Ruiz-HealyTimes: Adiós, Rafael


¿Quién para suceder al recién fallecido Secretario de Cultura?

Se barajan nombres para designar al responsable de la cultura en México.

Simpatía de Donald Trump por Vladimir Putin se refleja en varios twiters.

Eduardo Ruiz-Healy

 La última vez que me senté a platicar con él fue a finales de marzo de este año, cuando lo visité en su oficina que se encuentra dentro de la Casa Posadas, un viejo edificio del Siglo XVIII localizado en el Barrio de Chimalistac, sitio que antes fue sede del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y ahora lo es de la Secretaría de Cultura. Un edificio en donde, por una feliz coincidencia, trabajé hace 40 años para una empresa de informática que ahí estaba instalada.

Días antes, por medio de WhatsApp, habíamos concertado nuestra reunión.

-Él: ¿Cómo te queda el martes 29 para un café? A la hora que quieras.

-Yo: Está bien. 11 horas. ¿Dónde?

-Él: ¿En Arenal te queda bien?

-Yo: OK. Pero tenme un buen café.

-Él: ¿Con galletas o pastel?

-Yo: ¿No! ¡A dieta! Debo perder muchos kilos.

-Él: Te cuido. Solo café con Splenda.

Lo vi ese martes 29 y me sorprendió mucho verlo sin la melena que siempre fue la envidia de tantos de sus contemporáneos y con solo unos cuantos cabellos sobre su cabeza.

Me llamó la atención que su saco le quedara grande cuando siempre había sido muy elegante en su vestir.

Le pregunté si tenía cáncer. Me respondió que no, que el pelo se le había caído debido a una sobre reacción a un medicamento que había tomado. “Mira, mis cejas están en su lugar”, me comentó para enfatizar el hecho de que no estaba sujetándose a una radioterapia u otro tratamiento similar.

Platicamos durante casi una hora esa vez. Hablamos sobre la posibilidad de invitar a nuestro país a jóvenes virtuosos que en el mundo se destacan por su habilidad inigualable para tocar un instrumento musical.

Le dedicamos un rato ha charlas sobre algunos de esos virtuosos como son Yuja Wang, Julia Fischer, Lang Lang y otros.

Platicamos sobre las dificultades que él enfrentaba para que la Secretaría de Cultura absorbiera todos los organismos que antes pertenecieron a la Secretaría de Educación Pública.

Después de una charla, amena y divertida como las que siempre sostuve con él, me despedí de él deseándole que su salud mejorara. Le dije que debía dejarse crecer el pelo para de nuevo poder presumir su melena.

Salimos de su oficina y me acompañó hasta la recepción del primer piso de la Casa Posadas.

Nos dimos un abrazo, bajé las escaleras y salí del edificio.

Esa fue la última vez que vi a Rafael. Posteriormente hablamos un par de veces por teléfono y lo entrevisté en dos ocasiones en mi programa de radio y TV.

Nunca imaginé que no lo volvería a ver. Menos pensé que se me adelantaría en el viaje final.

Voy a extrañarlo y más lo extrañará México, ahora que enfrenta tantos problemas y requiere de personas con el talento y la integridad de Tovar y de Teresa.

Adiós, Rafael. Dejaste huella y nuestro país es mejor gracias a ti.

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¿QUIÉN OCUPARÁ EL LUGAR DE RAFAEL?

(Primera de dos partes)

No será nada fácil llenar el vacío que deja Rafael Tovar y de Teresa en el puesto más importante de la Secretaría de Cultura.

Ni Vicente Fox ni Felipe Calderón supieron o quisieron nombrar a alguien de primer nivel para reemplazarlo como presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), cargo que ocupó durante ocho años (1992-2000).

Así, durante los 12 años que van de 2001 a 2012, Conaculta dejó de cumplir con su encargo: promover, apoyar y patrocinar eventos que propicien el arte y la cultura en la nación.

A Fox se le ocurrió colocar al frente del organismo a Sari Bermúdez, una ex conductora de radio y TV que lloraba cada vez que alguien la criticaba en los medios de comunicación. ¿Sus méritos para merecer el cargo?  Ser amiga y biógrafa de Marta Sahagún de Fox. Durante el período 2000-2006 en Conaculta no se hizo nada que valga la pena recordarse.

