Inoperante, oficina de la CDI Oaxaca por orden de Jorge Toledo


Controla pagos, nominas, y proyectos a través de control remoto desde el Senado.

Toledo Luis amigo protector incondicional de Ulises Ruiz Ortiz

Antonio Quintero

Al ahora Senador  Jorge Toledo Luis la vida le cambió, quien fungía como suplente de Eviel Pérez Magaña hace unos meses, su nuevo encargo le ha redituado millonarias ganancias, es decir ocupar la titularidad del cargo como Senador que dejó vacante Pérez Magaña, y aprovecha el cargo para obtener billetes, ya que en la labor legislativa nada de a muertito, sin conocimiento de cuál debe ser su tarea legislativa, deambula como senador grisáceo, oscuro,   es parte de esa vieja camada de priistas que llegaron a un puesto de elección popular para allegarse de poder, sueldos, tráfico de influencias,  como una forma de adherirse a la ubre presupuestal, de vivir a costa de otros, de servirse con la cuchara grande, porque en su tendencia baja es primero servirse como funcionario público que servir a la ciudadanía.

Un legislador que piensa en pequeño, limitado por su ambición mezquina, porque un funcionario como él no debe estar en un nuevo encargo público, porque lo ensucia con sus malos hábitos y porquerías, su falta de sensibilidad política, de tacto, de imagen institucional.

Controla pagos, nominas, y personal desde su control remoto en la senaduría, es decir desde que arribó al senado de la república por obtener la suplencia de Eviel Pérez Magaña, y obediente a su patrón Ulises Ruíz Ortiz, quien confabula todo por mantener su equilibrio económico a costa de lo que sea para mantener a verdaderos bribones en puestos de jerarquía como titulares, delegados, coordinadores o representantes de alguna cartera activa del priísmo.

Obediente a esa doctrina política de su patrón, Jorge Toledo Luis continua operando –válgame decir  exprimiendo en toda la extensión de la palabra-, a la pobrísima, indigente dependencia denominada para ayudar, socorrer,  favorecer, auxiliar, a los indígenas, porque fiel a su slogan la CDI es llamada Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, y sus siglas son precisamente así CDI.

Una dependencia que ha servido a todos los que pasan por ahí, obviamente me refiero a los titulares, a los funcionarios, a los protegidos y a los enviados a esos puestos que llegan por el compromiso político, por el besamanos, y el tráfico de influencias entre otras cosas.

Esa dependencia es claramente utilizada para los intereses y compromisos políticos, muy lejos de lo que pretendía o para lo que fue creada; favorecer a las comunidades y pueblos indígenas de Oaxaca,  pero no sólo es para esta entidad sino la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), es una dependencia federal, con recursos federales, y ubicadas en varios estados de la república mexicana.

quintero-nota-cdi-oficinas-de-cdi-oaxaca

COMUNIDADES INDÍGENAS OLVIDADAS

Desde siempre las comunidades indígenas se han mantenido lejos de todos los servicios básicos, alejados de los principales programas que supuestamente se constituyen o establecen por el gobierno federal para tratar de remediar o subsanar la crisis en que viven. Se supone que dependencias como la CDI, son para ayudar a los pueblos y comunidades indígenas en la creación de proyectos para el mejoramiento de la producción y productividad indígena, tal como lo perfilan sus principios y acciones.

Sin embargo, eso es teoría, porque en la práctica los titulares, encargados tuercen a su manera los compromisos que deben perseguir para que todas esas comunidades indígenas se superen, progresen y tengan una mejor calidad de vida. Situación que a los recientes delegados como en este caso a Jorge Toledo Luis le importa poco o nada, porque sólo le conviene utilizar el membrete de ser delegado sin que las comunidades indígenas reciban apoyos, trámites, y gestiones para sus diversos proyectos.

Ejemplo claro es  la delegación de la CDI Oaxaca, donde dicha dependencia esta siempre cerrada o lo que es lo mismo siempre está tomada, bloqueada por diversos manifestantes, grupos de indígenas que llegan a tramitar algún requisito y no les hacen caso desde hace meses. La gente se cansa.

