Segunda invasión francesa a México, guerra civil en EU y el intento de tener un emperador en tierras mexicanas


Tropas francesas arribaron a México en 1862
  • Napoleón III o Carlos Luis Napoleón Bonaparte y sus ambiciones.

Redacción

Ocurrió el 2 de abril de 1867, cuando el ejército francés incursionó por segunda ocasión en el territorio mexicano, cuyo objetivo era implantar un imperio (1852-1970) a imagen y semejanza del de Napoleón III o Carlos Luis Napoleón Bonaparte.

Ya desde aquella época y mucho antes, la geopolítica ha jugado un papel fundamental en la historia de la humanidad. De ahí que Estados Unidos (principalmente los dirigentes que buscaban una Federación en ese territorio) pese a la guerra civil que en esos años ocurría en ese país, no permitieron que Napoleón III continuará apoyando a los confederados, de ahí su interés primordial para evitar que Maximiliano fuera emperador de México.

Napoleón III

Nos explicamos:

La segunda intervención francesa en México fue un conflicto armado entre México y Francia entre los años 1862 y 1867.

Esta acción tuvo lugar después de que el Gobierno mexicano, encabezado por Benito Juárez, anunciara la suspensión de los pagos de la deuda externa en 1861. Como respuesta, Francia, Reino Unido y España, formaron una alianza por la Convención de Londres  y anunciaron su intención de enviar tropas a México.

El Gobierno de ese país derogó la Ley de Suspensión de Pagos, pero la alianza no eliminó su plan. Las tropas de la alianza llegaron a Veracruz en 1862 y entraron en negociaciones con el Gobierno de México. Los dirigentes de las misiones británicas y españolas decidieron volver, pero los franceses anunciaron que ocuparían México.

Tras sufrir un revés en Puebla, el 5 de mayo de 1862, los franceses continuaron la expedición que los llevó a ocupar la Ciudad de México el 10 de junio de 1863.

Benito Juárez García

El Gobierno de la República encabezado por Benito Juárez. comenzó desde entonces un peregrinar por varios puntos del país, mientras los franceses seguían ocupando la capital.

Las tropas francesas comenzaron a retirarse gracias a los ataques mexicanos a partir de 1866, ante la inminencia de una guerra entre Francia y Prusia y la derrota de los confederados en la guerra de secesión estadounidense, en 1865, que fueron respaldados en todo momento por Napoleón III.

Años antes, algunos conservadores mexicanos radicados en Europa habían iniciado un cabildeo para buscar apoyo a la instalación de un régimen monárquico en México por Segunda Ocasión.

Ciertas disputas con el clero, así como con los diplomáticos de España en México, habían iniciado una cadena de intranquilidades entre México y varios países europeos.

Además, las complicaciones económicas causadas por la Guerra de Reforma y la Revolución de Ayutla, a pesar de las medidas tomadas por el gobierno para reducir los costos de la guerra (por ejemplo la reducción de las fuerzas militares), forzaron al gobierno a suspender la liquidación de las deudas externas por un periodo de dos años.

Manuel Gasset

España, Reino Unido y Francia, formaron una alianza tripartita en octubre de 1861, con el propósito de protestar conjuntamente contra las políticas económicas mexicanas; exigieron el pago de la deuda, aunque, aparentemente, sin la intención de intervenir en los conflictos internos de México. Para presionar al gobierno mexicano enviaron una expedición armada que arribó a Veracruz en enero de 1862.

El ministro mexicano de Relaciones Exteriores, Manuel Doblado, notificó al general español Juan Prim, a cargo del movimiento triparca, de las complicaciones económicas del país y logró persuadirlo de que la suspensión de las deudas era algo transitorio.

Para los gobiernos de España y Gran Bretaña esta explicación fue suficiente y zarparon de Veracruz una vez concluidas las conferencias diplomáticas de La Soledad. Sin embargo, las tropas francesas se negaron a retirarse, pues Napoleón III tenía intenciones de establecer un Imperio colonial en América e instaurar una monarquía en México, desde donde  planeaba apoyar a los confederados en la Guerra Civil de Estados Unidos y disminuir drásticamente el poder de la Unión Americana en la región de América Latina. El gobierno norteamericano protestó oficialmente el apoyo de Austria el 6 de mayo.

