Reportajes Metropolitanos : ¿Qué era Coatlicué además de una importante deidad?


Eduardo Matos Moctezuma
  • Puede ser que  Coatlicue fuera resumen de diosas madres.
  • 5 de Mayo de 1862, el día que México se cubrió de gloria.

 

Reportajes Metropolitanos

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Resume con probidad el maestro don Teodoro Rentería Arroyave, en su columna de hoy:

Coatlicué

“En aprovechamiento de los tiempos electorales en los que estamos inmersos los mexicanos, el accidente ocurrido en la Estación Olivos de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, que al momento de cerrar esta entrega se reporta un saldo de 25 muertos y 31 heridos hospitalizados, la han politizado de tal manera que se convierte en una doble tragedia”.

Y una acotación oportuna de Tere Gil que lo confirma:

“Si revisamos los medios veremos que las víctimas del metro en este momento, han pasado por desgracia, a segundo término.

O son un número que les sirve de argumento a los opositores.

Su sacrificio es el aporte que determina la venganza, la exclusión, la culpa, y que lleva a la búsqueda de la reivindicación que buscan, los que lograron su cometido: acorralar a un culpable”

Mejor entremos a la antigua y gloriosa historia de México.

De la madre Coatlicue y las diosas decapitadas nos platica nuestro dilecto amigo reportero, periodista y escritor don José Antonio Aspiros Villagómez

Hace tres décadas platicamos sobre los 200 años de arqueología en México con el entonces director del Proyecto y del Museo ‘Templo Mayor’, Eduardo Matos Moctezuma. Fue una charla muy ilustrativa y con ella obtuvimos una de las opiniones más calificadas en la materia.

Pero resultó tan extensa que, para no privar de su totalidad al lector, fue necesario dividirla en varias partes.

Esta es la transcripción parcial de lo publicado en la revista bimestral En Todamérica # 262-263, de septiembre-octubre de 1990:

-Coatlicue, ¿qué era? ¿Era una deidad mala, era una deidad buena, había esa dualidad bueno-malo?

-Coatlicue es una deidad muy importante dentro del panteón mexica porque es madre de los dioses, es decir, Coatlicue va a ser la madre de un dios tan importante como Huitzilopochtli, por ejemplo, dios de la guerra azteca.

Alfonso Caso

También va a ser madre de Coyolxauhqui, de los 400 surianos que en realidad representan a las estrellas, o sea, es una de esas deidades maternas que revisten una importancia por eso mismo dentro de la religión azteca.

-¿Pero qué papel desempeñaba en el panteón azteca para la gente? ¿Qué veían en ella los humanos?

-Por eso: la madre de su dios Huitzilopochtli y de otros dioses; era importante. El aspecto mitológico precisamente, que se rebelan en contra de ella y demás, es lo que va a dar pie al nacimiento de Huitzilopochtli, entonces por tanto es importantísimo ese acontecimiento.

Es decir, eso va a permitir que nazca Huitzilopochtli y que pueda combatir precisamente contra estos otros… sus hermanos, sus medios hermanos, y destruirlos, a ellos y a la Coyolxauhqui. O sea que eso da pie precisamente a este mito tan importante del nacimiento de su dios principal, que era Huitzilopochtli.

-Se supone que ella era adorada, que estaba en alguno de los setenta y tantos edificios que había en el Centro Ceremonial. ¿En qué lugar estaba ella?

-Ella estaba en el Templo Mayor también.

A las viejas diosas como Toci “nuestra abuela”, Teteoinan, en fin, a todas esas deidades femeninas que son madres, se les rendía culto también en el Templo Mayor, del lado de Huitzilopochtli, por la misma razón de haber sido madre, en este caso, del dios.

Eso es muy importante y el culto se les rendía dentro del templo mismo, había festividades específicas para diosas como Toci y otras que también se llevaban a cabo dentro del Templo Mayor, siempre relacionadas con el elemento de la guerra, por cierto.

¿Entonces la figura estaba dentro del Templo Mayor?

-Se sospecha que era parte del Templo Mayor.

