A propósito de Reforma Educativa; ¿Habrá castigo contra la impunidad y corrupción en Oaxaca?
¿Se atenderán ancestrales rezagos en salud, derechos humanos, empleo, vivienda y bienestar social, entre otros?
Perversidad y soberbia ocultan impunidad en Oaxaca, sellos del gobierno de Cué
Antonio Quintero
Causó gran expectación nacional y seguramente hasta internacional el desmantelamiento oficial del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), que se hizo a través del decreto y mensaje del gobernador en turno, en este caso de Gabino Cué Monteagudo la semana pasada, y que pudo realizarse en medio de una estrategia del gobierno federal, titulares de dependencias claramente inmiscuidas en el espinoso asunto de la educación en la entidad oaxaqueña, en conjunto con las que llevan la responsabilidad de ejercer la seguridad de los estados.
Y efectivamente no sólo en el aspecto educativo fue la determinación en esta ocasión sino el problema fue más a fondo ya que la sección 22 sobrepaso todos los limites habidos, desencadenando riesgos de estallamiento social, problema que los pasados gobernantes no les ocupó ni les preocupó, sino todo lo contrario, abonaron para que la sección 22 y sus similares organizaciones atropellaran y violaran derechos de toda la población en general, amparándolos en la impunidad total.
OAXACA, ASUNTO DE SEGURIDAD NACIONAL
Por ello Oaxaca es un asunto muy serio de seguridad nacional, ya que desde hace años, la entidad ha carecido de una fuerza institucional, de una Secretaría de Seguridad Pública funcional, ha carecido de planes estratégicos contra la persuasión criminal y violencia.
Pero todo se resumió a la grave impunidad que existe en la entidad, sorprendentemente, ya que desde las propias dependencias encargadas de ello han favorecido a que no avancen las denuncias, los atropellos, las injusticias, y se perviertan los mecanismos propios de justicia, los diversos sectores de la población se encuentran marginados de esos derechos. Por ejemplo los feminicidios es otra arista que se mantiene en alerta, ya que el gobierno del estado no ha podido implementar programas, o políticas públicas a fin de proteger a las mujeres de la entidad oaxaqueña.
Así que el gobierno estatal de Gabino Cué no representa en este momento un gramo de credibilidad, no sólo en materia de justicia sino en todos los ámbitos sociales de todas sus dependencias, ha brillado la ineptitud para solventar una estrategia de seguridad pública, además de que en los casi cinco años no existe rumbo, ni siquiera una verdadera preocupación, de quienes han estado como titulares, la verdadera preocupación de Gabino Cué es cumplir –de algún modo-, con los compromisos políticos de los partidos que favorecieron a la Coalición, ha dado espacio para que desfilen funcionarios-políticos de los diversos partidos, las secretarías sólo han servido como un eje trampolín, y como alcancías para ahorrar recursos y destinarlos a las diversas campañas, como sucedió en las recién pasadas elecciones intermedias.
OAXAQUEÑOS EN UN ANCESTRAL ABANDONO
Los resultados desastrosos, negativos que tiene Oaxaca, en todos sus órdenes fueron descubriéndose desde hace buenos años, desde que Juárez y Díaz dejaron en el olvido, abandono y marginación a su propio estado, que no distantes con la actualidad los problemas continúan aquejando a su población, para fortuna son ya conocidos por todo el planeta, gracias a las redes sociales, y a medios de comunicación nacionales.
Estos medios han ido ilustrando la triste realidad de unos de los estados de la república rezagados y miserables, y digo medios nacionales porque efectivamente la inmensa mayoría de medios existentes en Oaxaca, fueron pagados y controlados por el gobierno estatal a través de los embutes y publicidad institucional que ofreció Cué Monteagudo para que sólo se conocieran supuestas bondades de su “esplendoroso gobierno”, ahí en esos medios, nunca se escribió sobre las penurias, exigencias de los diversos sectores de la población, salvo unos cuantos.
Era obvio, la fuerte presión de organismos nacionales, tanto de la misma entidad oaxaqueña, como del exterior, así como la puntillosa presentación-comparecencia del gobernador oaxaqueño en la cámara de senadores y del propio gobierno federal para que Cué Monteagudo pudiera enderezar la compleja situación del sector educativo que tuvo a ciudadanía y a gobiernos enteramente de rodillas y a su capricho de desmanes en una total impunidad.
De ninguna manera es un acierto de Cué Monteagudo, en resolver la catastrófica situación educativa y de la nefasta actividad de la sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ni tampoco la fe de erradicar un problema político-social como se ha pretendido contemplar, o dar a entender a la opinión pública, no es así, tan sólo es la punta de la madeja que gobiernos anteriores no quisieron porque obedecieron a estrategias de corrupción y mantener la educación en zozobra permanente.
