Cartas contra el nazismo que recibió el Papa Pio XII y el silencio absoluto de El Vaticano


Papa Pio XII

Vilma Ivette Rivera Abarca*

Kazimierz Papée

En esta segunda y última parte, exponen una serie de complicidades ante los crímenes de guerra, mejor dicho al exterminio que se realizaban en campos de concentración del nazismo, especialmente en Auschwitz.

En esa época, el entonces embajador polaco en El Vaticano, Kazimierz Papée, entregó personalmente una carta al cardenal Tardini, el 21 de diciembre de 1942, de la que extraemos estos párrafos:

“La embajada polaca tiene el honor de comunicar a la secretaría de Estado de Su Santidad la siguiente información proveniente de fuentes oficiales:

Los alemanes están liquidando a la entera población judía de Polonia. Se llevan primero a los ancianos, los tullidos, las mujeres y los niños, lo que prueba que no se trata de deportaciones a trabajos forzados, y confirma la información según la cual estos deportados son conducidos a instalaciones especialmente preparadas, para ser ejecutados allí según diversos métodos –al tiempo que- los jóvenes y capaces son diezmados por el hambre y los trabajos forzados.

En cuanto al número de judíos polacos exterminados por los alemanes, se estima que ya sobrepasa el millón. Sólo en Varsovia había en el gueto, a mediados de julio de 1942, cuatrocientos mil judíos; en el curso de julio y agosto, doscientos cincuenta mil fueron llevados al este; el 1 de septiembre sólo se distribuyeron ciento veinte mil bonos de racionamiento en este gueto, y el 1 de octubre cuarenta mil. La “liquidación” procede con el mismo ritmo en otras ciudades de Polonia”, hasta aquí la cita.

Al mismo tiempo el Papa Pío XII también recibía cartas antisemitas, como la que le envió el dictador español Franco, el 12 de abril de 1943, en la que decía que:

Cardenal Doménico Tardini

“Se mueven, entre bastidores, la masonería internacional y el judaísmo imponiendo a sus afiliados la ejecución de un programa de odio contra nuestra civilización católica, en la que Europa constituye el blanco principal por considerársele el baluarte de nuestra fe”.

El Papa Pío XII, por su parte, destacó por su silencio, un enigmático “silencio sonoro” que ha generado dos interpretaciones absolutamente contradictorias: Una de estas se acusa al papa de “filonazi” y antisemita, la otra, por el contrario, señala que el pontífice protegió a muchos judíos perseguidos y que con su prudencia evitó mayores derramamientos de sangre.

Pío XII, conocido por su famosa germanofilia, en el Mensaje de Navidad de 1942, sólo hizo una velada y muy “prudente” condena del Holocausto, tan sutil y desinflada que pasó casi desapercibida para la mayor parte de los católicos, pero no para los dirigentes nazis porque la Oficina Central del Reich para la Seguridad, después de escuchar el Mensaje papal, había llegado a las siguientes conclusiones:

1.- Como nunca antes había sucedido, el Papa ha repudiado el nuevo orden nacionalsocialista europeo. Acusa virtualmente al pueblo alemán de injusticia con los judíos y se hace portavoz de los criminales de guerra europeos.

Sin embargo en el mensaje citado, el papa Pío XII, no hacía ninguna referencia concreta a los asesinatos de judíos por los nazis. En cambio invitaba a “rechazar toda forma de materialismo que sólo ve en el pueblo un rebaño de individuos que son considerados como materia de dominación y arbitrio”. Y proseguía:

Boris Yeltsin

“La humanidad debe este compromiso a los innumerables muertos que yacen sepultados en el campo de batalla: el sacrificio de sus vidas en el cumplimiento de su deber es el holocausto para un nuevo y mejor orden social.

La humanidad debe éste al enorme grupo de madres, de viudas y de huérfanos que han visto cómo les arrancaban la luz, el compromiso, el sostén de sus vidas.

La humanidad debe este compromiso a los innumerables exiliados que el huracán de la guerra ha arrancado de su patria y ha dispersado en tierra extranjera.

La humanidad debe este compromiso a los cientos de miles de personas que sin la menor culpa, a veces sólo por razones de nacionalidad o estirpe, son destinadas a la muerte o a un progresivo deterioro”.

Para muchos historiadores críticos con el Vaticano, este mensaje es algo así como una especie de “reprimenda blanda”, pero los nazis alemanes, como ya hemos visto, lo consideraban una seria amenaza para su seguridad. Harold Tittman, representante norteamericano ante la Santa Sede, después de una conversación con el Papa escribió:

“En lo que se refiere a su mensaje de Navidad el Papa me ha dado la impresión de creer sinceramente que se había expresado con suficiente claridad para satisfacer a todos aquellos que últimamente habían insistido para que pronunciara algunas palabras condenando las atrocidades nazis. Me ha parecido sorprendido cuando le he dicho que no todo el mundo opinaba lo mismo.

