Ruiz Healy Times: Piedra Ibarra demostró ignorancia, desinterés o partidización


Rosario Piedra Ibarra, controvertido ascenso a CNDH
  • Lo que acontece a periodistas de su propio país parece no importarle.
  • ¿Ignorará denuncias que se presenten contra funcionarios de Morena?
  • Caída de Evo Morales genera debate en México ¿fue golpe de estado?
  • Lo ocurrido al primer presidente indio de Bolivia lección para mandatarios.

Eduardo Ruiz Healy

“¿Han asesinado periodistas? Yo he visto y vi lo que pasó en todos los sexenios pasados y es algo terrible”. Esta es la respuesta que dio la nueva presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Hu.manos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, a la primera pregunta que le hizo un periodista después de que asumiera el cargo el martes pasado en una tormentosa sesión en el salón de plenos del Senado.

Su respuesta puede interpretarse de varias maneras:

  1. No está enterada de lo que pasa en México;
  2. Sí está enterada de lo que ocurre, pero no le importa que maten a periodistas en nuestro país;
  3. Está enterada, pero se niega a aceptar que dichos asesinatos se hayan perpetrado durante el gobierno de su líder ideológico y camarada morenista, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Si la respuesta es la primera, queda claro que ella no tiene la menor preparación para el cargo que recién obtuvo gracias a las supuestas trampas de los senadores de MORENA.

Kenia López Rabadán

Si es la segunda, demuestra que en los periodistas ve una amenaza para el gobierno de la 4T y no levantará un dedo para exigir que las autoridades judiciales investiguen y resuelvan satisfactoriamente los asesinatos.

Y si es la tercera, no deja la menor duda de que mientras presida a la CNDH, ésta ignorará las denuncias que se presenten contra los organismos públicos dirigidos por funcionarios de filiación morenista e investigará exhaustivamente las que se presenten contra las instituciones que estén a cargo de funcionarios sin filiación partidista o que militen en partidos de oposición.

No creo que Piedra Ibarra ignore la realidad, pues diversas organizaciones nacionales e internacionales han difundido los casos de periodistas asesinados en este año.

No anotaré aquí los números dados a conocer por organizaciones mexicanas porque es muy probable que sean desestimadas por la nueva presidenta de la CNDH utilizando los mismos argumentos que esgrime AMLO al restarle credibilidad a los datos que no le gustan o convencen. Para ello, sería muy fácil decir “yo tengo otros datos” o acusar a la organización de ser neoliberal,  conservadora, neofascista y/o corrupta.

En primer lugar cito los datos difundidos por Reporteros Sin Fronteras (RSF), organización no gubernamental internacional francesa, que hasta ayer anotaba que en México han asesinado a 10 periodistas este año, situación que lo convierte en el país más peligroso para ejercer este oficio en 2019. Para que Piedra Ibarra se entere de quiénes son, puede consultar https://rsf.org/es/barometro?year=2019&type_id=233#list-barometre.

De acuerdo con el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), una organización independiente y sin fines de lucros con sede en Nueva York, se ha confirmado el asesinato de cinco periodistas, mientras que hay 14 desaparecidos (https://cpj.org/americas/mexico/).

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reporta que en el año se han asesinado a 10 periodistas (https://en.unesco.org/themes/safety-journalists/observatory/country/223773).

Piedra Ibarra debe explicar el porqué de su absurda respuesta a la pregunta que se le hizo y, por su ignorancia, ofrecer una disculpa al gremio periodístico y a México.

Evo Morales a bordo de avión de la Fuerza Aérea Mexicana.

¡QUÉ SEMANA!

 Escribo esto poco después de las 17:00 horas del martes 12. Recién terminé mi programa en Grupo Fórmula que inicié diciendo “¡Qué semana!” para luego explicar que desde el domingo pasado han ocurrido tantas cosas que es virtualmente imposible mantenerse al tanto de ellas.

Apenas lo dije, mis compañeros me recordaron que era martes, que la semana apenas empezaba. Y tenían razón, todavía faltan por transcurrir cuatro días para que concluya la semana 45 de este año 2019.

La semana inició con la noticia de la renuncia del presidente boliviano, Evo Morales, después de que el jefe del ejército de su país le “sugiriera”, eso sí, con mucho respeto, que renunciara “a su mandato presidencial, permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de [su] Bolivia”. Y Evo renunció antes de que lo removieran y encarcelaran.

Luego viajó el lunes a nuestro país en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) que el presidente Andrés Manuel López Obrador envió a Bolivia apenas supo que su excolega aceptaba su oferta de concederle asilo político.

Durante los próximos días seguirá siendo noticia el caso de quien podría haber pasado a la historia como “San Evo” y que ahora será recordado como el gobernante soberbio e intransigente que mediante diversas trapacerías intentó mantenerse en el poder, incluido el comprobado fraude electoral que avaló el 20 de octubre pasado.

El canciller Marcelo Ebrard dio la bienvenida a México a Evo Morales

Como la historia lo demuestra, Evo será pronto olvidado por la mayoría de los mexicanos, si bien no por los bolivianos; por lo menos hasta que dé motivo para nuevamente ser tema de conversación.

