Ruiz-HealyTimes: Llegó el día


El mundo no será el mismo después del viernes 20 de enero del 2017. (balazo)

Serie de acontecimientos que han cambiado rumbo del planeta.

Ilusos, quienes piensan que la conducta de Trump puede cambiar.

Eduardo Ruiz-Healy

Cuando, el pasado 20 de enero, los relojes marcaron las 12 del día en la ciudad de Washington, Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos y el mundo nunca más volverá a ser el que conocimos durante los últimos años.

Diversos sucesos ocurridos en el siglo 21 han transformado el paradigma o la manera en que concebimos nuestro mundo.

En 2001 vimos en la ciudad de Nueva York el poder destructivo de unos terroristas dispuestos a sacrificar su vida con tal de lograr su cometido. Desde el 11 de septiembre de ese año sabemos que un terrorista puede actuar donde quiera y cuando quiera y que nunca nos sentiremos del todo seguros.

En 2003, tropas de una coalición liderada por Estados Unidos, bajo el falso argumento de que Irak poseía armas de destrucción masiva, derrocaron al dictador de ese país y engendraron así el clima de violencia e inestabilidad que vive esa región del mundo y que a su vez prohijó la emergencia de organizaciones terroristas como el Estado Islámico.

En 2004 nació Facebook y él empezaron a cobrar popularidad mundial las redes sociales que han transformado la definición de lo que es un amigo y la forma en que obtenemos nuestra información, sea verdadera o falsa.

En 2006 Corea del Norte, un estado delincuente gobernado desde 1948 por unos chiflados, lanzó cuatro misiles. 11 años después, los misiles norcoreanos son capaces de alcanzar territorio estadounidense y pronto lo harán armados con ojivas nucleares.

También en 2006 se lanzó el sitio Wikileaks, especializado en publicar documentos secretos de gobiernos y empresas. La información difundida por el sitio ha generado conflictos internacionales, la caída de personajes importantes y, como todo lo indica, facilitó el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre del año pasado

En ese 2006, en México, otro chiflado le declaró la guerra a la delincuencia organizada sin que el gobierno estuviera preparado para librarla y menos ganarla. Hasta ahora el conflicto ha dejado casi 175,000 muertos, 35,000 desaparecidos y otros 35,000 desplazados. Gracias a esa chifladura, los mexicanos vivimos crónicamente asustados.

En 2007 Steve Jobs cambió la forma en que los humanos nos relacionamos con el mundo y entre nosotros mismos al lanzar el iPhone al mercado.

En 2008 el mundo cayó en la peor crisis económica desde la Gran Depresión que se inició en 1929. Fue tan grave, que el mundo y sus habitantes aún no se recuperan totalmente de sus efectos.

Ese mismo año el negro Barack Obama fue electo presidente de Estados Unidos, rompiéndose así el control que la raza blanca había ejercido sobre ese cargo desde 1789. A un blanco neoyorquino llamado Donald Trump no le gustó que un negro ocupara el puesto más importante del mundo y durante los siguientes nueve años insistió en que Obama no era un ciudadano estadounidense.

Por razones de espacio no sigo listando los eventos ocurridos en lo que va de este siglo que han contribuido a transformar el paradigma.

Hoy ocurrirá uno de ellos cuando un hombre racista, xenófobo, sexista, hostigador sexual, abusador, violento, mentiroso, narcisista y otras lindezas asuma la presidencia de Estados Unidos, heredando el poder de quien difamó impunemente sin tener una sola evidencia que apoyara sus calumnias.

La llegada al poder de Trump definitivamente transformará nuevamente nuestro paradigma. Y lo transformará, mucho me temo, para mal.

Llegó el día y sólo nos queda ver como empieza a cumplir sus promesas populistas y demagógicas.

¡Suerte a todos!

ruiz healy joaquin chapo

DIFÍCIL QUE TRUMP CAMBIE

En tan sólo unos cuantos días Donald Trump asumirá el poder como el presidente número 45 de Estados Unidos y se convertirá así en el hombre más poderoso del mundo. Y en el más peligroso, si es que insiste en comportarse como lo ha hecho durante casi toda su vida.

Trump nunca ha escondido el hecho de que nunca perdona una ofensa y que tarde o temprano hace que quienes lo ofendieron paguen muy caro por haberlo hecho.