¿Pero no estaba adentro de los adoratorios?

-No sabemos exactamente la ubicación, pero hay algún relato que parece indicar que sí estaba adentro también del recinto dedicado a Huitzilopochtli.

¿Y el hallazgo dónde fue hecho?

-Muy lejos. Se encontró en el Zócalo, muy cerca de la esquina sureste (Pino Suárez y Plaza de la Constitución).

-Conocemos una figura de Coatlicue. A mí me parece que es aterradora, semi antropomorfa inclusive, etcétera. ¿Pero es la única que existe o hay más?

-Aparte de esta llamada Coatlicue que apareció hace 200 años, tenemos también otra representación en el mismo Museo Nacional de Antropología, en la sala azteca.

Coyolxauhqui

Allí se puede ver la figura con su falda de serpientes también, que es uno de los elementos que la caracterizan y tiene el rostro semi descarnado, por cierto. Y también tiene especie de garras igual que el gran monolito.

¿Y desde León y Gama hasta la fecha ha cambiado la interpretación de esta diosa?

-En aquel tiempo se hablaba de Teoyaomiqui también,

Actualmente, por ejemplo, el doctor Rubén Bonifaz piensa que no es Coatlicue.

Yo pienso que la figura aparecida el 13 de agosto de 1790 es la representación de estas diosas madres como Coatlicue, como Toci, como Teteoinan, estas deidades que podemos ver en el caso de la llamada Coatlicue a que nos venimos refiriendo, pues tiene la falda efectivamente de serpientes, es una deidad femenina, en fin, hay una serie de elementos que a juicio mío apuntan a que puede ser Coatlicue o es un resumen de diosas madres.

¿O sea que hay alguna duda?

-Sí, nada puede darse ya por hecho, es decir, creo que siempre hay aspectos que están sujetos a constante revisión y desde esa perspectiva creo que la figura de Coatlicue -de la que se han hecho estudios como el de Justino Fernández que tiene todo un tratado sobre ella, como lo que han mencionado Alfonso Caso, Jacques Soustelle, en fin, especialistas y demás- creo que siempre es posible reestudiar estas figuras tratando de encontrar su verdadero significado, su verdadero simbolismo.

Desde esa perspectiva yo creo que esta figura, como digo, está dentro de esas deidades femeninas, maternas, esto es muy importante, creadoras de dioses, y con los tributos, en este caso la falda, el collar mismo de manos y corazones, con la calavera como pectoral o como parte principal del collar, en fin.

Creo que en buena medida representa, va unida, a este tipo de deidades.

-Me da la impresión de que es una figura bicéfala, ¿es cierto eso?

-Bueno, tiene dos cabezas de serpiente que se unen en la parte superior…

-Pero no son la cabeza de ella…

-Eso es lo que equivaldría a la cabeza, porque hay una cosa: parece ser que la figura está decapitada, igual que Coyolxauhqui.

¿O sea que tuvo una cabeza y esa no apareció?

-No, no hecha, porque la figura estaría entera y completa… Las dos serpientes que se encuentran sí pueden estar ligadas a sangre, a sacrificio, a las deidades terrestres también como lo era ella; era una deidad terrestre.

¿Por qué habría de estar decapitada?

Ignacio Zaragoza

-Es lo que digo, es la conjunción de varias diosas en un momento dado. Coyolxauhqui es una diosa decapitada, por ejemplo. Puede también tener que ver representación o liga en cierta forma con deidades como Coyolxauhqui, a la que está íntimamente relacionada, por el mito y todo.

…Y NOS CUBRIMOS DE GLORIA

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Nos lo dijo ayer en la mañanera:

“La regla es que tenemos la prensa más injusta, la más distante, la más lejana al pueblo y la más cercana a los grupos de poder conservador. Es un tiempo de oscuridad para los medios de información”.

Qué vergüenza, pero hasta cierto punto tiene razón.

En el cinco de mayo de 1862 salimos victoriosos y nos lo recuerdan oficialmente el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México en el Diario Oficial de la Federación que publica la secretaría de Gobernación.

