Ruiz Healy Times: AMLO y la economía, lo bueno


El presidente Andrés Manuel López Obrador y su esposa Beatriz Muller a su llegada al festejo del 1 de julio pasado. Al fondo la banda de música de Tlaxiaco
  • El presidente de México festejó aniversario de su triunfo en las urnas.
  • Habló de sus logros a multitud reunida en el Zócalo de la Cd. de México.

Eduardo Ruiz Healy

En una parte del discurso que pronunció, durante el festejo del primer aniversario de su victoria electoral, el presidente Andrés Manuel López Obrador mencionó datos, sobre todo macroeconómicos, que para él muestran la buena marcha de la economía nacional durante su administración.

Al escucharlo creí que hablaba un gobernante neoliberal.

No mintió al decir que:

  1. “Se redujo el robo de combustibles en 94% y con eso se ahorrará 50 000 millones de pesos.
  2. “Se resolvió el problema de abasto de gasolinas y diésel en el país (…) prácticamente se acabó con el famoso huachicol.
  3. “Se suprimió la pensión de 5 millones de pesos mensuales a los expresidentes de la República (…) Nos ahorramos 10 000 millones de pesos.
  4. “Se redujo el gasto en publicidad del gobierno en 50%, lo que representa un ahorro de 4000 millones de pesos.
  5. “No hemos aumentado impuestos en términos reales y no se han creado impuestos nuevos.
  6. “No ha crecido ni crecerá la deuda pública.
  7. “La inflación ha bajado de 5.3 a 4.3% en comparación con el mismo periodo del año pasado.
  8. “En todo el país no han aumentado, en términos reales, los precios de las gasolinas, del gas y de la electricidad.
  9. “Ya se detuvo la caída en la producción de petróleo.
  10. “Durante el tiempo que llevamos en el gobierno, el peso es la moneda que más se ha fortalecido en el mundo con relación al dólar.
  11. “En cuanto a la Inversión Extranjera Directa, durante el primer trimestre se captaron más de 10 000 millones de dólares (…) 7% más de lo que llegó en el primer trimestre del año pasado. De diciembre a mayo de este año, las reservas han crecido en más de 4 000 millones de dólares. También en mayo (…)  los migrantes mexicanos enviaron remesas (…) por 3203 millones de dólares. Es el monto mensual más alto en toda la historia.
  12. “En mayo el índice de confianza del consumidor se ubicó en 110 puntos, como no se había visto en las últimas dos administraciones (…) las tiendas de autoservicio reportaron un incremento de 5.4% en las ventas.
  13. “En mayo las exportaciones llegaron a más de 40 000 millones de dólares. Un incremento de 9%. En el tiempo que llevamos de gobierno, la Bolsa de Valores ha aumentado en 3%.
  14. “La recaudación de impuestos aumentó 4.5% en comparación con el año anterior. Este año (…) se han presentado un millón de declaraciones fiscales más que las realizadas el año pasado. Los ingresos generales del gobierno pasaron de 2 billones 450 000 millones a 2 billones 580 000 millones de pesos (…) un incremento del 1% en términos reales.
  15. “En los primeros 5 meses de este año, según el IMSS, se han creado más de 300 000 nuevos empleos…”.
Bolsa Mexicana de Valores, indicador de la economía nacional

Si los datos anteriores son positivos, ¿por qué ha perdido la economía su dinamismo?; ¿por qué distintas organizaciones públicas y privadas, nacionales y extranjeras redujeron sus previsiones para el crecimiento del PIB en 2019 y 2020?; ¿por qué las calificadoras han reducido sus calificaciones para la deuda soberana, PEMEX y la CFE?; ¿por qué sienten miedo sobre el futuro económico del país la mayoría de quienes pertenecen a las clases media y alta??

Mañana presentaré aquí datos que AMLO omitió mencionar y comentaré algunos aspectos negativos de la gestión de la economía durante su gobierno.

AMLO Y LA ECONOMIA, LO MALO

En su discurso del lunes 1 de julio, el presidente Andrés Manuel López Obrador mencionó diversos datos que, vistos aisladamente, muestran que en lo que va de su gobierno, la economía nacional está, como él mismo lo asegura, “bien y de buenas”.

Como era de esperarse, no aludió a otros datos que señalan que la economía no está en su mejor momento. En ese aspecto, se pareció a cualquier gobernante del mundo, sea éste neoliberal o populista, de izquierda o de derecha, demócrata o autoritario.

