Ruiz-Healy Times: Lineamientos idiotas


Absurda y tonta reglamentación del Ifetel.

Senado y Presidencia, presentan controversia.

Eduardo Ruiz-Healy

 El miércoles 21 de diciembre del año pasado se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el Acuerdo mediante el cual el Pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones aprueba y emite los Lineamientos Generales sobre la Defensa de las Audiencias.

El acuerdo consta de 50,110 palabras contenidas en 127 páginas del DOF. Las primeras 34 páginas contienen los Antecedentes y Considerandos por medio del cual el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) justifica la legalidad de los lineamientos que ha emitido.

Las 93 páginas restantes contienen los 72 artículos en que se han dividido los lineamientos más ocho artículos transitorios más nueve anexos. Resulta muy curioso que las páginas 124 a la 127 contienen el Acuerdo mediante el cual se modifican los Lineamientos Generales en relación con lo dispuesto por la fracción I del artículo octavo transitorio del Decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de los artículos 6o., 7o., 27, 28, 73, 78, 94 y 105 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en Materia de Telecomunicaciones.

 

REGLAMENTOS ABSURDOS

Confieso que no tuve el tiempo ni la paciencia para leer el documento completo, pero después de verlo en ciertas partes concluyo que el IFT ha de tener mucho dinero para tirarlo a la basura al exigirle a sus burócratas de alto nivel que elaboren un extenso documento que contiene lineamientos que francamente son idiotas, pretenden anular la libertad de expresión de quienes informamos, comentamos y opinamos a través de la radio y la televisión y, peor aún, consideran que las audiencias están integradas por estúpidos incapaces de razonar o diferenciar los contenidos que ven o escuchan.

A continuación, transcribo algunos artículos de los lineamientos que sirvan para mostrar hasta dónde llega la imbecilidad de algunos de nuestros burócratas:

Artículo 13, Fracción I: “En el Servicio de Radiodifusión de televisión y en el Servicio de Televisión Restringida: … Para diferenciar los Mensajes Comerciales, al suspenderse y reanudarse el programa, se deberán mostrar, según corresponda, las frases “Se suspende programa e inicia corte programático que incluye publicidad.” y “Termina corte programático que incluye publicidad, se reanuda programa.” durante al menos 5 segundos en pantalla completa o por medio de una pleca traslúcida ocupando al menos una sexta parte de la pantalla en su parte inferior derecha… Al suspenderse y reanudarse el programa también deberá apreciarse un elemento acústico a afecto de que las Audiencias con Discapacidad visual tengan conocimiento de que lo sucedido en pantalla se trata de mensajes comerciales”.

Artículo 15: “Para diferenciar claramente la información noticiosa de la opinión de quien la presenta, la persona que brinda la información deberá advertir al momento de realizarla, de manera expresa y clara, que la manifestación realizada o que realizará constituye una opinión y no es parte de la información noticiosa que se presenta. También podrán implementarse acciones como la inclusión de plecas, cortinillas o pantallas completas que adviertan a las Audiencias sobre la diferenciación referida”.

ruiz healy Gustavo Ortega Joaquín

TRATAN A LA AUDIENCIA COMO FALTOS DE CEREBRO

Los genios del IFT creen que el público es tonto e incapaz de darse cuenta cuando se difunde un anuncio comercial o propagandístico. Además, pretenden que durante la transmisión de programas de análisis y discusión, como los que yo conduzco, los diferentes participantes estén interrumpiéndose a sí mismos para aclarar si lo que dicen es una información o una opinión.

Tanto la presidencia de la República como la Cámara de Senadores presentaron una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación en contra de diversos artículos de los Lineamientos Generales sobre la Defensa de las Audiencias emitidos por el Instituto Federal de Telecomunicaciones.

Tenía razón el físico Albert Einstein cuando dijo que “dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana; y yo no estoy seguro sobre el universo”. Los lineamientos redactados por los burrócratas del IFT. corroboran ese dicho.

RUIZ HEALY RODOLFO ROSAS MOYA

SÍ EXISTE UNA UNIÓN, SERÁ TEMPORAL

Desde la independencia de México, en septiembre de 1821, hasta nuestros días, los mexicanos nos la hemos pasado pelando los unos contra los otros.

Desde 1821 hasta 1928, año en que asesinaron al presidente electo Álvaro Obregón, nuestros ancestros generalmente recurrieron a la violencia para dirimir sus diferencias políticas, religiosas y raciales. De 1928 a 2000, los conflictos se resolvieron por métodos menos violentos, generalmente por la vía política, pero muchas veces neutralizando de alguna manera a las voces que se pronunciaran contra el régimen establecido.

A partir de 2000 los mexicanos nos enfrentamos un poco más civilizadamente, ya no nos damos de balazos, pero no dudamos en agredir de alguna manera a quienes no piensan como otros por medio de bloqueos de calles y carreteras, la toma violenta de oficinas públicas y privadas, la pinta o destrucción de mobiliario urbano y hasta de monumentos históricos.

