Desde el portal: La destrucción del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca, Patrimonio Cultural de la Humanidad


Puerta lateral del edificio central de la UABJO en llamas

Ángel Soriano 

 Desde la fachada del ex Convento de San Pablo, en Fiallo e Independencia, edificio cedido por el Presidente Benito Juárez al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca y del que fuera Director, hasta la ocupación total como mercado de artesanías de la arcada principal del Palacio de Gobierno, forman parte de la destrucción del Centro Histórico de Oaxaca, declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1986.

Derivada de esta situación, el pasado 31 de octubre la misma UNESCO excluyó a la ciudad de Oaxaca como parte de la Red de Ciudades Creativas que integran 66 ciudades del país, las cuales reúnen los requisitos fundamentales –nada igualable a la Verde Antequera- y anunció que hará observaciones a las autoridades municipales para conservar su lugar en dicha nominación, pero también hay el riesgo que, de continuar el deterioro, baje el rango de Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Drásticos cambios en fachada del templo de Nuestra Sra. de Las Nieves

La ciudad capital no sólo ha sido víctima de la voracidad del capital financiero trasnacional, que no transformó, sino destruyó la reliquia histórica del siglo XVIII del ex Convento de San Pablo, primera sede del Instituto de Ciencias y Artes del que fuera director Benito Juárez, el Dr. Ramón Pardo o Marcos Pérez, sino de las mismas autoridades federales que a través del INAH han modificado fachadas de los templos de San Agustín y de Las Nieves, al tapizar con cemento la cantera verde original y pintarlas de color amarillo como parte de “la modernización”.

Las autoridades federales han sido omisas o cómplices de la destrucción de la extraordinaria belleza arquitectónica de la ciudad de Oaxaca. La Casa del Obispado, el antigüo Palacio Federal ubicado frente a la Catedral, sobre la avenida Independencia, junto al edificio central de la UABJO, es ocupado en temporadas turísticas como mercado artesanal. Los vendedores cuelgan sus mercancías sobre puertas y paredes y ocultan con sus mercancías placas donde se da cuenta de la importancia histórica del inmueble.

Exconvento de los Siete Príncipes, actual sede de la Casa de la Cultura de Oaxaca

También el mismo edificio central de la UABJO, hoy con sus aulas empolvadas y pupitres amontonados y sus puertas incendiadas por la barbarie, es ocupada por los artesanos que no encuentran lugar adecuado para la venta de sus productos y que “convencen” a los encargados de los inmuebles en ocupar esos sitios para el mercadeo. No hay autoridad, en ninguno de sus tres niveles, con capacidad ni imaginación para rescatar el patrimonio cultural de la ciudad que no es, como se imaginan, propiedad de los oaxaqueños, sino de la humanidad.

Los intereses financieros que se apoderan de la capital oaxaqueña iban ya también sobre el ex Convento de los Siete Príncipes pero una vez que Guillermo García Manzano, que era director de la Casa de la Cultura que funciona en ese sitio, dio la voz de alerta, se evitó el despojo pero se despidió al ex rector de la UABJO que, aun cuando se retractó de su dicho, ya la sociedad oaxaqueña se había alarmado con tan alevosa actitud. El interés financiero se ha unido, lamentablemente, al interés político y si se consuma un nuevo atentado de imponer como gobernadora a la senadora Harp, habremos perdido la ciudad.

Guillermo García Manzano

Y hay que recalcar este dato: los mismos oaxaqueños han sido omisos de la barbarie que acaba con todo. Desde el robo de la corona a la Virgen de La Soledad –la patrona de los oaxaqueños- en 1991, hasta los enrejados de Santo Domingo y La Catedral, pasando por sus históricos portones que fueron sustituidos por material de pésima calidad, lo mismo que las puertas del edificio central de la UABJO. Y aun lo que queda, es víctima de la actividad mercenaria; en los Portales es prácticamente prohibido el paso de turistas y peatones: están ocupados por españoles que dominan la actividad gastronómica.

Y no sólo eso.

En un arranque de inspiración, las autoridades municipales ordenaron a sus membretes que supuestamente defienden el Centro Histórico de la ciudad a darle una manita de gato al afrancesado kiosco y sembrar unas plantitas a elevado costo, las cuales fueron destruidas en la primera marcha de protesta en los primeros días de noviembre, y a consecuencia de ello, se ordenó a un grupo de golpeadores a desalojar a pacíficos ciudadanos que descansan en el zócalo ante la indignación generalizada de la ciudadanía.

Susana Harp Iturribarría

No es ni con la siembre de florecitas ni golpeando ciudadanos como se puede rescatar la destruida ciudad de Oaxaca. Se requiere de planes y proyectos serios en los que participe la sociedad civil y los tres niveles de Gobierno para descentralizar las actividades comerciales, turísticas y culturales del zócalo capitalino hacia los tradicionales y bellos barrios con los que cuenta la ciudad, hacia los 29 municipios y atractivas comunidades que conforman el Valle de Oaxaca para reactivar la economía e impulsar el turismo hacia bellezas desconocidas incluso por los mismos oaxaqueños.

Sin embargo, no hay voluntad política en los tres niveles de Gobierno, lo que hay sin intereses económicos y políticos con los grupos de presión que se han apoderado del Patrimonio Cultural de la Humanidad y lo mismo los vendedores ambulantes que los grandes intereses bancarios de poderosas familias participan alegremente de apoderarse de la riqueza cultural de Oaxaca con fines de lucro sin importar la destrucción del patrimonio cultural y dando rienda suelta a su actividad mercantil.

Portales del Centro Histórico de la Cd. de Oaxaca

Para ello, la sociedad civil busca organizarse: se promueve la creación de la Fundación Cultural para el Rescate del Centro Histórico de Oaxaca para aportar propuestas y contribuir a la conservación y difusión de nuestro patrimonio, mediante el uso adecuado de edificios históricos hoy abandonados para que se conviertan en instituciones de investigación científica, académica y cultural y Oaxaca sea el atractivo mundial para el estudio de las diversas corrientes de pensamientos y de nuestro pasado histórico, hoy todavía no explorado pero que requiere del aporte y conocimiento de los estudiosos en la materia. Confiamos en que esto se haga realidad.