Aquí en el Congreso


Jóvenes dieron ejemplo

Solidaridad desbordada, ejemplo nacional

Nuevas generaciones marcan la pauta.

Comunicación y redes sociales, diferencia.

Antonio Chávez

El sismo que azotó el pasado 19 de septiembre la ciudad de México, con epicentro en Morelos y Puebla, recordó el potente y destructor temblor de 1985 que sacudió el país entero en una historia que se cuenta y se vive a 32 años de los hechos.

Es una historia que se repitió con el activo más importante que tiene México: su gente

Fueron minutos después de la sacudida con magnitud de 7.1 que llegó de forma sorpresiva, y de inmediato brotó la solidaridad, todos, de todos colores, de todas las culturas, sin ideologías y con un mismo fin se volcaron a ayudar los gritos de auxilio que bajo los derrumbes de edificios, casas, escuelas y comercios se escuchaban.

Cadenas humanas

AVANCES TRAS LARGOS 32 AÑOS

Desde luego que fue una película que los capitalinos ya habíamos vivido en el 85 y que hoy puso a prueba los avances y preparación como mexicanos para enfrentar estas adversidades.

Que fue lo que avanzamos desde  aquella pesadilla del 85, bueno brotaron las tecnologías y con ello una nueva generación de jóvenes identificados como milenial  (millennials). Hoy  esas generaciones fueron fundamentales  para coadyuvar en los rescates.

El uso de las redes sociales permitió y sigue vigente, enlazar a la gran mayoría de autoridades y mexicanos para atender las urgencias.  Esa tecnología de telefonía celular llevó a que personas atrapadas pudieran pedir auxilio desde los escombros y bajo toneladas de cemento donde se encontraban atrapadas.

También ayudaron a presionar la ayuda en lugares donde había urgencias de personas atrapadas y, desde luego lo que se necesitaría de herramien5tas, cables, cortadores de varillas, utensilios  que se ocupan en la construcción y que fueron elementales.

No había material o herramienta,  o vaya cosa alguna que los ciudadanos no pudieran entregar en minutos. Lo que se pedía para los rescates, los mexicanos estaban más que atentos y quien sabe de dónde salía pero ahí estaba lo que los rescatistas pedían.

Es un gran pueblo que se desbordó pero que tampoco olvido a nuestros hermanos de Morelos y Puebla, mucho menos a Oaxaca y Chiapas donde días antes les tocó sufrir la pesadilla con el sismo más potente de la historia: 8.2.

Angustia y miedo

TODOS CONTRIBUYERON 

En las cuadrillas de rescatistas llegaron  todo tipo de herramienta, palas, carretillas, chalecos, y víveres, agua embotellada, y todo tipo de comida. Pero más sorprendente que los restaurantes se volcaran a ofrecer alimentos gratuitos, hoteleros ofrecer cuartos a los afectados, incluso la Asociación de Servicios Fúnebres  tendiera la mano a los deudos para regalar los servicios completos para la sepultura de sus seres queridos.

Taxistas y vehículos particulares, como camionetas de  empresas ofrecieron el traslado d elos miles de personas que se quedaron en la calle ante la suspensión de los transportes públicos. Nadie se dobló y prevalecía la gran solidaridad.

Y qué decir de los venderos ambulantes que recorren la ciudad con sus triciclos de tamales, pan y más que llegaron  para entregar sus productos a los voluntarios y rescatistas de la Marina, Ejército,  Los Topos, Policía Federal, de las autoridades  locales y del propio gobierno federal.

Los  del comercio informal también se entregaron con toda humildad y  de gran corazón.

Por eso los mexicanos demostraron que no se vencen a la primera, que están hechos de corazón y que saben que unidos nadie los detendrá. Las propias fuerzas Armadas y del Ejército reconocieron esta solidaridad y la entereza con la que se entregaron y siguen entregándose.

No cabe duda lo grande que es México y sus mexicanos, ante el mundo ésta solidaridad y organización voluntaria, mostró de qué estamos hechos y de lo que somos capaces como sociedad, una sociedad que avanza cada día con más calidad humana y, obviamente más informada.  Las nuevas generaciones, sin duda  marcaron el paso.

Jachavez77@yahoo.com

Rescatistas