Tampoco niega que nunca le causó ningún temor recurrir a los golpes para resolver un diferendo con alguien.

Y ha aceptado que hará lo que sea, sin importar qué, con tal de salirse con la suya.

Ser vengativo, poco escrupuloso y violento son características que pueden ayudar a alguien como el Chapo Guzmán a obtener cada vez más poder dentro una organización de narcotraficantes asesinos.

Sin embargo, cuando esas características son las que posee un jefe de estado, las consecuencias pueden ser aterradoras. Stalin, Hitler, Pol Pot, Franco y otros déspotas violentos, vengativos y sanguinarios ocasionaron tanta miseria dentro o fuera de las fronteras de los países que gobernaron que la sola mención de sus nombres causa terror en quienes hemos estudiado sus vidas.

En lo que a Trump se refiere, los comunicadores y analistas nos hemos equivocado una o más veces. Primero, subestimamos las posibilidades de que obtuviera la candidatura presidencial del Partido republicano. Luego creímos que sería incapaz de ganarle a Hillary Clinton, su rival por el Partido Democrático.

Hay quienes todavía creen que Trump cambiara para bien el viernes venidero cuando, colocando su diestra sobre una Biblia en la que no cree, jure que desempeñará fielmente el cargo de Presidente de los Estados Unidos y hará lo mejor que pueda para preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos, la cual varias veces ha demostrado no conocer al detalle y, peor aún, no creer que hay que cumplirla cabalmente.

Desde el día de su elección hasta el día de hoy, Trump no ha modificado en nada su conducta y forma de ser. Sigue insultando a quienes no piensan como él, continúa amenazando a los medios de comunicación que no le son afines, no deja de hablar bien del presidente ruso Vladimir Putin y, a través de Twitter, se empeña en fijar sus posiciones y hacer política.

Trump tiene 70 años de edad y el 14 de junio venidero cumplirá 71. Durante gran parte de su larga vida las cosas le han salido muy bien siendo como es. Los que los criticamos o subestimamos demostramos estar equivocados. Salvo él, sus familiares más cercanos y sus seguidores más fanatizados, nadie en su sano juicio creyó que algún día sería presidente de Estados Unidos y el viernes ya lo será.

Si hasta el momento, siendo como es, Donald Trump ha sido exitoso y ha obtenido lo que se ha propuesto, nada de lo que alguien le diga será suficiente para convencerlo de que debe ser diferente. Estará rodeado de asesores, pero el principal de todos será el mismo y difícilmente alguien podrá influir sobre él y sus decisiones.

Por todo ello, veo muy difícil, si no es que imposible que, a estas alturas de su vida, Trump cambie.

Preparémonos todos para vivir tiempos interesantes y peligrosos.

ruiz healy felipe calderon

EL DISCURSO DE MA YUN

Su nombre es Ma Yun, tiene 52 años de edad y, según la revista Forbes, una fortuna estimada en 20,500 millones de dólares, lo que lo convierte en el segundo hombre más rico en China. A nivel mundial, ocupa la posición 33 en la lista de billonarios que cada año publica dicha revista y del lugar 28 en la lista de las Personas Poderosas del mundo que también anualmente publica Forbes.

Arrancó su carrera como maestro de inglés y en 2006 obtuvo una maestría en Administración de Empresas de la Cheung Kong Graduate School of Business de Peking. Después de obtener su MBA solicitó empleo en 30 empresas y en todas lo rechazaron.

En 1995 fundó una empresa que creaba páginas web para otros negocios y en tres años ésta había ganado 800,000 dólares. En 1999, con el apoyo de 18 amigos y en su departamento en la ciudad de Hangzhou, fundó Alibaba, un mercado mayorista en línea que hoy es el más grande del mundo. El año pasado, sus ventas fueron de aproximadamente 15,700 millones de dólares.

Ma Yun es mundialmente conocido como Jack Ma, porque utiliza el apodo Jack que le puso un empresario estadounidense que conoció cuando era estudiante y guía de turistas en Hangzhou.

Es un hombre que ha hecho su fortuna partiendo desde cero y tiene cinco veces más dólares que el junior de millonario que a partir de mañana será el nuevo inquilino temporal de la Casa Blanca, Donald Trump.

Ma, pronunció un discurso en la reunión anual del Foro Económico Mundial que se realiza en Davós, Suiza, y dijo cosas muy interesantes que vale la pena destacar.

