Del sábado al lunes se cancelaron 622 operaciones en AICM


Durante la suspensión de actividades y retraso en los vuelos en el AICM por la ceniza volcánica, el pasado sábado 20 de mayo. Foto Víctor Camacho

César Arellano García / La Jornada 

Entre el sábado y el lunes 22 de mayo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México se cancelaron 622 operaciones y se registraron mil 707 vuelos con demoras debido por la actividad del volcán Popocatépetl que se encuentra en Amarillo Fase 3.

La administración aeroportuaria señaló que este martes los despegues y aterrizajes se llevan a cabo con normalidad a pesar de la alerta por caída de ceniza y que se mantiene atenta a los reportes de actividad del volcán Popocatépetl. Reiteró su compromiso con la seguridad de todos sus usuarios e instalaciones.

Indicó que las cancelaciones han disminuido y han aumentado las operaciones habituales. Dijo que en caso de volver a caer ceniza y de acuerdo con su Plan de Emergencia, el AICM está preparado para aplicar las siguientes acciones, siempre en coordinación con las autoridades aeronáuticas del país:

Suspender operaciones aéreas cuando la capa de ceniza volcánica rebase 1 milímetro de espesor en pistas, plataformas, rodajes.

Limpiar pistas, plataformas, rodajes y vialidades internas hasta que deja de caer ceniza.

Limpiar edificios terminales para proteger ductos de aire acondicionado, bajadas de desagüe, drenajes, máquinas, subestaciones eléctricas y demás infraestructura. En área operativa se utilizan barredoras y personal técnico. En edificios terminales el barrido es manual.

AICM coordina cuadrillas de trabajadores para barrer ceniza, recogerla y ponerla en bolsas para su traslado y disposición final. Se verifican todas las instalaciones para detectar posibles daños y corregirlos. Se reanudan operaciones cuando concluyan la caída de ceniza, las labores de limpieza y lo autorice la autoridad aeronáutica.

Agregó que la suspensión de operaciones en el aeropuerto tiene como consecuencia directa la cancelación de vuelos y demoras en cascada. Por tratarse de un fenómeno natural, las afectaciones a pasajeros no son atribuibles al aeropuerto ni a las líneas aéreas. “Es necesario que el pasajero se comunique directamente con la aerolínea para conocer el estatus de su vuelo y si le ofrecen o no medidas de protección”.

Las demoras y cancelaciones durante estos tres días afectaron a varios pasajeros. Ruthman Moreira durmió en pasillos de la terminal 2 ya que su vuelo a Costa Rica se canceló el domingo y lo reprogramaro para hoy. Visiblemente cansado dijo que no descansó bien porque durante la madrugada esperó indicaciones de la aerolínea.

“A las cuatro de la mañana nos hicieron hacer una enorme fila. Llegué al mostrador a las 10 de la mañana para reprogramar el vuelo para el martes a las 8 de la mañana, lo cual para mi es imposible por mi trabajo. La aerolínea nos dijo que no tenía hospedaje ni alimentos. La empresa en la que trabajo me compró otro boleto con Avianca para no perder tiempo”.

Otro de los afectados el lunes fue Hugo Enrique Soria, a quien también le cancelaron su vuelo rumbo a Cancún. “En el Call Center me dijeron que se tardarían cinco horas para ofrecerme un vuelo, pero ya no me regresaron la llamada. Esto me perjudica económicamente porque es un vuelo de trabajo”, lamentó.