Democracia sin adjetivos


Claudio X. González

José Blanco/La Jornada

El presidente Andrés Manuel López Obrador

La guerra sucia de la derecha prianista ha estado a la vista durante el gobierno de Andrés Manuel. La cascada de los insultos infames al Presidente ha sido permanente como consta a cualquiera que se haya asomado a las redes sociales. Entre cientos de insultos, se le ha motejado como el cacas, escrito así o como kks, desde que inició el gobierno hasta el día de hoy. Una vergüenza que infama a quienes así denigran. Se ha machacado sobre la población la idea de que el Presidente es un imbécil, descrito con las peores palabras y mediante retorcidas ilustraciones. Ahora, además, según el poder neoliberal internacional, el Presidente también es narco, y él o sus allegados reciben dinero del crimen organizado. Claudia es una lombriz, o una famélica agónica incapaz de pensar por sí misma: nauseabundo.

Claudia Sheinbaum

El caudal espeluznante de mierda mediática que ha sido capaz de producir la derecha partidista, encabezada por Claudio X, ha contado con el apoyo continuo de agencias del gobierno de EU, y con cientos de miles de réplicas en redes sociales provenientes de sus fieles creyentes. Todo a la luz del día, porque el gran capital no necesita actuar con sigilo, faltaba más. No obstante, la derecha internacional cree que la operación de descrédito radical que tiene que volcar sobre el gobierno de la 4T debe ser aún mayor. Los grandes medios globales gringos, como The New York Times, entraron ya al apoyo de la derecha nativa con narrativas cínicamente falsas, que son amplificadas, a costos millonarios en dólares, por fábricas de troles, que se distribuyen en México por millones desde España, Colombia y Argentina, como lo demostró recientemente el español Julián Macias Tovar, experto en redes sociales. El analista mostró que Atlas NetWork es, por ahora, el productor preponderante de las campañas contra AMLO y contra Claudia.Y, por si hubiera dudas, todo ocurre en tiempo y forma: en la línea de inicio de la campaña política por la renovación de los poderes.

Atlas NetWork

Si Andrés Manuel es ese esperpento despreciable que construye la oposición, y aún así le ganó las elecciones con amplitud a toda la oposición, ésta misma pone en evidencia que no hay en castellano las palabras necesarias para describir a Claudio X, Alito, Marko o los chuchosy la caterva de sus congéneres. Por esa razón el poder del gran capital internacional evalúa que la derecha neoliberal mexicana no es capaz de volver a hacerse con el poder por sí sola, al menos en esta próxima elección, y ha decidido por ello presentarse también a las elecciones mexicanas con las armas de sus cínicas mentiras intervencionistas.

No son pocos los motivos por los que el poder del gran capital neoliberal ha decidido amenazar a Morena con las fauces abiertas. En su primer tramo de gobierno, la 4T ha demostrado con creces que su proyecto es viable, y de ello dan cuenta los números básicos del desempeño de la economía y el inicio del proceso de disminución de la pobreza. Una izquierda moderada que ha demostrado ser eficaz resulta inadmisible para ese poder globalizado. Peor aún si, como ocurre, también ha sido exitosa al promover una firme revolución de las conciencias que, hasta donde haya podido llegar, es ya una defensa frente a los grandes operadores de la posverdad a ultranza. En el próximo gobierno, ceteris paribus, la ruta económica y la justicia social para los jodidos avanzará y tenderá a afianzarse. Tal desempeño resulta inquietante al poder global: el de México es por ahora el único proyecto popular de justicia social que ha podido avanzar en América Latina (AL) y es, para ese poder, un inadmisible ejemplo subversivo en el subcontinente y mucho más allá: la experiencia mexicana está siendo estudiada en África, en Europa, en Asia. Uno tras otro, después de la experiencia de Hugo Chávez en Venezuela, los gobiernos progresistas fueron derrumbados sin contemplaciones con la lawfare y las campañas mediáticas. De ahí el retorno y el crecimiento de las ultraderechas en AL, pero también en EU y Europa. Bush, Aznar y Blair, el Trío de las Azores, sigue actuando en AL.

Hugo Chávez

Haciendo a un lado los lodazales de mentiras, en México el único tema caballito de batalla de las derechas es el de la democracia. Por supuesto, defienden una democracia como la que hemos vivido en México –que se busca instalar en todas partes–, una vaciada de la realidad social: la democracia sin adjetivos. Hacer nuevamente posible un gobierno de la 4T, que opere con la convicción de que por el bien de todos, primero los pobres, le exige a Morena pasar por la aduana de la democracia de las élites políticas partidistas, tantos años ajena a la vida concreta de millones de mexicanos históricamente excluidos. Una reforma político electoral es indispensable para ir llenando las asépticas leyes electorales con las realidades concretas de los mexicanos.

Las mayorías deben decidir nuevamente a favor de ellas mismas, a través Morena, su único recurso, con todos sus defectos, provenientes de los años de democracia sin adjetivos.