Ruiz Healy Times : La inflación está controlada; hay que promover el crecimiento económico


Inflación en México

Eduardo Ruiz-Healy

Precios del mercado. Indicativo de nivel de inflación

La inflación está disminuyendo en la mayoría de las principales economías del mundo. Durante octubre, los incrementos en la inflación fueron menores que en septiembre, y los índices de precios al consumidor (IPC) en cada país se encuentran significativamente más bajos que hace un año.

En México, el IPC aumentó un 4.26% en octubre, un leve descenso del 4.45% registrado en septiembre. Hace un año, la inflación alcanzaba el 7.8%.

En Alemania, la principal economía de Europa, el IPC registró un aumento del 3.8% en octubre, por debajo del 4.5% de septiembre. En octubre del año pasado, la inflación estaba en 8.8%.

En el Reino Unido, el IPC creció un 4.6% en los 12 meses hasta octubre, muy por debajo del incremento del 6.7% observado en septiembre. Hace un año, la inflación era del 7.1%.

Italia registró un crecimiento anual del IPC del 1.8% en octubre, también considerablemente menor al 5.34% de septiembre. Hace un año, la inflación estaba en 11.8%.

En Francia, el IPC aumentó un 4.5% en octubre, ligeramente por debajo del 4.9% de septiembre. Hace un año, la inflación se situaba en 6.2%.

En la Eurozona, la inflación de octubre fue del 2.9%, menor que el 4.3% registrado en septiembre y considerablemente menos que el 10.1% de octubre de 2022.

Hambre en el mundo

Ayer, la Oficina de Estadísticas Laborales del gobierno estadounidense anunció que el IPC en Estados Unidos subió un 3.2% en octubre, por debajo del aumento del 3.7% de septiembre. Hace un año, la inflación era del 7.1%.

Esta noticia sobre el IPC en EEUU ha generado optimismo a nivel global, reflejado en el aumento de los principales índices bursátiles. En Estados Unidos, el Dow Jones subió un 1.59%, el S&P 500 un 1.96% y el Nasdaq un 2.42%. En México, el IPC de la Bolsa Mexicana de Valores aumentó un 2.63%. Las bolsas europeas también registraron aumentos generalizados.

Este optimismo se fundamenta en la expectativa de que la Reserva Federal de Estados Unidos probablemente mantenga las tasas de interés sin cambios en su próxima decisión de diciembre, probablemente entre el 5.25% y el 5.5%.

Ahora solo falta que las autoridades de cada país declaren que han ganado la batalla contra la inflación para que expliquen cuál serán sus estrategias para reactivar sus respectivas y, en la mayoría de los casos, alicaídas economías.

Se estima que el producto interno bruto (PIB) de EEUU, el principal motor que impulsa a la economía mundial, crecerá este año un 2.1% y apenas un 1.5% en 2024 y un 1.9% en 2025. Esto naturalmente afectará el desempeño de la economía mundial y de la mexicana dada su dependencia en la estadounidense.

El segundo motor, que es China, crecerá este año 4.5% este año, poco más del 3.0% que registró en 2022, pero muy por debajo del 8.1% que aumentó en 2021.

Y el tercer motor, Europa, está siendo afectado por el bajo desempeño de la economía de Alemania, que este año decrecerá un 0.4%, crecerá 0.5% en 2024 y 1.5% en 2025.

Superado el reto de reducir la inflación, los gobiernos nacionales y los bancos centrales de las principales economías del mundo deben ahora enfrentar el de generar un crecimiento económico suficiente para que se recuperen los empleos perdidos durante y después de la pandemia de Covid-19 y la mayoría de las personas mejoren sus condiciones de vida.

  

CON HAMBRE CERCA DE 750

MILLONES DE PERSONAS

 

Búsqueda de empleo

En un informe crucial para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030, se destaca una alarmante realidad: cerca de 750 millones de personas enfrentan dificultades para acceder a alimentos adecuados. Esta crisis, resultado de una “policrisis” de cambio climático, conflictos, turbulencia económica, efectos de la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania, está agravando las desigualdades y revirtiendo los avances en la lucha contra el hambre.

 

El Global Hunger Index 2023 (GHI o, en español, Índice Global del Hambre), elaborado por la ONG irlandesa Concern Worldwide y la ONG alemana Welthungerhilfe, muestra que el progreso contra el hambre, que avanzaba hasta 2015, se ha estancado. Se prevé un empeoramiento de la situación debido a las crisis globales. Los jóvenes, especialmente las mujeres, son desproporcionadamente afectados. Heredarán sistemas alimentarios al borde de la sostenibilidad y vulnerables al cambio climático. Ellos enfrentan mayor pobreza, inseguridad alimentaria y una tasa de desempleo triple comparada con los adultos. Además, carecen de recursos y oportunidades, lo que les aleja de la agricultura y la vida rural. Este grupo representa 1.2 mil millones de personas, o el 42% de la población mundial menor de 25 años.

