Ruiz Healy Times: Para entender qué es el pueblo bueno y sabio que menciona López Obrador


El presidente Andrés Manuel López Obrador y la Cartilla Moral
  • Cartilla Moral, pensada y escrita desde los años 40s por Alfonso Reyes.
  • Jaime Torres Bodet y Jesús Reyes Heroles, respectivamente, vanos intentos.
  • Quienes critican al presidente de la República no han  leído la Cartilla Moral.
  • México entre los países más corruptos del mundo: Transparencia Internacional.
  • Davos, Suiza, numerosas y notorias ausencias en el Foro Económico Mundial.

Eduardo Ruiz Healy

El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció ayer que el gobierno federal imprimirá y distribuirá 10 millones de ejemplares de la Cartilla Moral escrita en 1944 por el escritor y poeta Alfonso Reyes y adaptada en 1984 por el escritor José Luis Martínez.

Muchos de los que alaban o critican la decisión del presidente no han leído la Cartilla Moral e ignoran cuál es su origen.

Recordemos que en la década de los años 40 del siglo pasado, la mitad de los mexicanos no sabía leer ni escribir. Para tratar de remediarlo, el entonces presidente Manuel Ávila Camacho promulgó en agosto de 1944 la Ley de Emergencia que estableció la Campaña Nacional contra el Analfabetismo.

La campaña, por lo menos en teoría, establecía que cada persona con estudios estaba obligada a enseñarle a leer y a escribir a por lo menos otra persona de entre seis y 60 años. El entonces secretario de Educación Pública, Torres Bodet, ordenó que se redactara una Cartilla Nacional de Alfabetización, de la cual se imprimirían 10 millones de ejemplares para entregar a una misma cantidad de alfabetizadores. Varios especialistas participaron en su redacción.

Alfonso Reyes

En septiembre de 1944, Torres Bodet recibió una carta de Reyes en donde le proponía que la Cartilla incluyera “un mínimo de principios morales” porque “ “Mi inquietud espiritual, mis ideales de progreso nacional, me llevan a proponer a usted que en las cartillas de instrucciones que se han de entregar a quienes nos toque enseñar, se incluya la enseñanza, el consejo de un mínimo de principios morales que ayuden a cambiar la forma primaria de vida de nuestras clases bajas, construyendo, así, los cimientos de una nación moderna, espiritual, moral y materialmente rica”.

A Torres Bodet le gustó la idea y le pidió a Reyes que él mismo redactara lo que proponía, pidiéndole que su texto no se extendiera más allá de tres páginas; sin embargo, el escrito rebasó ese límite y ambos acordaron que la Cartilla Moral mejor se imprimiera aparte de la Cartilla de Alfabetización. Pese a lo anterior, el texto nunca llegó a publicarse porque algunos funcionarios de alto nivel consideraron que el texto se contraponía al Estado mexicano laico y liberal por ser conservador y hasta religioso.

Fue hasta 1952 cuando el propio Reyes publicó la Cartilla por su cuenta, en una edición de tiraje limitado.

En 1984 el entonces secretario de Educación Pública, Jesús Reyes Heroles, decidió publicar el texto y le pidió a Martínez, quien 40 años antes había sido el secretario particular de Torres Bodet, que lo adaptara para su distribución. En la introducción de esa edición, Martínez escribió que le hizo “algunos retoques en busca de mayor sencillez y se le han añadido referencias a nuevos temas”. Desafortunadamente esa edición adaptada nunca se publicó ya que Reyes Heroles murió en 1985 con ese proyecto editorial pendiente.

Así las cosas, 75 años después de que Reyes la escribiera y 35 años después de que Martínez la adaptara, por fin se publicará la Cartilla Moral.

Para entender a qué se refiere el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando habla del pueblo bueno y sabio es necesario leer la Cartilla Moral que está en el sitio https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/427152/CartillaMoral_.pdf.

Jaime Torres Bodet

¿AMLO PODRÁ ACABAR CON LOS CORRUPTOS?

Guadalupe Victoria se convirtió en el primer presidente de México en octubre de 1824. Desde entonces, 64 personas han ocupado la presidencia, algunos de ellos en múltiples ocasiones. Andrés Manuel López Obrador es el sexagésimo quinto titular del poder ejecutivo de nuestro país.

Desde el 5 de febrero de 1930, día en que Pascual Ortiz Rubio asumió la presidencia, hasta el 31 de noviembre de 2018, cuando Enrique Peña Nieto dejó el cargo, México fue gobernado por 16 individuos: tres de ellos militantes del Partido Nacional Revolucionario (partido antecesor del PRI), uno del Partido de la Revolución Mexicana (del cual surgió el PRI), 10 del PRI y dos del PAN.

Angela Merkel en Davos

Durante los 88 años que transcurrieron entre el principio de la presidencia de Ortiz Rubio y el final de la de Peña Nieto, hubo dos guerras mundiales que dejaron a Europa y Asia en ruinas y a México intacto. Desde 1930 los mexicanos no nos hemos enfrentado en una guerra civil y nuestro país no ha sido invadido por una potencia extranjera. En 1930 la economía nacional, si bien pequeña, superaba a la de muchas naciones europeas y a la de casi todas las asiáticas, latinoamericanas y africanas. Desde entonces, varias de crecieron con mayor velocidad que la de México, incluidas unas que estuvieron en guerra, y sus habitantes gozan hoy de un estándar de vida superior al de los mexicanos.