A continuación enumero algunos de los datos que omitió AMLO y que indican que las cosas no están del todo “bien y de buenas:

  1. Los analistas redujeron sus expectativas de crecimiento del PIB. Los que participaron en la más reciente Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado del Banco de México, la redujeron a 1.13%. El 1 de julio la calificadora Standard & Poor’s la bajó 1.3%.  El 17 de junio la calificadora Moody’s la disminuyó a 1.2%. Hoy no hay persona o institución que crea que la economía crecerá el 2% que pronostica el presidente.
  2. Durante los primeros seis meses del año, cayó 6.4% la venta al público de vehículos ligeros (INEGI).
  3. El índice de volumen físico de la Producción Minerometalúrgica (actividades de extracción, beneficio, fundición y afinación de minerales metálicos y no metálicos) disminuyó 1.3% en abril de 2019 frente al mes anterior. La producción cayó 5.1% en abril pasado con respecto a abril de 2018 (INEGI).
  4. La Encuesta Nacional de Empresas Constructoras hecha por el INEGI indica que el valor de la producción generado por las empresas constructoras aumentó 0.2% en abril de 2019 respecto al mes inmediato anterior. Sin embargo, comparado con abril de 2018, el valor de la producción se redujo 5.3%, el personal ocupado disminuyó 4.7%, las horas trabajadas cayeron 8.5% y las remuneraciones medias reales bajaron 2.4%.
  5. En marzo pasado, la Inversión Fija Bruta (gastos realizados en maquinaria y equipo de origen nacional e importado, así como los de construcción) disminuyó 3% frente a febrero. Los gastos en construcción cayeron 4% y los de maquinaria y equipo total 0.9%. Comparado con marzo de 2018, la Inversión Fija Bruta se desplomó 5.9%, los gastos en maquinaria y equipo total cayeron 7.5% y en construcción 4.7%.
Se redujo robo de combustibles, afirman

Todos estos datos muestran que la economía no está creciendo como se esperaba que creciera.

Recordemos que el PIB disminuyó 0.2% en el trimestre enero-marzo de 2019 frente al trimestre octubre-diciembre de 2018. En caso de que el 23 de agosto, el INEGI dé a conocer que el PIB volvió a caerse en el segundo trimestre del año respecto al primero, será oficial que la economía mexicana está en una recesión.

Disminución de la inversión, baja en la producción de bienes y servicios, despidos de empleados, cierre de empresas, reducción en el consumo, caída en la recaudación de impuestos. Estos son algunos de los efectos de una recesión que, esperemos, no sea una realidad a la que debamos enfrentarnos los mexicanos.

El lunes Andrés Manuel nos describió con optimismo la situación económica del país. Sin embargo, hay problemas reales que ni él ni su equipo pueden ignorar.

Nada en la vida es siempre color de rosa. Eso incluye a la economía.

Encuestas…

LEGITIMIDAD Y POPULARIDAD DE AMLO

Los oradores que participaron hace algunos días en las manifestaciones antiAMLO, en la Ciudad de México y otras ciudades, dijeron que ellos representan a la mayoría de los mexicanos; pero la realidad y las encuestas muestran lo contrario.

Para empezar, AMLO ganó la elección presidencial del 1 de julio de 2018 al recibir el 53.2% de los votos. El candidato panista Ricardo Anaya obtuvo el 22.3%, el priista José Antonio Meade el 16.4% y el independiente Jaime Rodríguez Calderón el 5.2%,

Nos guste o no, su triunfo fue contundente e inobjetable.

Los antilopezobradoristas argumentan que AMLO no es presidente por decisión de la mayoría de los mexicanos, ya que carece de legitimidad porque solo votó el 63.4% de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral.

Este argumento es absurdo porque, 1) quienes deciden no votar implícitamente aceptan los resultados que arrojen los votos de quienes sí acuden a las urnas y 2) nadie sabe por quién hubieran votado los que decidieron no participar en el proceso.

Y si sus detractores quieren argumentar que Andrés Manuel carece de legitimidad por la alta abstención en la elección del año pasado –36.6%–, harían bien en recordar los niveles de abstención en elecciones presidenciales anteriores: 36.9% en 2012, 41.4% en 2006, 36.0% en 2000, 22.9% en 1994 y 48.0% en 1988.

Visto así, tampoco hubieran sido legítimos Peña Nieto, Calderón, Fox y Salinas. Y Zedillo, que en 1994 ganó con solo el 48.7% de los votos, ¿sería legítimo para quienes hoy buscan deslegitimar al presidente en turno?

Nos guste o no, López Obrador es el gobernante legítimo de México y, como el jefe del Estado, es presidente de todos los mexicanos, lo acepten o no sus detractores, o lo acepte o no él mismo, que considera que solo sus seguidores forman parte del pueblo bueno y sabio.

En lo que a la popularidad del presidente se refiere, cuenta con el apoyo de la mayoría de la población. Hoy son más los que aprueban su gestión que los que votaron por él hace un año. Las encuestas más recientes así lo indican.

