Ruiz Healy Times: Investigación y desarrollo, poco dinero, pocos resultados


Pocos recursos para la investigación en México
  • En México cada año se reducen recursos destinados a la ciencia.
  • Durante 2016 el promedio mundial para ese concepto fue de 2.31%.
  • En el mismo lapso, nuestro país destinó al rubro el 0.5 % de su PIB.
  • Incertidumbre por crecimiento económico nacional; sería sólo 2.1 %.
  • Bueno y malo del Internet; se cierne amenaza sobre nuestras libertades.

Eduardo Ruiz Healy

El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) fue creado en diciembre de 1970 y a lo largo de sus 48 años de existencia ha tenido 14 directores generales, incluida María Elena Álvarez-Buylla, quien el 1 de diciembre pasado se convirtió en la primera mujer en ocupar dicha posición.

En su sitio www.conacyt.gob.mx, este organismo público se describe como el “coordinador del Sector de Ciencia y Tecnología… puede impulsar y gestionar la investigación y el desarrollo científico y tecnológico del país y una mejor capacidad de innovar…”.

Por la importancia que para el desarrollo económico y social de un país tienen la ciencia, el desarrollo tecnológico y la innovación, cualquiera supondría que los gobernantes de México les dedicarían cuantiosos recursos, por lo menos un monto equivalente al 1.0% del producto interno bruto (PIB), que es la meta mínima establecida hace años por los expertos.

El Banco Mundial informa que en 2016 el gasto mundial en investigación y desarrollo como porcentaje del PIB mundial fue de 2.31%. Nuestro país gastó ese mismo año el equivalente al 0.5% de su PIB, muy por debajo del porcentaje mundial.

El presidente Andrés Manuel López Obrador

ENTRE DECIR Y HACER…

Los montos que los gobiernos de nuestro país han dedicado a la ciencia y tecnología contradicen los discursos de todos los presidentes que han gobernado al país, incluido el actual, Andrés Manuel López Obrador. Todos ellos expresaron su apoyo a estas actividades, pero en los hechos demostraron no estar muy interesados en que México sea una potencia científica y tecnológica que dependa menos de los inventos y la tecnología desarrollada en otros países.

Fue en 2014 cuando, de acuerdo al Banco Mundial, se dedicó el mayor porcentaje del PIB a la investigación y desarrollo: el 0.537%. Desde entonces, los montos fueron reducidos cada año por los legisladores, por sugerencia del entonces presidente Enrique Peña Nieto. Sin embargo, en pesos y centavos, fue en 2015 cuando la inversión fue mayor, pues de acuerdo con datos oficiales, en números redondos, alcanzó los 41 045 millones de pesos. En 2016 la cantidad se redujo a 39 308 millones, en 2017 a 29 290 millones y en 2018 a 28 124 millones.

En el primer año de la Cuarta Transformación, el monto a ejercer será de apenas 24,664 millones, 13.6% inferior al de 2018 y ligeramente superior al de 2011.

Además de que han sido escasos los recursos que se han dedicado a la investigación y desarrollo, es muy probable que éstos no se hayan gastado eficientemente.

El subdesarrollo científico y tecnológico de México es evidente. En 2015, cuando la inversión fue la mayor de la historia, se registraron 172 patentes mexicanas. En el resto del mundo, el total fue de 298 407 patentes. Es decir, nuestro país contribuyó con solo el 0.06% del total.

Se dice que la reducción del presupuesto dedicado a la investigación y desarrollo obedece a que en el sector hay pocos investigadores de verdad y, en cambio, hay muchos experimentadores que dilapidan los recursos haciendo experimentos para corroborar los descubrimientos hechos por científicos de alrededor del mundo. El resultado: pocos resultados, pocos descubrimientos y pocas patentes.

Tal vez el CONACYT también acabó siendo presa de los cleptócratas que corrompieron a la mayoría de las instituciones del país y debe ser refundada.

Economía mexicana

¿CRECIMIENTO SIN POPULISMO?

El presidente Andrés Manuel López Obrador afirma que este año la economía nacional crecerá por encima del 2.0%, poco más del 1.8% que estiman los economistas del sector privado que participaron en la encuesta de enero realizada por el Banco de México (Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado).

El pronóstico del presidente es similar al de 2.1% que en enero pasado dio a conocer el Fondo Monetario Internacional (FMI) y lo doble del 1.0% que recientemente estimó Bank of America Merrill Lynch.

Sea del 1.0% o del 2.0% o más, el crecimiento de nuestra economía es insuficiente para generar la riqueza que se necesita para que más personas y familias vivan mejor y para crear los empleos formales para los 1.5 millones de mexicanos que cada año ingresan al mercado laboral. Algunos economistas afirman que para crear esos empleos, la economía debe crecer por lo menos 7% cada año.

Pobreza persiste en México

POPULISMO, CRECIMIENTO Y AL FINAL… LA QUIEBRA

La última vez que el PIB registró un incremento anual por arriba del 7% fue en 1981, cuando alcanzó 8.53%, gracias a las políticas populistas de José López Portillo que finalmente ocasionaron la quiebra económica del país en 1982. Desde entonces, el crecimiento promedio anual de la economía fue del 0.3% durante el gobierno de Miguel de la Madrid, de 3.9% en el de Carlos Salinas, de 3.67% en el de Ernesto Zedillo, de 2.13% en el de Vicente Fox, de 1.7% en el de Felipe Calderón y de 2.5% en el de Enrique Peña Nieto.

