Ruiz-HealyTimes: Las crisis me persiguen


  • Mal manejo de los dineros por parte de Presidentes, entre las causas.
  • Caída de precios del petróleo, otra perla para la economía mexicana.
  • Y por si algo faltara… la inminente llegada de Trump a la Casa Blanca.
  • Salida de Agustín Carstens del Banxico¿se bajó del barco antes de tiempo?

Eduardo Ruiz-Healy

Toda mi vida adulta ha transcurrido entre una crisis y otra.

Las primeras cuatro que me golpearon – las de 1976, 1982, 1987 y 1995 – fueron resultado de lo mal que manejaron a la economía y las finanzas públicas los gobiernos de Luis Echeverría (1970-76), José López Portillo (1976-82), Miguel de la Madrid (1982-88), Carlos Salinas (1988-94) y Ernesto Zedillo (1994-2000). Luego, después de poco más de una década de cierta estabilidad, vino la crisis global de 2008 originada por los bancos estadounidenses tramposos y las autoridades que en ese país no los supervisaron correctamente.

Ahora vivo las repercusiones que sobre la economía mundial causó la caída de los precios del petróleo en 2014, crisis que en México afectó las finanzas públicas que tanto dependen de los ingresos petroleros.

A los efectos negativos del crack global de 2008 y del desplome de los precios petroleros seis años después, hay que añadir los que está ocasionando el mal manejo de la deuda pública, que desde 208 se volvió cada vez más irresponsable. Recordemos que en 2007, el primer año de gobierno de Felipe Calderón, la deuda representaba el 21.3% del producto interno bruto, porcentaje que se elevó a 26.5% en 2008 y a 33.9% en 2012, el último de Calderón. Durante 2013, el primer año del actual gobierno federal, subió a 36.9% y siguió creciendo hasta alcanzar el 53% del PIB que se estima para el año en curso.

Por si todo lo anterior no fuera suficiente, la economía estadounidense, de la cual tanto depende la mexicana, no ha logrado despegar totalmente, a pesar de las cifras positivas que se han difundido durante las últimas semanas.

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LO QUE FALTABA…

Y, para acabarla de amolar, el 8 de noviembre pasado a los votantes de Estados Unidos se les ocurrió darle la presidencia al neonazi Donald Trump, quien el próximo 20 de enero asumirá el poder y empezará a cumplir las promesas que hizo durante su populista campaña electoral, entre ellas la de cobrarles un impuesto de importación del 35% a los productos hechos en México por empresas estadounidenses que al venir a nuestro país dejaron desempleados a sus trabajadores, la de construir el muro o barda fronterizo, obligar a México a pagar su costo y la de deportar a delincuentes mexicanos que hoy están en cárceles estadounidenses, renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte para favorecer a Estados Unidos, y reducir el impuesto sobre la renta a empresas, del 35% al 15%, que haría a nuestro país poco atractivo para los inversionistas de todo el mundo, quienes por ese ISR se irían al norte del Río Bravo..

Es evidente que las cosas no pintan bien para México. Tanto, que hasta el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, renunció a su cargo para encargarse a partir de julio de 2017 del Banco Internacional de Pagos. Él dice que no se bajó del barco; yo digo que se arrojó a las aguas antes de hundirse con ese barco. Sólo hay que esperar que el próximo gobernador no sea un amigo del presidente sino un verdadero y experimentado banquero central. La situación no está como para hacer experimentos.

Las crisis me persiguen. Lo bueno es que ya no sé cómo vivir en tiempos de normalidad y estabilidad.

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GOBERNADOR REPROBADO

Un documento que nos permite conocer qué tan bien o mal están actuando en materia de seguridad pública los 32 gobernadores del país, es el informe mensual difundido por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública que muestra que porcentaje del personal involucrado en actividades de seguridad pública ha aprobado o reprobado las famosas pruebas o evaluaciones de control de confianza. El personal evaluado es el que en cada entidad trabaja en ciertas áreas de la secretaría de seguridad pública, en los órganos de prevención y reinserción social, en la procuraduría general de justicia y en las secretarías o direcciones de seguridad pública municipales.

Con base en el informe, que proporciona datos actualizados al 30 de septiembre pasado, puede concluirse que el ex priista Mario López Valdez “Malova” es el gobernador que menos se ha preocupado por mejorar la calidad de los empleados públicos involucrados en tareas de seguridad pública. A pesar de su gestión termina el 1 de enero entrante, los números permiten suponer que durante los últimos seis años no se esforzó mucho por elevar la calidad de los policías ministeriales y estatales, ni de los agentes del ministerio público, ni de los carceleros. Han de estar muy decepcionados de él quienes lo eligieron cuando en 2011 se presentó como candidato de una alianza PAN-PRD-PT-MC.

