Ruiz-HealyTimes: Importancia de la eficiencia y honestidad


Progreso y bienestar dependen de cosas sencillas, pero difíciles de aplicar   (balazo)

Conceptos y valores que marcan el avance o atraso de una nación.

Enorme diferencia en desarrollo de las dos Alemanias, hoy unificadas.

Cacao, terrible descuido de productores y gobiernos con este cultivo.

Eduardo Ruiz-Healy

Berlín, Alemania.- Es la segunda vez que visito esta ciudad en los últimos tres años. La primera vez que estuve aquí fue en 1968, cuando llevaba siete años de haberse construido el infame muro por la mal llamada República Democrática Alemana, uno más de los fallidos paraísos de los trabajadores y campesinos que en Europa Oriental impuso a balazos y elecciones amañadas, después de la Segunda Guerra Mundial, el dictador de la Unión Soviética, el genocida georgiano Josef Stalin.

De mi primer viaje recuerdo vívidamente el contraste que existía entre las dos zonas divididas por el muro que los corruptos e ineficientes déspotas de lo que informalmente se denominaba como Alemania Oriental mandaron construir para evitar que su fracasado país se quedara despoblado.

Desde el fin de la guerra miles de personas millones de alemanes del este decidieron irse a vivir al lado occidental de la ciudad o a algún otro lugar de la República Federal Alemana (también conocida como Alemania Occidental). Se estima que entre 1949 y 1961 unos tres millones de habitantes alemanes del este decidieron largarse de su país en busca de mejores condiciones económicas y políticas.

En 1968, la ciudad devastada durante la guerra había sido reconstruida, pero solo del lado occidental, en donde seguía existiendo una fuerte presencia de tropas de Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Berlín Occidental era una ciudad moderna, limpia, vibrante y llena de actividad; de noche sus calles se iluminaban y en sus cafés, restaurantes y centros nocturnos la gente se divertía.

Del otro lado, del comunista, aún podían verse las consecuencias de las bombas que cayeron sobre la ciudad durante la guerra y de la batalla final que se libró calle por calle y casa por casa entre sus defensores y los soldados soviéticos que la conquistaron. En Berlín Oriental la presencia de los vencedores era notoria, como lo eran los edificios que seguían destruidos y los montones de cascajo que se apilaban en donde 23 años o más había existido un edificio.

En pocas palabras, mientras que los gobernantes de Alemania del oeste, los democráticos, reconstruyeron Berlín y lo que quedaba de su país, los del este, los comunistas que eran títeres de sus amos soviéticos, no hicieron gran cosa para mejorar a su ciudad capital y lo que les quedó de país.

¿Por qué unos alemanes pudieron reconstruir su despedazado país después de la caída del nazismo mientras que otros, de un origen nacional idéntico, no pudieron?

La respuesta es sencilla. La República Federal, desde su fundación en 1949 hasta la reunificación de Alemania en 1990, tuvo unos gobernantes eficientes y honestos que en realidad se preocuparon por el bienestar de su pueblo. Seis fueron los cancilleres que levantaron a su país de las cenizas para convertirlo en una potencia económica mundial: Konrad Adenauer (1949-63), Ludwig Erhard (1963-66), Kurt Georg Kiesinger (1966-69), Willy Brandt (1969-74), Helmut Schmidt (1974-82) y Helmut Kohl (1982-98).

Estos seis crearon al país que después pudo absorber a la fallida República Democrática, con todo y su Berlín Oriental semidestruida.

Han pasado 26 años desde la reunificación alemana y durante ese período la República Federal Alemana integrada por lo que fueron los dos países creados después de la Segunda Guerra Mundial ha sido gobernado por dos cancilleres: Gerhard Schröeder (1998-2005) y Angela Merkel (de 2005 a la fecha), quien nació en Hamburgo, pero siendo bebé fue llevada por sus padres a la República Democrática, en donde creció, se educó y vivió hasta la reunificación.

Bajo la conducción de Schröeder y Merkel la extinta Alemania Orienta ha sido exitosamente incorporada económica, política y socialmente a la Occidental. Todo gracias a que sus gobernantes han sido eficientes y honestos, tal vez más que eficientes y honestos.

