Gran Angular El muro imposible de Trump


Empresa israelí Megal Security System construiría la barrera.

Militar de EU Stephen P. Howard revela cifras sobre el muro.

Aborda tema de consumidores de droga en la Unión Americana.

Raúl Rodríguez Cortés

Primero un dato duro de la situación actual del muro que separa los territorios de México y Estados Unidos: La estructura de la barda metálica tiene hoy una longitud de mil 59 kilómetros en una frontera común que mide tres mil 142 kilómetros, lo que quiere decir que faltan por levantar dos mil 83 kilómetros, más de la mitad.

El republicano Donald Trump pretende completarla y reforzar la ya existente, cuya construcción se inició desde el gobierno demócrata de Bill Clinton. Cuesta imaginar lo que esa obra implicará en dinero, trabajo y tiempo.

Para tratar de comprenderlo es muy pertinente la información que recupera el periodista Jorge Medellín en el blog de información militar y seguridad nacional EstadoMayor.mx, quien comparte un informe del Departamento de Defensa de Estados Unidos fechado en 1997 y un artículo especializado de un coronel de la Fuerza Aérea estadounidense que data de 2001 que responden a la pregunta de lo que se necesita para sellar completamente la frontera con México.

En 1997, el Informe de la Estrategia Internacional para el Control de Narcóticos elaborado por el Pentágono, establecía los siguientes requerimientos estrictamente militares:

“Necesita al menos 500 mil soldados de diversas armas y servicios, el despliegue de 96 batallones de infantería, la movilización de 53 compañías de helicópteros, de unos 210 buques de diverso tipo y tamaño para resguardar las costas en el Golfo de México, el Atlántico y el Pacífico, y de al menos 110 aviones dedicados exclusivamente a la vigilancia fronteriza”.

Todo esto sería permanentemente, los 365 días del año, a lo largo de más de tres mil kilómetros de frontera común y con los gastos astronómicos que significaría. Y, aun así, sellar la frontera en su totalidad sería imposible porque los narcotraficantes siempre encontrarían la manera de meter la droga en algún punto de muralla.

El informe del Pentágono detalla:

“Noventa y seis batallones de infantería integrados con 500 efectivos, a la manera tradicional, son 48 mil soldados. Noventa y seis batallones de infantería compuestos de 900 efectivos, como se hace en despliegues de guerra, son 86 mil 400 soldados.

“Cincuenta y tres compañías de apoyo aéreo, compuestas por aeronaves de ala rotativa, formadas por 15 aparatos cada una, son 795 helicópteros (escenario tradicional). Cincuenta y tres compañías de apoyo aéreo integradas por 30 helicópteros cada una, son mil 590 aparatos desplegados permanentemente en la frontera (escenario de guerra).

“En material humano, 53 compañías de helicópteros formadas por 200 elementos cada una son 10 mil 600 soldados. Además, 110 aviones para vigilancia fronteriza integrados a la seguridad de una eventual muralla fronteriza, implicaría utilizar de seis a once escuadrillas, las cuales estarían compuestas de 100 a 300 efectivos. Seis escuadrillas con 100 elementos cada una son 600 soldados (escenario tradicional) y seis escuadrillas con 300 elementos cada una son mil 800 soldados (escenario de guerra). Once escuadrillas compuestas por 100 elementos cada una son mil 100 soldados (escenario tradicional) y once escuadrillas integradas con 300 efectivos cada una, son tres mil 300 soldados (escenario de guerra)”.

De esas dimensiones era en 1997 el requerimiento del despliegue militar, si los Estados Unidos pretendían sellar la frontera con México para frenar al paso de narcóticos e indocumentados.

En octubre de 2001 -recuerda el periodista Jorge Medellín- el teniente coronel de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Stephen P. Howard, escribió el artículo “La Guerra Militar contra las Drogas:Demasiados recursos, muy pocos resultados”, en la revista Airpower Journal.

En su análisis, critica detalladamente lo que ya desde entonces era considerado como el fracaso de los esfuerzos militares de los Estados Unidos para combatir el fenómeno del narcotráfico.

La estrategia policiaco-militar de combate a las drogas, con un gasto acumulado hasta entonces de 179 mil millones y medio de dólares en dos décadas de lucha, era sometida a una dura evaluación por parte de un grupo de militares encabezados por el teniente coronel de la USAF.

Las conclusiones fueron devastadoras y abrieron paso al retiro gradual de los militares norteamericanos de la lucha contra el narco, su regreso a los cuarteles, su reorganización, modernización y despliegue planetario.

El documento reconocía que la confrontación punitiva contras las drogas no daría mayores ni mejores resultados mientras siguiera faltando inteligencia sobre la estimación de cuántos consumidores de drogas existían en su país, qué clase de drogas usaban, en que estados vivían, que tipo de ayuda recibían, de dónde venían las drogas, quiénes se las vendían y cuánto le costaba al país el consumo de narcóticos.

