Ruiz-Healy Times: Gabino Cué quiebra las finanzas de Oaxaca; gobierno a Buró de Crédito


Gabino Cué Monteagudo

Heredó deuda a oaxaqueños por 14 mil millones de pesos.    (balazo)

Integrantes de administración gabinista se llevaron hasta el perico.

Ponían recursos públicos en instituciones bancarias para ganar intereses.

Cuantioso presupuesto obtenido no se reflejó en obras o servicios públicos.

Eduardo Ruiz Healy

El exgobernador de Oaxaca, Gabino Cué, dejó quebrado al estado que gobernó del 1 de diciembre de 2010, al 30 de noviembre de 2016.

En enero de este año, un mes después de haber asumido la gubernatura oaxaqueña, el priista Alejandro Murat anunció que su antecesor no dejó un solo centavo en la tesorería estatal. Así lo dijo: “En Oaxaca no hay dinero, está en quiebra y en Buró de Crédito”.

Lo anterior significaba que en esos momentos era tan mala la calificación crediticia del gobierno estatal que ninguna institución crediticia, en su sano juicio, se atrevería a prestarle un centavo más.

La deuda heredada por Cué a los aproximadamente 3 millones 802 mil  oaxaqueños, era de unos 14 mil millones de pesos.

Durante su gobierno esta deuda aumentó más de 400% debido a 19 créditos que autorizaron los diputados locales de los partidos que lo lanzaron como candidato: PAN, PRD, Convergencia Democrática (hoy Movimiento Ciudadano) y PT, a veces con el apoyo de los del PRI, partido en el que Cué militó hasta 2001.

Arcas vacías

Además de la inexplicable deuda, Gabino Cué aparentemente se sirvió con la cuchara grande al aparentemente desviar miles de millones de pesos de los recursos públicos a cuentas en donde su amigo y supuesto prestanombres Jorge Enrique Castillo Díaz, aparece como titular o principal beneficiario.

De acuerdo con información difundida en el semanario El Correo de Oaxaca, que dirige Carlos Velasco Molina, la fabulosa cantidad de 7,401 millones de pesos estuvieron depositados entre 2010 y 2014 en 26 cuentas bancarias; en 12 de ellas el titular era Castillo Díaz, en otras 10 aparece como el principal beneficiario, una más está a nombre de su hermano Antonio Castillo Díaz, y otras tres al de su familiar Graciela Adriana Rodríguez Díaz.

Ocho de las 26 cuentas estaban establecidas en Bancomer y en conjunto recibieron depósitos que suman casi 4 mil 270 millones de pesos. Otras 12 cuentas fueron abiertas en Scotiabank y en ellas se depositaron casi 186.9 millones de pesos.

Finalmente, en seis cuentas de HSBC fueron depositados casi 2 mil 945 millones de pesos.

La cuenta que más dinero recibió – 989,870,956 pesos – fue establecida en Bancomer a nombre de Alejandrina Díaz Rodríguez, quien como su beneficiario registró a Jorge Enrique Castillo Díaz.

El SAT, la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada y la Unidad Especializada en Análisis Financiero de la PGR, podrían investigar el origen de estos recursos, en vista de que es obvio que hasta el momento no lo han hecho pese a los mecanismos que supuestamente existen para identificar transacciones financieras ilícitas.

En elcorreodeoaxaca.com/pdf/528.pdf se anotan los nombres de las seis personas que, junto con Jorge Enrique Castillo Díaz, aparentemente lavaron 7 mil 401 millones de pesos que tal vez pertenecían al gobierno de Oaxaca.

Si se comprueba algún delito, Cué debe ser investigado.

El SAT no ha reportado revisión de cuentas de Jorge Castillo Díaz

¿CÓMO INTEGRARÍA UN GABINETE PRESIDENCIAL EL FCM?

Los presidentes nacionales de los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano decidieron conformar el Frente Ciudadano por México (FCM) para ganar la mayoría de los cargos de elección que estarán en juego el año entrante, entre ellos el de presidente de la república.

Ni el panista Ricardo Anaya, ni la perredista Alejandra Barrales, ni el emeceista Dante Delgado nos han dicho como integraría su gabinete un presidente emanado del FCM o como conformarían sus equipos de trabajo los gobernadores y presidentes municipales que hayan sido candidatos de dicha alianza de partidos. Tampoco han explicado qué intereses o ideologías defenderían los legisladores federales y locales surgidos del Frente.

Quienes hasta ahora han ganado gubernaturas como candidatos de una alianza partidista generalmente se han rodeado de militantes del partido al que pertenecen o pertenecieron. Bajo ningún motivo han repartido los cargos de su gabinete estatal siguiendo acuerdos o reglas previamente establecidas o según el porcentaje de votación que recibió cada uno de los partidos que promovió su candidatura.

