Un paseo por la Italia antigua


Encuentro de dos naciones a través de sus dirigentes
  • Esculturas, monumentos y vestigios revelan la grandeza de un pueblo.
  • Pompeya, entre los espacios arqueológicos más interesantes del mundo.
  • Frank Sinatra, hijo de inmigrantes italianos forjó gran carrera artística.
  • Julio Cortázar su última clase fue acerca de la comentada literatura erótica.
  • Amabilidad, rasgo dominante durante el encuentro López Obrador-Trump.

Reportajes Metropolitanos
Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Primero del que cantaba y lo hacía bien.

Vestigios de la Ciudad de Pompeya

Frank Sinatra apenas necesita una presentación, ya que es, después de todo, uno de los artistas más populares y exitosos del siglo XX, que forjó una carrera como músico y actor de cine.

El talentoso Frank nació de padres inmigrantes italianos.

Saltó a la fama en la década de 1940, la era del swing.

Al principio, Sinatra era parte de una banda, pero su «gran oportunidad» sucedió cuando lo firmaron como solista en 1943.

El cantante llegó a tener una deslumbrante variedad de canciones y álbumes exitosos.

Sinatra es sin duda una de las leyendas del siglo pasado.

Y ahora, más historia de Italia.

Muy pocos sitios arqueológicos en el mundo pueden ofrecer la experiencia de las ruinas de la ciudad de Pompeya, ubicada cerca de Nápoles, Italia. Y mar de por medio, frente a Ravello.

En 79 E.C., el Monte Vesubio hizo erupción y cubrió la ciudad romana en 12 metros (40 pies) de ceniza, conservándola durante 1.700 años, junto con los desafortunados habitantes que no podían escapar.

Durante el siglo XVIII, los arqueólogos comenzaron a desenterrar las ruinas de la ciudad, varios edificios y objetos que ahora nos proporcionan información invaluable sobre la vida cotidiana de los ciudadanos del Imperio Romano.

Ya sea que visites las tiendas y hogares, recorras las villas de los ricos o admires los grandes templos, se puede decir que Pompeya es uno de los sitios arqueológicos más fascinantes del mundo.

Cualquier visitante hará bien en no perderse estos sitios específicos en Pompeya, que te enviarán a los tiempos del antiguo Imperio Romano.

El templo de Apolo

El edificio más antiguo de Pompeya es el templo de Apolo, que se enfrenta al foro de la ciudad, y es un excelente ejemplo de los cambios arquitectónicos que tuvieron lugar entre su construcción en el siglo VI a E.C. hasta el año 79 E.C., cuando la ciudad fue destruida.

El diseño etrusco original fue restaurado por los griegos, y luego fue ampliado por los romanos, quienes agregaron un recinto con columnas.

La mayoría de las estatuas de bronce encontradas en el templo fueron transferidas a un museo en Nápoles, pero en su lugar se encuentran réplicas reales de Apolo y Diana.

Casa de los Vettii

En el lado occidental de Pompeya, puedes encontrar la Casa de los Vettii, una de las villas mejor conservadas de la ciudad.

Cuerpo preservados por cenizas y rocas volcánicas en Pompeya

Fue renovada después de un gran terremoto en 62 E.C., y ahora alberga un interior refrescante que incluye varios frescos preciosos, pintados sobre una pared negra con marcos rojos y amarillos.

La villa fue construida para servir a los propietarios ricos y les permitió entretener a los invitados en varias habitaciones que rodean un patio principal.

Entre las columnas, puedes encontrar fuentes lujosas, estatuas elaboradas y cuencas de agua más pequeñas.

Muchas de las estatuas y antigüedades fueron restauradas a su estado original.

Se permite a los ingresar a la casa de un rico ciudadano romano en el año 79 A.C.

El Lupanar

Lupanar de Pompeya era el burdel más grande de la ciudad antigua.

