Ruiz Healy Times : Debates presidenciales no afectan las intenciones de los votantes


Debate de candidatos a la Presidencia el pasado domingo 7

Eduardo Ruíz-Healy

Vincent Pons

Ayer debatieron por primera vez quienes buscan ganar la elección presidencial que se realizará dentro de solo 55 días. En el foro de televisión instalado en el Salón del Consejo General del INE estuvieron Claudia Sheinbaum Pardo, candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena-PT-PVEM); Xóchitl Gálvez Ruiz, de la coalición Fuerza y Corazón por México (PAN-PRD-PRI); y Jorge Álvarez Máynez, de MC.

De acuerdo con dos encuestas de encuestas, Sheinbaum llegó al evento de anoche disfrutando de una muy amplia ventaja sobre sus adversarios.

La primera de ellas, elaborada por Oraculus/Grupo Fórmula, solo incluye encuestas cara a cara en vivienda o telefónicas publicadas y cuya metodología puede ser consultada en la Secretaría Ejecutiva del INE. No incluye los denominados robopolls o encuestas telefónicas automatizadas en las que se puede votar con el botón o con la voz, ya que no permiten obtener una muestra representativa debido a que no todos tienen un teléfono fijo, además de que cada vez son menos los que lo tienen.

La segunda, realizada por polls.mx, se basa en un “modelo de agregación de encuestas que utiliza un modelo bayesiano dinámico que utiliza resultados de los encuestadores en la contienda electoral de interés, así como su desempeño histórico en relación con los resultados oficiales de la elección”, sin aclarar si las entre las encuestas incluidas en su modelo están las que han entregado su metodología al INE o las telefónicas automatizadas.

Encuestas telefónicas

La encuesta de encuestas de Oraculus/Grupo Fórmula, difundida el 1 de abril, incluye los resultados de las encuestas más recientes publicadas en marzo y determina que hasta anoche Sheinbaum obtenía el 59% de la intención de voto de los encuestados, Gálvez el 35% y Álvarez el 6%. Es decir, la morenista aventajaba por 23 y 53 puntos porcentuales a Xóchitl y al emecista, respectivamente.

La de polls.mx, difundida el sábado pasado, incluye la encuesta más reciente publicada un día antes y muestra que la candidata de MORENA-PT-PVEM obtenía el 59% de la intención de voto, la del PAN-PRD-PRI el 34% y el abanderado de MC el 6%. La ventaja de Sheinbaum sobre sus contrincantes es casi idéntica a la que le da Oraculus/Grupo Fórmula.

Desde 1994, quienes han participado en los debates y sus seguidores han dicho que el ganador de los mismos mejorará por mucho su posición entre los votantes, lo que no es cierto de acuerdo con un estudio realizado por dos académicos de las universidades de Harvard y Berkeley-California, disponible en www.nber.org/papers/w26572.

En 2022, Vincent Pons y Caroline Le Pennec analizaron los resultados de encuestas de 62 elecciones en diez países desde 1952 para, entre otras cosas, determinar el papel de los debates televisivos en el proceso electoral. Encontraron que los debates y eventos externos como desastres naturales no afectaron significativamente la intención de voto, siendo más influyentes en este proceso las fuentes de información como los medios, los activistas políticos y otros ciudadanos.

Así que, sin importar lo que haya sucedido anoche y siempre que no ocurra un evento imprevisto mayúsculo y desastroso en los días por venir, Claudia mantendrá su amplia ventaja sobre Xóchitl hasta el 2 de junio.

 

EL DOMINGO 7, COMO HACE 12 AÑOS, MUCHOS 

ATAQUES Y POCAS PROPUESTAS BIEN FUNDADAS

Caroline Le Pennec

¿Qué informaron las principales agencias de noticias del mundo sobre el mal llamado debate presidencial del domingo pasado en la sede del INE? Esto es lo que reportaron sobre el evento en el que participaron Claudia Sheinbaum (Morena-PT-PVEM), Xóchitl Gálvez (PAN-PRD-PRI) y Jorge Álvarez Máynez (MC).

AP: «En el primer debate presidencial (…) la ex alcaldesa de CDMX y favorita Claudia Sheinbaum parecía cómoda con su ventaja en las encuestas, manteniendo la calma en medio de los ataques personales de la exsenadora Xóchitl Gálvez. Jorge Álvarez Máynez (…) que está en un solo dígito en las encuestas, sonrió ampliamente y se presentó como una alternativa a los otros dos candidatos, quienes dijo representaban la ‘vieja política’”.