De la triste y apagada Berlín oriental que conocí no queda nada. Los edificios arruinados con valor histórico han sido reconstruidos, los montones de cascajo desaparecieron y por todos lados se ven altas grúas en los lugares donde se levantan nuevos edificios. Los jóve3nes han invadido la zona que una vez fue comunista y es notoria la abundancia de restaurantes y bares. Yo camino a cualquier hora sin temor alguno por el rumbo en donde estoy.

Como mexicano que soy, la verdad es que me da mucho coraje ver el país que desde 1945 han logrado crear los alemanes bajo la conducción de los gobernantes que han elegido. Y me da coraje porque comparo este país con el mío, que desde 1945 no ha avanzado como debería haberlo hecho, bajo la conducción de gobernantes que hasta 2000 nos fueron impuestos por el PRI y que desde ese año hemos elegido.

La honestidad y eficiencia de los gobernantes de cualquier país se refleja en el nivel de desarrollo del mismo. Es indudable.

ruiz healy    Gerhard Schröeder

NO TODO ES MIEL SOBRE HOJUELAS

Berlín, Alemania.-  Algunos lectores de las dos columnas que esta semana he escrito en esta ciudad me han reclamado que hable tan bien de los gobernantes alemanes y no tan bien de los líderes políticos, sociales y económicos mexicanos. “Ni que todo fuera perfecto allá en Alemania”, me han dicho, a lo que les he respondido que no, que no todo está bien en este país reunificado en 1990 después de permanecer dividido desde 1945 por decisión de los líderes de las potencias que ganaron la Segunda Guerra Mundial.

En lo que a esta ciudad se refiere, no todo es miel sobre hojuelas.

A pesar de que en solo 25 años se ha convertido en una de las grandes capitales de Europa, visitada por millones de personas (tan solo seis millones en el primer semestre de este año), Berlín enfrenta los problemas generados por la pobreza, el desempleo, la mala infraestructura, un sistema de educación que adolece de muchas fallas, la deuda, la crisis de los refugiados y el crimen.

A continuación de algunos ejemplos de los problemas que enfrenta la capital germana:

Con seis años de atraso, el nuevo aeropuerto aún na ha sido terminado. Su inauguración programada para 2011 ha sido pospuesta varias veces y pocos creen que será finalmente puesto en servicio el año entrante. Los políticos de oposición acusan a los gobernantes de fallas de planificación y actos de corrupción que no han sido probados. Después de renunciar en 2014, el ex alcalde Klaus Wowereit aceptó que el aeropuerto fue su peor fracaso durante sus 13 años de gobierno.

El gobierno berlinés no puede atender adecuadamente a los refugiados que llegan a la ciudad. El año pasado, cuando llegaban hasta 500 refugiados al día, la oficina encargada de atenderlos solo podía procesas a 200. Durante los años recientes, los refugiados han hecho cola afuera de la oficina teniendo que aguantar temperaturas que van de los 8 grados bajo cero hasta los 40.

ruiz healy   berlin alemania

¿DÓNDE LEÍ  ESTO ANTES?

Las tasas delincuenciales de Berlín son más altas que las de ninguna otra una ciudad alemana. En 2015 se denunciaron 16,414 delitos por cada 100.000 personas, por encima de 13.839 en Hamburgo, 13,784 en Bremen, 8,893 en Sajonia y el promedio nacional de 7,797. Entre 2014 y 2015 la tasa de criminalidad global de Berlín aumentó en un 4.9%. Durante este período, el asesinato y el homicidio imprudencial disminuyeron en un 14.5 y los robos un 5,1%. Sin embargo, el robo a tienda se incrementó en un 14%, el robo de la bolsa de mujer subió 25.8% y el robo de sótanos aumentó en un 34.6%.

La pobreza y el desempleo se agravan. En 2015, Berlín registraba la segunda tasa más alta de desempleo del país, con el 10,7%, muy por encima de la tasa nacional global del 6.4%. En Hamburgo la tasa fue de 7.4% y en Baviera del 3.6%.

