Alejandro Cruz / La Jornada
Ciudad de México. La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, inauguró la línea 2 del Cablebús, que corre de Constitución de 1917 a Santa Martha, en la alcaldía Iztapalapa, obra que calificó de “ejemplo de justicia social” que ofrece a los habitantes del oriente de la capital un transporte seguro, rápido y cómodo.
Tras realizar un recorrido por las instalaciones y viajar en una de las góndolas por sus siete estaciones, encabezó un acto protocolario masivo, aunque menos concurrido que el realizado hace casi un mes en la apertura de la línea 1, que va de Indios Verdes a Cuautepec, en Gustavo A. Madero, lo que no impidió que de nueva cuenta surgiera el grito de “¡presidenta!, ¡presidenta!”
A lo largo del recorrido de 10.6 kilómetros de longitud, que lo convierte en el teleférico más grande del mundo, Sheinbaum Pardo observó desde las alturas actividades artísticas y de activación física en parques y centros comunitarios, e incluso en azoteas de viviendas, organizadas por la alcaldía Iztapalapa; además, se instalaron carteles de apoyo a la mandataria capitalina y su administración.
“Cablebús es un ejemplo de justicia social, así que de Iztapalapa para el mundo ya no sólo serán sólo Los Ángeles Azules, sino también el Cablebús”, expresó durante el acto protocolario en el que la acompañaron los secretarios federales de Comunicaciones y Transportes, Jorge Arganis, y de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano, Román Meyer; así como el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco; el electo de Michoacán, Alfredo Ramírez, y la alcaldesa Clara Brugada, entre otros personajes.
Al enfatizar que su gobierno es parte de la Cuarta Transformación del país que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador, dijo que Cablebús representa no solamente una inversión de transporte público masivo, moderno, innovador, no contaminante, sino que disminuye desigualdades; dignifica a la población.
Señaló que es un proyecto inspirado en Mi Teleférico de La Paz, Bolivia, impulsado por el ex presidente de ese país Evo Morales, que “construye una patria distinta y que si bien gobernamos para todos, para ricos, clases medias, pero, por el bien de todos, primero los pobres”.
El proyecto tuvo un costo de 3 mil 183 millones de pesos, cuenta con 305 cabinas, que van a una velocidad de cinco metros por segundo, por lo que el recorrido que realiza en un lapso de 37 minutos, casi 50 por ciento menos de la hora y 15 minutos que normalmente se hace por tierra.
La línea 2 tiene capacidad de transportar hasta 108 mil personas en un día, el pasaje tendrá una costo de siete pesos y será gratuito para adultos mayores de 60 años, niños menores de cinco y personas con discapacidad.
Su construcción significó la apertura de mil 475 nuevos negocios, lo que se traduce en la creación de 4 mil 200 empleos directos y 6 mil 750 indirectos; además, a lo largo de la ruta se realizaron obras de rescate del espacio público y se construyeron el mercado Quetzalcóatl y el centro comunitario del programa Puntos de Innovación, Libertad, Artes, Educación y Saberes (Pilares) La Estancia.