La nuestra es una sociedad dividida por razones económicas, políticas, religiosas y raciales y, como consecuencia del absoluto fracaso del sistema educativo, la mayoría de los mexicanos son intolerantes e incapaces de dialogar y tratar de entender a quienes no piensan igual que ellos.

Hay quienes quisieran que los mexicanos nos uniéramos como nunca lo hemos estado ahora que el neonazi que desde hace casi dos semanas gobierna a Estados Unidos ha mostrado su anti mexicanismo y el desprecio que siente hacia nuestro país, sus gobernantes y los mexicanos.

Donald Trump efectivamente ha unido en contra de él a casi todos los que vivimos en México. Es, definitivamente, el enemigo común de la mayoría de los mexicanos.

Sin embargo, no nos engañemos, el demagogo populista no será suficiente para unir a un pueblo dividido por tantas y tan complicadas razones.

Estoy convencido que los mexicanos realmente nos uniremos cuando todos tengamos el mismo acceso a las oportunidades de acceder a una vida más próspera, cuando se acaben la corrupción y la impunidad que tanto nos ofenden y daño le causan a la economía del país, cuando nuestros gobernantes gobiernen pensando en lo que es bueno para México y no solo en sus bolsillos y en cómo no perder la próxima elección, cuando los blancos dejen de sentirse superiores a los morenos y estos dejen de resentir la actitud de los primeros, cuando la mayoría católica trate con respeto a quienes profesan otra religión o se declaran agnósticos o ateos, cuando los perdedores de una elección acepten con gracia y bonhomía su derrota, cuando tengamos un país del cual podamos enorgullecernos totalmente.

Mientras todas esas cosas no ocurran, cualquier unión que se dé ante una agresión extranjera será meramente temporal.

ruiz healy ifetel

DOS COSTOSOS ACTOS DE CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD

Las agresiones tuiteras del presidente estadounidense Donald Trump contra nuestro país, que con el tiempo pueden convertirse en ataques más serios en contra de nuestra población, economía y hasta del territorio nacional, han unido a gran parte de los mexicanos para defenderse de lo que perciben como un enemigo común.

Somos millones de tuiteros, facebookeros y usuarios de otras redes sociales los que hemos decidido adoptar el lábaro patrio o el escudo nacional como el avatar que nos idéntica ante los demás y manifiesta nuestro repudio contra el neofascista neoyorquino y casi todo lo que representa.

A lo largo y ancho del país grupos políticos, económicos y de la sociedad civil se unen para definir las mejores maneras en que los mexicanos podemos defendernos de las agresiones gobierno estadounidense y diversificar la economía para hacerla menos dependiente de la de los Estados Unidos.

Trump ha hecho lo que hasta hace poco parecía imposible, unir a la mayoría de los mexicanos al convertirse en el enemigo común de todos ellos.

Ahora bien, la recién conformada unidad nacional desaparecerá tan rápido como se creó si quienes mandan en los poderes ejecutivo, legislativo y judicial en los tres órdenes de gobierno no se apuran en realizar las acciones que los mexicanos demandamos para acabar con la corrupción y la impunidad que han dañado tanto al país.

Dos actos de corrupción son lo que aparentemente causaron que Mr. Trump deteste a nuestro país.

El primero tiene que ver con el concurso de Miss Universo que el magnate, quien entonces era el dueño del evento, intentó realizar en 2007 en la Ciudad de México.

Según diversas versiones periodísticas, en 2006, una empresa llamada Comercializadora Ronac, propiedad del yucateco Rodolfo Rosas Moya, firmó un contrato con Trump para organizar el concurso de 2007. El mexicano quedó en invertir 6.5 millones de dólares y garantizó el pago con 25 terrenos en Playa de Carmen, Quintana Roo.

Rosas Moya nunca aportó el dinero y fue demandado por Trump y por fin, en 2012, un arbitraje le dio la razón a éste. Sin embargo, el estadounidense jamás ha podido tomar posesión de los terrenos en vista de acciones dilatorias realizadas por el juzgado que lleva el caso, localizado en la ciudad de México.

Harto de la situación, en marzo de 2015 Trump tuiteó: “Debido a que Rodolfo Rosas Moya me debe mucho dinero, México nunca volverá a albergar el Concurso Miss Universo”. Ese mismo día tuiteó: “El sistema de tribunales de México es corrupto. No quiero nada que ver con México, aparte de construir un muro impenetrable y detenerlos de que sigan estafando a Estados Unidos”. Y semanas después, el 16 de abril, tuiteó lo siguiente: “Rodolfo Rosas Moya y sus amigos en México me deben mucho dinero. Asqueroso y lento sistema judicial de México. México no es un amigo de Estados Unidos”.

