Ruiz-HealyTimes: Deudas de las petroleras y gaseras


A políticos mexicanos no les agrada el debate; dan la vuelta al contrincante.

Donald Trump a la cabeza entre votantes del partido Republicano.

Insiste el controvertido Trump en fortalecer la milicia de la Unión Americana.

 Eduardo Ruiz-Healy

De acuerdo con el diario neoyorquino The New York Times, y según un estudio dado a conocer hace algunos días por Deloitte, la empresa de auditoría y consultoría basada en Nueva York y con presencia en 150 países del mundo, 35 empresas exploradoras y productoras de petróleo y gas estadounidenses se declararon en quiebra entre el 1 de julio de 2014 y el 31 de diciembre de 2015 y solicitaron la protección de la ley para reorganizarse y reestructurar sus deudas (según el diario neoyorquino The New York Times, son 60 las empresas gaseras y petroleras que se han declarado en quiebra durante los últimos 16 meses). La deuda acumulada de las 35 es de 18,000 millones de dólares, dinero que le deben a bancos, proveedores y otros acreedores.

Señala Deloitte que “no sólo se declararon insolventes algunas empresas nuevas y pequeñas sino algunas que llevaban más de 10 años en el negocio, o que sobrevivieron la depresión de 2008-2009, o tuvieron ingresos superiores a los 500 millones de dólares anuales, o una producción mayor a los 25,000 barriles diarios de petróleo equivalente (BOE/D)”. Algunas son o eran propiedad de grandes empresas de inversión.

Deloitte revisó la situación de 500 exploradoras y productoras de petróleo y gas alrededor del mundo, todas ellas cuyas acciones se cotizan en los mercados bursátiles, y detectó que una tercera parte de ellas, 175 empresas, “están en un alto riesgo de caer en bancarrota este año en vista de que los bajos precios de las materias primas restringen su acceso al dinero en efectivo y limitan su habilidad para reducir sus deudas”. La deuda acumulada de las 175 es de más de 150,000 millones de dólares.

Para algunos analistas, como Heather Young de la cadena CNN de televisión, muchas de las empresas estadounidenses están utilizando o utilizarán la ley de quiebras para reestructurar sus deudas, lo que significa que no le pagarán todo lo que le deben a sus acreedores.

La situación que priva en la industria energética está afectando a los grandes bancos del mundo que financiaron los megaproyectos de las petroleras y gaseras que creyeron que los precios de sus productos seguirían subiendo o manteniéndose en altos niveles.

Tres de los grandes bancos de Estados Unidos han advertido que los bajos precios del petróleo generará mayores problemas en el sector financiero.

Por ejemplo, Wells Fargo le prestó 17,000 millones de dólares al sector petrolero y gasero y ha apartado 1,200 millones para cubrir sus pérdidas. JP Morgan ha apartado 124 millones de dólares e informó que la cifra podría aumentar a 750 millones si la situación sigue deteriorándose. Citigroup ha reservado 300 millones de dólares y se calcula que este año podría perder hasta 1,200 millones de dólares por pérdidas de sus créditos.

Como siempre, los bancos minimizan el problema y dicen que los préstamos otorgados a las petroleras y gaseras no representan un gran problema. Espero que esta vez no se equivoquen en su apreciación. Todavía recuerdo como trataron de restarle importancia a los malos créditos hipotecarios que llevaron al mundo a la crisis de 2008.

 

POTENCIA MILITAR DE EU ¿MITO O REALIDAD?

De acuerdo a todas las encuestas, Donald Trump encabeza las preferencias de los votantes republicanos para ser el próximo candidato del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos. El lema de su campaña es Make America Great Again (en español: ¡Que Estados Unidos Sea Grande Otra Vez!).

Para Trump, entre las muchas cosas que deben hacerse para hacer grande otra vez a su país es engrandecer y fortalecer a su sector militar. Según él y los dos aspirantes republicanos que están detrás de él en las encuestas, Marco Rubio y Ted Cruz, el poder militar estadounidense ha declinado peligrosamente, lo cual coloca a Estados Unidos en una posición de riesgo y desventaja frente a sus enemigos reales y potenciales.