La gestión de AMLO la aprueba el 61.8% de la población, según el Tracking Poll diario más reciente (ayer) elaborado por Mitofsky/El Economista; el 73%, según la encuesta de Social Research Solutions /SDPNOTICIAS.COM efectuada el 30 de junio; el 72.7%, de acuerdo al diario El Universal con una encuesta elaborada a principios de junio; el 70%, acorde a la encuesta de De Las Heras Demotecnia, también de junio; el 66%, de acuerdo con la encuesta del periódico El Financiero; el 74%, según la encuesta realizada en mayo por Arcop/El Heraldo de México.

Combate al huachicol generará recursos, aseguran

Y su gestión es aprobada por altos porcentajes de la población a pesar de que las mismas encuestas indican que durante su gobierno la economía y la inseguridad no han mejorado sino que han empeorado. La mayoría de las personas siguen culpando al gobierno anterior por los problemas que más nos preocupan.

Nos guste o no, estemos o no de acuerdo con pocas o muchas de sus palabras y decisiones, Andrés Manuel es sumamente popular a pesar de que la economía ha perdido dinamismo y el número de delitos sigue en aumento.

Y lo seguirá siendo hasta que la gente ya no esté dispuesta a seguir culpando a los anteriores gobiernos por los problemas actuales.

AMLO: NI DIOS NI DEMONIO, PERO SÍ UN SER HUMANO Y POLÍTICO

Han transcurrido 365 días desde la elección del 1 de julio de 2018. Y desde entonces hasta ahora, en los medios de comunicación, en las conversaciones entre amigos y familiares, en las pláticas que se llevan a cabo en oficinas y pasillos de organizaciones públicas y privadas, en las charlas de café y en cualquier lugar en donde se reúnan para hablar dos o más personas, el tema dominante ha sido el presidente Andrés Manuel López Obrador, el vencedor indiscutible y por amplio margen de la elección presidencial que ese día se realizó.

LA PASIÓN POR AMLO

Tanto en público como en privado, hablar sobre AMLO es un asunto pasional. Sus seguidores lo defienden ciegamente y sus detractores lo critican de la misma manera. Tratándose de él es difícil mantener la objetividad o controlar la subjetividad. Su personalidad, sus palabras y decisiones dividen a los mexicanos.

La gente lo ama porque, entre otras cosas, ve en él al líder que lucha las 24 horas del día para mejorar las condiciones del país y hacerle justicia a los pobres excluidos de los beneficios generados por el desarrollo económico; al mesías esperado que por fin aliviará muchos de los males que agravian al pueblo; al hombre honesto que acabará con la corrupción, la inseguridad, la violencia y la ignorancia que han impedido el pleno avance del país, promovido la concentración de la riqueza, creado generaciones de políticos millonarios y de delincuentes que operan con absoluta impunidad; al demócrata que le consulta sus decisiones al pueblo bueno y sabio mediante encuestas o votaciones a mano alzada; al seguidor de Jesús que predica el amor, la bondad y la justicia; al individuo que habla de manera franca, directa y sencilla, sin la falsa elegancia y retórica que distingue a la mayoría de sus rivales.

Sector de la construcción disminuyó cifras en relación al 2018

Los que no lo quieren ven en él, entre otras cosas, al populista que para quedar bien con los pobres afectará sus intereses de clase, económicos y patrimoniales; al demagogo que promete cambiar la realidad nacional, sabiendo muy bien que no podrá hacerlo durante su sexenio; al hipócrita que dice que acabará con la corrupción pero que se niega a perseguir, con la ley en la mano, a los cleptócratas del pasado y se rodea de personas de dudosa probidad; al dictador en ciernes que controla al Poder Legislativo, pretende minar al Judicial y justifica sus decisiones mediante encuestas amañadas o asambleas en donde las personas levantan sus manos para aprobar las decisiones que él ya tomó; al promotor del odio contra quienes no piensan como él y que los acusa de ser fifís, neoliberales, conservadores o corruptos; al individuo cuya manera de hablar, propia de los nativos del sur del país, ofende los oídos y las mentes de quienes se creen mejor educados y opinan, sin fundamento alguno, que el buen español solo lo hablan correctamente quienes nacieron y crecieron en el centro de México.

Por ahora, la mayoría lo ve como un dios, mientras que una minoría lo considera un demonio. Ambas partes parecen olvidar que sólo es un ser humano con virtudes y defectos; un político que es producto de su tiempo y sus circunstancias.

Durante los próximos días comentaré lo que a mi juicio es lo bueno y lo malo de Andrés Manuel y su gestión presidencial.

 

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