Ruiz Healy Times : Dos muy buenas noticias, pero…


Vacunación contra Covid19 en México
  • Aplicar vacuna contra Covid19 en el país, todo un reto.
  • Han muerto más de 160 mil por pandemia en México.
  • Caída del PIB generó más de 10 millones de nuevos pobres.

 

Eduardo Ruiz-Healy

Dos muy buenas noticias nos ha dado esta semana el gobierno federal.

La primera la dio vía Twitter el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, el martes: “… se reanuda el suministro de 491 400 dosis a nuestro país en la próxima semana que inicia el 15 de febrero…”.

Acompañó su tuit con una imagen de la carta que el lunes le envió a AMLO la directora general de Pfizer México, en donde le comunica que “la semana del 15 de febrero se realizará el envío de las 491,400 dosis con las que retomaremos la recepción semanal de vacunas en México”.

Ayer se informó que la Comisión Europea autorizó la exportación de la vacuna de Pfizer a 27 países, entre ellos México.

‎La autorización es necesaria porque el 30 de enero la Unión Europea determinó que las exportaciones a terceros países deben aprobarse para proteger que los países de la UE sean los primeros en tener un suministro adecuado. Si Pfizer o cualquier otro fabricante de vacunas no cumple con los acuerdos de compra anticipada establecidos con la UE, la Comisión puede prohibirle exportar a terceros países.

Es decir que las 34.3 millones de dosis que México le compró a Pfizer llegarán siempre y cuando la farmacéutica primero le cumpla a la UE.

La segunda buena noticia la dio ayer AMLO durante su conferencia de prensa cuando anunció que desde la India “podrían llegar en la madrugada del domingo cerca de un millón de dosis” de la vacuna de AstraZeneca.

Creció durante 2020 número de pobres en México

Al referirse a la vacuna de Pfizer, explicó que “Con estas dosis prácticamente nos alcanza, nos faltarían 100 mil para terminar de vacunar en segunda dosis a los que ya fueron vacunados, que nos faltarían alrededor de 600 mil, ya aquí tendría casi 500 mil”.

Es indudable que las dos noticias son muy buenas pero, y siempre hay un pero, no faltan “100 mil para terminar de vacunar en segunda dosis a los que ya fueron vacunados”.

Yo tengo otros datos.

Hasta ayer, a las 13 horas (Centro), de acuerdo con datos de covidvax.live, se habían aplicado 728 112 dosis de Pfizer; 640 936 personas habían recibido la primera dosis y solo 87 176 las dos dosis o la vacuna completa.

Si tomamos en cuenta que los trabajadores de la salud en hospitales COVID son 1 420 575, tenemos que 640 936 tendrán que recibir la segunda dosis y otros 692 463 la primera y la segunda dentro de 21 a 28 días. Esto significa que se necesitarán, sólo para estos trabajadores, 2 025 862 dosis entre el 15 de febrero y el 13 de marzo. Las 1 965 600 dosis de Pfizer que llegarán en las próximas cuatro semanas serán insuficientes y es muy probable que las 60 262 dosis faltantes que se le apliquen a 30 131 trabajadores sean de AstraZeneca.

No importa cuál sea la vacuna, lo importante es que los médicos, enfermeras y otros trabajadores sean vacunados.

¡Qué bueno que lleguen un millón de dosis de AstraZeneca el próximo domingo para empezar a vacunar a quienes tenemos 60 o más años! Pero no olvidemos que aún se requieren casi 28 millones de dosis adicionales para vacunar a todos los que pertenecemos a este grupo, por lo que veo difícil que el presidente pueda cumplir su promesa de que para finales de abril los 14 460 754 adultos mayores habrán recibido las dos dosis.

El reto ahora será logístico: inyectar las vacunas en decenas de millones de brazos en todo el país.

HOY NADA AFECTA MÁS A NUESTRAS

 VIDAS QUE EL COVID-19

Dedico la mayor parte de mis espacios en los medios de comunicación y redes sociales a comentar sobre la pandemia de COVID-19 porque hoy no hay otro asunto que afecte más a nuestras vidas que esta nueva enfermedad que, desde el 17 de noviembre de 2019, han padecido casi 107.2 millones de personas alrededor del mundo, muriendo casi 2.4 millones de ellas.

Entre el 10% y 15% de quienes enfermaron –de 10.72 a 16.1 millones de personas– seguirán padeciendo de uno o varios de los efectos secundarios de la enfermedad. Estos son, de acuerdo a la prestigiada Clínica Mayo: ‎fatiga‎, dificultad para respirar, ‎tos‎, dolor articular‎, torácico, muscular y/o de cabeza‎, latidos cardiacos rápidos o palpitantes‎, pérdida del olfato o del sabor‎, problemas de memoria, concentración o sueño, sarpullido y ‎pérdida de cabello.

Para quienes enfermaron gravemente las consecuencias pueden ser peores: daños en los pulmones, corazón, cerebro, sistema circulatorio, problemas de coagulación, depresión, ansiedad y fatiga.

En nuestro país son casi 1.94 millones las personas que han enfermado y poco más de 167 000 las que han muerto. Es probable que entre 194 000 y 291 000 sufran durante quién sabe cuánto tiempo uno o más de los efectos secundarios.

Todos estos números nos indican la magnitud de la tragedia y sus efectos económicos, sanitarios y sociales que ahora y durante años estaremos sintiendo los que sobrevivamos a la pandemia.

Por ejemplo, ¿cuánta riqueza dejaron de generar quienes murieron a una edad en que aportaban su trabajo, experiencia y conocimientos a la economía de sus países?; ¿cuánto no generarán ya quienes quedaron gravemente afectados por la enfermedad?; ¿cuánto le costará al sistema de salud de cada país atender los padecimientos que sigan sufriendo muchos de los que enfermaron?; ¿cuántas familias sufrirán una baja importante en su calidad de vida por la muerte o incapacidad de quien era su sostén?

Otro efecto a largo plazo de la pandemia es el aumento en el número de pobres. En México se agravó la situación de por sí crítica.

De acuerdo con el INEGI, el PIB cayó 8.5% en 2020, la mayor caída registrada desde 1932, y en 2021 la mayoría de los analistas coinciden en que crecerá entre un 4% y 5%.

El desplome del PIB generó entre 10 y 12 millones de nuevos pobres el año pasado, según cálculos de BBVA. En 2018, de acuerdo con el CONEVAL, 61.1 millones de personas (48.8% de la población) tenían un ingreso menor a la línea de pobreza por ingresos, y otros 21 millones (16.8% de la población) inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos.

Si de por sí la lucha contra la pobreza fracasó hace años, ¿qué le espera a los aproximadamente 93 millones de pobres y extremadamente pobres que hay ahora?; ¿cómo van a sobrevivir?; ¿cuántos de ellos se incorporarán a la economía informal debido a la raquítica generación de empleos bien pagados o a la falta de preparación de la mayoría de los mexicanos?; ¿cuántos decidirán que el camino a seguir es sumarse a las filas de la delincuencia organizada o desorganizada?; ¿qué tanto aumentarán los peligros en las ciudades y el campo mexicanos?

Otro día comentaré sobre otros graves efectos de la pandemia. Entendiendo los problemas, no ignorándolos, es cómo podemos empezar a resolverlos.

 

Twitter: @ruizhealy

Facebook: Eduardo J Ruiz-Healy

Instagram: ruizhealy

Sitio: ruizhealytimes.com