Política Inconfesable: ¿…y qué deseamos los oaxaqueños?


Rodrigo Villar

Cuando a diario volteamos nuestro entorno descubrimos con asombro que habitamos un país y un estado, donde no pasa nada.

Atestiguamos capturas rocambolescas de delincuentes;  partidos políticos  –como el PRD y el PAN- que se alejan, día con día, de los intereses del pueblo y ahora hasta coinciden impulsando candidatos (izquierda y derecha juntas, quien lo viera); políticos de altos vuelos que son acusados de lavado de dinero en otros países. Y la lista de podría extender a un considerable número de temas.

Pero a lo que atienden hoy estas líneas obedece a preguntarnos, con miras al proceso electoral por el cual elegiremos a nuestro nuevo gobernador, ¿qué es lo que deseamos los oaxaqueños?

No se trata de esclarecer que es lo que pretenden los partidos políticos y grupos de poder, a la hora de repartirse las posiciones en el gobierno, o las candidaturas. De eso ya estamos cansados, porque la especulación en torno a quienes serán los que participen en el juego de la política, solo abona a la distracción social.

INCONFESABLE...   A QUIEN DARE MI VOTO

MOMENTO DE REFLEXIÓN

Desde esta trinchera que me permite usar El Correo de Oaxaca, propongo una reflexión sobre qué queremos los principales afectados por los actos de los políticos cuando se hacen del control del gobierno:

Los oaxaqueños deseamos, por vez primera, un gobierno que no sea improvisado ni sea producto del pago de alguna cuota. Queremos un gobierno joven que revolucione el ejercicio del poder. Un gobierno que sea acorde a la realidad de nuestro estado.

No aceptaremos el mandato de personajes que sólo ven en Oaxaca un experimento político –ahora que están de moda las candidaturas independientes-. Nuestro creciente índice de pobreza y marginación consideraría intolerable la presencia de personajes que actuarían como gerentes de empresa.

Los oaxaqueños deseamos tener libertad. Que nadie imponga condiciones –siquiera- para manifestar nuestro hartazgo de las torpezas trapacerías de los servidores públicos. Los oaxaqueños queremos que se garantice nuestra libertad de manifestación, y que por ningún motivo se cercene alguna –por mínima que sea- garantía individual.

No aceptaremos más gobernantes rateros y corruptos que sólo ven el servicio público como la oportunidad de su vida para ensanchar sus, ya de por sí gordas, cuentas bancarias y cajas fuertes. No permitiremos que con su acción delincuencial, ningún gobernante siga echando por a borda el valor que aún tienen las instituciones del Estado.

inconfesable pobreza ancestral de oaxaqueños

GOBERNANTES COMPROMETIDOS

Los oaxaqueños deseamos que el gobernar ya no se siga barajando como una lotería. Queremos -y yo me manifiesto así- hombres y mujeres trabajadores en el gobierno, comprometidos con las causas más preciadas del pueblo, como son el derecho a la libertad, a la seguridad personal, familiar y patrimonial, garantía de empleo, derecho a la educación laica y de alta calidad, oportunidades de movilidad social, combate a la pobreza que figura en la frente de todos nosotros y lacera la dignidad de cientos de miles.

Ya no permitiremos –porque la realidad del estado lo plantea así- que nos ultrajen políticos de tercera y seguramente no se dará tregua a los que, aun a sabiendas de la gravedad de la situación en nuestro estado, quieran hacer de las suyas expoliando sus arcas.

Los oaxaqueños deseamos que nos gobierne sangre nueva, ya no los mismos de siempre, esos que han destrozado el tejido social por su insaciable voracidad.

Creo que es de sentido común comprender que la sociedad en Oaxaca ha dejado la adolescencia política, y hoy tras las amargas experiencias que hemos vivido en los últimos once años, exigimos que se tomen decisiones de estado que se encaminen a resolver problemas, y no postergarlos, porque el hartazgo ya hizo crisis y puede no haber vuelta.