Howard, recuerda en su texto que tan sólo el Departamento de Defensa había gastado, hasta antes del 2001, 348 millones de dólares en apoyo a actividades de inteligencia “para romper fuentes de abasto nacionales y extranjeras”.

Y coincidía con el dato aportado en 1997 por el informe del Pentágono: “para vedar adecuadamente a los narcotraficantes, se necesitarían aproximadamente 500 mil efectivos y sus equipos acantonados permanentemente en la frontera de Estados Unidos y México”.

Tan solo con este dato, ¿cómo se atreve Trump a cuestionar los esfuerzos militares mexicanos contra el narcotráfico y sugerir que ante las supuestas fallas de nuestras fuerzas armadas, las de Estados Unidos están listas para intervenir?

GRAN ANGULAR EL MURO EN ISRAEL

LA BARDA O MURO EXISTENTE

Los mil 59 kilómetros de barda ya existentes, fueron construidos con placas de metal sobrantes de la etapa final de la guerra de Vietnam y de otros conflictos bélicos en los que han intervenido las fuerzas armadas norteamericanas.

Dicha estructura ocupa el décimo lugar a nivel mundial en su tipo. La altura promedio de las placas que la conforman es de cuatro metros. En algunos puntos llega a medir nueve metros por los pilares de acero que sostienen varios tramos de la barda.

La muralla es vigilada por agentes de la Patrullas Fronteriza, dependencia que cuenta con poco más de 17 mil agentes que se suman a una fuerza encargada de vigilar 314 puntos de acceso al país (puertos aéreos, marítimos y rutas terrestres). Trump pretende aumentar en diez mil su número de efectivos.

Un sistema de drones (Predator y Grey Eagle) así como torres equipadas con cámaras infrarrojas y sensores de calor, completan hoy en día el esquema de seguridad fronteriza de los Estados Unidos con México. Para Trump nada de esto es suficiente y ya ha ordenado el inicio de los trabajos para levantar una nueva muralla que sustituirá a la cortina de metal y concreto. Hace unos días reiteró que no es broma y que ya se está diseñando.

Saar Koursh

EMPRESA ISRAELÍ CONSTRUIRÍA EL MURO

Donald Trump dijo el miércoles pasado: “Los muros funcionan, sólo pregúntenle a Israel, funcionan si se hacen correctamente”.

El sábado 28 de enero anterior, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu había dicho: “El presidente Trump está en lo correcto, yo construí un muro a lo largo de nuestra frontera sur que paró la inmigración ilegal, un gran éxito, gran idea”.

¿Dónde se conectan ambos posicionamientos, más allá de las históricas coincidencias geoestratégicas y de los intereses financieros compartidos por Estados Unidos e Israel?

Conectan en la empresa que allá construyó los muros en sus fronteras con los territorios palestinos (Gaza al sur y Cisjordania al este); y que acá es la más firme candidata para levantar el que tanto anhela Trump en la frontera con México.

La empresa se llama Megal Security System y tiene entre sus principales accionistas al primer ministro Netanyahu. Pero además tiene una fuerte presencia en México.

De acuerdo con la información corporativa que ofrece a sus potenciales clientes, Megal Security System ha desarrollado sofisticados sistemas de seguridad que operan en plantas estratégicas de Pemex (sin precisar cuáles); de la CFE (como la nucleoeléctrica de Laguna Verde o los puertos Libertad de Sonora, San Carlos de BCS, Tuxpan de Veracruz y Lázaro Cárdenas de Michoacán); los aeropuertos de Ciudad del Carmen, Campeche y de Torreón, Coahuila; diversos penales de alta seguridad y el Banco de México, así como un buen número de empresas privadas como Bancomer, Banorte, Bayer, Sanofi, Kodak, Panasonic y General Motors Company.

La empresa israelí, especializada en la instalación de bardas perimetrales para evitar intrusiones con el apoyo de cámaras, robots, sensores sofisticados y software especializado en la operación del sistema, fue creada en 1969 como un departamento de Industrias Aeroespaciales de Israel y hoy cotiza en el índice NASDAQ de la bolsa de Nueva York.

El ejecutivo en jefe de la compañía, Saar Koursh confirmó haber hecho contacto con el equipo de Trump después de que ganó las elecciones, por considerar que podían ofrecerle un proyecto interesante en su reiterada idea de construir un muro fronterizo con México.

Otras fuentes no descartan que el vínculo de Trump con Megal Security System fue bien aceitado por el yerno y asesor del presidente estadounidense, el también magnate inmobiliario y dueño del periódico The New York Observer, Jared Kushner, quien proviene de una familia judía ortodoxa. Si los israelíes le van a entrar al muro, pues rescindamos los contratos que tienen con nosotros. (rrodriguezangular@hotmail.com , @RaulRodriguezC , ralrodriguezcortes.com.mx )

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