Con Calderón las cosas no cambiaron. Primero nombró como presidente de Conaculta al musicólogo, promotor artístico y director de opera Sergio Vela, quien después de poco más de dos años presentó su renuncia, harto de las intrigas que contra él encabezaron muchos funcionarios fosilizados de la institución.

Al irse Vela, Calderón puso al frente de Conaculta a la editora Consuelo Sáizar, que se desempeñaba como directora del Fondo de Cultura Económica (FCE). Además de viajar mucho por el mundo durante los poco más de tres años que duró su encargo, Sáizar actuó como si siguiera en el FCE, privilegiando las actividades editoriales de Conaculta y olvidándose de casi todo lo demás.

En diciembre de 2012 el presidente Enrique Peña Nieto designó a Tovar y de Teresa como presidente de Conaculta y, tres años después, el 21 de diciembre de 2015, lo nombró como el primer titular de la recién creada Secretaría de Cultura. Cargo que desempeñó hasta el día en que murió.

Para continuar el trabajo de Rafael y preservar su legado es muy importante que Peña Nieto designe como su sucesor a alguien que haya demostrado tener el talento y la habilidad necesarios para desempeñarse de manera brillante en el cargo.

Desde el sábado mismo ya se mencionan varios nombres para ocupar la titularidad de la Secretaría de Cultura.

En primer lugar, destaca el de María Cristina García Cepeda, la actual directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), cercana colaboradora de Tovar y de Teresa y con 35 años dedicada a la promoción de la cultura. De ocupar el cargo que éste dejó acéfalo la Secretaría indudablemente estaría en buenas manos.

Sin embargo, dentro de su equipo no se ve a nadie capaz de substituirla al frente del INBA, lo que significa que su salida de ese organismo generaría un nuevo problema.

También se menciona al actual director del Fondo de Cultura Económica, el escritor, académico y político priista José Carreño Carlón, un individuo de innegable experiencia y cultura.

El problema que yo le veo es que fue un importante funcionario en el sexenio de Carlos Salinas, habiendo sido el director general de Comunicación Social de la Presidencia de la República de 1992 a 1994, cargo desde se encargó de censurar a aquellos periodistas que osáramos criticar al último de los emperadores tricolores.

Personalmente, de marzo a octubre de 1993 fui suspendido de mi programa radiofónico durante seis meses por haber criticado al tratado de libre comercio que entonces se negociaba con Estados Unidos y Canadá y al equipo de negociadores comandado por Jaime Serra Puche, el Secretario de Comercio del salinismo.

Carreño Carlón instrumentó la acción en mi contra y por eso afirmo que la promoción, generación y protección de la actividad cultural de México no puede quedar en manos de un Torquemada.

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¿QUIÉN OCUPARÁ EL LUGAR DE RAFAEL?

 (Segunda de dos partes)

Entre quienes se mencionan como posibles sucesores del desaparecido Rafael Tovar y de Teresa al frente de la Secretaría de Cultura están los de varios muy distinguidos intelectuales: Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín y Jorge Volpi, entre otros.

Krauze es historiador, escritor, columnista, editor y productor de decenas de documentales sobre la historia de México que han sido difundidos por todo el mundo.

Aguilar Camín es historiador, escritor, novelista, periodista, editor y conductor de programas de televisión de análisis político y social.

Volpi es un escritor y novelista que fue director general del Canal 22 y luego director del Festival Internacional Cervantino (2013-2016). Hace unos días fue designado Coordinador de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En cuanto a los dos primeros se refiere, ninguno tiene entre sus antecedentes el haber dirigido una organización tan grande y compleja como la Secretaría de Cultura, que al crearse y es difícil que quieran sacrificar su independencia para pasar a formar parte del gabinete presidencial.

Volpi, que ya tiene experiencia como promotor cultural recién fue contratado por la UNAM y quién sabe cómo reaccionaría el público, y sobre todo el universitario, si decidiera abandonar su nuevo puesto a unas semanas de haberlo ocupado.

Hay algunos que mencionan que la titularidad de la Secretaría de Cultura debería quedar en manos de alguien que tenga experiencia en la promoción cultural y goce de la amistad presidencial.  Por ejemplo, el actual Secretario de Cultura del Estado de México, Eduardo Gasca Pliego, inexplicablemente ocupa en vista de que su licenciatura y maestría son en veterinaria, zootécnica y producción animal.

No creo que la comunidad cultural y artística del país lo aceptara con los brazos abiertos.