De acuerdo al mencionado informe difundido por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, 48% de estos empleados no aprobó los exámenes de confianza. Lo peor es que el 55% de los ministerios públicos, policías ministeriales y demás personal evaluado de la Procuraduría General de Justicia del estado resultó reprobado en las evaluaciones. También fueron reprobados 51% de los policías municipales, 45% de quienes trabajan en las cárceles del estado y 37% de los que cobran sus quincenas en la Secretaría de Seguridad Pública. Por lo anterior, López Valdez también está reprobado y deberá responder por esa imperdonable falla una vez que dejé el cargo, el 1 de enero venidero.

Otros gobernadores que deben trabajar mucho más para mejorar la honestidad de los empleados estatales involucrados en el tema de la seguridad pública son Carlos Mendoza Davis (PAN), de Baja California Sur, con el 38% del personal reprobado, Roberto Sandoval Castañeda (PRI), de Nayarit, con el 28%; Claudia Pavlovich Arellano, de Sonora, con el 25%; Héctor Astudillo Flores, de Guerrero, y Silvano Aureoles Conejo, de Michoacán, con el 24% cada uno; Javier Duarte de Ochoa (PRI, prófugo), de Veracruz, con el 22%; Omar Fayad Meneses (PRI), Hidalgo, con el 17%; Juan Manuel Carreras (PRI), San Luis Potosí, y Arturo Núñez Jiménez (PRD), de Tabasco, con el 15% cada uno; Aristóteles Sandoval Díaz (PRI), de Jalisco, con el 14%; y Carlos Joaquín González (PAN-PRD), de Quintana Roo, y Alejandro Tello Cristerna (PRI), de Zacatecas, con el 13% cada uno. Los demás estados registran porcentajes de menos del 10%.

Mención especial merece el gobernador priista de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, cuyo estado registra un cero por ciento de reprobados.

 

SE CALIENTA EL EDOMEX 

El ambiente político se está calentando cada vez más en el Estado de México. El domingo 4 de junio del año entrante los mexiquenses irán a las urnas para elegir al próximo gobernador de su estado.

La abundancia de aspirantes a la candidatura priista contrasta con los pocos nombres que al interior de los demás partidos se manejan como posibles candidatos.

Por el PRI, son muchos los que quisieran asumir el cargo cuando el actual gobernador, Eruviel Ávila Villegas, terminé su sexenio el 15 de septiembre del año entrante.

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ASPIRANTES DEL TRICOLOR

Los nombres que más suenan en este momento son los de Carlos Iriarte, diputado federal, ex presidente municipal de Huixquilucan y presidente estatal del PRI; Ana Lilia Herrera, secretaria de Educación del Estado de México; y José Manzur Quiroga, secretario de Gobierno mexiquense;

También son mencionados algunos mexiquenses que pertenecen al gabinete de Peña Nieto, como son el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida; el de Educación, Aurelio Nuño; y el titular de la SEDESOL y ex subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda; y Ernesto Nemer, Procurador Federal del Consumidor y ex subsecretario de la SEDESOL.

Hay quienes dicen que los buenos son: Alfredo del Mazo Maza, ex presidente municipal de Huixquilucan y diputado federal; y Carolina Monroy del Mazo, secretaria general del CEN del PRI, ex presidenta municipal de Metepec, diputada federal y ex esposa de Ernesto Némer.

Algunos dicen que también andan en busca de la candidatura el ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray; y el ex gobernador sustituto, ex presidente nacional del PRI y líder de la bancada priista en la Cámara de Diputados, César Camacho Quiroz.

Dependiendo de la situación que prevalezca en el Estado de México y en el país durante este mes que apenas empieza, Peña Nieto decidirá quién será el candidato del PRI al cargo que él mismo tuvo antes de que lo detentara Ávila Villegas.

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¿QUÉ PIENSAN EN ACCIÓN NACIONAL?

Para el PAN las cosas pintan menos fáciles en vista de que en realidad sólo hay dos candidatos que tendrían oportunidad de ganar la elección: el dos veces expresidente municipal de Naucalpan, ex candidato panista a la gubernatura mexiquense y ex subsecretario de Gobernación, José Luis Durán Reveles, y Josefina Vázquez Mota, la ex candidata presidencial panista en 2012 que fue secretaria de Desarrollo Social durante el gobierno de Vicente Fox, de Educación Pública y diputada federal en el sexenio de Felipe Calderón.