México no creció como debería. Los 16 presidentes que tuvo en ese largo periodo dejaron ir su oportunidad de promover el desarrollo económico y social de un país inmensamente rico en recursos naturales localizado junto al principal mercado mundial para todo tipo de productos y servicios. De haber gobernado mejor, la mayoría de los mexicanos viviría en el confort que proporciona pertenecer a una clase media, no sentiría la angustia que causa el sentirse víctima potencial de un delincuente y vería con optimismo el futuro.

Desafortunadamente, ninguno de los 16 se esforzó por acabar con la corrupción que desde siempre ha existido en el país. Casi todos encabezaron gobiernos de ladrones. Algunos tal vez fueron honrados, pero por convenir a sus intereses políticos permitieron que durante su gestión los cleptócratas actuaran libremente.

Cleptocracia en México

La corrupción explica, en gran medida, el atraso de nuestro país. Según el Banco Mundial, el ingreso promedio en países con un alto nivel de corrupción es aproximadamente un tercio de los países con un bajo nivel. Además, la tasa de mortalidad infantil en estos países es aproximadamente tres veces mayor y la tasa de alfabetización es un 25% más baja.

Diversos estudios demuestran que la corrupción causa que los precios de productos y servicios de baja calidad sean artificialmente altos, que los recursos se repartan ineficientemente, que sea dispareja la distribución de la riqueza, que haya pocos estímulos para el avance tecnológico, que exista una importante economía informal y que los servicios educativos y de salud sean de baja calidad.

El país que ahora gobierna Andrés Manuel es uno de los más corruptos del mundo, según Transparencia Internacional. ¿Podrá él combatir exitosamente a los cleptócratas? No lo sé, pero me gustaría pensar que sí. Mientras, le doy el beneficio de la duda y cruzo mis dedos.

Foro Económico Mundial en Davos

REUNIÓN DEL FORO ECONÓMICO MUNDIAL ¿IRRELEVANTE?

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido criticado por no haber ido a la reunión anual del Foro Económico Mundial que recién se realizó en Davos (Suiza), en donde, según ellos, podría haberse reunido con las personas más influyentes del mundo para tratar de convencerlos de que México sigue siendo un destino seguro para las inversiones.

A la reunión, que se lleva a cabo desde 1988, asisten, como lo presume el Foro: “Los jefes y funcionarios de más de 100 gobiernos, altos ejecutivos de las  mil compañías más importantes del mundo, líderes de organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales relevantes, los líderes culturales, sociales y de pensamiento más destacados…”.

Sin embargo, este año no fueron muchos cuyo poder e influencia son determinantes global o regionalmente. Precisamente aquellos con quien Andrés Manuel podría haber platicado, de haber ido a Davos.

Tratándose del G20, que reúne a a la Unión Europea y a 19 de las economías más importantes del mundo, que producen el 66% del producto interno bruto mundial, no asistieron los gobernantes de Arabia Saudita, Argentina, Australia, Canadá, China, Corea, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, México, Reino Unido, Rusia y Turquía. 14 de los 20 decidieron quedarse en casa.

Enrique Peña Nieto

De los 10 que encabezan la lista de multimillonarios (billionaires) de la revista Forbes, estuvieron ausentes Jeff Bezoz (1 en la lista), Warren Buffet (3), Bernard Arnault (4), Mark Zuckerberg (5), Amancio Ortega (6), Carlos Slim (7), Charles y David Koch  (8) y Larry Ellison (10). Solo Bill Gates, el número dos de la lista, estuvo ahí, motivado principalmente por asuntos de su fundación caritativa.

De los 20 individuos más poderosos del planeta, sólo asistieron cuatro de la lista anual de Forbes: la debilitada canciller alemana Angela Merkel, Bill Gates, el presidente del Banco Central Europeo Mario Draghi y el director general de JP Morgan Chase, Jamie Dimon.

¿Y qué gobernantes de los 36 países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) estuvieron en Davos? Solo 11: los de Austria, Alemania, España, Holanda, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Noruega, Nueva Zelanda y Suiza.

Todo lo anterior no significa que no hubiera gente muy importante en Davos la semana pasada. La hubo, pero destaca que no estuvieran ahí 14 de los gobernantes de las 20 principales economías, nueve de los 10 individuos más ricos del planeta, y 25 de los gobernantes de los países miembros de la OCDE.

En resumen, al igual que AMLO, muchos jefes de gobierno y poderosos se abstuvieron de ir a Davos este año. Tal vez porque en la era de Trump cada vez son más los que piensan que eventos como el de Davos, fuera de reunir a los ricos y poderosos del mundo, poco contribuyen a resolver los problemas, nuevo y añejos, que cada país enfrenta. Tal vez porque en esta era de comunicaciones instantáneas es absurdo viajar a algún lugar del mundo, en este caso a los Alpes Suizos, solo para escuchar a un conferencista cuya voz e imagen están transmitiéndose simultáneamente a un público que alrededor del planeta está viéndolo en su gadget preferido.

La reunión anual de Davos podría ser irrelevante si el año entrante tampoco llegan los pesos pesados del poder.

 

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