Día de fiesta y solemne para la Nación. La Bandera Nacional deberá izarse a toda asta.

Debemos agradecer al abogado Jorge Alberto Ravelo Reyes obtener el texto, que íntegro lo compartimos;

“El 5 de mayo de 1862 el Ejército de Oriente, comandado por el general Ignacio Zaragoza, venció al ejército francés de intervención que pretendía tomar la ciudad de Puebla y avanzar sobre la capital de la República.

Zaragoza con 4,802 soldados se enfrentó al general Charles Latrille, conde de Lorencez, quien, con un número similar de hombres, contaba entre sus tropas con algunos de los cuerpos más destacados del ejército francés, como el de Cazadores de Vincennes, los Cazadores de África y un regimiento de Zuavos.

Teniendo a su favor la superioridad técnica de las armas.

No obstante, todos los intentos por conquistar las posiciones mexicanas fueron rechazados, hasta que los franceses se vieron obligados a reconocer su derrota, retirándose del campo de batalla.

Esta circunstancia fue comunicada de inmediato, vía telégrafo, por el general en jefe mexicano a la Ciudad de México, dando también cuenta del estimado de bajas de ambos bandos.

Así lo manifestó el general Zaragoza:

“Excelentísimo señor ministro de Guerra: Las armas del Supremo Gobierno se han cubierto de gloria; el enemigo ha hecho esfuerzos supremos por apoderarse del Cerro de Guadalupe, que atacó por el oriente a derecha e izquierda durante tres horas; fue rechazado tres veces en completa dispersión y en estos momentos está formado en batalla fuerte de 4 mil  hombres y pico, frente al cerro, la fuerza de tiro.

Batalla del 5 de Mayo

No lo bato como desearía porque, el gobierno sabe, no tengo para ello fuerza bastante.

Calculo la pérdida del enemigo, que llegó hasta los fosos de Guadalupe en su ataque, en 600 a 700 entre muertos y heridos.

400 habremos tenido nosotros.

Sírvase usted dar cuenta de este parte al ciudadano presidente”.

La noticia de la primera derrota del ejército francés, hasta entonces invicto, fue recibida en la capital con gran entusiasmo.

Un grupo de diputados presentaron un proyecto de ley que declaraba que habían merecido bien de la patria el general Zaragoza, los generales, jefes, oficiales y soldados del Ejército de Oriente, por la defensa del honor e independencia de México en las Cumbres de Acultzingo y frente a Puebla, otorgándoles un voto de gracias de la representación nacional.

La propuesta fue aprobada por la totalidad de los 103 diputados presentes.

El 19 de mayo de 1862 Benito Juárez, como presidente de la República, promulgó un decreto concediendo una condecoración a los soldados que combatieron en favor de la República.

Días después de la muerte del general Ignacio Zaragoza, un nuevo ordenamiento le otorgó su nombre a la ciudad que defendió.

El 4 de diciembre de ese año, en el Fuerte de Guadalupe, se levantó un templete donde, uno a uno, subieron los soldados para recibir la medalla que el presidente Juárez prendió en su pecho.

En esa ocasión, se realizó la primera representación de la batalla. El 5 de mayo se utilizó como símbolo de la resistencia republicana contra la intervención francesa.

Huitzilopochtli, figura tomada del Códice Florentino

El triunfo alcanzado en Puebla logró retrasar por más de un año el avance de la invasión francesa que, en 1863, para conquistar la capital poblana, tuvo que recurrir a una fuerza cinco veces mayor a la empleada el 5 de mayo de 1862.

Además de su importancia militar, la victoria de las armas nacionales en aquella jornada, fortaleció el ánimo de las fuerzas republicanas y la resistencia nacionalista de la población, que se mantuvo hasta 1867, cuando los enemigos de la República fueron derrotados de forma definitiva.

El 5 de mayo es uno de los episodios más destacados de la historia militar mexicana y es una de las fechas cívicas centrales de nuestro calendario, celebrada por los mexicanos dentro y más allá de nuestras fronteras.

craveloygalindo@gmail.com