El segundo caso de corrupción qué afectó a Trump es el siguiente. En 2006 o 2007 quiso desarrollar un predio en Cozumel pero sus planes se vieron frustrados cuando el entonces presidente municipal priista, Gustavo Ortega Joaquín, primo del actual gobernador neopanistaperredista Carlos Joaquín González, le negó los permisos necesarios cuando se negó a darle una mordida de 20 millones de pesos.  El proyecto se llamaba Punta Arrecifes Resort.

Es probable que Trump no tuviera la actitud que tiene hacia nuestro país si aparentemente no se lo hubieron transado dos mexicanos, Rodolfo Rosas Moya y Gustavo Ortega Joaquín, y si los tribunales mexicanos hubieran impartido justicia a la víctima de un supuesto defraudador.

¡Qué caro nos van a costar a todos los mexicanos dos actos de corrupción e impunidad!

ruiz healy Nolan McCarty

TRUMP NO SE IRÁ ANTES DE 2021

No me he cansado ni me cansaré de expresar que Donald Trump me desagrada y que para mí representa lo que la historia registrará como un capítulo negro en la historia estadounidense.

Desde antes de que se convirtiera en el presidente número 45 de Estados Unidos dije que es un neofascista, neonazi, xenófobo, racista, sexista, populista y demagogo.

También cité a prominentes psiquiatras estadounidenses que lo han diagnosticado como un narcisista, ególatra y, tal vez, psicópata.

Estoy seguro que durante los próximos cuatro años Trump generará problemas para México y gran parte del mundo.

Sus decisiones desquiciarán a la economía y el comercio mundiales, provocarán nuevas guerras en Medio Oriente, substituirá alianzas añejas y probadas por alianzas nuevas y nada confiables.

En fin, su gobierno tendrá un efecto dis-ruptor dentro y fuera de su propio país.

También reconozco que lo más probable es que cumpla con su mandato y pretenda reelegirse para uno más en 2020, siempre y cuando no muera antes por razones de salud o de otra naturaleza. Recordemos que en junio entrante cumplirá 71 años de edad y nada garantiza que pueda mantener su vigor y energía durante los próximos años.

Ahora bien, pese a que no comulgo con las ideas de Mr. Trump, no veo en el horizonte cercano algo que le impida gobernar como se le antoje, aunque para hacerlo viole la Constitución de Estados Unidos y tenga que defender sus actos ante los tribunales de su país, incluida la Suprema Corte que dentro de unas semanas tendrá una mayoría de jueces conservadores que seguramente apoyarán muchas de sus decisiones y las declararán constitucionales.

Todo lo anterior viene a cuento porque desde que asumió el cargo, el 20 de enero pasado, la mayoría de los analistas y comentaristas mexicanos hablan de Estados Unidos como si lo hicieran de México, demostrando un profundo desconocimiento del sistema político y del ciudadano estadounidense.

Los estimados colegas, si ven marchas contra Trump predicen que es el preámbulo de su caída, sin considerar que también hay manifestaciones a su favor, si bien menos ruidosas y violentas.

Si ven que los principales medios impresos y electrónicos lo critican dan por seguro que ese es el sentir de la mayoría de los estadounidenses sin detenerse a pesar que el desprestigio de esos medios es inmenso.

 

REPUBLICANOS Y POSIBLE TRAICIÓN

Si ven que los intelectuales, los economistas, los directivos de muchas grandes corporaciones, algunos republicanos y todos los demócratas, los diplomáticos y otros miembros de establishment critican a Trump olvidan que éste ganó la elección precisamente porque fue el candidato que más atacó a dicho establishment.

Hay quienes aseguran que los republicanos van a traicionar a Trump porque él no es uno de ellos pero olvidan que, como los políticos profesionales que son, la pensaran más de dos veces antes de enfrentarse al inmenso poder de la presidencia estadounidense y que lo apoyarán mientras el hacerlo les convenga a ellos y a su partido.

Los analistas mexicanos olvidan que Trump no es el primero ni será el último de los presidentes estadounidenses capaz de polarizar a la opinión pública de su país. En su libroPolarized America (MIT Press, 2016), los politólogos Nolan McCarty, Keith Poole y Howard Rosenthal demuestran que en el periodo 1865-1917, es decir durante los años posteriores a la Guerra Civil hasta la entrada de Estados Unidos a la Primera Guerra Mundial, la política de Estados Unidos estuvo altamente polarizada y que dicha polarización amainó entre los años 1917-1952 cuando, con la elección de Dwight Eisenhower en 1951, las divisiones políticas nuevamente se fueron dando cada año con mayor intensidad.

No nos engañemos, Trump llegó para quedarse, nos guste o no, nos convenga o no. Lejos de especular si se irá antes de 2020, mejor analicémoslo correctamente para mejor enfrentar sus embates.

 

Sitio web: ruizhealytimes.com