Me ha dicho que, en su opinión, resultaba evidente que al hablar de centenares de miles de personas muertas o torturadas sin que se les pudiera imputar falta alguna, y a veces tan sólo a causa de sus orígenes raciales o de su nacionalidad, había aludido a los polacos, a los judíos y a los rehenes.

Viktor Frankl recién graduado como médico (1932

Me ha dicho qué al hablar de esas atrocidades, no habría podido mencionar a los nazis sin mencionar igualmente a los bolcheviques y que, según creía, ello no habría agradado en lo más mínimo a los aliados”. sa Ma Mayor Ferrándiz

En este caso, la alusión a los bolcheviques se puede referir, probablemente, a la matanza de entre 15.000 y 30.000 oficiales del ejército, intelectuales y ciudadanos notables, todos ellos polacos, en el bosque de Katyn, cerca de Smolensko, muchos de ellos con un tiro en la nuca, en la primavera de 1940. Matanza que, efectivamente, perpetraron los rusos y que, tras su descubrimiento en abril de 1943, fue ampliamente difundida por los alemanes en un gran alarde propagandístico.

El ministro de propaganda Joseph Goebbels, utilizó esta masacre  para atacar a los judíos, a quienes la propaganda antisemita atribuía este asesinato colectivo, y a la Unión Soviética. También la Cancillería del partido nazi de Múnich, atribuyó a ciertos “grupos clericales” de Baviera haber dicho que:

“Las SS emplearon métodos similares en su lucha contra los judíos en el este. El trato horrible e inhumano que las SS dan a los judíos exige prácticamente que el Señor castigue a nuestro pueblo. Si estos asesinatos no quedan vengados en nosotros, es que ya no hay justicia divina. El pueblo alemán se ha echado tal culpa colectiva sobre sí mismo que no puede contar con ninguna clase de piedad o de perdón. Todo queda implacablemente vengado aquí en la Tierra. Debido a estos métodos salvajes ya no hay posibilidad de que nuestros enemigos se conduzcan humanamente en la guerra”.

Durante el Juicio celebrado en Núrenberg a los altos dirigentes nazis, los soviéticos tuvieron la desfachatez de mostrar una filmación en la que se presentaban algunas atrocidades supuestamente perpetradas por los alemanes. Sin embargo en dicha película soviética se mostraron imágenes de las matanzas de Katyn en las que se veían restos de los cuerpos de muchos militares polacos que fueron asesinados por la NKVD.

Viktor y su esposa Eleonora Frankl en 1988

Los soviéticos no pudieron probar que los culpables eran los alemanes y al Tribunal de Núremberg no le correspondía investigar quiénes eran los culpables de semejante masacre.

Goering señaló, no sin cierta razón, que los rusos no tenían autoridad moral para acusar a los alemanes. No fue hasta el año de 1990, bajo el régimen de Mijaíl Gorbachov, cuando se aclaró la responsabilidad de la Unión Soviética.

Gorbachov dijo que la NKVD, antecedente de la KGB, había llevado a cabo la masacre. También Boris Yeltsin admitió la culpabilidad de la Unión Soviética.

Como hemos dicho, muchos de los polacos asesinados, en esta horrible matanza colectiva, eran prisioneros de guerra, detenidos después de la invasión de Polonia tras el pacto germano-soviético, conocido como “Pacto Molotov-Ribbentrop”.

El conocido cineasta polaco Andrej Wadja, hijo de un capitán fusilado en Katyn, ha podido cumplir su sueño de realizar una película sobre esta masacre. La película, que, además, recrea la ocupación nazi y soviética de Polonia, lleva el austero título de “Katyn” y ha sido estrenada en el año 2009.

Algunos meses después, el Papa Pío XII, en un discurso dirigido a los cardenales, el día 2 de junio de ese mismo año de 1942, se expresaba de manera similar a los discursos que ya hemos comentado:

Joseph Goebbels

En estos “mensajes” pontificios no se pronunciaron estas tres palabras clave: nazis, exterminio y judíos. Este exceso de prudencia lastraría para siempre la reputación de Pío XII, hasta el punto que todos los intentos actuales de canonización han sido desechados por su aparente inhibición ante los crímenes nazis. Teresa Ma Mayor Ferrándiz

Viktor Frankl, es uno de los sobrevivientes del Holocausto. También es una figura destacada en la historia de la psicologia, pues es considerado el padre de la logoterapia.

