Requiere México epopeya de paz


Violencia ha causado malformaciones sociales, advierten   

En su momento la ONU reconoció aporte de México al Derecho internacional.

“El profesor, esencial en la formación de la solidaridad, de las ideas, de la libertad de mente: Emilio Lledo.

El profesor tiene que transmitir amor a lo que enseña, amar a los que enseña. Y, si no, volveremos lentamente a las cavernas».

Agencia Mexicana de Noticias

¿Qué es la paz?

La palabra paz, del latín pax, es un estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de un todo; es también la ausencia de violencia o guerra.

Sí, en la paz social prosperan las naciones y los individuos.

En 1930, el sinaloense Genaro Estrada, un erudito del Derecho Internacional, enarbolaría el filosófico principio de que para lograr la solución pacífica de las controversias en el plano internacional era fundamental el derecho de libre determinación de los pueblos, es decir, el derecho de un pueblo a decidir sus propias formas de gobierno, perseguir su desarrollo económico, social y cultural, y estructurarse libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de igualdad.

 

RECONCE ONU APORTACIÒN

Esta política le mereció a México el respeto mundial, y sus principios los adoptaría la ONU. Sería conocida como la Doctrina Estrada o Doctrina mexicana.

Ya desde el gobierno de Venustiano Carranza, el canciller mexiquense Isidro Fabela Alfaro había propugnado por una política internacional de respeto para la solución pacífica de las controversias.

¿Por qué hago historia?

Porque esos principios filosóficos, hechos trizas por el capitalismo salvaje en la era neoliberal, han sido retomados por una lúcida y brillante joven mexiquense de nombre Dulce Rocío Reyes Gutiérrez, quien comienza a poner muy en alto el nombre de México, pues ha sostenido en foros nacionales e internacionales que la única vía para la solución de los conflictos y controversias sociales es el diálogo, como principio rector para la paz y el desarrollo de los pueblos. ¡Una epopeya de paz!

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TEMOR DE GRINGOS

Cuánta razón tiene la maestra Dulce Reyes, y para muestra un botón, pues durante los 70 años de paz social que México vivió en la era del todo poderoso PRI, el país obtuvo un asombroso desarrollo que aterró a los Halcones de Washington, quienes vieron que en su patio trasero estaba surgiendo una potencia mundial, que crecía hasta en un 8 por ciento del PIB anual, y decidieron pasar por encima de la Doctrina Estrada para inmiscuirse en la política interna de la nación azteca.

Dulce Reyes acaba de obtener la maestría en Estudios para la Paz y el Desarrollo por la Universidad Autónoma del Estado de México -UAEMex- y también por la Universidad de Granada, España. Es experta en temas de violencia, educación y también en educación vial.

Dulce Reyes tiene muy claro que México volverá a la senda del crecimiento el día en que se destierre la violencia que ha provocado malformaciones sociales preocupantes. Propone una revolución educativa, en cuya esencia, los maestros, alumnos y padres de familia tengan claros los conceptos de violencia, conflicto, paz, desarrollo e igualdad, además de que se eliminen las etiquetas que fomentan la desigualdad social y el poder autoritario. Es decir, aprender a ver al otro con respeto y amor.

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VERDADERO PAPEL DE UN MAESTRO

Para lograr la revolución educativa que propone dulce, traigo a la memoria al insigne maestro español, Emilio Lledó: “El profesor es esencial en la formación de la solidaridad, de las ideas, de la libertad de mente. El profesor tiene que ser capaz de estimular el pensamiento de los que le escuchan, no está para que el alumnado reproduzca frases hechas…El profesor tiene que transmitir amor a lo que enseña y al mismo tiempo tiene que amar a los que enseña. Y, si no, volveremos lentamente a las cavernas».

Ojalá y el gobierno mexicano, la “revolucionaria” CNTE y todo el gremio magisterial de México se apegaran a esa filosofía de vida. Definitivamente, otro sería el futuro del país: Un México de Paz y Desarrollo.

Monumental responsabilidad le espera a Dulce Reyes y a todos los jóvenes mexicanos que han abrazado las luchas sociales para cambiar la podredumbre del actual estado de cosas.

La Doctrina Estrada debe ser la columna vertebral del Derecho Internacional o como decía Benito Juárez: “Entre los individuos, como entra las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.