Ubicado en el lado este del foro, contiene 10 habitaciones pequeñas con muy pocos muebles y una plataforma de ladrillo con colchones que servían como camas.

Muchas de las pinturas murales muestran actos sexuales.

Lo sorprendente es que los arqueólogos también descubrieron el grafiti romano, escrito por las prostitutas y sus clientes.

Algunos de los grafitis se convierten en correspondencia entre clientes que repiten, proporcionan una perspectiva ligeramente diferente de la historia de la ciudad.

La casa del poeta trágico

En la parte más occidental de Pompeya se encuentra uno de los edificios más famosos de la ciudad, por sus grandes frescos y pisos de mosaico.

Uno de los mosaicos muestra a un grupo de actores detrás de escena, preparándose para un espectáculo.

Este descubrimiento llevó a los arqueólogos a suponer que era el hogar de un famoso poeta o escritor.

En el atrio, los visitantes encontrarán pinturas de bestias mitológicas, y en la entrada de la casa, aquellos con un buen ojo notarán un mosaico que deletrea «cueva canem», que se traduce como «¡Cuidado con el perro!»

El foro

Ernesto «Che» Guevara

El centro de la vida de la ciudad en Pompeya era el foro, un área rectangular y abierta que servía como centro político, cultural y comercial de la ciudad.

El foro fue el hogar del mercado, los juzgados, los baños y los templos.

La basílica local fue diseñada en forma de cruz.

Luego utilizada por muchas iglesias.

A pesar de la devastación en muchos de los edificios, y el hecho de que muy pocos de los pilares de soporte del pórtico circundante permanecen en pie, el tamaño del foro sigue impresionante.

Los visitantes del foro podrán imaginar fácilmente el ajetreo y el bullicio de la antigua Pompeya. Concluye doña Jessica Quinonez-Rafaeli, a la que agradecemos su auxilio.

DE JULIO CORTÁZAR EN LECTURAS CON PÁTINA

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Doña Beatriz Corona, periodista y escritora nos alienta, lo que agradecemos Bety y yo.

Estimado Carlos:

“Recibe un saludo y mis condolencias también para ti y su familia por la pérdida de tu amigo en Oaxaca.

No hay rincón que se libre de esta enfermedad. Esperemos superarla pronto y tratar de mantener la fe, la fuerza de voluntad y el optimismo ante esta terrible adversidad”.

Y de doña Norma Vázquez Alanís, de su biblioteca.

La última clase de Julio Cortázar fue acerca de la literatura erótica que entre griegos y romanos no era un tema tabú, y no debe confundirse con la pornográfica.

En el libro Clases de literatura sabrá -léalo, lo va a disfrutar- lo que pensaba Cortázar sobre los pocos críticos literarios que había en ese momento en América latina (ahora existen más y usted ha leído algo en la ‘Biblioteca de Arcadia’), frente a los muchos que hacen reseñas, como ocurre en estas ‘Lecturas con pátina’.

Julio Cortazar

Dejaremos al maestro don José Antonio Aspiros, nos platique con su sabrosa literatura. Fácil de comprender.

Nos convoca a leer y conocer, como ahora, cuando Fantomas decidió luchar contra el imperialismo

Para Julio Cortázar -de cuyo deceso se cumplirán 35 años el 12 de febrero- el cuento era “un relato cerrado que se basta a sí mismo”, con intensidad y tensión, y, la novela, un juego literario abierto y sin un límite preciso. Así lo mencionó al centenar de alumnos que, según el libro Clases de literatura (Alfaguara, 2013), asistieron al curso que impartió en 1970 en la Universidad californiana de Berkeley.

Habló de un cuento suyo que no le gustó a su paisano, el ‘Che’ Guevara, -quien cargaba en su mochila libros lúdicos (ver El cuaderno verde del Che, Paco Ignacio Taibo II, Seix Barral, 2007).

Y el dos que le publicaron en México porque en Argentina los prohibió la dictadura.

