Política Inconfesable: Fin de una práctica ominosa


Protestas en Palacio Legislativo de San Lázaro

Rodrigo Villar

El asalto de organizaciones campesinas, de productores, de sistemas de riego, de sindicatos, a las instalaciones de la Cámara de Diputados, significó el quiebre de una práctica corporativa y de manejo de conciencias que el sistema político mexicano, de los últimos cincuenta años generó, con la finalidad de auto reproducirse. En la medida de ejercer el control de esos grupos, los gobiernos y las instituciones del Estado generaban las condiciones necesarias que impidieran cualquier sobresalto de índole social.

HERENCIA DEL PRI Y EL PAN A MORENA

Tanto los gobiernos presidenciales del PRI, como los del PAN, y la estrecha vinculación de sus partidos, con las autoridades federales y las organizaciones sociales propiciaron una herencia que recibieron otros partidos políticos como el PRD, y ahora MORENA: campesinos de diversa filiación política e ideológica, sin duda coyuntural se acercaron a esas instancias partidistas, se afiliaron a ellas con la aceptación de sus dirigentes, y construyeron alianzas que año con año deberían pagarse a través de la negociación del presupuesto federal.

Legisladores realizan su labor en sede alterna

Es decir, el dinero que aportamos todos los mexicanos se convirtió en un botín que servía de presa a tan innobles fines.

Así como lo lee usted en este espacio, así venía ocurriendo desde décadas atrás, año tras año, desplegado en un acuerdo implícito entre las organizaciones campesinas, y esos partidos políticos que se apropiaron con los años de la voluntad de las mayorías, resguardados en el sistema electoral.

Viéndolo así, usted y yo nos encontramos atrapados en esos partidos políticos, que con sus organizaciones han medrado con los recursos públicos. Ese gran negocio fue trastocado en los últimos días. Se dio la batalla política y propagandística a raíz de la movilización de las organizaciones filopartidistas en la Cámara de Diputados. Año con año, ya se sabían la fórmula y el método para presionar a los gobiernos del PRI y del PAN:

Diputados rumbo a la sede alterna

Organizados con tácticas cuasi maoístas, llegaban, y llegaron aun en este año, al filo de la aprobación del presupuesto del año siguiente. Esto ha ocurrido en los meses de noviembre y diciembre, cuando una vez que se aprueba la Ley de Ingresos (esta contiene las formas en que el gobierno de hará de recursos), sobre venía la discusión del presupuesto (en marco en el que se gastarán esos recursos), abriendo la puerta a las movilizaciones de los grupos productores y campesinos que a pesar de que en muchas ocasiones ya estaban contemplados en los repartos de los dineros, pedían más.

 SE LOS HABÍAN ADVERTIDO

Exigencias del sector agropecuario

Lo que no esperaban fue lo que ocurrió en estas últimas tres semanas, u observaron, esos grupos, que el mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador, desde su campaña fue el de acabar con el corporativismo y las prácticas clientelares que desde los grupos y organizaciones sociales se habían convertido en un tráfico de recursos inaceptable para cualquier gobernante, por las solicitudes tan descabelladas, que los líderes de estas instancias demandaban.

El gobierno,  a través de sus mayorías tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, envió en mensaje del término de esas prácticas, inadecuadas a los ojos de todos por corruptas, e inmorales.

Se acababa, desde semanas atrás el trato privilegiado que habían recibido organizaciones de dudosas prácticas, chantajistas y generadoras de caos: los recursos que tradicionalmente se les daban, no serían más para sus dirigentes, y sus bandas de seguidores.

Sitiado San Lázaro

Esos recursos multimillonarios que siempre les favorecieron, serán entregados de forma directa, a través de programas sociales con padrones definidos y reglas de operación a millones de beneficiarios.

Estos beneficiarios serán los más pobres, ya no se alimentará a una estirpe de caciques chantajistas que a través de acciones violentas y desestabilizadoras producían miedo, tanto a sus agremiados como a los gobernantes que se tragaban el garlito de la manipulación.