En algún momento han emitido expresiones ofensivas contra mujeres
¿Son algunos políticos misóginos o tarados?
Iglesia divide a mexicanos; se oponen a los matrimonios igualitarios.
Artículo 130 de la Carta Magna define claramente separación Iglesia-Estado.
Recientes declaraciones del FMI confirman las incongruencias del organismo.
Agencia Mexicana de Noticias
“Crías maléficas que perturban la quietud de la sociedad masculina…inferiores, perniciosas, malas y peligrosas”.
Por favor, no se piense que el odiador del género femenino es este humilde átomo de la comunicación, por el contrario, yo venero a las mujeres.
El autor de semejante misoginia es Hipócrates, el médico de la Antigua Grecia, que vivió hacia el año 400 a.C., y no era conservador ni panista, pero sí odiador de las mujeres.
¿El origen de ese odio? Su madrastra que lo acosaba sexualmente a cada paso que daba. Eso sería motivo suficiente para generalizar su odio contra todas las mujeres del mundo.
El síndrome de Hipócrates cundiría en otras sociedades y culturas, como la mexicana, y quienes permanentemente se exhiben como misóginos son los retrogradas conservadores panistas y otros tarados mercenarios de la política.
BARBARIDADES DE VICENTE FOX
Y para muestra un botón: En febrero de 2006, durante una gira de trabajo en Mazatlán, Sinaloa, Vicente Fox ultrajaría la dignidad de las mujeres mexicanas llamándoles “lavadoras de dos patas”.
Así lo dijo muy clarito el bototas: “El 75% de los hogares de México tienen una lavadora, y no de dos patas o de dos piernas, una lavadora metálica».
Y sabe usted qué pasó. No pasó nada.
Ningún hombre y ninguna mujer a lo largo y ancho del territorio nacional chistó contra el paisano de las momias de Guanajuato su acendrada misoginia, y menos le cobraron factura al PAN en las elecciones presidenciales de 2006 por esa idiotez.
Asimismo, muchos otros politicastros se exhiben diariamente como odiadores de todo lo que huela a mujer.
Me pregunto, entonces ¿quién los parió?
¿Por qué hago historia?
BURRADAS DEL BRONCO
Mire usted, otro que ha enseñado el cobre y se ha presentado ante las mujeres mexicanas con odio y una idiotez monumental es el desgobernador de Nuevo León, Jaime Heliódoro Rodríguez Calderón, alias El Broco, que llegó al poder con la chaqueta de candidato independiente cuando en realidad es un mercenario del poder político en México.
Ese insensato politicastro acaba de propinar a las mujeres de México un penoso ultraje cuando advirtió que “A una niña gorda nadie la quiere”, aunque con singular idiotez quiso enmendar su metida de pata, quemándose más, aduciendo que se refería a las adolescentes embarazadas.
Ese energúmeno odiador del género femenino quiere así convertirse en presidente de México.
¿Serían capaces las mujeres de perdonarle semejante grosería?
Si ésta le perdonan, después podría golpearlas y hasta convertirse en un feminicida.
¡Basta ya de ultrajes a la dignidad de los mexicanos!
Si El Bronco quería hablar de obesidad y educación sexual debió primero ir a la nocturna y asesorarse sobre temas tan delicados y no aventarse como El Borras, pues lo único que exhibió fue su miseria intelectual, insensibilidad política y humana y su despiadado odio contra las mujeres y su obesidad.
A Jaime Rodríguez hay que educarlo porque está francamente muy cavernícola. La política es ciencia, no son dislates tarados como los más de 500 que se le registraron a Vicente Fox.
¿De qué forma El Bronco enmendará semejante idiotez que podría acabar con su futuro político? ¿O le apostará al olvido?
LA IGLESIA DIVIDE A MÉXICO
¿Por quién votó, por Dios o por el Diablo?
Fue la pregunta con buena fe, pero de muy mala leche, que este átomo de la comunicación formuló el primer domingo de julio de 1992, al entonces arzobispo de Morelia, Michoacán, Estanislao Alcaraz y Figueroa, quien se convertiría en el primer prelado de México en ejercer su derecho al voto, tras la reforma al 130 constitucional, promovida y promulgada el 28 de enero de 1992 por el presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari.
El prelado, rodeado por una nube de reporteros, respondería a la interrogante tras soltar sonora carcajada, diciendo: “No, mire usted, no vote ni por Dios ni por el Diablo…Vote por el hombre que debe conducir los destinos de los michoacanos en los próximos seis años…”
En dicha elección sólo había dos sopas, el PRI y el acendrado cardenismo que militaba en el PRD.
¿Por qué hago historia?
Porque la enmienda constitucional salinista les abrió el zaguán a los más de 11 mil curas que hay en México para que se metieran hasta la cocina a tronar los dedos y opinar sobre los grandes asuntos públicos, a pesar de que el 130 de la Carta Magna marca claramente la separación Iglesia-Estado y ratifica que en México impera un Estado laico.
EL LAICISMO BIEN APLICADO
El término laico viene del griego laikós que quiere decir alguien del pueblo, aparece primeramente en un contexto cristiano. El laicismo, pues, se trata de una corriente libertaria ideológica que propugna por la existencia de una sociedad organizada aconfesionalmente, es decir, de forma independiente, o en su caso ajena a las confesiones religiosas. Garantiza la libertad intelectual y la no imposición de normas y valores morales de ninguna religión.