Finalmente, algunos opinan que para encargarse de la Secretaría durante los dos años que le restan al sexenio de Peña Nieto y consolidar el trabajo que hace un año empezó Tovar y de Teresa, debería nombrarse a un veterano de la promoción cultural, como definitivamente lo es el escritor y diplomático Juan José Bremer, quien ha sido director del INBA (1976-82), Subsecretario de Cultura de la Secretaría de Educación Pública (1982), y presidente del Comité Organizador del Festival Internacional Cervantino (1983).

Antes de organizar el Cervantino del 83 fue embajador en Suecia y luego del Festival lo fue en la Unión Soviética, Alemania, España, Estados Unidos, Reino Unido y, hasta mayo pasado, en Cuba. Tal vez algunos jovenazos del gabinete peñista no aceptarían tener un colega de 73 años de edad

Así como no hubo duda alguna de que Rafael Tovar y de Teresa debía y merecía ser el primer Secretario de Cultura, ahora el asunto de nombrar a su sucesor se ve más complicado. Peña Nieto no la tiene fácil.

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EL ENEMIGO COMÚN DE EEUU Y RUSIA

Que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump admira al presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, es innegable.

En octubre de 2007, durante una entrevista con Larry King en CNN dijo: “Mira a Putin, lo que está haciendo con Rusia, lo que está pasando allí. Quiero decir que este tipo ha hecho -ya sea que te guste o no te guste- está haciendo un gran trabajo reconstruyendo la imagen de Rusia y también reconstruyendo Rusia. Punto”.

En 2011, en su libro Time To Get Tough, escribió: “Putin tiene grandes planes para Rusia. Quiere eliminar a sus vecinos para que Rusia pueda dominar los suministros de petróleo a toda Europa. Putin también ha anunciado su gran visión: la creación de una ‘Unión Eurasiática’ compuesta por antiguas naciones soviéticas que pueden dominar la región.

Yo respeto a Putin y a los rusos, pero no puedo creer que nuestro líder [Obama] les permita salirse tanto con las suyas… Quitémonos los sombreros ante los rusos … El plan de Obama de hacer que Rusia se enfrente a Irán fue un horrible fracaso que convirtió a América en el hazmerreír”

El 19 de junio de 2012, en su cuenta @realDonaldTrump en Tweeter, tuiteó: “Putin no le tiene ningún respeto a nuestro presidente. Realmente una muy mala comunicación corporal”.

También, el 18 de junio de 2013, tuiteó: “¿Crees que Putin asistirá al concurso de Miss Universo en noviembre, en Moscú? Si eso ocurre, ¿se convertirá en mi nuevo mejor amigo?”

En otro tuit, el 14 de marzo de 2014, escribió: “Putin se ha convertido en un gran héroe en Rusia con una popularidad nunca antes vista. Obama, por el otro lado, ha caído a sus peores niveles de popularidad. TRISTE”.

Durante un discurso que en mayo de 2014 pronunció en el National Press Club, dijo algo que después se comprobó era falso en vista de que nunca se ha reunido con el ruso: “Estuve en Rusia, estuve en Moscú hace poco y hablé indirectamente y directamente con el presidente Putin, quien no podría haber sido más agradable, y tuvimos un éxito tremendo”.

En julio de 2015, durante una rueda de prensa en Escocida, dijo que él se “llevaría muy bien” con Putin. “Así lo creo. La gente me pregunta ‘¿qué quieres decir?’. Creo que me llevaría muy bien con él.”

En octubre de 2015, durante el programa Face the Nation a través de la cadena CBS, se refirió al avión de Malaysian Airlines que todo indica fue derribado por separatistas pro rusos con un misil ruso: “ellos dicen que no lo hicieron. Podría haber sido su arma, pero ellos no lo usaron, no lo dispararon.

Hasta dicen que el lado contrario disparó para inculparlos.

El 17 de diciembre de 2015, al referirse a un elogio que hizo Putin de él, dijo: “Siempre es un gran honor recibir un elogio de un hombre que es tan altamente respetado dentro de su país y fuera de él”.

En un tuit que publicó el 25 de julio de 2016, escribió: “El nuevo chiste que circula en esta ciudad es que Rusia filtró los desastrosos emails del Comité Nacional Democrático, los cuales nunca deberían haber sido escritos (estúpido), porque Putin me quiere”.

