Ruiz Healy Times: Cleptócratas, especie difícil de erradicar


Carlos Hank González
  • México ha registrado altos índices de corrupción a lo largo de su historia.
  • Frases famosas de Carlos Hank González y Gonzalo N. Santos y sobre el tema.

Eduardo Ruiz Healy

Durante el sexenio pasado varias personas escribieron sobre la cleptocracia, entendida ésta como un “Sistema de gobierno en el que prima el interés por el enriquecimiento propio a costa de los bienes públicos” (Diccionario de la Real Academia Española). Porque es más clara, prefiero la definición que proporciona Wikipedia: “Cleptocracia (del griego Cleto, ‘robo’; y cracia, ‘poder’) es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo político y/o el peculado, de forma que estas acciones delictivas quedan impunes debido a que todos los sectores del poder están corruptos, desde la justicia, funcionarios de la ley y todo el sistema político y económico”.

Los que escribieron sobre el tema estaban indignados, y con razón, por la corrupción que se dio no sólo en el ámbito del poder ejecutivo sino en los poderes legislativo y judicial. Algunos autores manifestaron no únicamente su enojo sino su asombro de que el país estuviera gobernado por ladrones, como si se tratara de un fenómeno reciente, cuando la realidad es que desde hace siglos se ha manifestado en México.

FRASES PARA  ¿JUSTIFICAR?

La corrupción del sistema político-económico es tal que del pueblo bueno y sabio, y también de políticos prominentes, han surgido frases que explican y hasta avalan la reprobable conducta de tantos gobernantes y funcionarios.

Al ingenio popular se deben estas frases: “No importa que robe, pero que salpique”, “No quiero que me den, quiero que me pongan donde hay”, “Sí robo, pero lo que se llevó lo invirtió en el país (o municipio o estado, dependiendo del nivel de funcionario), “Es el año de Hidalgo: pen… el que deje algo”, “Es el año de Carranza: por si el Año de Hidalgo no alcanza”.

Hay dos frases célebres acuñadas por quienes fueron priistas distinguidos: “Un político pobre, es un pobre político” decía Carlos Hank González, ex gobernador del Estado de México y ex jefe de gobierno del DF y “La moral es un árbol que da moras” aseguraba el general Gonzalo N. Santos, exgobernador de San Luis Potosí.

Álvaro Obregón

AQUELLO DE LOS “CAÑONAZOS”

Quien es considerado héroe de la Revolución Mexicana, el expresidente Álvaro Obregón, mostró su creatividad y cinismo a través de estas frases: “Todos somos un poco ladrones”, “Nadie aguanta un cañonazo de 50 mil pesos” o “Yo soy el mejor candidato a la Presidencia porque sólo tengo una mano”. Tan corrupto era Obregón que alguien dijo que para encontrar la mano que perdió en la Batalla de Celaya sólo era necesario arrojar un billete de 50 pesos porque la mano iría tras éste.

Hace una semana, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que de las plataformas marinas de PEMEX se roban petróleo crudo destinado a la exportación, que “están vandalizando plataformas en Campeche, y en el litoral de Tabasco”. Estos robos no se explican sin la complicidad de muchos empleados y funcionarios corruptos de PEMEX. Tampoco debe sorprendernos que se cometa tal delito.

Acabar con los cleptócratas llevará tiempo y esfuerzo y en esta lucha hay que apoyar totalmente a AMLO sin dejar de señalar las fallas de su estrategia y también denunciando los actos de corrupción del pasado y los que se siguen dando hoy en todo el país.

Gonzalo N. Santos

COMBATIR LA CORRUPCIÓN; PREDICAR CON EL EJEMPLO 

Durante su conferencia de prensa de ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a la fatal explosión de gasolina en Tlahuelilpan y dijo que ésta y otras tragedias “se originan por la corrupción y hay que atender las causas… Si no actuamos y seguimos tolerando estas prácticas por comodidad o por complicidad, o por negligencia, o por lo que sea, entonces nunca va a cambiar el país, vamos a seguir en lo mismo”. Reiteró, como lo hizo a lo largo de su campaña electoral, que no va a permitir la corrupción.

Ahora bien, la lucha para erradicar la corrupción será difícil y dudo que se logre en un sólo sexenio porque los gobernantes y funcionarios deshonestos han sido una constante en nuestro país, antes y después de que ganara su independencia en 1821.

Transparencia Internacional define corrupción como “el abuso del poder para beneficio propio” y de acuerdo con esta definición los mexicanos que han abusado del poder para beneficiarse han existido siempre. La corrupción ha penetrado como la humedad a los organismos públicos en donde un elevado número de los que han tenido poco o mucho poder lo han aprovechado para beneficiarse y favorecer a sus familiares, amigos y socio.

Los índices de corrupción anuales que realiza Transparencia Internacional indican que en los países altamente democráticas son más bajos los niveles de corrupción y que son más honestos los gobernantes y funcionarios que le deben el puesto a grandes porcentajes de la población y no a una pequeña camarilla de influyentes.

Sobre el tema de la corrupción, los politólogos Bruce Bueno de Mesquita y Alastair Smith, ambos de la Universidad de Nueva York,  escriben en su libro The Dictator’s Handbook (Hachette, New York, 2011), entre otras cosas, lo siguiente:

“La mayoría de la gente piensa que reducir la corrupción es un objetivo deseable. Un enfoque común es aprobar legislación adicional y aumentar las condenas por corrupción. Desafortunadamente, estos enfoques son contraproducentes. Cuando un sistema está estructurado en torno a la corrupción, todos los que importan, líderes y sus patrocinadores por igual, están manchados por esa corrupción. No estarían donde estaban si en algún momento no hubieran tenido su mano dentro de la caja registradora”. También aseguran que “si a los líderes políticos se les hace ser responsables ante más personas la política se convierte en una competencia de las buenas ideas, no de los sobornos y la corrupción”.

Clamor popular

CUENTAS CLARA ES LA CLAVE

Por ello, si deseamos librar a nuestro país de la corrupción y sus nocivos efectos debemos luchar porque nuestra democracia madure y se perfeccione. No basta con organizar elecciones transparentes. Nuestros gobernantes y funcionarios deben rendirnos cuentas claras, ser responsables de sus actos y de acuerdo con ellos ser castigados o recompensados.

El gobierno federal que dice combatir la corrupción no puede tomar decisiones que sus detractores aprovechan para acusarlo de ser corrupto. La compra sin licitación alguna de centenares de carros tanque para trasportar gasolina es un buen ejemplo de ello.

El gobierno de la Cuarta Transformación debe predicar con el ejemplo o perderá la confianza que en él han depositado más de 30 millones de mexicanos mayores de 18 años.

 

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