Luces y sombras de París


La Torre Eiffel

Elvia Andrade Barajas/Reportajes Metropolitanos

Catedral de Notre Dame

París, septiembre de 2024.- Durante meses programé y pagué mi viaje a París.

Todo iba perfecto. Día a día revisaba los detalles:  la comida en el avión, el aterrizaje, el momento de hospedarme en el hotel y cómo me presentaría en la recepción: “Bonjour Mademoiselle”, “Bonjour Monsieur”, practicaba frente al espejo.

Ya me veía en mi bella habitación con vistas a la Torre Eiffel, la Catedral de Notre Dame, el río Sena, y todos esos palacios y castillos llenos de historia, que he visto en libros de Historia Universal y películas de reyes y emperatrices.

Tenía planeado subir rápidamente a dejar mi equipaje. Sacar la ropa que llevaba en mi mochila, para irme a comer al Hard Rock, un atuendo total black con mi chamarra de piel con estoperoles, pinks y algunas letras en blanco, que cuando use en San Diego, California, me chulearon mucho algunas americanas y no faltó la que me preguntó ¿dónde la compraste?… ¿Dónde crees?, les contestaba.

PRACTICANDO

DOS IDIOMAS

Vista nocturna del Río Sena

Por las mañanas practicaba el francés y el italiano, porque iba a estar dos días en París y de ahí me iría nueve días a la VI Cumbre Internacional de Periodismo CONAPE 2023 en Milán y Génova, Italia, donde al concluir el evento había planes de ir a Venecia, Florencia y Roma y de ahí regresaría tres días más a París, en los que además de recorrer la ciudad de la luz, debía asistir a una reunión en la sede de Reporteros sin Fronteras, de la que soy socio con voto.  Esa reunión era muy importante para mí.

Pero, sólo compré el boleto en tren a Roma, porque Mónica Calvache, vicepresidenta de CONAPE Italia, nos dijo que no había problema para viajar a Venecia, Florencia y Génova, toda vez que están muy cerca de Milán y hay salidas de autobús y tren constantemente a buenos precios.

No me quería perder Roma y mucho menos ese tour free en el que un guía de turistas cuenta en español los secretos del Vaticano: Al final del recorrido le pagas lo que consideres adecuado, además incluía la toma de fotografías desde los mejores puntos, para tener las mejores tomas. Ellos conocen el lugar exacto para la mejor foto.

Mona Lisa

La cita en el Hard Rock era a las 16:00 horas.
Ahí comería una deliciosa hamburguesa con papas fritas y refresco ilimitado.  Todo por 530 pesos, incluidas las fotos con la guitarra de Elvis Presley o de Madona, de las cuales me urgía preguntar si eran reales o réplicas.

Del Hard Rock saldría a las 20:00 horas y me iría al punto de encuentro, cerca de la Torre Eiffel,  para tomar el Big Bus Nocturno, para disfrutar París de noche, y llenarme la vista con sus luces brillantes iluminando el río Sena.

En esa noche parisina pasaremos por el Moliere de Rous, un centro de espectáculos parisinos muy famoso, que no entraba en mis planes.

En el recorrido pasaría por la famosa Champs Elysees, donde se ubica el Arco del Triunfo, ese que conmemora las victorias de Napoleón Bonaparte, así como las Plazas de la Concorde, de Charles de Gaulle, innumerables y famosos restaurantes, cafés y tiendas de lujo de alta gama.

Mónica Calvache

El viaje terminaría en la Torre Eiffel, a las 23 horas y como en París la diversión termina a esa hora, tendría que regresar a mi hotel.

Todo estaba calculado.  Aprovecharía el tiempo al máximo.

En mi itinerario estaba escrito que regresaría al hotel a tomarme fotos desde mi enorme cama con unas zapatillas negras de tacón alto y delgado, que ya no puedo usar, pero en esa foto se iban a ver junto a la Torre Eiffel.

Ese era mi gran deseo, algo así como despedirme de los estiletos a causa de una lesión en la rodilla.

Sería como tener a la Torre Eiffel o a Paris a mis pies jajajaj creo que por aquí empezó la magia, como esa de los cuentos infantiles o de las películas americanas, en los que algo sopla y todo cambia, para darme la lección de mi vida.

