Autoridades limitan circulación vehicular, pero ¿y la industria?
Ari Salgueiro
La contaminación, el tema que tan en boga esta, debido a la crisis por la que atraviesa la Ciudad de México en esta materia, no es ni con mucho un problema aislado, pues afecta a la mayoría de las ciudades del país.
Lo mismo que Guadalajara, que Monterrey, que Oaxaca y que otras muchas capitales estatales, la gran mayoría de los núcleos de población tienen, en distintos grados, problemas de contaminación.
Sin duda, el más notorio y grave es el de la capital del país y se ve agravado por la incapacidad del gobierno local para, al menos, comenzar a trabajar en una estrategia para enfrentar el problema.
Porque es increíble que el gobierno de Miguel Ángel Mancera se limite a endurecer un programa de control vehicular con la esperanza de que, de esa manera, casi casi milagrosamente, se reduzcan los niveles de contaminación.
El problema es que el gobierno de la Ciudad de México, se ocupa en endurecer, a todo lo que da, las restricciones a la circulación de automóviles en la zona metropolitana, pero ni por equivocación se refieren a las monstruosas industrias, que prácticamente tapizan la zona metropolitana del Estado de México.
Insisten en minimizar las emisiones contaminantes de esta industria y también insisten en que el problema central está en el parque vehicular.
Pero entonces que expliquen ¿porque aun cuando se han aplicado estrictamente los controles y millones de automóviles han dejado de circular, se mantienen, e incluso, se incrementan los niveles de contaminación?
No hay explicación que satisfaga, sobre todo a la gente que se ha visto afectada por un “Hoy no circula” endurecido y que parece planeado más para salir del paso que como una solución real para la crisis.
Han pasado ya varias semanas desde que el “Hoy no circula” endurecido comenzó a funcionar y no se ve que sea la solución, sino al contrario, es más un problema pues, como es lógico, un alto porcentaje de afectados ha comenzado a comprar carros viejos que circulen los días que su coche “bueno” no lo haga.
Los llamados especialistas se deshacen en explicaciones, reconocen que mucha de la contaminación viene de los estados vecinos y piden que ahí se comience a aplicar el programa vehicular como en la Ciudad de México.
¿QUIÈN CONTROLA LAS EMISIONES INDUSTRIALES?
Sin embargo, insisto, ¿Qué pasa con la industria? ¿Por qué nadie dice nada al respecto?
En fin, nadie sabe bien a bien que ocurre con la contaminación y mucho menos hay aportes o soluciones inteligentes y prácticas.
La gente ha dejado de creer en las explicaciones de las autoridades y ha comenzado a sacar sus propias conclusiones.
Desde hace algunos días ha comenzado a circular en redes sociales la especie de que los elevados niveles de contaminación se deben a que Pemex está importando gasolina china, con muy bajos estándares de calidad y que es hasta 700 por ciento más contaminante que la mexicana.
Las autoridades de Pemex se apresuraron a desmentir esta versión, pero más tardaron en hacerlo que en surgir una nueva versión de que la gasolina es estadunidense y también de malísima calidad.
La teoría del complot esta al máximo y toma como base las declaraciones que el entonces jefe de la oficina de la Presidencia, Juan Camilo Mouriño, quien en 2007 aceptó que se traía gasolina china y de otros países asiáticos para poder satisfacer la demanda nacional.
Así que ya no es sólo el gobierno local, las autoridades federales ya están siendo involucradas en la crisis de la contaminación, lo que puede convertirse en una verdadera bola de nieve, sobre todo si, como hasta ahora, los resultados de las medidas son nulos.
Nadie sabe a ciencia cierta que va a ocurrir con el tema de la contaminación y mucho menos que se hará para evitar que se agrave, más allá de torturar a los automovilistas con cada vez más demenciales restricciones de circulación, pero sin duda, el caso de la Ciudad de México debería ser un fuerte llamado de atención para otras muchas ciudades, que están en vías de caer en situaciones similares.
Como dicen por ahí… cuando veas las barbas de tu vecino cortar… echa las tuyas a remojar.
