Hablan de Roche, Annacone o Edberg como los entrenadores que más influyeron a Roger Federer pero pocos saben que Peter Carter fue quien más huella dejó en su corazón.
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Durante el pasado Wimbledon, Roger Federer contestaba a una pregunta de qué personas habían influido más en su carrera. Muchos de los nombres eran conocidos por la gran mayoría, pero de entre todos ellos resaltaba uno que no sonaba demasiado: Peter Carter. Tan sólo los fans muy acérrimos del suizo conocen quién fue este australiano que influyó muchísimo en la carrera de Federer y que desgraciadamente, murió en 2002. Conocemos su historia.
Peter Carter vio por primera vez a Roger en el año 1990, en Basilea, cuando el suizo era un niño de 9 años. La conexión que Federer sentía con Peter era especial. Los dos nacieron bajo el mismo signo zodiacal. Roger nació un 8 de agosto y Carter el día 9. Además, sus padres se llamaban igual: Robert. El pequeño Federer era demasiado temperamental en su adolescencia. Peter le ayudó a construir su personalidad y a intentar calmarle. El suizo llegó a confesar que Carter fue quien le introdujo en la ética del trabajo y el esfuerzo. Trabajó con él desde entonces hasta el año 2000, cuando introdujo a Peter Lundgren en su equipo. Roger influyó para que Carter se hiciera entonces con las riendas de la capitanía del equipo suizo de Copa Davis.
La desgracia llegó en 2002. La mujer de Carter había superado un cáncer y para celebrarlo, los dos viajaron hasta Sudáfrica. Cada uno viajaba en un coche, cuando el suyo descarriló y cayó a un río. Peter no superó las heridas sufridas y falleció con tan sólo 37 años. La noticia le cayó a Federer como un jarro de agua fría. El suizo se encontraba disputando el torneo de Toronto y comentan que nunca se le vio tan afectado por algo. Era la primera muerte que afrontaba en su vida y en el siguiente partido que disputó tras saber del fallecimiento de Peter, llevó un brazalete negro y se le pudo ver con los ojos completamente rojos.
«Habíamos pasado mucho tiempo junto desde que yo era niño», confesó Federer al día siguiente de enterarse de la muerte de su entrenador. «Le veía cada día cuando era niño. Ha muerto tan joven y de forma tan inesperada… Peter era muy calmado pero también divertido. Nunca le podré agradecer lo suficiente todo lo que él me dio. Gracias a él, ahora tengo mi técnica y serenidad», agregaba. El padre de Peter comentó al año siguiente en una entrevista que veía ciertas similitudes entre Roger y su hijo. «Él tenía la misma serenidad. Todo el que conocía a Peter le tenía en la más alta estima. No había nadie en este planeta al que le haya escuchado una mala palabra sobre mi hijo. Igual sobre Roger y estoy seguro que eso no es una coincidencia. Puedo ver a mi hijo en el juego de Roger. Ese saque y volea y ese slice… así jugaba Peter. Estoy seguro que así es cómo le enseñó mi hijo», comentó.
A Federer le costó volver a concentrarse. Empezó a encadenar derrotas en primeras rondas y no conseguía levantar cabeza. La muerte de Carter le tocó muy profundo. «Cuando algo así ocurre, descubres lo poco importante que es el tenis», confesó Roger. Lynett, la madre de Federer, reveló lo mucho que le afectó la muerte de su entrenador. «Ha sido un duro palo para él, pero también le ha hecho más fuerte», aseguraba.
Pasaron los meses y Federer comenzó a centrar su energía para dedicarle triunfos a su entrenador. Al año siguiente, Roger conseguiría ganar su primer Wimbledon. Su primer Grand Slam. El suizo rompió a llorar y parte de esas lágrimas eran por Peter. No tardó en dedicarle esa victoria. Iba por él. Las victorias para él iban a comenzar a caer una detrás de otra. Sus mejores años llegaron a partir de entonces. Carter no viviría para verle triunfar en el tenis, pero Roger mantendría siempre vivo su recuerdo dentro de su corazón. Ahí donde dicen que nadie muere y vive para siempre.
Las palabras de Federer en Wimbledon hace un par de semanas acordándose de Peter, demuestra lo mucho que le sigue teniendo presente. Así pues, la gente seguirá hablando de Roche, Annacone, Luthi o Edberg, como los entrenadores que más influyeron en su carrera pero pocos saben que fue Peter Carter el que más huella dejó dentro del suizo.