Alejandro Moguel
¿Recuerda usted que cuando niños nos asustaban con el coco? Duérmete, o vendrá el coco y te llevará. Si no te portas bien, saldrá el coco y así, se imaginaba uno a un coco con dientes que podría hacer de todo. Pues este coco famoso apareció en Oaxaca. Nos hemos portado mal y nos castigaron con el coco.
Jorge Castillo Díaz, alias El Coco, es el poder tras el trono, con quien Gabino Cué compartió la silla gubernamental y la vara de mando. Ahora quiere conservar el poder, político y económico que le ha sido concedido sin ninguna responsabilidad.
Señalado como principal operador financiero de la campaña de José Antonio Estefan Garfias, Jorge Castillo ha sido blanco de escándalos en los últimos días. Sus cuentas en el extranjero, el enriquecimiento inexplicable, el dinero para la campaña. Apenas un poco de lo que es este personaje, a quien no le importó en ningún momento poner en riesgo la vida de los oaxaqueños.
Entre tantos operadores, hay uno que destaca por su relación íntima con Jorge Castillo, Ricardo Cid de León. Es uno de sus prestanombres, quien tuvo a su cargo la seguridad del estado, el recurso para los policías, aquellos que hicieron un paro al inicio de la administración de Gabino ¿recuerda? Propietario de la empresa Cid de León Asesores, Ricardo Cid ha sido el personero de Jorge Castillo y su vínculo con todo tipo de personajes, incluidos los del PRI, que tampoco son tan ajenos al financiamiento que ha otorgado Jorge.
Ricardo Cid de León fue director del Foseg en la época de Ulises Ruiz Ortiz, cuando hubo un escándalo por el robo de lotes de armamento, que misteriosamente después apareció en Copala y Loxicha ¿raro no? dos de los municipios con la más alta complejidad por la presencia de grupos subversivos y organizaciones sociales, zonas pobres además.
Ese mismo Ricardo Cid es quien llevaba las licitaciones de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), hoy en manos del primo del ex gobernador Ulises Ruiz Ortiz, Jorge Alberto Ruiz Martínez.
Al final de ese sexenio, estuvo a cargo de las compras de vehículos para el gobierno de Oaxaca y dicen que de ahí salió el Mustang Shelby que adquirió en esa época. ¿De dónde? Pues de las jugosas comisiones que obtuvo con estos negocios, pequeños para entonces, pero que habrían de fructificar en el sexenio de Gabino Cué, pues la experiencia hace al maestro.
Ricardo Cid es el encargado de cobrar los diezmos, que dicen, llegaron a ser hasta del 20% o más. Siempre en la sombra, Ricardo Cid es oaxaqueño, hijo de una familia de clase media en Oaxaca. Sus hermanos y su madre habían vivido modesta pero decorosamente con los ingresos del hotel familiar Hotel del Cid, que está cerca de la gasolinera Fonapas. Sin embargo, hoy el señor es uno de los nuevos millonarios. ¿Habrán investigado también sus cuentas? Lo primero que se limpió fue el manejo del Fondo de Seguridad Pública, pero este fue el inicio del conflicto con la policía estatal, pues a estos se les negó uniformes, botas, gasolina, insumos. ¿Se da cuenta lo grave que es? Por encima de la seguridad de los oaxaqueños, estuvo el interés de enriquecerse de Jorge y sus allegados, como Ricardo Cid. Es el recurso no solo de la Policía Estatal, sino con el que se dota a todos los municipios de Oaxaca de patrullas, armamento, uniformes, capacitación.
A través de Ricardo, Jorge también ha hecho esas operaciones de lavado de dinero. Por ejemplo, la empresa Cid de León Asesores, cuyo representante legal es Ricardo Cid, es una empresa fantasma pero que maneja miles de millones de pesos. ¿Cómo es eso posible? Así está la corrupción en Oaxaca, la empresa de Cid es una página en facebook que solo publica horóscopos, pero que físicamente no está ubicada en ningún sitio. Como esa, muchas. Lo mismo su hermano Rodrigo y otros familiares que son empresarios de papel, como su amigo Raúl Castellanos Junior, con quien constantemente se le ve en reuniones y con quien presume de negocios.
Hasta el ahora diputado Antonio Amaro es parte de ese círculo de corrupción, perdón, de amistades del señor Cid de León. En salud, en seguridad, las fallas han sido notorias en este gobierno. Y el punto más importante, como en casi todos los casos, es la corrupción. El dinero que han robado y ha engordado cuentas de prestanombres y políticos en el extranjero. El que ha faltado para hacer frente a la seguridad de los oaxaqueños. El que pudo haber evitado crímenes, asaltos, muertes de mujeres. Ese es el miedo al coco, este que sí existe, tiene identidad y una razón para querer conservar el poder, aún a costa del miedo, de la pobreza y la inseguridad de los oaxaqueños…
Uyyyy, ¡ahí viene “El Coco” y su Cid.
