Comunismo platónico


Porfirio Díaz

Alberto Vieyra/AMN

Mao Tse-Tung

El ilustre filósofo griego Platón que vivió en el año 427 a.C no solamente sostenía la tesis de que el amor platónico es admirar la belleza interna de una persona y no como ahora se concibe de amar a una persona por su belleza física.

Sí, Platón sería el primero que habló de comunismo proponiendo un Estado ideal en el que guardianes, reyes y filósofos, como clases dirigentes que eran, se sometieron bajo un régimen en el que todos los bienes materiales que poseyeran, mujeres e hijos, fueran del Estado en una propiedad colectiva. Es decir, que no hubiera ricos y también aconsejaba la colectividad en la producción agrícola y que los niños fueran a las escuelas de paga, sí, las que paga el gobierno.

Bueno, pues nada que ese admirable caballero poseía una ideología de izquierda y por ende, era adorador del comunismo que algunos estudiosos han dado en llamar el comunismo platónico y que en rigor, resulta ser el primer antecedente de esa ideología política y económica que ha dado sobradas muestras de fracaso en China, Rusia, en algunas naciones europeas y no se diga en el continente americano.

Muchos gobernantes han entendido el comunismo como una forma de gobierno dictatorial y de pleno sometimiento al Estado.

En China, por ejemplo, Mao Tse-Tung entre 1954 y 1976, encabezaría un autoritario comunismo o un comunismo arrajatabla que dejó 77 millones de muertos no solo por las masacres que protagonizaba para someter a los que no pensaban como él, sino que más de 50 millones de chinos murieron a razón del hambre pues el comunismo agrario no daba para comer a una nación paupérrima.

Platón

En la era de Mao, en China quien poseía una bicicleta estaba considerada como una persona rica.

¿Cuál fue entonces el secreto de que China pasará de una nación comunista paria a una potencia económica que la ubica en segundo lugar a nivel global y que según los estudiosos podría desbancar a Estados Unidos como la primera potencia económica del planeta para el 2030?

Sin duda, que cuando las familias chinas mandaron a sus hijos a estudiar en las principales universidades del mundo comenzaría la era de una China capitalista dejando prácticamente para la historia a una China comunista, en la que sin embargo, esa ideología de izquierda se sigue aplicando a rajatabla contra la población y todo aquél chino que se sale del huacal es perseguido rabiosamente dentro y fuera de China.

En Rusia, el comunismo leninista también sucumbió ante el capitalismo durante la llamada Guerra Fría ese conflicto ideológico, económico, militar y político que se extendería hasta América Latina, donde el comunismo ha sido oprobioso y de vergüenza en naciones como Cuba y Venezuela donde la miseria se ha traducido en éxodos de indocumentados que hoy buscan al precio que sea conseguir el sueño americano.

 

DE BIDEN A PORFIRIO DÍAZ

 

El 7 de enero de 1907, poco más de 2 mil obreros de la industria textil en Río Blanco, Veracruz estallaron la huelga para poner fin a una escandalosa explotación laboral y exigir acabar con salarios de hambre. Sería el primer antecedente que detonó la Revolución Mexicana de 1910.

Joe Biden

Al principio, el dictador Porfirio Díaz fingió apoyar la huelga obrera, pero en realidad los traicionaría al terminar apoyando a los patrones tras desatar una cruenta matazón de obreros.

De acuerdo con un informe secreto dado a conocer por el entonces embajador alemán en México, los muertos se contaron por cientos pues daba cuenta de que en el ferrocarril el mexicano que corría de la Ciudad de México a Veracruz y que fue construido por Benito Juárez, fueron transportados decenas de cadáveres para ser arrojados al mar y sin contar los cientos de obreros que se ocultaron en las montañas veracruzanas para no ser rematados. Cuando el archí condecorado general fue informado de la matazón realizada por el ejército y la policía, tendría el cinismo de pronunciar aquella histórica declaración que decía “¡vaya… todavía sirvo para matar!”.

Más de 100 años después, vemos hoy en Estados Unidos una histórica huelga de las principales empresas automotrices y más de 14 mil trabajadores están en pie de guerra exigiendo el fin de condiciones laborales adversas a su dignidad.

Los obreros agrupados en el principal sindicato de la industria automotriz ‘United Auto Workers’ (UAW), tienen en su puño a los fabricantes de automóviles con un extenso pliego petitorio, que según algunos observadores y analistas económicos podría desatar en Estados Unidos una recesión económica en caso de prolongarse la huelga que más temprano que tarde, también repercutirá en la fabricación de autopartes en México.

Migrantes venezolanos

En principio de cuentas, los huelguistas exigen un 40% de aumento salarial y no se bajan; demandan acortar su jornada laboral de 40 a 32 horas por semana, más días de descanso; tiempo extra mejor remunerado, pensiones que vayan por arriba de la inflación y frenar la acelerada tecnificación en la fabricación de automóviles, sobre todo en lo que formará parte de la era de los autos electrónicos.

Lo extraordinario de esta huelga automotriz en los Yunaites es que el presidente Joseph Biden se ha declarado abiertamente en apoyo a los trabajadores automotrices que representan para él en las próximas elecciones presidenciales de noviembre del 2024, más de 40 mil votos ante la presión de los millonarios fabricantes de automóviles de la Ford, General Motors y la Chrysler; en su mayoría integrantes del poderoso Cinturón de la Biblia Republicana de Estados Unidos donde también están las poderosas empresas de seguros que concentran más del 40% del PIB mundial; las industrias cigarreras, las empresas refresqueras y sin faltar los inaguantables petroleros texanos.

China comunista en la actualidad

Habrá que ver si Biden no emula a Porfirio Díaz y los amos del imperio capitalista le hacen manita de puerco. Es la primera vez en que un presidente norteamericano apoya abiertamente una huelga y seguramente Biden se tomará su tiempo, igual que los huelguistas, hasta que la efervescencia por las elecciones presidenciales en Estados Unidos se encuentre en el punto más alto. Veremos, pues si Biden aguanta el trote de los amos del dinero y se faja hasta conseguir el voto de los obreros de las armadoras norteamericanas.

Para Biden esos votos y los de los latinos más de 11 millones bien valen hasta una misa.