Para empeorar las cosas, Berlín posee el peor sistema educativa del país. En 2014, la tasa de deserción en las escuelas de Berlín fue del 8.1%, arriba del promedio nacional de 5.5%. Finalmente, el 39.7% de los estudiantes berlineses no ha completado su formación profesional en comparación con el promedio nacional de 27.7%.

Los anteriores son algunos ejemplos de males que afectan a Berlín y sus habitantes.

Como puede verse, no todo es miel sobre hojuelas en esta fascinante ciudad.

cacao ruiz healy delicioso

EL CACAO, OTRO QUE SE NOS VA

Berlín, Alemania.-  En Wikipedia leo que “El chocolate (en náhuatl: xocolātl) es el alimento que se obtiene mezclando azúcar con dos productos derivados de la manipulación de las semillas del cacao: la masa del cacao y la manteca de cacao”. Wikipedia añade que la evidencia más temprana de su uso se ha encontrado en los rastros de las culturas pre-Olmecas del Soconusco chiapaneco, “con evidencia de bebidas de chocolate que datan de 1900 AC. De hecho, la mayoría de la gente mesoamericana hizo bebidas de chocolate, incluidos los mayas y aztecas”.

Más adelante leo que “No se conocen con certeza los orígenes del árbol de cacao (Theobroma cacao). Algunas teorías proponen que su diseminación empezó en las tierras tropicales de América del Sur, de la cuenca del río Orinoco o el río Amazonas, extendiéndose poco a poco hasta llegar al sureste de México. Otras plantean que ocurrió lo opuesto: se extendió desde el sureste de México hasta la cuenca del río Amazonas. Lo que se tiene por hecho es que las primeras evidencias de su uso humano se encuentran en territorio mexicano, que hace mucho tiempo fue ocupado por culturas prehispánicas”.

En el libro Dádivas de México al mundo: aportaciones a la cultural universal, publicado en 1965 por el diario defeño Excélsior, se anota que “la palabra náhuatl cacahuatl pasó al español como cacao, y casi sin modificaciones del español a los demás idiomas…” y que “Hernán Cortés conoció el chocolate en la mesa de Moctezuma, adonde fue invitado, ya que era una de las bebidas predilectas del emperador”.

En resumen: es muy posible que el cacao sea una especie que se originó en el estado de Chiapas, es seguro que los habitantes del Soconusco lo consumían hace casi cuatro mil  años y es indudable que cacao mexicano fue llevado por Cortés a España y de ahí al resto del mundo.

Todo lo anterior viene a cuento porque ayer en la tarde decidí ir a beber una taza de chocolate en la chocolatería/restaurante Fassbender & Rausch, propiedad de una empresa fundada en1863 por Heinrich Fassbender que hoy es controlada por la familia Rausch, descendientes de un socio de Fassbender.

Cuál sería mi sorpresa al ver que en el menú se ofrecen diversos platillos y postres elaborados con cacaos de diversos países del mundo menos el de México. Leí que la empresa elabora sus productos con los “mejores cacos del mundo”, procedentes de Papúa Nueva Guinea, Madagascar, Venezuela, Costa Rica, Perú, Granada, Ecuador y Trinidad.

“Y el cacao de México, ¿dónde está?”, me pregunté, para luego preguntarle lo mismo al gerente del lugar, quien muy amablemente me respondió que el cacao mexicano no posee la calidad necesaria para elaborar los productos de la casa. También me explicó que los dueños de la empresa, Jürgen y Robert Rausch, han viajado por el mundo buscando los mejores cacaos, concluyendo que los mejores son los que se cosechan en los ocho países arriba mencionados.

El del cacao es una de tantas oportunidades que a México se nos ha ido. Por más que trato no logro entender como nuestros gobernantes y empresarios descuidaron el cultivo de una mexicana que nuestros ancestros descubrieron y consumieron hace casi cuatro milenios.

Lo que tampoco comprendo es como al día de hoy nadie hace nada para promover el cultivo y comercialización del cacao, cuya producción aparentemente es cada vez menor en nuestro país.

Qué triste resulta descubrir estas cosas cuando uno viaja fuera de México.

El cacao: otra que se nos va.

Sitio web: ruizhealytimes.com

Twitter: @ruizhealy

ruiz healy  angela merjkel