De que ese género maduró muy pronto en América latina mientras que en Francia casi no lo tomaban en cuenta, y del desdoblamiento del tiempo y los personajes en sus propios cuentos, que además eran producto de sus pesadillas como en los casos de La noche boca arriba y la muy conocida Casa tomada.

Explicó cómo, según su experiencia y sus lecturas como la de El retrato de Dorian Gray, el realismo y la fantasía se necesitan mutuamente en la novela, y cómo desde los griegos clásicos, la fatalidad o destino están presentes en la literatura fantástica.

Advirtió que no es fácil el paso del realismo a lo fantástico, porque nadie sabe exactamente lo que es la realidad, ya que nuestros sentidos se equivocan fácilmente.

Habló del realismo mágico de García Márquez y del realismo simbólico de Kafka. También de lo gris del realismo socialista.

Comentó asimismo acerca del idioma español que empleó para toda su obra, y de la necesidad -como algo “absolutamente capital”- de defender dicha lengua en América latina.

Reconoció que hay “gente con un nivel mínimo de educación” a la que no se puede “exigir un control crítico de su lenguaje”, especialmente cuando emigran, como en el habla con mezclas de inglés de los puertorriqueños que viven en Nueva York, sobre la cual “se hacen infinitas bromas”.

En su penúltima clase contó cómo, sin su permiso, aparecieron él y otros escritores en la popular tira cómica Fantomas, editada en México sobre un loco que hace volar bibliotecas.

Hizo una versión como réplica que dejó avergonzado al héroe de la historia, quien se comprometió a que “desde ahora dedicaré toda mi fuerza a luchar contra las empresas multinacionales y contra las formas negativas del imperialismo”.

Interesantísimas de principio a fin, es imposible reseñar en este artículo las Clases de literatura con mayor amplitud. Bastará con agregar que mencionó la prosa musical, el papel de los correctores de estilo, las traducciones, la falta de “vibración” en la prosa de Mario Vargas Llosa, el humor en la literatura (humor negro en el caso de la muerte de Rocamadour), el rechazo de muchos autores a lo lúdico, y de cómo se hizo famoso su libro Historias de cronopios y famas (Minotauro, 1962) porque sus amigos le reclamaron por escribir de esos temas.

EL DULCE PODER DE LA AMABILIDAD

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Con infinita tristeza te comunico querida Bety que nuestro compadre y amigo oaxaqueño, don Daniel Bautista Hernández, acaba de fallecer con apenas 84 años.

Ese maldito virus le ganó la carrera en su amada Antequera, donde radicaba con su familia.

A su esposa Celina y a los tres ahijados, Celina, Juan Carlos y Laura Inés. Así como a sus nietos les manifestamos que también, Bety, sentimos profunda pena.

Frank Sinatra

Y recordarles que la vida sigue su curso, y serán responsables de continuar, en adelante la unidad y trabajo, que Daniel, hasta el último momento demostró.

Ante su tumba, en la ciudad de Oaxaca, no en el Tule, donde hubiera querido reposar, depositen a nombre nuestro una flor. Y repítanle que rezamos por él.

Moraleja:

Ante las dificultades que nos presentan la vida, en ocasiones tendemos a rendirnos.

Vaya nos cansamos de empujar “la enorme roca” sin que se mueva un centímetro.

Pero no nos damos cuenta que es el proceso de empuje lo que realmente nos transforma.

Antaño lo publicaban integro los medios de comunicación.

Ahora lo hacemos nosotros, para demostrar nuestro acierto en la esperanza. Y en el dulce poder de la amabilidad.

Vale la pena leerlo y tenerlo.

Es, sin más, el mensaje que dirigió el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador a su homólogo estadounidense:

“Celebro este encuentro con usted, presidente Donald Trump. Mi visita obedece, en buena medida, a la importancia que tiene, sobre todo, en estos tiempos de crisis económica mundial, la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá.

El haber conseguido este acuerdo representa un gran logro en beneficio de las tres naciones y de nuestros pueblos.

