Ulises y Gabino, son parecidos como una gota de sangre a otra


De la Redacción

Para recordar las masacres del 2006 y 2016, no se requieren muchas palabras, lo que es indispensable tener en consideración quién ordenó, en cada uno de los sexenios perdidos en Oaxaca (2004-2010 y 2010-2016), reprimir a la población que llegó a los límites de la prudencia ante la violencia de estado desatada por Ulises Ruiz Ortiz y Gabino Cué Monteagudo, sujetos que encabezaron a dos bandas de delincuentes, que no de políticos, para saquear hasta la saciedad el presupuesto de la entidad.

El 14 de junio de 2006 y el 19 de junio de 2016, son dos fechas que fueron escritas con sangre en la historia negra del estado. Muchos muertos, numerosos heridos y dos desaparecidos representan el saldo trágico que exponen la intolerancia de dos sujetos que nunca estuvieron preparados para ser y hacer gobierno… Que conste, no se está denunciando a toro pasado, en estas páginas, en su oportunidad y en su momento, se escribió de los abusos del poder desde el poder, de la impunidad, de los enriquecimientos ilícitos, pero más que todo de robar vidas humanas sin ningún miramiento a los derechos humanos.

Ulises Ruiz y Gabino Cué Monteagudo, el primero del Partido Revolucionario Institucional y, el segundo, militante del Partido de la Revolución Democrática y de Acción Nacional, son parecidos como una gota de sangre a otra, son similares en cuanto a sus intereses facciosos, personales y con ello confirman que la corrupción carece de ideologías. Que las creencias políticas en muchos casos, están muy ajenas a la honorabilidad, la decencia, la honradez, la respetabilidad y, en fin, todo lo que viene aparejado con la moral y la educación que se mama en la familia, independientemente de la cuna en que se nace.

Son como dos gotas de sangre que es imposible saber quién es quién.

Uno es ladrón, el otro también… El primero es represor, el otro también… El que gobernó en el lapso 2004-2010, es cínico, el que administró en el periodo 2010-2016, también… Ambos, pues, tienen las manos manchadas de sangre y ante los ojos de la sociedad cometieron crímenes de lesa humanidad.

Oaxaca, 2006… Nochixtlán, 2016, no se olvidan.