¿Tienen razón estos republicanos ultraderechistas al afirmar que el poderío militar estadounidense no es el que se necesita para enfrentar a un enemigo?

A juzgar por los números, no sólo no la tienen sino que es evidente que son un trío de demagogos mentirosos que se aprovechan de la ignorancia y temores de la mayoría de los estadounidenses para convencerlos de que su país se encuentra en una posición de debilidad frente a otros países que amenazan con aniquilarlos.

Esta es la realidad de la situación:

En 2014 los gastos militares de Estados Unidos fueron de 619,900 millones de dólares, cantidad muy superior a lo que gastaron los otros nueve países que más dinero dedicaron a este rubro. China gastó 216,400 millones de dólares, Rusia 84,500 millones, Arabia Saudita 80,800 millones, Francia 62,300 millones, Reino Unido 60,500 millones, India 50,000 millones, Alemania 46,500 millones, Japón 45,800 millones y Corea del Sur 36,700 millones.

Las cifras arriba anotadas muestran la magnitud del gasto estadounidense: 286.46% superior al de China, 733.61% más que el de Rusia. Si sumamos los gastos combinados de China, Rusia, Arabia Saudita, Francia, Reino Unido y Alemania, llegan apenas a los 601,000 millones de dólares, que equivalen al 96.95% del gasto estadounidense.

En lo que al total de tropas se refiere, con 1,400,000 de militares en 2013, Estados Unidos se encontraba en segundo lugar después de China (2,335,000) y arriba de India (1,325,000), Rusia (766,055) y Corea del Norte (700,000).

Las fuerzas armadas de Estados Unidos, China e India están integradas por voluntarios, mientras que las de Corea del Norte y Rusia por conscriptos. En caso de crisis, cualquiera de estos países puede hacer uso de enromes reservas de recursos humanos.

Tratándose del número de ojivas nucleares en posesión de cada país, Estados Unidos tiene la delantera, con 6,314, seguido por Rusia (6,082), Francia (300), China (260), Reino Unido (225), Pakistán (120), India (120), Israel (80) y Corea del Norte (8).

RUIZ HEALY   WELLS FARGO...

CONTRASTE CON OTROS PAÍSES

El almirante Sir Mark Stanhope, que fue jefe de la Marina Real británica de 2009 a 2013 ha dicho que “los países que aspiran tener influencia estratégica internacional deben tener portaaviones”. Aquí lleva una absoluta delantera Estados Unidos, con 19 portaaviones, seguido por Francia (4), Japón (3), Italia (2), India (2), Australia (2), China (1), Reino Unido (1), Brasil (1), España (1), Tailandia (1), Corea del Sur (1) y Rusia (1). O sea, todos los demás países juntos tienen 20 portaviones contra los 19 que por sí solo tiene Estados Unidos.

En lo que a aviones y helicópteros se refiere, Estados Unidos posee 13,444, lo que lo coloca, por mucho en el primer lugar. Lo siguen Rusia (3,547), China (2,942), India (2,086), Japón (1,590), Corea del Norte (1,451), Francia (1,282), Egipto (1,133), Turquía (1,007) y Corea del Norte (944). Son 126 países los que poseen algún tipo de vehículo aéreo en sus fuerzas armadas y ninguno puede amenazar al poderío estadounidense.

Véase como se vea, Estados Unidos sigue siendo, y por mucho, la principal potencia militar que el mundo ha visto. Los demagogos republicanos que afirman los contrarios sólo buscan asustar a los estadounidenses y así obtener su voto para llegar a la presidencia estadounidense y desde ahí seguir favoreciendo al influyente y poderoso complejo industrial-militar contra el cuál alertó Dwight Eisenhower en 1952, en su discurso de despedida como presidente de Estados Unidos.

