Ruiz Healy Times: Aumenta impunidad y autoridades lo permiten


Luis Ernesto Derbez

Falta de aplicación de la ley propicia que continúen ilícitos.   (balazo)

 

  • Partidos políticos responsables, en gran medida, de ese crecimiento.
  • Insuficiente personal en poder Judicial; cuerpos policíacos incompletos.

Eduardo Ruiz Healy

Impunidad significa, en pocas palabras, que quien incurre en una falta o un delito no recibe la pena o castigo que le corresponde y el reporte “La impunidad subnacional en México y sus dimensiones IGI-MEX 2018”, presentado hace unos días por Luis Ernesto Derbez Bautista, rector de la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), mi alma mater, muestra, como lo señaló el rector, “que las autoridades permitieron que el nivel de impunidad estatal aumentara en –prácticamente– todo el país”.

“¿Por qué cada día hay más delitos y actos de corrupción en México? Porque es posible cometerlos y no pasa nada”, es lo que escribe en su carta introductoria al IGI-MEX 2018 el presidente del Consejo Honorario del Centro de Estudios sobre Impunidad y Justicia-UDLAP, Andrea Ambrogi Domínguez.

Y no pasa nada porque muchos de los que han gobernado a este país desde su fundación no hicieron nada para remediar la situación. La corrupción y la impunidad existen porque no sólo la han tolerado sino promovido muchos de los que han sido presidentes de la república, gobernadores, presidentes municipales, burócratas de alto o bajo nivel, legisladores e impartidores de justicia, sin importar el partido o los partidos políticos en que hayan militado mientras se servían del pueblo. Y es casi seguro que no hicieron nada para resolver el problema porque gracias a la impunidad pudieron y pueden hacerse de fortunas considerables y mal habidas sin preocuparse de explicar sus orígenes.

Clamor popular

PARTIDOS POLÍTICOS, TEMA FUNDAMENTAL

Alguien podría argumentar que la situación se está combatiendo citando los casos de exgobernadores que hoy están presos o fugados después de haber sido denunciados de cometer diversos delitos ante la Procuraduría General de la República (PGR) o las procuradurías de diversos estados. Curiosamente, en todos estos casos, se trata de exmandatarios cuyos sucesores pertenecen a partidos opuestos al suyo y que ningún exgobernador ha sido perseguido en aquellos estados en donde su sucesor es militante de su propio partido. Pareciera que los hoy encarcelados o fugados son más bien víctimas de una venganza política o ajuste de cuentas que no hicieron bien el trabajo de conservar para su partido el control político de su entidad.

El IGI-MEX 2018 indica que en nuestro país no hay impartidores de justicia suficientes para que ésta se imparta pronta y expeditamente, como lo ordena la Constitución: “cuatro veces menos jueces y magistrados que el resto del mundo (3.9 frente a 16 por cada cien mil habitantes); tampoco hay policías preventivos: “México tiene la mitad de los policías preventivos estatales que debería tener, 1.8 policías evaluados por cada mil habitantes… los datos más recientes indican que México tiene apenas 0.8 policías por cada mil habitantes”.

¿Por qué nuestros gobernantes no dedicaron los recursos necesarios para contratar a más jueces, magistrados y policías? Porque no quisieron. Así de fácil.

La semana entrante comentaré más sobre el IGI-MEX 2018 que puede verse en www.udlap.mx/igimex/assets/files/2018/igimex2018_ESP.pdf

Andrea Ambrogi Domínguez

¿CÓMO VAN LOS PRESIDENCIALES EN LAS ENCUESTAS?

El lunes 2 de julio entrante sabremos cuales fueron las encuestadoras que con mayor precisión midieron la intención del voto de los ciudadanos mayores de 18 años que un día antes acudieron a las urnas para elegir al próximo presidente de la república.

También conoceremos cuáles fueron las que más erraron en sus cálculos.

Muchas encuestas en torno a los partidos y candidatos presidenciales se han difundido durante los últimos seis meses. Sin embargo, sólo unas cuántas son tomadas en serio -y a veces ni tan en serio- por los analistas y comentaristas políticos.

Estas encuestas son las realizadas por Ipsos, el diario Reforma, Consulta Mitofsky para el periódico El Economista, Mendoza Blanco y Asociados, el periódico El Financiero, Parametría, Buendía & Laredo para el diario El Universal y GEA-ISA. Algunos toman en cuenta también las elaboradas por tres empresas no muy conocidas, como son las de Parámetro Consultores, Defoe-Spin y Suasor Consultores para el diario El Heraldo.

Además de estas encuestas, hay empresas que ahora realizan encuestas telefónicas por medio de computadoras que llaman a miles de números telefónicos y hacen diversas preguntas.