La semana también inició con las protestas de los senadores del PAN contra la designación, aparentemente tramposa, de Rosario Piedra Ibarra como la nueva presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). La presión panista encabezada por la panista Kenia López Rabadán, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, resultó ser eficaz con lo cual la mayoría morenista aceptó realizar una nueva votación que, como era de esperarse, favoreció a Rosario Piedra.

Y mientras Evo se escapaba del país que gobernó durante 14 años y Rosario era electa nuevamente, los opinadores, analistas y demás líderes de opinión demostraron estar tan divididos, confrontados y polarizados, como muchos de los que los leen, ven y escuchan: que si AMLO y Marcelo Ebrard exageraron al asegurar que Morales cayó debido a un golpe de Estado; que si se justificaba ofrecerle asilo al boliviano; que si fue correcto haberle enviado el avión de la FAM; que si al apoyar al expresidente como lo hicieron le estaban mandando un mensaje a los militares mexicanos que no comparten los objetivos de la 4T; que si esto, que si aquello…

Bolivia y la CNDH distrajeron la atención de muchas otras cosas que ocurrieron en México y el mundo: las elecciones españolas, las nuevas revelaciones de la injerencia de Trump en Ucrania, el continuo deterioro del proceso del Brexit

Y además de los sucesos, la confusión que generan tantas opiniones, substanciadas o no, que circulan a la velocidad de la luz en las redes sociales…

Todos esto y más sucedió desde el domingo hasta ayer. ¡Y todavía faltan cuatro días para que se acabe la semana!

Expresiones de legisladores del PAN

BOLIVIA, LECCIÓN PARA GOBERNANTES QUE BUSCAN ETERNIZARSE

Cayó Evo Morales después de ejercer la presidencia de Bolivia durante casi 14 años, del 22 de enero de 2006 hasta el 10 de noviembre de 2019.

En diciembre de 2005 ganó la presidencia con el 54% de los votos, convirtiéndose en el primer presidente indio de la República de Bolivia desde que el país se fundó en 1825. En 2009 fue electo como el primer presidente del recién fundado Estado Plurinacional de Bolivia y en 2014 fue reelecto con el 63% de los votos.

Nacionalizó los hidrocarburos y luego diversas empresas e industrias con el fin de que los empresarios invirtieran como socios, no como “patrones de los recursos naturales de los bolivianos”.

Contra lo que muchos supusieron, el socialismo que promovió dio resultados sorprendentes.

Entre 2006 y 2018 el producto interno bruto (PIB) creció sostenidamente, a un promedio anual del 4.8%. En 2006 el PIB era de 11 452 millones de dólares, en 2018 llegó a 40 288 millones; un aumento del 252%.

Y cayó el porcentaje de bolivianos pobres, del 60% al 35%, y el de la población que vive en pobreza extrema del 38% al 15%.

Pese a los grandes avances económicos que logró, Morales se vio obligado a renunciar el domingo pasado, menos de un mes después de que se declarara ganador de la elección del pasado 20 de octubre.

Sus problemas empezaron cuando en 2016 decidió buscar una tercera reelección a pesar de que la Constitución de 2009 lo prohíbe.

Para derogar el impedimento constitucional convocó a una consulta popular, pero en febrero de 2016, el 51% de los bolivianos votó en contra de tal derogación.

Morales ignoró el resultado de su consulta y logró que el Tribunal Constitucional determinara que tenía el “derecho humano” de tratar de reelegirse indefinidamente. Luego, el Tribunal Supremo Electoral autorizó que participara en las elecciones de octubre pasado.

La autoridad electoral lo declaró ganador con 47.1% de la votación total, más de 10 puntos porcentuales arriba del 36.5% que obtuvo su rival. Así evitó ir a una segunda vuelta electoral.

El hecho de que se “cayera el sistema” cuando Morales aventajaba a su rival por solo 7.1 puntos, generó que los resultados finales fueran cuestionados dentro y fuera de Bolivia.

Cobertura de Reporteros sin Fronteras

PAÍSES VECINOS Y SEGUNDA VUELTA

El 23 de octubre, Argentina, Brasil, Colombia y Estados Unidos apoyaron la realización de una segunda vuelta y la OEA sugirió no validar los resultados de la elección hasta que la organización los auditara.

Las protestas contra un probable fraude electoral se generalizaron en Bolivia. Los grupos policiacos se unieron a los manifestantes y las fuerzas armadas decidieron no intervenir.

En la mañana del 10 de noviembre, Morales aceptó la realización de nuevas elecciones, luego de que la OEA informara que hubo “graves irregularidades” en el proceso electoral y solicitara que se repitiera la elección.

Su decisión llegó demasiado tarde porque ese mismo día los comandantes del Ejército y de la Policía le sugirieron renunciar para así permitir “la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad por el bien de nuestra Bolivia”.

Ante la posibilidad de ser removido violentamente, Evo Morales prefirió renunciar.

Que lo que sucedió en Bolivia sirva de lección para todos aquellos gobernantes que tratan de eternizarse en el poder después de modificar las leyes a su favor.

 

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