Reuters: “Los votantes midieron a sus aspirantes a la presidencia (…) en un intenso primer debate, en el que los dos principales candidatos se comprometieron a hacer historia como la primera mujer presidenta de la nación latinoamericana. En el debate (…) Sheinbaum destacó su experiencia y éxitos como ex alcaldesa de la capital mexicana, mientras que la principal aspirante a la oposición y exsenadora Gálvez promocionó sus orígenes humildes y se burló de la erudita Sheinbaum como una ‘dama de hielo’ que carece de carisma”.

Bloomberg: “Los candidatos presidenciales (…) intercambiaron ataques e intentaron desacreditarse mutuamente (…) al tiempo que no dieron detalles de las propuestas para abordar la corrupción, la educación y la salud. El debate (…) enfrenta a la candidata del partido gobernante, Sheinbaum, con su principal competidora, Gálvez, y al candidato del tercer partido, Álvarez Máynez, quienes pasaron gran parte del tiempo sacando pancartas para ilustrar la supuesta corrupción de cada uno o escándalos de mala gestión”.

Financial Times: “Sheinbaum (…) hizo caso omiso de los ataques personales de su principal rival en un primer debate televisado que parecía poco probable que afectara su ventaja dominante. Gálvez (…) intentó inquietar a Sheinbaum confrontándola con miembros de la audiencia, incluida una madre cuyo hijo tiene cáncer en medio de la escasez de medicamentos en el país, y llamándola ‘mujer fría y desalmada’. Pero la ex alcaldesa de Ciudad de México (…) respondió que era “despreciable sacar provecho del dolor de la gente”.

Los temas que prevalecen en estos cuatro reportes son: los ataques personales entre los candidatos y sus intentos de desacreditación mutua, el hecho de que Claudia es la favorita en las encuestas, la falta de detalles en las propuestas para abordar temas como la corrupción, la educación y la salud.

El 11 de junio de 2012 escribí esto al comentar sobre el segundo debate presidencial en el que un día antes participaron Enrique Peña Nieto (PRI-PVEM), Andrés Manuel López Obrador (PRD, PT y MC), Josefina Vázquez Mota (PAN) y Gabriel Quadri (PANAL): “Anoche no se escucharon argumentos para defender los puntos de vista propios ni para criticar los ajenos. Lo que vimos y escuchamos no fue un debate. Y no creo que lo visto y oído anoche influya mucho para modificar las actuales preferencias electorales que indican las encuestas.” Han transcurrido 12 años y opino lo mismo del debate del lunes que lo que opiné entonces.

EL ASALTO A LA EMBAJADA 

Y LA EFICACIA DE LA OEA

Participantes en el debate presidencial, junio 2012

La reciente resolución de la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre el ataque y entrada de la policía ecuatoriana en la embajada de México en Ecuador, en la noche del viernes pasado, ha originado múltiples críticas y análisis dentro y fuera de México. También ha contribuido a polarizar más la opinión pública nacional, donde muchos críticos del presidente Andrés Manuel López Obrador han defendido la ilegal acción del gobierno ecuatoriano. Entre ellos está Lilly Téllez, la senadora panista que antes fue morenista, y algunos periodistas y líderes de opinión.

Este episodio, más allá de ser un incidente bilateral, refleja la fragilidad de las normas internacionales que rigen la soberanía de las misiones diplomáticas, un tema que debe preocuparnos a todos en la era de la globalización.

El hecho de que la OEA haya tenido que intervenir y emitir una condena formal hacia Ecuador por violar la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas es un claro indicio de que algo no está funcionando en el sistema internacional. No podemos pasar por alto que las embajadas y consulados son extensiones de la soberanía de un país; invadir su espacio es una violación directa al derecho internacional.

La resolución no solo condena la acción, sino que también llama a la reflexión sobre la importancia de respetar los acuerdos internacionales. La cita de artículos clave de la Convención de Viena, como el 22, que declara la inviolabilidad de los locales de las misiones diplomáticas, y el 29, que protege la persona del agente diplomático de arrestos y detenciones, enfatiza la gravedad de la infracción cometida por Ecuador y refuerza la idea de que la inviolabilidad de las sedes diplomáticas no es negociable. Esto no es un asunto menor; es una cuestión seria que afecta la manera en que los países interactúan y se respetan mutuamente en el escenario global.

