Ruiz Healy Times : Grandes oportunidades para México según la OCDE


"Estudio Económico de México 2024"

Eduardo Ruiz-Healy 

Nearshoring, oportunidad

El “Estudio Económico de México 2024”, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y difundido el martes pasado, analiza minuciosamente al país en términos económicos y sugiere lo que este necesita hacer para mejorar. El informe, disponible en www.oecd.org/economy/panorama-economico-mexico/, señala qué está fallando, de acuerdo la OCDE, y sugiere diversas estrategias para lograr un futuro más próspero y justo para los mexicanos.

El estudio señala que México está en una posición envidiable para beneficiarse del nearshoring y aprovechar esta oportunidad única. Para empezar, debe mejorar el sistema fiscal y atraer inversiones hacia áreas clave. Anota que México tiene un margen enorme para aumentar sus ingresos fiscales, lo que es vital para financiar adecuadamente áreas claves para el desarrollo, como la infraestructura y la educación. La OCDE sugiere crear un sistema tributario más eficiente y justo, en el cual los que más tienen contribuyan de manera proporcional. Además, el gobierno debe recaudar más y gastar mejor.

El cambio climático es un reto global y la OCDE sugiere que para enfrentarlo México debe avanzar hacia el uso de las energías renovables y una mejor gestión del agua. También es importante que las pequeñas y medianas empresas (PYMES) se digitalicen y modernicen para ser más productivas y sostenibles.

El estudio dedica un importante espacio al tema de las desigualdades que persisten en nuestro país y señala que, para construir un México más equitativo, es necesario mejorar la calidad de la educación, aumentar la participación de las mujeres en el trabajo y reducir la informalidad. Todo esto es necesario para que el crecimiento económico beneficie a todos.

Cambio climático. Tarea

El país enfrenta grandes desafíos en cuanto a la calidad de las viviendas y el desarrollo de nuestras ciudades, y la OCDE sugiere hacer más esfuerzos para que nuestras ciudades sean más inclusivas, con mejor acceso a viviendas dignas y servicios básicos para todos. Esto incluye desde mejorar el acceso al crédito para los hogares de bajos ingresos hasta asegurar que las políticas urbanas y de vivienda estén coordinadas y sean efectivas.

El estudio también se refiere a la corrupción, identificándola como un serio obstáculo para el desarrollo económico y la equidad en México porque desvía recursos de áreas críticas como la educación y la salud, ahuyenta la inversión extranjera y debilita la confianza en las instituciones. Para combatirla, la OCDE sugiere fortalecer el Sistema Nacional Anticorrupción y mejorar la transparencia en las adquisiciones públicas. Reducir la corrupción es fundamental para aprovechar al máximo el potencial del nearshoring y distribuir más equitativamente los beneficios del crecimiento económico.

En conclusión, el “Estudio Económico de México 2024” dice que nuestro país tiene todo para avanzar hacia un crecimiento económico sostenible e inclusivo, pero también advierte que hay mucho por hacer. Para la OCDE, México tiene la oportunidad de transformarse, pero solo si se toman en serio sus recomendaciones, mismas que la Cuarta Transformación (4T) cuestiona y hasta invalida porque, para el presidente Andrés Manuel López Obrador, esta es una institución neoliberal al servicio de los conservadores.

LA OTRA PANDEMIA; LA SALUD 

MENTAL EN UN MÉXICO FELIZ

Pese a los problemas que enfrentamos cotidianamente, nuestros niveles de felicidad han alcanzado un máximo, de acuerdo con cifras dadas a conocer ayer por el INEGI. En enero pasado, la felicidad de los mexicanos registró 6.6 puntos sobre 10, número que refleja resiliencia y positividad, y tal vez, ignorancia de muchos graves problemas que a todos nos afectan.

Por ejemplo, los casos de depresión, adicciones y suicidios han aumentado notablemente en las últimas décadas ante la mirada indiferente de la sociedad supuestamente feliz y nuestros gobernantes, aparentemente despreocupados.

En México, 3.6 millones de adultos viven en depresión, un trastorno mental que afecta su estado de ánimo, capacidad de concentración, patrón de sueño y apetito. De ellos, 36 mil padecen casos severos, donde el dolor y el pensamiento suicida son frecuentes. Lo anterior, de acuerdo con un estudio de 2021 por los Servicios de Atención Psiquiátrica de la Secretaría de Salud.

La pandemia de COVID-19 agravó este escenario, duplicando los casos de ansiedad, depresión y otros trastornos mentales en comparación con los niveles pre-2019. El informe Panorama de la Salud 2021 de la OCDE señala que la pandemia afectó especialmente a México, Reino Unido y Estados Unidos, marcando un antes y un después en la salud mental de la población.

Paralelamente, desde el año 2000, México ha visto un gran aumento en las adicciones, del 47% en el consumo de drogas ilegales de 2011 a 2017, pasando de 5.2% a 7.6% de la población de 12 a 65 años, o unas 6,346,000 personas. El consumo de alcohol, tabaco y marihuana ha crecido de manera alarmante entre la población escolar. Entre 2014 y 2019, el consumo de marihuana pasó de 6.2% a 10.1% en estudiantes de secundaria, unos 623,000 adolescentes, y de 10.6% a 17.5% en estudiantes de bachillerato, unos 758,500 adultos jóvenes.

El panorama es aún más sombrío porque la tasa de suicidio casi se duplicó en dos décadas, al pasar de 3.5 personas por cada 100,000 habitantes en 2000 a 6.3 personas por cada 100,000 habitantes en 2020, siendo la tercera causa de muerte entre los jóvenes, después del homicidio y los accidentes.

Frente a este escenario, es evidente la necesidad imperante de atender la salud mental con la seriedad y el compromiso que requiere. Aplicar políticas y programas que atiendan y prevengan estas condiciones debe ser una prioridad nacional. Diversos países, como los nórdicos, han diseñado estrategias integrales y polifacéticas que han servido para enfrentar y disminuir significativamente los índices de depresión, suicidio y dependencia a sustancias. Estas estrategias van desde el acceso a servicios de salud hasta el soporte social, pasando por iniciativas de reducción de daños, programas de prevención y, en algunos casos, la despenalización de la posesión de cualquier droga para uso personal.

La salud mental debe ser un pilar fundamental en la construcción de una sociedad más consciente, empática y resiliente. La lucha contra la depresión, las adicciones y el suicidio debería reflejar a una sociedad que valora y protege el bienestar de cada uno de sus miembros. Desafortunadamente, esa lucha nunca la ha dado la sociedad ni nuestros gobiernos la han encabezado. ¿La conducirá la próxima presidenta de México?.

 

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