 

El informe insta a una mayor representación juvenil en la toma de decisiones relacionadas con los sistemas alimentarios. Se debe transformar la agricultura en un camino profesional atractivo para ellos, involucrándolos como líderes y agentes de cambio. Con el cambio climático y la desigualdad como retos, los gobiernos deben actuar para erradicar el hambre para 2030 y transformar los sistemas alimentarios, respetando el derecho a una alimentación adecuada. Este informe llama a una acción inmediata y concertada, enfatizando la inclusión de los jóvenes en el futuro de los sistemas alimentarios, asegurando su sostenibilidad, equidad y resiliencia ante los desafíos actuales.

 

El GHI 2023 señala que nueve países, entre ellos Burundi, República Centroafricana y Yemen, enfrentan niveles alarmantes de hambre, mientras que 34 países más tienen problemas serios de hambre. Desde 2015, 18 países han visto un aumento en el hambre, y otros 14 han tenido un progreso mínimo, con menos del 5% de reducción en sus puntuaciones GHI, indicando un gran desafío global. A pesar de esto, hay avances: siete países con niveles extremadamente alarmantes de hambre en 2000, como Angola y Etiopía, han mejorado, y otros siete, incluyendo Bangladesh y Nepal, han reducido significativamente sus puntuaciones GHI desde 2015.

Bolsa Mexicana de Valores

 

Son cuatro los indicadores utilizados para calcular el GHI: desnutrición, emaciación infantil, retraso en el crecimiento y mortalidad infantil. El GHI categoriza los niveles de hambre basándose en el puntaje de la siguiente manera: Bajo: puntaje GHI menor a 10; Moderado: entre 10 y 19.9; Serio: entre 20 y 34.9; Alarmante: entre 35 y 49.9; Extremadamente Alarmante: 50 o más.

 

Dentro del índice de 125 países, con un puntaje de 6.0, México ocupa el lugar 28 y es clasificado como un país con un bajo nivel de hambre; ha mejorado, ya que su calificación GHI en 2000 fue de 10.2, en 2008 de 9.9 y en 2015 de 6.7.

 

PERCEPCIÓN DEL PIB

PARA 2023, 2024 Y 2025

Entre los pronosticadores existe un optimismo generalizado en torno a la marcha de la economía nacional y la mayoría de ellos han elevado sus pronósticos sobre el crecimiento que este año registrará el producto interno bruto (PIB).

Estos son los pronósticos más recientes:

Daniel Zaga

Deloitte: 3.50%; Moody’s: 3.50%; Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (encuesta de economistas): 3.40%; The Conference Board: 3.30%; TradingEconomics.com: 3.30%; Banco de México (encuesta de especialistas): 3.25%; Banco Mundial: 3.20%; BBVA Research: 3.20%; Fondo Monetario Internacional (FMI): 3.20%; Statista.com: 3.20%; Fitch Ratings: 3.10%; Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal): 3.00%.; Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): 2.60%.

Para Daniel Zaga, líder de Análisis Económico de  Deloitte México y Alessandra Ortiz, Economista Senior de la misma consultoría, el crecimiento del PIB en 2023 se debe a “primero, Estados Unidos, que compartió un buen primer semestre (2.2% interanual) con México, está ayudando a la nación a través del comercio y las remesas; segundo, un auge del consumo privado, gracias a aumentos de los salarios reales y un mercado laboral fuerte; en tercer lugar, las ganancias debidas a la deslocalización (nearshoring), observables a través de la recuperación de la confianza empresarial y la inversión privada; y, en cuarto lugar, los grandes proyectos de infraestructura (nuevas refinerías, trenes y otros proyectos similares), que ahora se ven claramente en el gasto público y la construcción”.

Hasta ahora, todos los pronosticadores coinciden en que el crecimiento para 2024 y 2025 será menor que el de este año:

BVVA Research: 2.6% en 2024; Banco Mundial: 2.50% en 2024 y 2.00% en 2025; Deloitte: 2.50 en 2024 y 1.30% en 2025; Cepal: 2.10%; FMI 2024: 2.10%; OCDE: 2.10% en 2024; The Conference Board: 1.80% en 2024 y 1.50% en 2025; Tradingeconomics.com: 1.60% en 2024 y 1.80% en 2025.