Manuel Doblado

Después de la guerra contra los Estados Unidos surgieron por fin dos partidos políticos con proyectos de nación claros, pero antagónicos.

Por un lado, Lucas Alamán, fundó el Partido Conservador, cuyo programa recogía el principio centralista de la preeminencia del poder central sobre las regiones para lograr la estabilidad del país, a la vez que proponía el gobierno de las clases propietarias, la preservación de los privilegios de la iglesia católica y del ejército por ser, respectivamente, el vínculo de unión más poderoso entre los mexicanos y una garantía de seguridad nacional, y el desarrollo y modernización de la economía apoyada en una política proteccionista.

José Manuel Hidalgo y Esnaurrízar

Por el otro lado, estaba el Partido Liberal, que proponía un sistema federalista y democrático, la creación de una sociedad moderna sin clases privilegiadas y una economía basada en los principios del liberalismo económico.

Ambos proyectos al ser mutuamente excluyentes, entraron en conflicto y llevaron a dos guerras civiles en la década de 1850: La Revolución de Ayutla y la Guerra de Reforma (1857-1860).

A raíz de la suspensión de pagos, España, Francia e Inglaterra, encontraron el pretexto idóneo para intervenir en el gobierno mexicano. Así, el 31 de octubre de 1861 en Londres, las tres naciones suscribieron un convenio por el cual adoptaron las medidas necesarias para enviar a las costas de México fuerzas combinadas de mar y tierra.

Joaquín Gutiérrez de Rubalcava

La intervención tenía el objetivo de cobrar deudas acumuladas desde tiempo atrás y, si bien, las demandas no resultaban extrañas, su cumplimiento era difícil en las circunstancias de la República.

Sin embargo, el gobierno juarista se vio obligado a dar una respuesta. Reconoció la situación ruinosa del erario y, al mismo tiempo, advirtió los esfuerzos que mantendría para enfrentar dignamente las reclamaciones.

A pesar de la buena voluntad mostrada, algunas tropas españolas arribaron, en diciembre, al puerto de Veracruz. La fuerza española, se componía de 6,320 hombres bajo el mando de los generales Joaquín Gutiérrez de Rubalcava y Manuel Gasset, llegaron a bordo de 19 buques militares, con un total de 308 cañones y 4,314 tripulantes, en las fragatas de hélice Lealtad, Princesa de Asturias, Berenguela, Petronila, Blanca; los vapores de ruedas Francisco de Asís, Isabel la Católica, Blasco de Garay, Pizarro, Guadalquivir, Velasco, Ferrol , San Quintín, Álava y Número 3; las urcas Santa María y Marigalante y la corbeta Colón.

Lucas Alamán

Además de 10 buques de transporte con 308 tripulantes, los vapores de ruedas Pájaro del OcéanoCubanoCubaMaisi y Cárdenas, las fragatas de transporte a vapor, FavoritaSunriseTeresa Palma y Paquita.

En enero de 1862, ejércitos de las tres potencias europeas desembarcaron en territorio mexicano.

Carlota de Weimar y Maximiliano de Habsburgo

Al menos una de ellas arribó con planes imperialistas promovidos por mexicanos, quienes ante el virtual fracaso del partido reaccionario, volcaron los ojos hacia Europa en un afán último por conservar sus privilegios e imponer un gobierno netamente conservador.

En 1860-1861, una comisión encabezada por José María Gutiérrez Estrada, José Manuel Hidalgo y Esnaurrízar y Juan Nepomuceno Almonte, persuadiría al gobierno de Napoleón III, de apoyar una nueva intervención en México que llevara a implantar una monarquía constitucional.

Una vez que se contó con su apoyo, se decidió que el candidato ideal era Maximiliano de Habsburgo, quien después de poner varias condiciones y reflexionar largamente sobre de ello, aceptó el ofrecimiento que se le hacía.

Se dice que en esta decisión contó la influencia de su esposa Carlota Amalia, Archiduquesa de Austria.