Cuauhtémoc Cárdenas

ANTECEDENTES DE ALIANZAS

Veamos el caso de Sinaloa, que de 2011 a 2017 gobernó el expriista Mario López Valdez (Malova), quien llegó al cargo como candidato de una alianza PAN-PRD-MC. Si los partidos que conformaron la alianza hubieran acordado distribuir los cargos del gabinete estatal de acuerdo con los votos obtenidos en la elección legislativa (como ocurre en los países en donde sí hay gobiernos de coalición), al PAN le hubieran tocado la mayoría de esas posiciones, ya que ganó 12 de las 15 diputaciones que obtuvieron los candidatos de los tres partidos que postularon a Malova. O sea, que el 80% de los secretarios del gabinete deberían haber sido para panistas.

Mario López Valdez

Eso no ocurrió. Malova se rodeó de priistas, expriistas e hijos de priistas distinguidos. Los panistas, perredistas y emecistas que lo hicieron gobernador se quedaron con los cargos menores y sin voz en las decisiones de gobierno.

La coalición como forma de gobierno no existe legalmente en nuestro país y por eso no ha habido gobiernos de coalición en los estados en donde han triunfado los candidatos de las diferentes alianzas partidistas que se han conformado, generalmente para enfrentar al PRI.

Y no existe porque en México rige un sistema en donde el titular del poder ejecutivo gobierna y los integrantes del poder legislativo aprueban leyes y, por lo menos teóricamente, vigilan el actuar del presidente. Nuestra realidad es muy distinta a la de los países que se rigen por un sistema parlamentario en donde el gobierno está en manos de ciertos miembros del poder legislativo, quienes pertenecen a los partidos mayoritarios o a las coaliciones partidistas que se conforman para tener una mayoría parlamentaria.

A estas alturas sería conveniente que los dirigentes del FCM nos expliquen como conformarían un gabinete presidencial y los de los gobiernos estatales.

orge Castillo Díaz

 PRI, FANTASMA EN LA CIUDAD DE MÉXICO

Desde octubre de 1823 a la fecha la Ciudad de México ha tenido 135 gobernantes. De estos, 22 fueron priistas, empezando en 1929 con José Manuel Puig Casauranc y terminando en 1997 con Óscar Espinoza Villarreal.

Los gobernantes de lo que fue el Departamento de Distrito Federal (DDF) fueron designados por el presidente de la república en turno. En 1930 se crearon las delegaciones políticas, siendo sus titulares designados por el jefe del DDF en turno. Claro que todos ellos eran priistas, como su jefe.

El monopolio del poder que durante casi siete décadas tuvo el PRI en la Ciudad de México empezó a desintegrarse en 1988 al elegirse por voto ciudadano a los integrantes de la recién creada Asamblea del Distrito Federal. Las cosas empeoraron para los priistas en 1997 cuando por primera vez se eligió en las urnas al gobernante del DF. En 2000 la debilidad del priismo en la capital de la república se corroboró cuando sus habitantes eligieron por primera vez a sus 16 jefes delegacionales.

Dante Delgado, Alejandra Barrales y Ricardo Anaya

En la Asamblea Legislativa del DF (ALDF) el PRI fue perdiendo posiciones. En las elecciones legislativas de 1988, ganó 34 de 66 diputados, 40 de 66 en las de 1991, y 38 de 66 en las de 1994. Su ruina empezó en las elecciones de 1997 cuando ganó solo 17 de 66. Después solo obtuvo 24 de 66 en 2000, 11 de 66 en 2003, 6 de 66 en 2006, 12 de 66 en 2009, 15 de 66 en 2012 y 12 de 66 en 2015.

En 1997 el candidato priista Alfredo del Mazo perdió la primera elección de un jefe de gobierno del DF ante el perredista Cuauhtémoc Cárdenas. El exgobernador mexiquense apenas obtuvo el 25.6% de los votos contra el 48.1% del exgobernador michoacano.

En la elección de 2000 el priista y ex secretario de Hacienda Jesús Silva Herzog, quedó en tercer lugar con el 22.8% de la votación, frente al 33.4% que obtuvo el panista Santiago Creel Miranda y el 37.7% del perredista Andrés Manuel López Obrador.

Eruviel Ávila Villegas

En 2006 el perredista Marcelo Ebrard ganó cómodamente la elección, con el 46.4% de los votos, mientras que en 2012 el independiente Miguel Ángel Mancera, como candidato del PRD, arrasó electoralmente al recibir el 63.6%.

En lo que a las jefaturas delegacionales tampoco le ha ido bien al PRI desde 2000. Baste decir que actualmente sólo gobiernan tres delegaciones poco pobladas: Cuajimalpa, Milpa Alta y Magdalena Contreras.

Esta es la realidad del PRI que lo hace ser un fantasma en la CDMX. Por eso resulta increíble que el nuevo presidente priista en esta ciudad, el exgobernador mexiquense Eruviel Ávila Villegas, asegure que en 2018 su partido será competitivo. Competirá sí, pero contra el PAN, PES, PANAL y el PT, no contra el PRD ni Morena.

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Alfredo del Mazo