Alberto Montoya
Xóchitl Gálvez tiene que relanzar su estrategia, su precampaña que no es precampaña, porque así lo ordena la ley electoral.
Ciertamente las encuestas que se han difundido en las dos semanas recientes son pagadas y con la intención de inducir el voto para Claudia Sheinbaum.
Que 50 puntos, que 30 puntos de ventaja. Igualito que en el Estado de México, con Delfina Gómez, apenas en junio pasado, a la que le daban hasta 23 y 25 puntos sobre Alejandra del Moral.
El triunfo fue por 8.1, una diferencia abismal con lo que las encuestadoras manejaban.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador y, por supuesto, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), siembran la idea de que todo está decidido cuando aún no ha empezado y buscan desanimar a los votantes.
La misma estrategia que usó por décadas el Partido Revolucionario Institucional (PRI), aunque aquí el tema es que tanto Andrés Manuel como sus seguidores han dicho siempre que son diferentes, que no son iguales.
EL MOMENTUM ES LA CLAVE
Xóchitl pasó de la sorpresa, del impacto y de llegar a la cúspide, al descenso.
Alcanzó el punto más alto de la gráfica y comenzó la bajada hasta estabilizarse.
Y así lleva ya más de un mes, como coordinadora del Frente Amplio por México (FAM), integrado por PRI, PAN y PRD, además de la sociedad civil.
¿ENTONCES?
Hay que ajustar.
Xóchitl necesita un vocero, alguien especialista en manejo de crisis, de medios, pero apenas el lunes dijo, tajante, que no, que no lo tendrá.
Y se equivoca, porque la comunicación es fundamental en una campaña.
También debe deshacerse de quienes se acercaron a ella sólo para obtener algo.
Cierto que históricamente así se ha hecho.
El equipo recibe su recompensa cuando triunfa el candidato o la candidata.
Pero, para ello, la oriunda de Hidalgo debe sentarse con los partidos que le postularon y definir reglas para la repartición de candidaturas.
Que haya consenso.
No debe pasar por alto que son tres partidos los que le postularon y que con todos debe alcanzar una buena negociación.
Por supuesto, sin olvidar a la sociedad civil, que le impulsó y que marchó a favor del frente cuando ella ni figuraba como eventual candidata.
LAS ENCUESTAS
Felipe Calderón hizo un alto en su campaña y cambió hasta de slogan dos veces.
No funcionaba.
De “Mano firme, pasión por México”, pasó a “Valor y Pasión por México” para, finalmente, utilizar “Para que vivamos mejor’.
También usó el “Tengo las manos limpias” que, al concluir su sexenio, fue utilizado como “Tengo las manos sucias”, debido a la guerra contra el narcotráfico que declaró en diciembre de 2006.
Así, queda claro que Xóchitl debe replantear la estrategia, porque Sheinbaum trae el apoyo de todo el aparato de Estado, con lo que ello significa, y lleva tres años de impune y descarada campaña, mientras ella lleva apenas dos meses.
No es lo mismo la ocurrencia, la respuesta a botepronto y la agilidad, que la improvisación.
Eso debe quedar muy claro en el equipo de la inminente candidata presidencial del Frente Amplio por México.
Por supuesto, esos 50 o 30 puntos sólo existen en la mente de Sheinbaum y López Obrador.
SE HACEN BOLAS CON EL FENTANILO
Que no se produce fentanilo
Que sí se produce fentanilo.
La secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, se enredó con el tema y con los laboratorios clandestinos.
Eso sí, nadie la pudo mover de su posición:
-En México no se produce fentanilo, se producen metanfetaminas.
Y se resbaló cuando dijo que sí hay laboratorios que lo producen, pero la canciller Alicia Bárcena entró al relevo y la rescató.
En la conferencia posterior a la reunión en Palacio Nacional, dijo que hay laboratorios ilegales, nada más faltaba que legales, donde sí se produce.
Vámonos:
Joe Biden se escuda en la ley para construir unos 32 kilómetros de muro, pese a que juró que no lo haría. Y Andrés Manuel lo justifica “porque los conservadores lo están presionando”.
Sí, pobre Biden.
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