¿Qué dicen las encuestas?

En otras columnas he explicado por qué las capacidades predictivas de las encuestas están fallando consistentemente, no sólo en México sino en el resto del mundo, lo que dificulta pronosticar con certeza los resultados de una elección. En el caso de las telefónicas las fallas se magnifican en vista de que, según los expertos, en México sólo existen 20 millones de líneas fijas, que representan el 60% del total de hogares. Además, la computadora no tiene manera de verificar de que quien conteste sea quien dice ser, no puede verificar que el entrevistado tenga credencial de elector ni tampoco constatar que tenga más de 18 años.

Hay actualmente dos empresas en México que en lugar de realizar encuestas han decidido promediar los resultados de las principales encuestas para así, supuestamente, obtener una mejor idea de la realidad. Estas son AZ2, de Juan Azcárraga, y Oraculus, de Leo Zuckerman. El primero colabora en mi programa en Grupo Fórmula mientras que el segundo participa en el de Pepe Cárdenas, también en Fórmula.

De acuerdo con la Encuesta de Encuestas de AZ2, al día de ayer la intención de voto para los presidenciables era esta: 33.15% para Andrés Manuel López Obrador, 22.85% para Ricardo Anaya, 20.05% para José Antonio Meade, 2.90% para Margarita Zavala de Calderón, 1.55% para Jaime Rodríguez y 0.7% para Armando Ríos Piter.

De acuerdo con el Poll of Polls de Oraculus, hasta ayer la intención del voto era: 39.4% para AMLO, 28.6% para Anaya, 22.1% para Meade, 5.8% para Zavala, 2.9% para Rodríguez y cero para Ríos Piter.

Varía el número de encuestas que AZ2 y Oraculus incluyen en sus ejercicios. Por eso la discrepancia en sus resultados.

Instalaciones de la Procuraduría General de la República

¿SI ESTAMOS MÁS SATISFECHOS QUE ANTES, POR QUÉ NO SE NOTA?

Hace unos días el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer sus Indicadores de Bienestar Autorreportado (BIARE) de la Población Urbana correspondientes al mes de enero de 2018. INEGI explica que “El bienestar subjetivo se observa a partir del reporte que hacen los individuos respecto de su propio bienestar, en relación con tres aspectos: 1) Satisfacción con la vida en general y con ámbitos específicos de la misma, denominados dominios de satisfacción; 2) Fortaleza de ánimo y; 3) Balance anímico, que explora la prevalencia de estados anímicos positivos o negativos en un momento de referencia”.

De acuerdo con el BIARE, “en una escala de 0 a 10, el promedio de satisfacción con la vida, reportado por la población adulta urbana en enero de 2018, se sitúa en 8.2; mientras que en enero de 2017, el promedio de satisfacción alcanzaba un valor de 7.9”.

Es más: “En cuanto a los ámbitos de la vida específicos o dominios de satisfacción, las relaciones personales presentan el mayor promedio de valoración (8.6), mientras que aspectos que van más allá de la esfera privada de interacción, como el país y la seguridad ciudadana, nuevamente registran los menores promedios: 6.1 y 4.8, respectivamente; sin embargo, estos rubros fueron mejor calificados que en enero de 2017, cuando se ubicaban en 5.5 y 4.7. En comparación con enero del año anterior, los dominios que mejoran en alguna medida su valoración son: relaciones personales, vivienda, perspectivas a futuro, nivel de vida, ciudad. En cuanto a país y seguridad ciudadana, aunque ya se mencionó que su nivel de valoración es bajo subieron seis décimas y una décima, respectivamente. Los aspectos relacionados con la actividad u ocupación, estado de salud, logros en la vida, vecindario y tiempo libre, se mantienen sin cambios. Para este periodo ninguno de los dominios tuvo retroceso en su calificación”.

En resumen: “El balance anímico de la población urbana de 18 y más años… indica un predominio de los estados anímicos positivos sobre los negativos, dando como resultado un promedio de balance anímico general de 6.4 en enero de 2018, mientras que, en enero de 2017, el promedio se situaba en 6.1”. En otras palabras: en enero pasado los mexicanos estábamos ligeramente más satisfechos con nuestras vidas que en el mismo mes de 2017.

Si los datos obtenidos por INEGI reflejan la realidad anímica de los mexicanos, ¿por qué no se observa en el comentario cotidiano? ¿será que en los medios de comunicación y redes sociales se manifiestan los sentimientos de una minoría insatisfecha pero muy vocal? ¿es probable que quienes pertenecen a las clases media y alta, tal como sucede en otros países, sean las que más se quejen de lo que sucede? ¿o es que la percepción de la falta de seguridad domina el debate público y amplifica otros problemas y carencias?