El presidente Andrés Manuel López Obrador

Más allá de la situación específica entre Ecuador y México, este incidente nos obliga a considerar la coherencia y la eficacia de las respuestas de la OEA a las violaciones de las normas internacionales. Aunque la organización ha demostrado capacidad para mediar y emitir resoluciones, la pregunta sigue en el aire: ¿son estas medidas suficientemente disuasivas para prevenir futuras infracciones?

La OEA, en este caso, ha optado por un enfoque diplomático, promoviendo el diálogo y la resolución pacífica del conflicto. Sin embargo, esta no es la primera vez que enfrenta situaciones de este calibre. La organización tiene en su historial varios episodios donde ha tenido que intervenir, a veces con medidas más enérgicas, para asegurar el respeto a los principios democráticos y a la legalidad internacional.

Es esencial que la OEA no solo se limite a emitir condenas, sino que también busque fortalecer sus mecanismos de vigilancia y acción para asegurar que sus resoluciones no queden en papel mojado. La credibilidad de la organización está en juego, y con ella, la estabilidad política y diplomática de la región. El caso entre Ecuador y México debe servirnos como un recordatorio de que en un mundo cada vez más interconectado, el respeto al derecho internacional y a la soberanía de las misiones diplomáticas es fundamental para mantener la cada día más frágil armonía y el resquebrajado orden global.

ES LA ECONOMÍA, ESTÚPIDO

En octubre de 1991, cuando anunció su candidatura presidencial, Bill Clinton era el desconocido gobernador de Arkansas, y el presidente George H.W. Bush era el popular presidente que había vencido a Irak en la Guerra del Golfo. En marzo de 1992, una encuesta realizada por Gallup indicaba que el 44% de los votantes apoyaba a Bush, el 25% a Clinton y el 24% al candidato independiente Ross Perot.

El 2 de junio de 1992, Clinton fue ungido candidato presidencial por el Partido Democrático y a principios de julio, otra encuesta de Gallup indicaba que Bush tenía el apoyo del 48% de los votantes y él el 40%. Al terminar ese mes, también de acuerdo con Gallup, Bush tenía el 32%, contra el 57% del demócrata. La última encuesta antes de la elección del 3 de noviembre de ese año señalaba que Clinton contaba con el 49% y Bush con el 37%. Al final, el demócrata recibió el 43% de los votos, el republicano el 37.5% y Perot el 19%.

Organización de los Estados Americanos OEA

Para la mayoría de los analistas, Clinton capturó la presidencia de Estados Unidos usando un mensaje centrado en la economía, resumido en la recordada frase «Es la economía, estúpido». En ese año, EE.UU. enfrentaba varios problemas económicos: una recesión que duró de julio de 1990 a marzo de 1991 y tuvo efectos hasta 1992 que redujeron la actividad económica, generaron desempleo y menor gasto del consumidor; una tasa de desempleo de más del 7% que causó preocupación entre los votantes; un crecimiento del déficit federal que creó inquietudes sobre la salud fiscal y la estabilidad económica futura; un déficit comercial, especialmente con Japón, que afectó la competitividad y el empleo industrial.

Clinton entendió y comunicó efectivamente cómo las políticas económicas impactan la vida diaria de las personas, marcando un contraste con George H.W. Bush, percibido como desconectado de las dificultades económicas del pueblo.

En 2023 hay un escenario similar al de 1992 y EE.UU. enfrenta estos problemas económicos: una lenta recuperación económica después de la recesión postpandémica que ha generado mucha incertidumbre sobre el futuro económico del país; una inflación generada después de la pandemia de Covid-19 persiste pese a los esfuerzos de la Reserva Federal; un encarecimiento significativo del costo de vida debido a un alza notable en los precios de alimentos y bienes esenciales; al igual que hace 32 años, el crecimiento del déficit federal genera preocupación sobre la salud fiscal de EE.UU.; un sentimiento negativo en los consumidores sobre la economía a pesar de buenos indicadores macroeconómicos.

Asalto a la Embajada de México en Ecuador

La consistencia de estos temas a lo largo de las décadas subraya una verdad central en la política: la economía no es simplemente un aspecto de la campaña, sino el núcleo alrededor del cual giran muchas decisiones electorales. La capacidad de un candidato para conectar con los votantes en temas económicos y presentar un plan convincente para abordar los problemas puede ser decisiva.

Hasta ahora, el presidente Joe Biden no ha sido capaz de presentar un plan convincente, mientras que Donald Trump amenaza con vencerlo en noviembre, atizando los temores y prejuicios de un sector importante de la población.

Biden debe convencer a una mayoría de los estadounidenses de que la economía va por buen camino porque, si no…

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