Amabilidad

Como es sabido, América del Norte es de las regiones económicas más importantes del planeta. No obstante, nuestra región es inexplicablemente deficitaria en términos comerciales; exportamos al resto del mundo tres mil 579 billones de dólares, pero importamos cuatro mil 190 billones de dólares; es decir, mantenemos un déficit de 611 mil millones de dólares, lo cual se traduce en fuga de divisas, menores oportunidades para las empresas y pérdida de fuentes de empleos.

El nuevo Tratado busca, precisamente, revertir este desequilibrio mediante una mayor integración de nuestras economías y mejoras en el funcionamiento de las cadenas productivas para recuperar la presencia económica que ha perdido América del Norte en las últimas cinco décadas. Baste señalar que, en 1970, la región representó el 40.4 por ciento del producto mundial y que, ahora, esta participación en la economía global ha bajado a 27.8 por ciento.

Por ello, el Tratado es una gran opción para producir, crear empleos y fomentar el comercio sin necesidad de ir tan lejos de nuestros hogares, ciudades, estados y naciones. En otras palabras, los volúmenes de importaciones que realizan nuestros países del resto del mundo, pueden producirse en América del Norte, con menores costos de transporte, con proveedores confiables para las empresas y con la utilización de fuerza de trabajo de la región.

Desde luego, no se trata de cerrarnos al mundo, sino de aprovechar todas las ventajas que nos brinda la vecindad, así como la aplicación de una buena política de cooperación para el desarrollo.

Este Tratado permite atraer inversiones de otros lugares del hemisferio a nuestros países, siempre y cuando se cumpla con los principios de producir mercancías de elevado contenido regional y de procurar condiciones salariales y laborales justas para los trabajadores del país exportador o importador de bienes de consumo.

Es importante también señalar que, en este acuerdo, los tres países aportamos capacidad productiva, mercados, tecnología, experiencia, mano de obra calificada y terminamos complementándonos. Por ejemplo, México tiene algo sumamente valioso para hacer efectiva y potenciar la integración económica y comercial de la región; me refiero a su joven, creativa y responsable fuerza laboral. No olvidemos que la participación de los trabajadores en los procesos productivos es igual de importante que el papel de las empresas. De poco serviría tener capital y tecnología, si no se cuenta con buenos obreros que se destaquen por su imaginación, su talento y su mística de trabajo.

Interior del domicilio de un habitante rico de Pompeya

Además, con acuerdos como este y con respeto a nuestras soberanías, en vez de distanciarnos estamos optando por marchar juntos hacia el porvenir. Es privilegiar el entendimiento, lo que nos une, y hacer a un lado las diferencias o resolverlas con diálogo y respeto mutuo.

Ciertamente, en la historia de nuestras relaciones, hemos tenido desencuentros y hay agravios que todavía no se olvidan, pero también hemos podido establecer acuerdos tácitos o explícitos de cooperación y de convivencia; por ejemplo, en los años cuarenta del siglo pasado, durante la Segunda Guerra Mundial, México ayudó a satisfacer la necesidad de Estados Unidos de materias primas y lo respaldó con mano de obra de los trabajadores migrantes, que fueron conocidos como “braceros”.

Desde entonces y hasta la fecha, hemos venido consolidando nuestras relaciones económicas y comerciales, así como nuestra peculiar convivencia, a veces de vecinos distantes y otras de amigos entrañables.

También, como es sabido, la historia, la geopolítica, la vecindad y las circunstancias económicas de ambas naciones han impulsado de manera natural un proceso de migración de mexicanas y mexicanos hacia Estados Unidos y se ha conformado, aquí, una comunidad de cerca de 38 millones de personas, incluyendo a los hijos de padres mexicanos.

Se trata de una comunidad de gente buena y trabajadora que vino a ganarse la vida de manera honrada y que mucho ha aportado al desarrollo de esta gran nación.

