Ruiz Healy Times : Ninguno de los Tres Chiflados podrá salvar al PRI


Ulises Ruiz Ortiz
  • Gobiernos federal y estatales, el reto de la seguridad.

Eduardo Ruiz-Healy

Alejandro Moreno Cárdenas

El primero, Ulises Ruiz, gobernó tan mal Oaxaca y dividió tanto a su partido que virtualmente le entregó el poder ejecutivo de su estado a un sucesor surgido de la oposición que finalmente resultó igual o peor que él, hablamos de Gabino Cué.

Ulises Ruiz, Fue un gobernante autoritario y ahora dice que quiere defender la democracia.

El segundo, Fernando Lerdo de Tejada, utilizó la tribuna de la Cámara de Diputados, se dice qué por órdenes de su entonces suegro, para tratar de impedirle la entrada al país a Madonna porque, según él, la Reina del pop promovía “los antivalores más agudos, tales como el homosexualismo, el lesbianismo, las prácticas sodómicas […] la proclividad al vicio y las malas costumbres”.

Y el tercero, Alito Moreno, prefirió abandonar a sus paisanos y la gubernatura que, durante años tanto ambicionó, para dirigir a su partido hacia la derrota que los votantes le propinaron el pasado 6 de junio. Su cinismo es tal que, pese a haber acabado con lo que quedaba de su partido, se niega a renunciar a la presidencia priista y pretende liderar, a través de Rubén Moreira, a los próximos diputados federales del PRI.

Estos son los Tres Chiflados que pretenden refundar, reorganizar y re-direccionar, resucitar diría yo, al que durante 71 años fue el partido político dominante en México.

Nació como el Partido Nacional Revolucionario (PNR) y fue fundado desde el poder en 1929 por un grupo de militares, caciques estatales y regionales, liderados por el entonces hombre fuerte y “Jefe Máximo de la Revolución”, el expresidente Plutarco Elías Calles.

No solo nació desde el poder, sino que fue concebido para mantenerlo en las manos de quienes finalmente ganaron la guerra civil que se inició después del asesinato de Francisco I. Madero, en febrero de 1913.

En 1938 se refundó como el Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y en 1946 como el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Los 13 presidentes que tuvo México de 1932 a 2000 pertenecieron a alguna de sus tres versiones.

De 1929 hasta 1989 todas las gubernaturas estuvieron en manos priistas y hasta 1997 el PRI tuvo la mayoría absoluta en el Congreso.

Fue hasta 1988, lapso en que cualquier persona que aspirara a desarrollar una carrera política, se afilió al PRI sin que le molestara en lo más mínimo que los gobernantes priistas, tanto federales como locales,  hayan sido antidemocráticos, represores y hasta asesinos.

Ni los sangrientos eventos de 1952, 1968 y 1971, entre otros, que resultaron en cientos de muertos a manos de policías y soldados, motivaron a que no ingresaran al PRI personajes como Cuauhtémoc Cárdenas, Muñoz Ledo, Ebrard, Bartlett y López Obrador, por mencionar a algunos.

Fernando Lerdo de Tejada

Los que lo abandonaron a partir de 1987 lo hicieron porque aceptaron que ya no tenían futuro político en ese partido, no porque de repente descubren que lo suyo era la democracia.

Derrotado en las elecciones presidenciales de 2000 y 2006, el PRI ganó de nuevo con Peña Nieto la de 2012, para otra vez perder, de manera catastrófica, la elección de 2018 en donde su candidato, que ni era priista, José Antonio Meade, quedó en el tercer lugar. Como resultado de la elección de julio de 2018, el PRI quedó reducido al tercer lugar en el Senado y al quinto en la Cámara de Diputados.

Dudo que alguno de estos Tres Chiflados sea capaz de salvar al PRI. Mejor papel que este trío lo harían Larry, Moe y Curly.

 

GOBIERNOS ESTATALES Y FEDERAL

ANTE EL RETO DE LA INSEGURIDAD

 

El Artículo 21 de la Constitución dice que “La seguridad pública es una función del Estado a cargo de la Federación, las entidades federativas y los Municipios, cuyos fines son salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas, así como contribuir a la generación y preservación del orden público y la paz social…”.

Hasta mayo pasado, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), había en nuestro país 364 420 policías federales, estatales y municipales, y 99 545 guardias nacionales. En total, 463 965 hombres y mujeres que deben hacer cumplir lo que establece el arriba mencionado Artículo 21 y diversas leyes federales y estatales, como la de la Guardia Nacional.

Sin embargo, si tomamos en cuenta las cifras que contiene el reporte Incidencia delictiva del fuero común emitido el 20 de julio pasado por el SESNSP, los miles de guardias nacionales y los policías federales, estatales y municipales, ni aún con el auxilio del Ejército y la Marina, son capaces de “salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas” ni de preservar el “orden público y la paz social” ni de “salvaguardar los bienes y recursos de la Nación”.

Dicha incapacidad es obvia al comparar el número de delitos cometidos durante el periodo enero-junio de este año con los del mismo periodo de 2020.

Durante el primer semestre del año pasado se registraron 888 244 delitos, mientras que en los primeros seis meses de este año se contabilizaron 1 010 305, un aumento del 13.7%.

Los delitos que registraron descensos son:

Homicidio doloso: -3.0% (de 22 159 a 21 510), secuestro: -30.8% (de 438 a 303), robo total: -3.0%, robo a casa habitación: -5.5%, robo de coche: -12.2%, robo a transportista:-10.9%, robo a institución bancaria: -31.9%, robo a negocio: -9.9%.

Los delitos que registraron aumentos son:

Lesiones dolosas: +11.9% (de 70 488        a 78 907), feminicidio: +3.8% (de 477 a 496), tráfico de menores: +200.0%, rapto: +33.9%, abuso sexual: +26.2%, acoso sexual: +32.4%, hostigamiento sexual: +20.2%, violación simple: +236.7%, violación equiparada: +51.2%, robo de autoparte: +12.0%, robo a transeúnte en vía pública: +8.6%, robo a transeúnte en espacio abierto al público: +36.7%, robo en transporte público individual: +34.5%, robo en transporte público colectivo: +4.9%, robo en transporte individual: +19.9%, fraude: +49.5%, abuso de confianza: +33.1%, extorsión: +2.9%, daño a la propiedad: +24.1%, despojo: +38.4%, violencia familiar: 23.7%, violencia de género en todas sus modalidades distinta a la violencia familiar: +17.1%, corrupción de menores: +6.3%, trata de personas: +29.3%, narcomenudeo: +11.8%.

El año pasado, la pandemia detuvo las actividades de millones de personas y negocios y por eso disminuyó el número de delitos. Desafortunadamente, el número va en aumento conforme se están normalizando las actividades.

Ni el gobierno federal ni los gobiernos de la mayoría de los estados están combatiendo exitosamente a los delincuentes. Se vería en los números si estuvieran haciendo bien las cosas. Por eso el 67% de los mexicanos nos sentimos inseguros, como lo señala una encuesta reciente hecha por el INEGI.

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