 

EXIJAMOS DEBATES VERDADEROS

He tenido la suerte de moderar, tanto en auditorios cerrados como al aire en alguno de mis programas de radio y televisión, debates de candidatos a diversos cargos de elección popular, especialmente de quienes en algún momento buscaron ganar la candidatura de algún estado de la República.

Hasta ahora no he sido invitado a participar como moderador en un debate entre candidatos a la presidencia de México y dudo que mis servicios sean requeridos en los que se realicen entre los candidatos presidenciales de 2018 porque mi participación seguramente será rechazada por Andrés Manuel López Obrador, quien se niega a participar en mis programas desde que en el año 2000 fue ridiculizado en mi programa Línea de Fuego en TV Azteca por sus compañeros de partido en un debate que moderé entre varios perredistas que ese año buscaban la candidatura de su partido a la jefatura del gobierno del DF.

Mi experiencia como moderador de estos debates ha sido frustrante porque, a diferencia de lo que vemos en los debates entre políticos estadounidenses, los políticos mexicanos no saben o no quieren debatir sus ideas y propuestas. Insisten en expresar generalidades pero se niegan a proporcionar detalles de lo que piensan o planean hacer si es que llegan al cargo que buscan. Es más, tienden a ignorar olímpicamente a sus contrincantes cuando estos critican algo que hayan dicho. Esta ha sido mi experiencia y también he visto que lo mismo ha sucedido en otros debates que he presenciado.

Cuando al moderar los debates he intentado que un candidato critique la propuesta de sus rivales generalmente he fracasado. El candidato le da vuelta al asunto y en vez de expresar lo que ve mal en las ideas de sus opositores se pone a hablar de lo bueno que tienen las suyas.

A nuestros políticos no les gusta la confrontación. Les disgusta la idea que alguien los cuestione y por lo tanto se abstienen de cuestionar a los demás. Por eso,  los debates terminan siendo un circo de tres o cuatro o cinco pistas -dependiendo del número de candidatos que en ellos participen- en donde cada uno de ellos actúa como si estuviera solo en el escenario.

ruiz healy debate presidencial... POBREZA EN DEBATES DE POLÍTICOS LOCALES

Los debates entre políticos mexicanos carecen de substancia. Los candidatos tienden a atacarse personalmente, y eso está muy bien, pero no son capaces de destruir con argumentos sólidos y bien presentados las ideas propuestas por sus rivales.

Por ejemplo, en la temporada electoral que culminó el 6 de junio de 2012 todos los candidatos presidenciales, sin excepción alguna, ofrecieron llevar a cabo una reforma fiscal. Sin excepción, dijeron que su plan era hacer que pagaran más quienes más dinero ganaran pero, al ser cuestionados en que consistiría su reforma, ninguno dio más detalles.

Por todo lo anterior disfruto enormemente ver los debates que los dos partidos nacionales estadounidenses organizan entre sus candidatos presidenciales. Veo como la mayoría de ellos defiende sus ideas y propuestas e intenta demoler las de sus rivales.

 

Curiosamente, el que menos sabe defender con argumentos sólidos y contundentes sus ideas es el que va ganando la carrera por la candidatura republicana, Donald Trump, quien desde el principio se ha limitado a repetir una tras otra vez las mismas cosas: construir el muro entre México y Estados Unidos y hacer México lo pague; deportar a los 11 millones de ilegales: crear empleos que México, China y otros países le roban Estados Unidos; renegociar los acuerdos comerciales con México y otros países con los que Estados Unidos mantiene una balanza comercial deficitaria; hacer que Estados Unidos sea grande otra vez; etc., etc.; y a descalificar e insultar a sus rivales y a quien no esté de acuerdo con él. En suma, como decía H.L. Mencken, “a predicar doctrinas que sabe son falsas a personas que sabe son idiotas”.

Trump me recuerda a más de un político mexicano que he visto debatir.

Para 2016, 2017 y 2018, los mexicanos debemos exigir que los candidatos a los distintos cargos de elección que están en juego debatan de verdad y en serio. No como Trump y su similar mexicano, sino como Clinton, Sanders, Rubio, Cruz, Sanders y Kasich, que sí saben debatir.

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