Entre ellas, las siguientes:

“Gracias a la globalización, las empresas internacionales estadounidenses ganaron millones y millones de dólares… Cuando me gradué de la universidad traté de comprar un beeper y me costó 250 dólares. Mi sueldo mensual en aquel entonces era de 10 dólares… IBM, Microsoft, las utilidades que tuvieron fueron mayores que las que en conjunto obtuvieron los cuatro bancos más grandes de China… Pero, ¿a dónde se fue ese dinero?”.

“En los últimos 30 años Estados Unidos tuvo 13 guerras y gastó dos billones de dólares… no importa qué tan buena sea tu estrategia, se supone que debes gastar el dinero en tu propia gente… El dinero se fue a Wall Street. ¿Y que pasó? El año 2008 borró 19.2 billones de dólares del ingreso de Estados Unidos… ¿Qué hubiera pasado si ese dinero se hubiera gastado en el oeste central de Estados Unidos? Los otros países se robaron los empleos de ustedes los estadounidenses, esa fue su estrategia. Ustedes no distribuyeron el dinero correctamente”.

Ma, quien se reunió hace unos días con Trump, dijo que China y Estados Unidos nunca se enfrascarán en una guerra comercial, que hay que darle tiempo a Trump porque es un hombre de mente abierta.

Estoy de acuerdo con todo lo que dijo el empresario chino menos con su opinión de que el nuevo presidente gringo sea un individuo de mente abierta.

ruiz healy Steve Jobs

EL MUNDO ¡AL REVÉS!

Estamos convencidos de que la nueva normalidad consiste en que ya nada es normal. La anormalidad es la norma y quien no lo entienda y acepta sufrirá mucho. Como se ven las cosas, el mundo está cada vez más al revés.

¿Quién hubiera imaginado hace pocos años que, en un mismo día, los jefes de gobierno del Reino Unido y de China defenderían modelos económicos totalmente opuestos?

Eso es lo que sucedió ayer.

En Londres, capital del reino en donde nació el sistema económico capitalista, la primera ministra Theresa May anunció la forma en que su país aplicará el Brexit, o su retiro de la Unión Europea. Al dar a conocer los 12 puntos que seguirá para lograr este divorcio, dejó muy en claro que, para ella, el mercado único europeo es menos importante que el control de los británicos sobre sus propias fronteras y leyes.

Y en Davos, Suiza, al pronunciar el discurso inaugural de la reunión anual del Foro Económico Mundial, el señor Xi Jinping, que es presidente del país que sigue proclamándose como una república popular gobernada por el único partido político ahí reconocido, que es el Comunista,  defendió las bondades del libre comercio y advirtió sobre los riesgos que conllevaría una guerra comercial que podría generase por las políticas proteccionistas pregonadas por el presidente electo estadounidense, las cuales seguramente apoyará su incondicional aliada británica.

El mundo, ¡al revés! Un billonario gringo y una conservadora británica defendiendo los mercados cerrados y oponiéndose al libre comercio, y un comunista chino defendiendo la apertura comercial del mundo.

Y es lógico que así sea.

Mientras que las grandes mayorías que viven en los países capitalistas no se han beneficiado en gran medida del libre comercio y los mercados comunes, China Comunista ha sido capaz de sacar de la miseria absoluta a decenas de millones de personas gracias a la entrada que sus productos tienen en casi todos los países del mundo.

La insatisfacción de millones con el sistema económico vigente permitió que en Estados Unidos llegara al poder un demagogo, populista y neofascista como Donald Trump, quien prometió que haría de nuevo grande a Estados Unidos, aunque al hacerlo ocasione que el resto del mundo se lo lleve el diablo. Y que en el Reino Unido la mayoría de la población votara por sacar a su país de la Unión Europa, sentando el precedente para que otros países sigan su ejemplo y Europa acabe nuevamente dividida y lista para una nueva guerra.

Aceptemos que la normalidad del mundo en que nos ha tocado vivir es que ya nada es normal. Aceptémoslo y adaptémonos a esta nueva realidad.

ruiz healy Theresa May

MÉXICO DEBE CAMBIAR SU MODELO ECONÓMICO

En el sitio www.gob.mx/se/acciones-y-programas/comercio-exterior-paises-con-tratados-y-acuerdos-firmados-con-mexico puede leerse lo siguiente:

“México cuenta con una red de 12 Tratados de Libre Comercio con 46 países (TLCs), 32 Acuerdos para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones (APPRIs) con 33 países y 9 acuerdos de alcance limitado (Acuerdos de Complementación Económica y Acuerdos de Alcance Parcial) en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).