Los factores que, de acuerdo con los analistas, podrían influir en la desaceleración del crecimiento del PIB de México en 2024 y 2025 son:

Una disminución de la actividad industrial en Estados Unidos en 2024 que impactaría directamente en el crecimiento del PIB de nuestro país.

La posibilidad, cada vez más remota, de que la economía global entre en recesión en 2024, que generaría una disminución del comercio internacional, la inversión y el gasto del consumidor.

La alta inflación es otro factor que continúa afectando la economía. La necesidad de mantener altas tasas de interés para combatir la inflación podría frenar el crecimiento económico al hacer que los créditos sean más caros y reducir el gasto del consumidor y la inversión empresarial.

La restricción continuada de las políticas monetarias de Reserva Federal de EEUU impide que el Banco de México pueda suavizar su política monetaria, lo que retrasa el inicio de su ciclo de normalización.

Los factores que actualmente impulsan el crecimiento económico, como el nearshoring y la inversión pública, podrían perder efectividad hacia 2025.

Como siempre, habrá que ver que tan acertados resultan los pronósticos. Hasta ahora, los pronosticadores han demostrado estar siempre dispuestos a modificarlos de acuerdo con la cambiante realidad.

PREOCUPA QUE EN EEUU AUMENTE 

DESCONFIANZA EN CIENCIA Y CIENTÍFICOS

¿Debe extrañarnos que el nuevo presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y tercero en la línea de sucesión presidencial de ese país sea un cristiano fundamentalista que cree que la edad de la tierra es de aproximadamente seis mil años, que el universo fue creado en solo seis días y que toda su filosofía política se basa en la Biblia? ¿Debe sorprendernos que el hoy favorito para ganar la presidencia de EEUU en la elección de noviembre del año entrante sea un violador y defraudador convicto que niega que el calentamiento global es hecho, diciendo que es un invento chino, o que menospreció la gravedad de la pandemia de Covid-19 que en su país hasta ahora ha matado a casi un millón y medio de personas?

No debe, porque en EEUU cada vez son más los que desconfían de la ciencia y los científicos, de acuerdo con una encuesta difundida ayer. Y entre ellos están muchos que ocupan cargos de poder dentro de los gobiernos federal y locales de ese país.

Aessandra Ortiz

La encuesta, realizada entre el 25 de septiembre y el 1 de octubre de 2023 por Pew Research Center (pewresearch.org) de Washington, DC, incluyó a 8 mil 842 adultos y revela datos que deben preocuparnos a quienes creemos en el papel fundamental que la ciencia y los científicos juegan y han jugado para el avance de la civilización.

Si bien la encuesta indica que el 57% de los estadounidenses percibe que la ciencia ha tenido un impacto mayormente positivo en la sociedad, el porcentaje ha caído un 8% desde noviembre de 2021 y un 16% desde el comienzo de la pandemia de Covid-19. Este cambio en la percepción pública refleja una creciente ambivalencia: una mezcla de admiración por los logros científicos y un escepticismo creciente hacia sus desafíos y limitaciones.

En cuanto a la confianza en los científicos, el 73% de los adultos aún confía en ellos en gran medida o de manera moderada. Pero, es notable que esta cifra es 14 puntos menor que al inicio de la pandemia. De forma más específica, aquellos que confían plenamente en los científicos han disminuido del 39% en 2020 al 23% en la actualidad. Este descenso marca un cambio significativo en cómo el público los percibe.

La disminución de la confianza en los científicos no es homogénea en todos los sectores de la sociedad. Entre los republicanos y aquellos que se inclinan hacia el republicanismo, se observa una caída pronunciada en la confianza. Actualmente, cerca del 38% de este grupo muestra poca o ninguna confianza en los científicos, un aumento significativo desde el 14% en 2020. Este dato no solo habla de la percepción de la ciencia, sino también de cómo la polarización política está influyendo en la opinión pública sobre los científicos y su trabajo.

Estos resultados plantean cuestiones fundamentales en una era dominada por la tecnología y la innovación científica. Nos obligan a preguntarnos cómo mantener un equilibrio entre la confianza en la ciencia y el escepticismo crítico necesario para su progreso. Además, nos hacen reflexionar sobre el impacto de la polarización política en la objetividad científica. En definitiva, enfrentamos un reto que trasciende la ciencia: es un desafío para la sociedad en su conjunto, en busca de un entendimiento más equilibrado y crítico del mundo que nos rodea.

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