Asimismo, en México, más que en ningún otro país del mundo, viven y forman parte de nuestra sociedad un millón y medio de estadounidenses.

De modo que estamos unidos, más que por la proximidad geográfica, por diversos vínculos económicos, comerciales, sociales, culturales y de amistad.

Presidente Trump:

Como en los mejores tiempos de nuestras relaciones políticas, durante mi mandato como presidente de México, en vez de agravios hacia mi persona y, lo que estimo más importante, hacia mi país, hemos recibido de usted, comprensión y respeto.

Ruinas de Pompeya, Monte Vesubio al fondo

Algunos pensaban que nuestras diferencias ideológicas habrían de llevarnos de manera inevitable al enfrentamiento. Afortunadamente, ese mal augurio no se cumplió y considero que hacia el futuro no habrá motivo ni necesidad de romper nuestras buenas relaciones políticas ni la amistad entre nuestros gobiernos.

El mejor presidente que ha tenido México, Benito Juárez García, pudo, como usted lo mencionó, entenderse con el gran Presidente republicano Abraham Lincoln. Recordemos que este gran líder histórico estadounidense, el impulsor de la abolición de la esclavitud, nunca reconoció al emperador Maximiliano, impuesto en México con la intervención del poderoso ejército francés. No es casual que Juárez haya lamentado el asesinato de Lincoln, diciendo: “He sentido profundamente esta desgracia porque Lincoln, que con tanta constancia y decisión trabajaba por la completa libertad de sus semejantes, era digno de mejor suerte…”.

Lo mismo sucedió con la espléndida relación que mantuvieron, a pesar de las circunstancias difíciles, el presidente demócrata Franklin Delano Roosevelt y nuestro Presidente patriota, el general Lázaro Cárdenas del Río.

En los días posteriores a la expropiación petrolera, en una carta, el general Cárdenas reconoció el buen entendimiento bilateral de la siguiente manera:

Mi gobierno considera que la actitud asumida por los Estados Unidos de Norteamérica, en el caso de la expropiación de las compañías petroleras, viene a afirmar una vez más, la soberanía de los pueblos de este continente, que con tanto empeño ha venido sosteniendo el estadista del país más poderoso de América, el excelentísimo señor presidente Roosevelt.

De modo que, guardadas todas las proporciones y en circunstancias sin duda distintas, la historia nos enseña que es posible entendernos sin prepotencias o extremismos.

Ahora que decidí venir a este encuentro con usted, presidente Trump, en mi país se desató un buen debate sobre la conveniencia de este viaje. Yo decidí venir porque, como ya lo expresé, es muy importante la puesta en marcha del Tratado, pero también quise estar aquí para agradecerle al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y a usted, presidente Trump, por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos mexicanos.

A usted, presidente Trump, le agradezco su comprensión y la ayuda que nos ha brindado en asuntos de comercio, petróleo, así

como su apoyo personal para la adquisición de equipos médicos que necesitábamos con urgencia para tratar a nuestros enfermos del COVID-19.

Pero lo que más aprecio, es que usted nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía. En vez de la Doctrina Monroe, usted ha seguido, en nuestro caso, el sabio consejo del ilustre y prudente George Washington, quien advertía que “las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos”.

Estatua de Hérculesx

Usted no ha pretendido tratarnos como colonia, sino que, por el contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente. Por eso estoy aquí, para expresar al pueblo de Estados Unidos que su presidente se ha comportado hacia nosotros con gentileza y respeto. Nos ha tratado como lo que somos: un país y un pueblo digno, libre, democrático y soberano.

¡Que viva la amistad de nuestras dos naciones!

¡Que viva Estados Unidos de América! ¡Que viva Canadá!¡Que viva nuestra América!

¡Viva México! ¡Viva México¡Viva México!

Nosotros sólo añadiríamos un comentario:

“La amabilidad es tan poderosa que es capaz de arrasar con los malos resentimientos”.