BIEN INFORMADA

SOBRE EL CLIMA

También había previsto el clima, lo seguía diariamente desde mi celular, era frío y lluvioso, por lo que llevaba gabardina, paraguas, zapatillas, botas, tenis, y ropa para cualquier temporada, frío, lluvia y calor.  Nada me sorprendería, iba preparada para todo, según yo.

Mercados de segunda mano en París

Ah, y lentes para cada atuendo, que barbaridad.  Terminé cuidándolos y regalándoles, aún no sé por qué.

Lo que sí cancelé antes de viajar fue un Tour de Compras Personalizadas, cuyo costo era de tres mil pesos, lo que finalmente me pareció innecesario, porque yo sólo quería comprar una bolsa, que deseo desde hace tiempo, pensaba que aquí la encontraría a mejor precio, porque aquí la fabrican, pero después supe que Italia y China tienen mucho que ver en la producción de productos de alta gama parisina.

VISITANDO TIENDAS DE

LAS GRANDES MARCAS

Este Tour, es interesante, porque te lleva a todas las tiendas de fama internacional y en contraste a conocer las tiendas y mercados de segunda mano, que abundan en París.

El Molino Rojo

Lo que sí confirme y pagué fue mi cena gourmet en barco por el río Sena, que prometía pasar por varios museos y concluía en la Torre Eiffel con opción a subir a conocer alguno de sus restaurantes, boutiques o ir al mirador.

La cita para el recorrido en barco era en el Port de Solférino (Puerto Solferino).

Antes iría sola de compras, a buscar mi bolsa, y de regreso de la cena en el recorrido por barco, tomaría más fotos de la Eiffel, no así de la Catedral de Notre Dame, porque su historia me intimidaba por sus gárgolas, que algunos dicen personifica al diablo retando a la luz divina. No quería verlas ni de chiste, pero dicen que ellas miran todo y a todos.

Al otro día, miércoles, volaría a Milán, donde debía estar antes del 18 de mayo para participar en la VI Cumbre Internacional de Periodismo que se inaugurará en el Palacio Realle de Milán, del que no tenía idea dónde estaba.

Uy, que emoción, pero había un detalle.

Primer error.  NO CONFIRMAR CAMBIO DE VUELO

Entre a la aplicación de Air France e hice el cambio de fecha de mi vuelo para llegar el sábado y no el domingo, porque los martes los museos no abren, y ya tenía mi entrada para el Louvre, con guía de turistas en español, quien sugiero hacer tal modificación.

Air France me enviaba mensajes diariamente pidiendo que confirmara mi viaje; uf, pensaba, ¿qué tanta confirmación?, y no lo abrí.

Entendí lo qué pasaba cuando, días antes del viaje,  entré a la página y vi que no habían respetado mi cambio de fecha.

Una amable recepcionista con tono francés me explicó, que no se había hecho el cambio de fecha porque no confirmé el movimiento en los múltiples correos que me habían enviado.

Museo de Louvre

¡Oops!

Así perdí un día y tuve que cambiar mi fecha para el Louvre a mi regreso de Italia.

Hable al hotel para solicitar que cambiaran mi fecha de llegada, para no perder un día, pero muy amablemente me explicaron que era imposible en las reservaciones de pago por adelantado, y más en mi caso que la tarifa que había pagado siete meses antes era más baja que la vigente ese día.

ADMIRANDO GRANDES

OBRAS UNIVERSALES

No quería perder la oportunidad de conocer la gran obra de Leonardo Da Vince, La Gioconda o Mona Lisa, o las impresionantes esculturas de Miguel Ángel: El Esclavo rebelde y El Esclavo moribundo, que se exhiben en el Louvre.

Ardía de deseos de conocer personalmente las esculturas de La Venus, la Diosa del Amor y la belleza; a Zeus, el dios supremo de la mitología griega, que gobernaba el cielo y el trueno.

Mi mente era un torbellino de planes.

Tenía previsto tomarme una foto en esa piedra que está en la explanada del Museo de Louvre, desde la que da la impresión que agarras con los dedos el duomo del museo, ubicado en el Palacio Louvre.

Así que, en mi primera visita a París, este recorrido no fue posible, porque no confirmé mi cambio de vuelo y perdí un día, incluso de hospedaje pagado y mi visita para conocer la sede en París de Reporteros sin Fronteras, porque llegué un día después.

Air France me enviaba muchos correos con asunto: Confirmé su viaje, lo que no hice.

Aquí todo empezó a torcerse.