Niños oaxaqueños, sin atención médica.
La herencia negra de Germán Tenorio.
Que regrese los mil 500 millones, clamor.
Tomás Ezequiel Toledo
La hoja de papel que fue colocada en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña, “Doctor Guillermo Zárate Mijangos”, con el anuncio en letras negras de «Cerrado», constituye más que un paro de labores. Representa una tragedia para la infancia de la entidad, que de por sí ya enfrenta un inicio de su vida difícil por la crisis económica, que se ha quedado sin atención por falta de recursos.
Es además una escena más del horror que heredó Gabino Cué Monteagudo, que dejó hacer y robar a personajes como el Doctor Muerte, Germán Tenorio Vasconcelos.
La falta de liquidez con que opera la actual administración tiene su lado más duro en la falta de atención médica a los niños, en contraste con la riqueza que todavía ostentaba hasta el mes pasado Tenorio Vasconcelos en su retiro dorado en el Pacífico mexicano, y que durante su paso por los Servicios de Salud de Oaxaca extendió a Daniela Tenorio, el orgullo de su nepotismo.
Como se sabe, el viernes los trabajadores del hospital iniciaron un paro de labores, al argumentar la carencia de insumos para atender a sus pacientes. Los menores de edad se quedaron así en el total desamparo, en lo que representó además una violación a sus derechos humanos, esencialmente en el derecho a la salud.
La situación crítica, según la delegada sindical Leticia Hernández, va para tres meses y se ha llegado al extremo de no contar con los insumos mínimos que les permitan atender a los menores de edad.
La desatención va desde la carencia de fondos por la administración federal a la del presupuesto federal al Seguro Popular, porque como se recuerda el gobierno central propuso un recorte sustancial a ese servicio en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2017, avalado por la Cámara de Diputados, incluido el voto de todos los partidos, excepto Morena.
Según testimonios de los trabajadores, el hospital no pertenece a la red hospitalaria de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) y, por lo tanto, esa dependencia se desentiende con el argumento de que es responsabilidad del Seguro Popular garantizar las claves de medicamentos.
Como se dice vulgarmente, uno a otro se echan la papa caliente, mientras los niños continúan sin el servicio básico. El cálculo de los paristas es que sólo cuentan con dos por ciento de los insumos para el funcionamiento del nosocomio y por ello el cierre.
Sólo se atienden urgencias, mientras sin exagerar el hospital ha entrado en una situación de emergencia, que debe ser resuelta a la brevedad, aunque el paro se levante.
De acuerdo a los trabajadores, el hospital enfrenta un adeudo de 90 millones, que representa también un impedimento para comprar medicamentos, y en contraste el presupuesto que tiene asignado es de sólo 23 millones. Esto es, un déficit de 27 millones
Uno de los ejemplos que han puesto los equipos de médicos y enfermeras es que en quimioterapias a los menores, el personal ha utilizado batas de tela, cuando se requieren otras especiales y desechables.
La delegada sindical repuso que hay niños muriendo en el hospital porque ninguna autoridad gubernamental ha solucionado el problema de falta de fondos.
Es en ese contexto en que la fiscalía del estado no sólo debía continuar con el proceso penal en contra de Germán Tenorio y sus cómplices detenidos, sino de apretar para conseguir la devolución de los fondos que se robó el Doctor Muerte. De los mil 500 millones de pesos que se le imputan, bastaría con el 10 por ciento para que el hospital de los niños continuara sus actividades sin estrecheces.
Cada hora y día que pasen en la misma situación, la falta de atención a los niños oaxaqueños es más que un paro de labores, representa también un atentado contra el futuro de la entidad y, en efecto, un golpe a la más elemental humanidad, por estos días tan escasa.