¿Podrá crecer el PIB de México un 7% en los próximos años para que se generen los 1.5 millones de empleos que necesitan crearse cada año? No, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El estudio “México, Mejores Políticas para un Desarrollo Incluyente”, realizado por la OCDE en 2012 y difundido en septiembre de ese año, señala que la economía de nuestro país será incapaz de crecer arriba del 4% anual, por lo menos hasta el 2030.

El estudio advertía que entre 2014 y 2030 el PIB podría aumentar un 3.65% anual, en promedio, siempre y cuando se realizaran reformas ambiciosas al sistema económico nacional. El crecimiento sería un poco menor si se efectuaban reformas moderadas. Finalmente, cada año el crecimiento sería menor que el del anterior, hasta ser de solo 2.70% en 2030, si las reformas adoptadas fueran aisladas o parciales, o si de plano no se hacían dichas reformas.

María Elena Álvarez-Buylla

PROMESAS DE LAS REFORMAS

Ya todos sabemos que en 2012 se aprobaron las grandes reformas estructurales que prometían hacer crecer más rápidamente nuestra economía. Desafortunadamente, la caída de los precios del petróleo en 2014, el mal manejo de la economía por parte del gobierno de Peña Nieto, la corrupción desmedida y los altos niveles de inseguridad en muchas zonas del país, entre otros factores, impidieron que las reformas rindieran los resultados esperados.

En resumen: hasta 2030 el crecimiento de la economía de México será insuficiente para crear 1.5 millones de empleos anuales. A menos que Andrés Manuel sepa cómo hacerlo, pero sin recurrir a medidas populistas que siempre terminan quebrando a un país.

Por eso mi pregunta: ¿es posible que haya crecimiento sin populismo?

El estudio de la OCDE puede verse en https://www.oecd.org/mexico/Mexico%202012%20FINALES%20SEP%20eBook.pdf.

Bank of America Merrill Lynch

EN RIESGO NUESTRA LIBERTAD EN INTERNET

Hace unos años, cuando nació, el Internet fue visto con optimismo porque se decía que permitiría que la gente estuviera al tanto de lo que ocurriera alrededor del mundo, propiciaría la comunicación inmediata entre las personas y haría accesible la suma total del conocimiento humano.

El tiempo demostró que si bien la red de redes puede contribuir a hacernos mejores, también puede tener efectos negativos sobre nuestra conducta.

Diversos estudios demuestran que cuando buscamos información en la red, tendemos a usar aquellos sitios cuyos contenidos reflejan nuestras creencias y preferencias y que no visitamos los sitios en donde la información no concuerda con lo que creemos o sentimos. El resultado es que afianzamos más nuestras creencias y rechazamos con más vehemencia lo que no va de acuerdo con éstas.

El mismo fenómeno ocurre con las redes sociales que en determinados países han servido para unir a sus pobladores con el fin de lograr cambios importantes. La victoria de Barack Obama en 2008 se debió en parte al uso inteligente que le dio a Twitter; asimismo, la Primavera Árabe que derrocó a varios gobiernos en África y Medio Oriente entre los años 2010 y 2013 fue posible gracias a las redes que convocaron a millones de personas a tomar las calles para exigir el cambio.

Sin embargo, esas mismas redes sociales que unen a las personas, también contribuyen a dividirlas porque en ellas no sólo se debaten todo tipo de temas, sino se intercambian insultos al por mayor.

Tal es la fuerza del Internet y las redes sociales, que cada vez más gobiernos están adoptando medidas para controlarlos, tal como lo muestra el estudio Freedom on the Net 2018 (Libertad en la Red 2018) realizado por la ONG estadounidense Freedom House (freedomhouse.org) que en su introducción señala: “Una cohorte de países se está moviendo hacia el autoritarismo digital al abrazar el modelo chino de censura extensa y sistemas de vigilancia automatizados. Como resultado de estas tendencias, la libertad global de Internet disminuyó por octavo año consecutivo en 2018”.

México y sus restricciones en Internet

DISMINUYENDO LIBERTADES

En 2018, 36 países enviaron a sus representantes a capacitaciones y seminarios chinos sobre nuevos medios o gestión de información; 17 gobiernos, en nombre de la lucha contra las «noticias falsas» y la manipulación en línea, aprobaron o propusieron leyes que restringen los medios en línea, y 18 países aumentaron la vigilancia, a menudo evitando la supervisión independiente y debilitando el cifrado al obtener acceso ilimitado a los datos de usuarios y proveedores de servicio.

El estudio realizado en 65 países anota que en México disminuyó la libertad en el Internet; que la empresa china Huawei (vetada en Estados Unidos y la Unión Europea) está construyendo la red wifi pública más grande de América Latina; que el gobierno manipula la discusión en redes sociales; que se aprobaron leyes que permiten la censura, una mayor supervisión gubernamental y la reducción del anonimato; y que varios blogueros han sido arrestados, asesinados, golpeados o atacados tecnológicamente.

El presidente Andrés Manuel López Obrador asegura ser respetuoso de la libertad de expresión y es de esperar que dé marcha atrás al proyecto controlador e intimidatorio que inició Enrique Peña Nieto.

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