Si bien la reforma constitucional salinista otorgó privilegios y el voto a los curas, estos aún siguen impedidos para ser electos a algún cargo de elección popular, y la separación Iglesia-Estado sigue vigente.
No existe en México un Estado confesional, como lo sugirió Vicente Fox cuando propinó el beso de Judas al anillo del papa Juan Pablo II.
Todo está muy claro, cada chango en su mecate. La misión de los curas es pastoral. Así que las sotanas, las menganas y las perenganas lo que tiene que hacer es dedicarse a pedir limosnas, salvar almas y velar siempre por su rebaño, pero no andarlo incitando a que vote por Dios o por el Diablo, es decir, por el PAN, el PRI o por cualquier otra hierba de olor.
DESCONTENTO DE CURAS POR MATRIMONIOS IGUALITARIOS
Descaradamente en la última elección, los curas de México, en las 14 entidades donde hubo comicios, hicieron campaña, aún en tiempos de veda electoral, en favor del PAN, lo cual está terminantemente prohibido por la ley. Pero ni la Secretaría de Gobernación, la PGR, el INE ni el Trife han llamado a cuentas a los desenfrenados curas, que están enojados porque Enrique Peña Nieto promueve reformas constitucionales para permitir en México el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo.
Ahora, los curas se mofan y en el periódico Desde la fe, la Arquidiócesis de México dice: “El voto de castigo al PRI, por ineficaz y corrupto”.
A lo mejor tienen razón, pero eso se llama dividir a los mexicanos. Eso es altamente peligroso para la República. Ahora sólo les falta que salgan como esos niños perversos que se burlan de las infamias de los demás coreando: ¡Lero, lero! ¡Lero, lero!
QUE DIJO MI AMÁ QUE SIEMPRE NO
Las monstruosas deudas públicas que ahogan a la mayoría de las 193 naciones del mundo, y que han profundizado la desigualdad entre ricos y pobres con amenazas reales de estallidos sociales, han encendido ya los focos rojos en el Fondo Monetario Internacional -FMI- y el Banco Mundial -BM-, donde con insistencia se habla de una moratoria colectiva.
Por esa razón se piensa ya muy seriamente en disminuir las deudas a las economías emergentes y aún a los países del primer mundo con el fin de evitar un impago general. Sienten pasos en la azotea.
La empleada número uno del imperio capitalista del mal en la cúpula del FMI, Christine Lagarde, ha advertido en los últimos años que los ajustes fiscales no deben ser bruscos para evitar castigar el crecimiento de las naciones, sobre todo después de ver las secuelas de la crisis griega.
Esos ajustes tiránicos en los presupuestos, ordenado por esos organismos financieros internacionales, han puesto fin al Estado social, precarizando el empleo y han creado ejércitos y más ejércitos de miseria y unas cuantas comaladas de ricos, mientras la mayoría de los gobernantes siguen como lacayos del FMI y BM, aplicando sus impopulares recetas económicas a rajatabla.
En las últimas semanas un grupo de economistas del FMI escribieron en una revista de ese banco un artículo titulado Neoliberalismo: ¿sobrevalorado?, que ha causado una revolución, pues sus autores no descartan un impago de las naciones ante el dilema de dar de comer a sus pueblos o pagar la deuda externa, toda vez que los ajustes económicos han lastrado el crecimiento de las naciones.
Ello quiere decir que durante más de tres décadas, las políticas neoliberales de esas chinches chupeteadoras, creadas por el imperio capitalista del mal para el avasallante predominio y sometimiento de los pueblos, han sido injustas y desequilibradas porque han profundizado en las crisis económicas que tienen que pagar los pobres.
Sí, el FMI expresa hoy un mea culpa o lo que es lo mismo: que dijo mi amá que siempre no estábamos en lo correcto.
La cuestión de vasallaje del capitalismo sobre los pueblos de la Tierra es muy simple: toda nación que cae en crisis requiere de préstamos internacionales, que en la mayoría de los casos se roban los gobernantes, y automáticamente el dinero regresa a los paraísos fiscales del imperio capitalista del mal.
Todo está armado a la perfección para someter a gobernantes y naciones que ante nuevas crisis habrá nuevos millonarios rescates, y el más patético de esos ejemplos resulta ser Grecia, que se ha convertido en un auténtico barril sin fondo, y no tardará el día en que la cuna de la civilización occidental tenga que decir debo, no niego, pago, no tengo.
Esa es la infame realidad de las naciones, incluyendo México, donde hoy las recetas neoliberales de ajuste ordenadas por el FMI y BM causan estragos a la población, mientras el gobierno cubre religiosamente el pago de la llamada deuda eterna.
Así que no estará lejos el día en que un grupo de naciones, aún las más poderosas, tengan que decir que dijo mi amá que siempre no hay para pagar la deuda externa.
Pa’ mí que ya se tardaron una eternidad eterna, porque la medicina del capitalismo salvaje ha resultado peor que la enfermedad. Aunque usted no lo crea.