Capital de Puebla, violencia sin control.
Escasas acciones de autoridades locales.
Eduardo Ruiz Healy
La realidad se le ha complicado a Donald Trump y no sólo enfrenta graves problemas y retos dentro de su país, sino fuera de él.
El magnate transformado en político populista y nacionalista no sólo ha ofendido a sus rivales estadounidenses sino a los gobernantes de muchos de los países que son sus aliados. Entre los que ha agraviado están los presidentes de México y China, la canciller de Alemania, el nuevo presidente de Francia y los dirigentes de las naciones que conforman la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN).
Y mientras ha buscado pleito con los gobernantes de los países que tradicionalmente han sido amigos de Estados Unidos, ha manifestado su admiración por el dictador ruso, una fascista francesa, los aislacionistas británicos y, peor aún, los tiranos que con mano de hierro y sin respetar los más fundamentales derechos humanos gobiernan a gran parte de los países musulmanes.
Aparentemente, el presidente gringo creyó que las tácticas intimidatorias que utilizó para construir su imperio inmobiliario y conducir un exitoso programa de televisión también le servirían en sus tratos con los gobernantes de países soberanos. También parece que estaba convencido de que la ola populista que lo llevó al poder se extendería hacia otros países.
En ambas cosas se equivocó rotundamente este individuo que dice saberlo todo.
En primer lugar, el populismo fue derrotado este año en las elecciones parlamentarias de Holanda y en la presidencial y legislativas de Francia, pese a que Trump apoyó abiertamente a los candidatos populistas que buscaban quedarse con el poder. Y, muy probablemente, el 24 de septiembre venidero los populistas alemanes serán derrotados en las elecciones federales.
En segundo lugar, los gobernantes que Trump ha agraviado no han dudado en responderle, tanto con palabras como con acciones.
Por ejemplo: la alemana Angela Merkel no ha dudado en afirmar que las empresas alemanas se establecerán en donde más les convenga, por más que Trump amenace con cobrarles un impuesto de importación a los productos que exporten a Estados Unidos; el francés Emmanuel Macron emitió un mensaje, en inglés, criticando la decisión de Trump de retirar a su país del Acuerdo de París; el chino Xi Jinping viaja por el mundo promoviendo el libre comercio al que tanto se opone el gringo; el presidente Enrique Peña Nieto se niega a pagar el muro que Trump pretende edificar en la frontera entre ambos países y su gobierno trabaja para ampliar los vínculos comerciales de México con otros países para que éste deje de depender tanto de Estados Unidos.
En muy poco tiempo Donald Trump ha logrado unir a gran parte del mundo, pero en su contra y sus políticas absurdas.
GOBERNANTES INCAPACES PROMUEVEN A LINCHADORES
“Convoco a toda la ciudadanía de Puebla ante la ola de inseguridad que se vive actualmente, a actuar por nuestra propia mano ya que las autoridades no hacen nada al respecto y si detienen a las ratas los dejan libres, sin embargo ellos no tienen compasión ni se tientan el alma para hacer sus fechorías. Vamos a lincharlos este miércoles, ya tenemos mucha información sobre su ubicación. Demostremos al resto del país cómo se limpia una ciudad como Puebla antes de que se haga más peor. ¡YA BASTA! (sic)”.
Esta convocatoria se difundió el fin de semana pasado en Facebook por alguien que aparentemente está harto de que casi el 99% de los criminales en nuestro país actúen impunemente.
La invitación para ir a matar a supuestos delincuentes tiene su origen en la colonia Xonaca, en la ciudad de Puebla, en donde días antes varias personas asaltaron a los pasajeros que iban a bordo de un autobús de la Ruta 68.
Ese día la suerte no acompañó a los atracadores. Una de sus víctimas pudo transmitir vía Facebook Live la parte final del asalto y, al huir, a uno de ellos se le cayó su celular. El video y las fotos que el celular tenía guardadas en su memoria permitieron identificar a los malhechores. Días después sus rostros aparecieron en la mencionada red social junto a la convocatoria para lincharlos en sus propios domicilios.
En Puebla, al igual que en la generalidad de las ciudades de México, es un buen negocio ser delincuente. La mayoría de quienes se han especializado en asaltar a pasajeros que viajan a bordo de autobuses y microbuses de transporte público actúan con una casi absoluta impunidad; en el remoto caso de ser capturados por la policía son liberados después de pasar muy poco tiempo tras las rejas.
La capital del estado de Puebla es gobernada desde febrero pasado por el panista Luis Banck Serrato, quien hasta ahora no ha podido remediar el problema de la creciente inseguridad que le heredó su antecesor en el cargo, el hoy gobernador Tony Gali Fayad. El cada vez mayor número de robos y asaltos que se registran en el municipio ya provocó la caída del Secretario de Seguridad Pública municipal Alejandro Santizo Méndez, quien duro poco más de tres meses en el cargo.
La incapacidad de presidentes municipales como Benck Serrato para frenar la ola delictiva que se da en los lugares que supuestamente gobiernan explica, en gran medida, la aparición de grupos de personas que están dispuestos a linchar criminales y, al hacerlo, convertirse ellos mismos en criminales. O sea, que los gobernantes incapaces son promotores de una nueva modalidad criminal: el de linchar a delincuentes.
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