Los 12 TLCs que México ha suscrito son los siguientes:

Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con Estados Unidos y Canadá, Tratado de Libre Comercio del G3, entre México, Venezuela y Colombia, Tratado de Libre Comercio con Costa Rica, Tratado de Libre Comercio con Bolivia, Tratado de Libre Comercio con Nicaragua, Tratado de Libre Comercio con Chile, Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, Tratado de Libre Comercio con Israel, Tratado de Libre Comercio con la Asociación Europea de Libre Comercio – Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein, Tratado de Libre Comercio con el Triángulo del Norte -El Salvador, Guatemala y Honduras, Tratado de Libre Comercio con Uruguay, y Acuerdo para el Fortalecimiento de la Asociación Económica entre México y Japón.

Vistas así las cosas, cabe preguntarse, ¿si México está asociado comercial y/o financieramente con tantos países, porqué existe tanta preocupación en torno a las acciones que como presidente tomará Donald Trump con respecto a México?

La respuesta es sencilla: si comparamos los gigantescos flujos comerciales y financieros que se dan entre México y Estados Unidos con todos los demás que se dan entre nuestro país y el resto del mundo, los últimos equivalen a cacahuates.

Según INEGI, las exportaciones de México de enero a noviembre de 2016 fueron por un total de 340,697,332,000 de dólares, mientras que las importaciones que hizo nuestro país totalizaron los 353,80,436,000 millones de dólares. Es decir que las importaciones fueron mayores que las exportaciones por un total de 13,163,104,000 millones de dólares.

ruiz healy Wikileaks

El comercio internacional mexicano enfrenta dos grandes problemas, además de ser deficitario por un monto nada despreciable.

El primero es que depende enormemente de Estados Unidos, tanto para venderle productos como para comprárselos. De enero a junio del año pasado, el 83% de las exportaciones no petroleras, que equivalen al 95% de las exportaciones totales de nuestro país, fueron hacia el vecino país. 48.5% de las importaciones que llegan a México provienen de Estados Unidos.

Las importaciones se han diversificado ciertamente, pero las que vienen del otro lado de nuestra frontera norte siguen siendo muy altas.

El segundo es que gran parte de las exportaciones que van a Estados Unidos son productos manufacturados en nuestro país por empresas estadounidenses y de otros países asentadas en México para aprovechar las reglas de origen del TLCAN. Exportamos principalmente coches, piezas y repuestos automotrices, camiones de reparto y computadoras y otros productos electrónicos.

Curiosamente, esas son, entre otras, las industrias que ha puesto en su mira el próximo presidente estadounidense. Por medio de unos tuits, Trump ya logró que Ford, Fiat-Chrysler y General Motors cancelaran diversos proyectos de inversión en México.

Durante los últimos días he escuchado a varias personas decir que México debe orientar su atención hacia China para dejar de depender de Estados Unidos, lo cual a mi juicio no solo tomará tiempo lograr, sino que Trump hará todo lo posible para que se establezca una buena relación comercial entre nuestro país y el gigante asiático.

Nos guste o no, por razones de geografía nuestro destino ha estado, está y estará siempre ligado al de Estados Unidos. Lo anterior no significa que México no diversifique sus exportaciones, algo que no ha querido o podido hacer pese a los 12 TLCs y 32 APPRIs   que ha suscrito con otras naciones.

México debe, ahora sí, desarrollar un mercado interno robusto y dinámico, algo que tampoco quiso o pudo hacer durante las últimas décadas. El modelo económico que nuestro país debe diseñar y establecer necesariamente debe basarse en un mercado interno que, con casi 125 millones de habitantes, otros países envidiarían tener.

Desarrollar ese mercado interno y diversificar los mercados para sus exportaciones le tomará años a México. Desde hace décadas debería haberlo hecho y ahora, con un presidente estadounidense que es hostil hacia nuestro país, está obligado a lograrlo.

RUIZ HEALY Ma Yun

 

Sitio web: ruizhealytimes.com

Twitter: @ruizhealy