A pesar de que Vázquez Mota vence en las encuestas a Durán, la realidad es que, aparte de su campaña presidencial, nunca ha realizado actividad política en el Estado de México, habiendo quedado detrás de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador en la elección de 2012. No le ha ayudado en nada el hecho de que una fundación que preside haya recibido poco más de 900 millones de pesos del gobierno federal además de boletos de avión con un valor superior al millón de pesos. Si ella fuera la candidata panista, el PRD no aceptaría una alianza con el PAN.

 

POSIBILIDADES DE ALIANZA CON PRD

Durán, por su lado, ha demostrado que sabe ganar elecciones y en 1999 perdió por estrecho margen la elección ante el priista Arturo Montiel. Una causa fundamental de su derrota fue la división y desorden que existía en su partido. Es probable que el PRD aceptara unirse a una alianza en caso de que él fuera el candidato del PAN.

Finalmente, la izquierda representada por el PRD, MC y PT y la seudo-izquierda representada por Morena, deben aceptar que en 2017 difícilmente ganaran la gubernatura mexiquense. Tan mal están las cosas en la izquierda mexiquense que de nueva cuentan MC, PRD y PT plantean lanzar como su candidato al eterno perdedor de Alejandro Encinas, a pesar de que hace tiempo renunció a su militancia perredista. En Morena, el dueño de ese partido decidió regalarle la candidatura a la diputada federal Delfina Gómez, quien fuera de Texcoco es poco conocida.

 

FIDEL, A FIN DE CUENTAS, FUE DICTADOR

En España, Francisco Franco derrocó en 1936 a un gobierno legalmente constituido y fue el dictador indiscutible de ese país hasta su muerte, en 1975. Murió a los 82 años de edad.

En Chile, Augusto Pinochet encabezó en 1973 un cruento golpe de estado que terminó con el gobierno y la vida del socialista Salvador Allende. Gobernó a su país con poderes dictatoriales hasta 1990. Murió en 2006, a los 91 años de edad.

En Portugal, António de Oliveira Salazar fue dictador de 1932 a 1968, cuando fue removido del poder después de sufrir una caída que lo dejó incapacitado. Murió dos años después, a los 81 años de edad.

En Paraguay, Alfredo Stroessner gobernó sin oposición alguna de 1954 a 1989. Fue derrocado por su consuegro y exiliado a Brasil, en donde vivió hasta su muerte en 2006. Al morir tenía 93 años de edad.

Curiosamente, los tiranos que he mencionado líneas arriba vivieron ocho o nueve décadas. También, al igual que la mayoría de los sátrapas del siglo 20, fueran de derecha o de izquierda, sus gobiernos tuvieron ciertas características similares:

  1. El poder radicó solamente en ellos.
  2. Los poderes legislativo y judicial estuvieron supeditados a ellos.
  3. Los gobiernos que presidieron podían entrometerse en la vida privada de las personas, limitar las libertades individuales y los derechos humanos, y ordenar la ejecución judicial o extrajudicial de los enemigos del régimen.
  4. Los medios de comunicación estaban estrictamente controlados por ellos y sus incondicionales y por ello la libertad de expresión no pasaba de ser un mito.

Franco, Pinochet, Salazar y Stroessner fueron dictadores de derecha y nadie en su sano juicio se atrevería hoy a defender sus gobiernos ni sus acciones.

En Cuba, Fidel Castro Ruz derrocó al gobierno de un tirano el 1 de enero de 1959 y desde ese día hasta su retiro por motivos de salud, en febrero de 2008, fue el dictador indiscutible de su país. Después de ser el mandamás de Cuba durante 49 años, nombró como su sucesor a su hermano menor, Raúl. Los Castro Ruz han gobernado a la isla durante casi 58 años, un récord en lo que dictaduras se refiere. Fidel murió el viernes pasado, a los 90 años de edad.

Los gobiernos de los Castro han tenido características similares a los de los dictadores de derecha, pero, en lo que es un descomunal acto de hipocresía, el recién fallecido, por ser un comunista antiyanqui, es elogiado por muchos como el salvador de su patria y un dirigente extraordinario. No importa que tanto haya pisoteado los derechos humanos de sus compatriotas, ni que haya intervenido militarmente en los asuntos de otros países, ni que por su culpa casi estallara la III y final Guerra Mundial en 1962. Nada importa; lo único que es importante es que se le puso al brinco a 11 presidentes estadounidenses.

Para mí, tanto Fidel como su hermano Raúl son iguales que cualquier otro dictador represor y así deben ser vistos y juzgados por la historia.

El cubano recién fallecido no fue amigo de México. Más bien, fue un cómplice de los gobiernos priistas que hasta 2000 fueron dictaduras de seis años. Los gobiernos emanados del PRI no criticaron nunca a la dictadura cubana; Castro no criticó nunca a la dictablanda mexicana.

 

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