguiente recuento: »Mientras nuestros niños en las comunidades se mueren de hambre y enfermedades, mientras en nuestras mesas sólo hay miseria, mientras nuestras escuelas caen poco a poco ante los embates del tiempo, Ulises gasta millones de pesos en sus lujos y pillerías, y cuando en el pasado le señalamos esto, en lugar de escucharnos y buscar ser buen gobernante respondió con balas, tortura y muerte», resaltó.

Barricadas durante el 2006 en Oaxaca

A su vez, los gobiernos federal y estatal, también se preparaban:

Uno.- En el aeropuerto internacional Benito Juárez, de Xoxo, las fuerzas especiales del estado comenzaron a integrar brigadas de hombres y mujeres vestidos de civil, con ropa y apariencia de maestros e integrantes de la APPO, que serían infiltrados durante la intervención.

Al final del día, la guerra sucia de Ulises Ruín o “El Carnicero de Chalcatongo”, continuó y las persecusiones, tortura, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales nunca fueron reprobadas por el gobierno de Felipe Calderón.