Los tuits en que Trump se ha referido a Putin aparecen enedition.cnn.com/2016/07/28/politics/donald-trump-vladimir-putin-quotes/

Si Trump elogia al presidente ruso, designa como su Secretario de Estado a un ejecutivo petrolero que es amigo de Putin, recibe una llamada de la presidenta de Taiwán y se expresa negativamente de China y sus gobernantes, es lógico suponer que el estadounidense y el ruso podrían aliarse para enfrentar al país que ven como su enemigo común.

Vienen tiempos difíciles y peligrosos. Eso es indudable.

 

EL ENEMIGO DE MÍ ENEMIGO ES MÍ AMIGO

Escribí aquí como el presidente electo estadounidense, Donald Trump, se ha expresado positivamente de Rusia y su presidente Vladimir Putin en múltiples ocasiones, ya sea mediante los tuits que publica en su cuenta @realDonaldTrump o en entrevistas o discursos.

Hoy me referiré a los comentarios negativos que sobre China y sus dirigentes ha expresado el hombre que dentro de solo 37 días tendrá el poder de destruir nuestro planeta mediante una guerra nuclear.

Veamos algunos de los tuits en los que se ha referido a la segunda economía mundial.

Noviembre 6, 2012: “El concepto del calentamiento global fue creado por y para los chinos con el fin de hacer que las manufacturas estadounidenses no sean competitivas”.

Noviembre 8, 2012: “El Partido Comunista de China ha alabado públicamente la reelección de Obama. Nunca la han tenido tan bien. Pronto serán dueños de Estados Unidos.”.

Junio 12, 2013: “He estado advirtiendo sobre China desde la década de los 80. Nadie quería escuchar. Ahora nuestro país está en verdaderos problemas”.

El 16 de junio, en el discurso en donde anunció su intención de buscar la candidatura presidencial por el Partido Republicano, Trump no solo habló mal de México y los mexicanos; también dedicó varios minutos a quejarse de China: “Mucha gente no puede conseguir trabajo. No pueden conseguir trabajo porque no hay trabajos, porque China tiene nuestros trabajos… ¿Cuándo fue la última vez que escucharon decir que China nos está matando? Están devaluando su moneda a un nivel que no podrías creer.  Eso hace que sea imposible que nuestras empresas puedan competir, imposible. Nos están matando… Le debemos a China 1.3 billones de dólares. Así que vienen a nuestro país, se llevan nuestros trabajos, se llevan nuestro dinero, y luego nos prestan ese dinero, y les pagamos con intereses… Nos están destrozando. Nosotros estamos reconstruyendo China…”.

En un tuit de agosto 24, 2015, señaló: “Los mercados se están desplomando – todo causado por una mala planificación y permitiendo que China y Asia dicten la agenda. ¡Esto podría ponerse complicado! Vota Trump”.

El 2 de diciembre pasado Trump conversó por teléfono durante varios minutos con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen. Fue la primera vez que un líder estadounidense hablaba con un gobernante taiwanés desde 1979, año en que el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, reconoció a la República Popular China y desconoció a Taiwán. La llamada causó revuelo mundial en vista de que es una señal de que Trump no se adherirá al principio de una sola China, la cual han seguido todos los presidentes estadounidenses, desde Nixon hasta Obama.

Ante las reacciones adversas que suscitó la llamada, Trump tuiteó ese mismo día: “La presidenta de Taiwán ME HABLO hoy para felicitarme por haber ganado la presidencia. ¡Gracias!”.

Pasaron dos días y las críticas no disminuyeron. Entonces, el 4 de diciembre, con siete minutos de diferencia, lanzó dos tuits: El primero decía: ¿Nos preguntó China si estaba bien devaluar su moneda (haciendo difícil que nuestras empresas puedan competir), gravar fuertemente a nuestros productos que entran a…”; el segundo concluía el primero: “su país (Estados Unidos no los grava a ellos) o construir un masivo complejo militar en medio del Mar del Sur de China? ¡No lo creo!”.

Trump admira a Rusia y a Putin y no quiere a China. Putin, que ha expresado su admiración por Trump, tampoco quiere a China. Ambos ven al coloso asiático como una amenaza que hay que detener antes de que sea demasiado tarde. Peor para Rusia es que comparte una frontera con China de 4,209 kilómetros.

En lo que a Trump y Putin se refiere, conviene recordar el viejo dicho: “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”.

 

 

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