Trump se desploma mientras los republicanos buscan reducir los daños


David Brooks/La Jornada

Nueva York. Ya no hay calificativos ni adjetivos para aplicarle a Donald Trump. Algunos abiertamente preguntan si sencillamente está loco, otros dicen que padece de trastornos mentales, otros más sospechan que ni desea llegar a la Casa Blanca, mientras que los supuestos adultos del Partido Republicano están buscando cómo hacer todo para reducir los daños de lo que algunos creen es una posible implosión de la campaña presidencial republicana que amenaza con llevarse al partido a la coladera.

Ha sido una semana infernal para los republicanos. Su abanderado ha insultado a familias militares, a los dedicados a la política exterior, a bebés, y a dos de los líderes nacionales más destacados -y poderosos- de su propio partido. Más aún, ahora hay dudas sobre si la esposa del campeón de los sectores antimigrantes y quien ha afirmado su intención de deportar a 11 millones de “ilegales”, migró legalmente a Estados Unidos.

A la vez, hay más señales de deserción de la causa Trump entre las filas políticas republicanas.

Hoy un representante federal republicano por Colorado, Mike Coffman, está por estrenar un comercial político para su relección que marca la primera vez que un legislador republicano emplea un mensaje explícitamente anti Trump.

El spot de 30 segundos abre con una imagen de Coffman, un veterano militar que combatió en Irak declarando a la cámara que cuando la gente le pregunta qué opina de Trump, responde “honestamente, no me cae muy bien”. Poco después agrega: “soy un Marine -para mí, mi país es primero. Mi deber es a ustedes. Entonces, si Donald Trump es el presidente, yo me enfrentaré a él -así de simple”.

Otro legislador republicano, Richard Hannah, fue el primero en anunciar que no votaría por Trump hace unos días. Ayer, Adam Kinzinger, representante federal republicano de Illinois y veterano de la guerra en Irak, se sumó a la lista al declarar a CNN que ya no podía contemplar apoyar a Trump, quien “ha cruzado muchas líneas rojas de lo imperdonable en la política”, sobre todo su trato a una familia militar que había perdido su hijo en la guerra de Irak. “No puedo guardar silencio…. tengo que hacer esto por mi país y mi partido”, afirmó.

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La cúpula y prominentes líderes del Partido Republicano han dejado saber a los medios que están cada vez más exasperados con su abanderado, e incluso están contemplando un tipo de “intervención” con él para obligarlo a cambiar su comportamiento público. Mientras tanto, cada vez más figuras republicanas están dispuestas a criticar abiertamente a Trump, incluyendo sus propios aliados como el ex presidente de la cámara baja Newt Gingrich y Ed Rollins, veterano estratega republicano. Otros, incluyendo a ex asesores de Jeb Bush y el gobernador Chris Christie, junto con un ex presidente del partido, Marc Racicot, han ido más lejos al no solo expresar su oposición a Trump sino su intención de votar por su contrincante demócrata Hillary Clinton.

Algunos estrategas electorales y columnistas conservadores -entre los más notables George Will y David Brooks (ninguna relación con este reportero)- deploran los daños que ya ha infligido Trump sobre les Partido Republicano. Algunos de éstos y fuentes legislativas republicanas han indicado que se tiene que aceptar desde ahora que perderán la Casa Blanca y que la tarea principal es limitar los daños de Trump en las elecciones legislativas que ya de por sí puede amenazar la mayoría republicana en el Senado.

Todo esto ha tenido un costo con Trump, quien estaba virtualmente empatado con su contrincante demócrata, la muy políticamente vulnerable Hillary Clinton, hace sólo una semana – y hasta ganando en algunos sondeos- ahora registrando un desplome en las encuestas nacionales como en las de varios estados claves para la elección en el mapa electoral (Colorado, Michigan, Florida, Nueva Hampshire, Virginia, entre otros). En la encuesta nacional más reciente, de NBC News/Wall Street Journal, difundida hoy, Clinton ahora goza de una ventaja de 9 puntos (antes de las convenciones era de sólo 5 puntos) -ella va ganando por un 47 por ciento contra un 38 por ciento para Trump. Encuestas de CNN y Fox News son similares.

Por lo tanto, crece la alarma entre la cúpula republicana.

Y sólo faltaba que aparecieran fotos de la esposa del candidato desnuda en la portada de un tabloide conservador, el New York Post. No sólo provoca ciertos problemas con un candidato que recién había firmado un llamado contra la pornografía, y que encabeza un partido que en público afirma los “valores familiares” y la “decencia” (pero que en privado sus delegados parecen sufrir de una adicción a la pornografía, según datos recientes), sino que las fotos fueron tomadas en Nueva York en 1995, un año antes de que Melania Trump haya obtenido una visa que autorizaba a la migrante de Eslovenia trabajar legalmente en este país.

Más alarmante aún: el conductor de MSNBC Joe Scarborough comentó que hace meses un asesor de política exterior fue con Trump para aconsejarlo sobre asuntos de seguridad nacional, y que el candidato le preguntó tres veces sobre por qué no se podían usar las armas nucleares, “ya que las tenemos”.

Trump ha enfrentado controversias y provocado tormentas críticas anteriormente, sólo para salir fortalecido contra los pronósticos de los expertos. Pero esta semana fue tal vez la peor de su inusual y alarmante camino hacia la antesala de la Casa Blanca, y su partido se está preparando para las consecuencias de lo que podría ser un desastre político monumental.

Vale recordar, en este momento, que en febrero Robert Kaplan, analista de Brookings Institution y columnista delWashington Post, advirtió que Trump es “creación del partido [Republicano], su monstruo Frankenstein, llevado a la vida por el partido, nutrido por el partido y ahora hecho suficientemente fuerte para destruir a su creador”.

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