Han dado la orden de cerrar las puertas principales, y sólo por una estrecha ventanilla que da a la calle se puede atender, vigilan policías, si es uno solo lo dejan pasar, si son muchos deben esperar a que alguien los atienda, pero habitualmente no hay quien los atienda. Y esa dependencia permanece acéfala, porque es más cómodo trabajar desde adentro, los indígenas que esperen, que se aburran y que se vayan, eso dicen las secretarias que se la pasan en el celular. Gastando tiempo aire, sin importar que también son servidores públicos.

El beneficio figurado que debía ser no lo es, desde la llegada de Jorge Toledo Luis, que aparentemente dejó la dependencia en diciembre del año pasado, pero que revelan los propios trabajadores que continua dirigiendo la dependencia desde el Senado de la República, gracias a que Jorge Toledo ha aprovechado que el gobierno federal no haya designado a ningún delegado que tome las riendas de esa dependencia.

Nueve meses y Jorge Toledo Luis ahora flamante senador de la república no le alcanza el dinero que cobra en el senado, y por ello sigue cobrando en la CDI Delegación Oaxaca, continua operando los proyectos productivos desde el Senado al parecer, y señala tajante que ahora y siempre ha velado por los intereses de los indígenas, lo cierto es que su discurso tiene doble fondo, y no concuerdan sus acciones con sus discursos.

De manera institucional esta dependencia se ha hecho importante en la entidad oaxaqueña por las extensas zonas de comunidades indígenas, personas hablantes de alguna lengua indígena; y que representa Oaxaca, con un millón 203 mil 150.

De acuerdo con la medición de la pobreza llevada a cabo por el Coneval, en el año 2010 los pueblos y comunidades indígenas son los espacios en los que la pobreza se vive con mayor intensidad.

Por ejemplo, si entre la población no hablante de lenguas indígenas el porcentaje de personas pobres es de 44.1%, en los pueblos originarios el porcentaje es de 79.1%.

Entre los pobres es evidente que quienes enfrentan las más profundas condiciones de   incumplimiento de sus derechos sociales son aquellos que no cuentan con los recursos   necesarios para adquirir una canasta básica alimentaria al día, es decir, lo mínimo indispensable para la ingesta calórica y de proteínas necesarias para mantener la salud del organismo.

Por supuesto que el senador Jorge Toledo Luis desconoce ampliamente lo que viven las comunidades indígenas muy a pesar de que en sus discursos dice que proviene de una familia indígena, son simples mentiras que se encuentran en su agrio discurso.

Para Toledo Luis es difícil que entienda la pobreza, pues está dedicado a captar dinero, cobrar con dos puestos, con dos funciones,- esto se llama usurpación de funciones públicas-.

Esperar  lo que resulte de sus negociaciones al amparo de su función pública, del dinero fácil que le da su partido político, Jorge Toledo aprovecha con toda la ambición y oportunismo  que le lleguen sus quincenas, para él y para todos sus colaboradores.

La CDI se ha convertido en una caja chica del senador Toledo Luis en su apetito goloso de allegarse de más recursos y olvidarse de los pueblos y comunidades indígenas que se refriegan en la miseria.

Por su parte en la Mixteca, en la Heroica Ciudad de Tlaxiaco, instalaciones de la radiodifusora la Voz de la Mixteca se encuentra abandonada, sin presupuesto, no hay dinero para culminar el proyecto de esas instalaciones, no hay recursos para la impermeabilización de su techado y en época de lluvias las goteras al interior son por todos lados, con charcos de agua en pasillos, exponiendo los archivos audio-digitales, tesoros de comunidades enteras, un estacionamiento de tierra, de lodo que visitantes y empleados tienen que sortear diariamente.

Trabajadores están a la espera de un delegado con sensibilidad, con voluntad, responsable, para que de avance en los proyectos  de esa dependencia y que se fortalezca en todas las regiones.