Frankl, abordó el tratamiento de alteraciones mentales desde una perspectiva existencialista que décadas más tarde sirvieron para reforzar una corriente conocida como psicología humanista, a la que pertenecieron Carl Rogers y Abraham Maslov, entre otros.

VIKTOR FRANKL Y LA

 LUCHA EXISTENCIAL

El dolor y la tristeza son los principales fenómenos más estudiados en la psicología. Cuando experimentamos estos sentimientos y en algunos casos esta sensación de desasociego llega a impedir el gozar de la vida. Estos sentimientos pueden llegar hasta el suicidio.

No todos los modelos de terapia parten de supuestos filosóficos que pretendan abarcar todos los aspectos sobre cómo vivimos nuestra vida: algunas tienen como objetivo ser de utilidad en unos contextos muy concretos y no en otros y utilizan criterios de medición de resultados que pueden resultar demasiado rígidos.

Es por eso que entre los partidarios de utilizar una psicología más basada en la filosofía que en las ciencias naturales se siente un gran respeto por Viktor Frankl, un psiquiatra vienés nacido a principios del siglo XX, construyó un enfoque terapéutico a partir de sus experiencias como superviviente en los campos de concentración del régimen nazi.

Viktor Frankl, nació en el seno de una familia judía vienesa en el año 1905, cuando el psicoanálisis de Sigmun Freud, empezaba a ganar popularidad entre los psiquiatras europeos. Es por eso que durante su juventud, cuando empezó a interesarse por la psicología y la salud mental, su formación autodidacta sobre el tema incluía muchos textos sobre el psicoanálisis

Viktor Frankl

Desde muy joven empezó a desarrollar un notable interés por la filosofía, característica que definiría su personalidad y su manera de plantearse preguntas existenciales sobre el sentido de la vida. De hecho, siendo menor de edad empezó a dar sus primeras charlas en las que compartía algunas de sus reflexiones.

VIKTOR FRANKL, COMO

SOBREVIVIENTE DEL HOLOCAUSTO

Durante sus años como estudiante, Viktor Frankl, tuvo muchas ocasiones para familiarizarse con el dolor. Quiso especializar sus estudios y el tratamiento de la depresión  y la prevención del suicidio, lo que le llevó a ofrecer servicios de apoyo a estudiantes con exceso de estrés y, durante los años 30, trató a muchos pacientes en riesgo suicidarse. A partir de 1938, sin embargo, empezó a estar cada vez más acorralado por el ascenso del nazismo.

En 1942, después de ser obligado a trabajar en el único hospital de la zona en el que podían trabajar judíos, Frankl, fue deportado a un gueto, y de allí a una serie de campos de concentración, incluido Auschwitz.

La mayor parte de su familia, incluida su esposa, murió en la red de campos de exterminio, y Viktor Frankl tuvo que trabajar en condiciones de esclavitud hasta que el campo en el que se encontraba fue liberado en enero de 1945.

EL HOMBRE EN  BUSCA DE SENTIDO

Después del final de la guerra, Viktor Frankl fue descubriendo que muchas de las personas a las que quería habían muerto, pero encontró una manera de encajar estas pérdidas.

Según él, el simple hecho de descubrir el sentido del sufrimiento hace que este se experimente de una manera mucho más llevadera, haciendo que éste pase a incorporarse a la narrativa de la propia historia vital como un elemento más, algo que no impide que darle vuelta a la página y se pueda tirar para adelante.

Esta idea, que de hecho coincide en gran parte con los principios de la filosofía existencialista de Jean-Paul Sartre y otros pensadores, fue plasmada por Viktor Frankl en su obra más conocida, “El Hombre en Busca de Sentido” publicado en 1946, es también un libro que sirve como introducción a la logoterapia.

LAS TEORÍAS DE VIKTOR FRANKL

Francisco Franco

En la obra de Viktor Frankl se observa que está influenciada por  líderes religiosos orientales quienes hablaban sobre cómo enfrentarse al sufrimiento cambiando el modo en el que se piensa en él y cuando los ascetas de la Grecia antigua enseñaban a renunciar a las ideas preconcebidas sobre lo que genera deseo y lo que no.

El filtro intelectual que supuso Frankl, no ha tenido la logoterapia como su único producto:

También puede considerarse que sus primeras obras sobre análisis existencial han sentado las bases de la psicología humanista que popularizaron personas como Carl Rogers o Abraham Maslov y  más recientemente ha alumbrado la psicología positiva, orientada a investigar temas como la autorrealización, la consecución de objetivos vitales y la felicidad.

Y lo que el holocausto no pudo evitar.

*Lic. Comunicación Humana y Consultora en Semiología de la Vida Cotidiana