Rodrigo Villar
El chacal de Chalcatongo, Ulises Ruiz Ortiz, no sólo sería responsable de la desaparición forzada de militantes del Ejército Popular Revolucionaria (EPR), es promotor de innumerables actos de violencia criminal y del desaseo corrupto que tan buenos alumnos tuvo en Jorge Franco, (Vulgarito) Bulmaro Rito Salinas, Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, Heliodoro Díaz, entre una larga lista de delincuentes oaxaqueños.
De la historia de el chacal vale decir que militante priísta de por vida, nació en el poblado de Chalcatongo de Hidalgo, y él como un nutrido grupo de paisanos se fue a la Ciudad de México para matricularse en la UNAM, donde cursó la carrera de abogado. Dueño de un carácter zalamero se inscribió en las filas del PRI por allá del año 1980. En lo que todavía era el partidazo comenzó a crecer al abrigo de personajes que le brindaron su confianza, y a los que a la postre terminó por traicionar.
Antes de convertirse en gobernador de Oaxaca, se desempeñó como un gris y apocado diputado federal, para posteriormente, de la mano de su amigo y camarada Roberto Madrazo Pintado, ocupar un escaño en el Senado de la República portando la playera del PRI. Y de ahí a la gubernatura del estado donde traicionó a sus promotores.
Y es que Ulises Ruiz (ruin), para entonces llevaba en sus genes la traición y la represión como forma de entender la vida. Los señalamientos en su contra, provenientes de organizaciones civiles y gubernamentales en el país y en el exterior lo ubican como responsable de actos de lesa humanidad, es decir de los actos más deleznables que cualquier autoridad pueda haber cometido.
Recordemos como la Comisión de la Verdad de Oaxaca, tras una investigación llegó a la conclusión en 2016, que el chacal de Chalcatongo era responsable de desapariciones forzadas, homicidios extrajudiciales y detenciones arbitrarias acompañadas de tortura ocurridos durante la movilización de 2006, convocada por la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y lo que entonces se conocía como la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que reclamaban espacios de negociación y resolución de demandas laborales y sociales.
En aquel tiempo, las protestas y manifestaciones de los maestros disidentes, que habían permanecido 23 días en plantón en el zócalo de la ciudad de Oaxaca demandando espacios de diálogo y de negociación con las autoridades, y recibieron como respuesta la cerrazón del gobierno de el chacal Ulises lo que desató un conflicto social y político que se extendió hasta 2007. Ese personaje contó con la anuencia y apoyo de Vicente Fox Quesada, quien envió apoyo de fuerzas federales a favor del gobernador.
De ahí ocurrieron enfrentamientos entre el magisterio, organizaciones sociales y población en general con la Policía Preventiva del Estado y la Policía Federal, operativos en los que como se mencionó arriba intervinieron fuerzas federales.
Durante el lapso de más de seis meses de conflicto se registraron 30 ejecuciones extrajudiciales, 311 detenciones arbitrarias, 381 lesionados, 248 casos de tortura documentados y la desaparición forzada de dos personas.
De esos acontecimientos Ruiz Ortiz y sus compinches, Jorge Franco y Bulmaro Rito, entre otros estúpidos y corruptos funcionarios fueron responsabilizados de los delitos de tentativa de homicidio calificado, abuso de autoridad, tortura física, moral, psicológica, trato cruel inhumano y degradante, coalición de servidores públicos y lesiones.
Ulises Ruiz libró, contó con el respaldo del sistema (Vicente fox y Felipe Calderón) y gracias a sus contactos se libró de pisar la cárcel, e incluso el 12 de agosto de 2010, fue exonerado por el Congreso estatal de enfrentar un juicio político por presuntas violaciones a los derechos humanos durante aquel 2006.
Y aunque su pasado lo delate, sigue libre.