Todos vivieron muy felices, sangrando al erario público, mintiendo y engañando a gobiernos federales –si es que no cómplices también-, sobre los recursos federales para la atención a la educación, y los gobernadores que antecedieron a Gabino Cué fueron perversos y jugaron cartas ya marcadas, permitiendo una soez y degradante corrupción en todos los niveles del sistema educativo oaxaqueño.
Ahora el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), ha quedado en manos del gobierno estatal, posiblemente intentar borrar los viejos vicios que dio origen al rezago educativo, probablemente se pretenda encauzar en estos últimos meses de un gobierno que no pudo resolver absolutamente nada, pero que de manera perversa al estilo Cué Monteagudo fue demoliendo, las escasas esperanzas para fortalecer una educación de por sí mermada desde principios de siglo.
GOBERNANTE MEDIOCRE; DEPENDENCIAS VACUAS
Un gobernador ausente, tibio, rodeado de funcionarios corruptos y con dependencias obsoletas no pudo representar avances en ningún campo de su administración pública, es por eso que llama mucho la atención que el gobierno federal por fin haya puesto los ojos en la entidad oaxaqueña, para solucionar en primera instancia el problema magisterial, y luego buscar la estabilidad social ante las reacciones de la sección 22.
Era eminente que fuera así, ya que Gabino Cué no podía ofrecer por si mismo un panorama que él mismo enaltecía y pretendía esconder, ante cámaras de televisión y medios de comunicación señalaba y reiteraba que su gobierno buscaba dar solución y respuesta, cuando en realidad nunca le interesó resolver sino heredar a sus sucesores en el gobierno estatal.
Cué Monteagudo enmarcado en la soberbia, siempre refutó que su gobierno iba avante, dando bienestar a su población, y gastando verdaderas fortunas económicas en publicidad, para verter su claro enfoque personal, de acuerdo con sus múltiples asesores que le “pintan a un Oaxaca, hermoso, sin mayores problemas”, cuando en realidad los que vivimos en Oaxaca, conocemos el verdadero escenario de esa realidad que ni el propio gobernador Cué Monteagudo se atreve a mirar, ni tragar ni digerir.
Precisamente no únicamente es el problema del magisterio oaxaqueño, sino aprobar la citada reforma Educativa que ha impulsado el gobierno federal, aprobada por todos los partidos políticos y que ahora es decreto de reforma constitucional, que servirá para lograr una adecuada educación de calidad, y todo lo que conlleva dicha reforma, pero también deberá sanear toda la cloaca de la sección 22, por lo que los gobiernos estatal y federal deben de limpiar, corregir, y construir el verdadero rumbo que necesita el sector educativo de Oaxaca.
Sin embargo no sólo es el problema educativo lo que adolece en la entidad, por supuesto que hay otras grandes tragedias en los diversos sectores oaxaqueños, aunados a los que se fabrican día a día en cada una de las dependencias administrativas del gobierno estatal como lo son en salud, bienestar social, derechos humanos, justicia, empleo e infraestructura, y que Cué Monteagudo ha ignorado, no los ha resuelto ni los resolverá porque muchos de los problemas en esas dependencias se ha fraguado con una enorme corrupción con muchas complicidades directas.
Pero el tema de la corrupción no le ha interesado a Cué, lo ha dejado a un lado, creando más y enormes sospechas, lo ha minimizado y trata de convencerse a sí mismo que gobierna una entidad, que es un gobernador de vanguardia, cuando la realidad es que ha “gobernado” en una profunda simulación y ha podido comprar decisiones ante tribunales y jueces para que sean construidos sus caprichos ante claras demandas sociales, el ejemplo reciente es el famoso Centro de Convenciones de Oaxaca, orquestado por su amigo José Zorrilla de San Martín Diego, que astutamente ha perfilado sus negocios a través del tráfico de influencias.
Una de las tantas bombas de tiempo que cosechó Cué Monteagudo es la educación, y que ya le estalló, para fortuna de Cué hubo respaldo del gobierno federal, de senadores y diputados federales, situación contraria en el congreso local, ya que en dicho lugar lo menos que se hace es legislar, sólo cumplir y firmar los caprichos del propio Cué Monteagudo, esa LXII Legislatura ha sido la complicidad tácita que requiere un gobernador para simular que gobierna, es un congreso que se ha confabulado para obtener prebendas e intereses personales y que ha abandonado de manera miserable a toda su población.
Esa es la sopa de perversidad que le gusta a Cué, montar espectáculo y distractores para ganar terreno y hacerse la víctima, buscará aliados para “negociar” el enorme desfalco financiero que obtuvo en su administración, no lo podrá ocultar, tampoco la “negociación perversa” con Ulises Ruiz Ortiz para que no se le finquen responsabilidades sobre también el desfalco financiero. Así que sigue en juego la “honorabilidad” de un gobierno mentiroso, dispuesto a seguir negociando todo lo que huela a corrupción y por supuesto la próxima gubernatura … y reitero; a propósito de la Reforma Educativa; ¿Habrá castigo contra la impunidad y corrupción en Oaxaca?… Hasta la próxima!