Política Inconfesable: Vecino perverso…


Donald Trump

Rodrigo Villar

El presidente Andrés Manuel López Obrador envió, el jueves, una carta al presidente de Estados Unidos, Donald Trump advirtiéndole sobre la perversión que implica castigar a su vecino con restricciones impositivas si no se resuelve el gravísimo fenómeno socio-económico implícito en la migración centroamericana en dirección del vecino del norte.

López Obrador, conocedor de los tiempos de la política se adelantó a Trump, y le dio una lección de cómo se hace política en términos de saber prever conflictos. La misiva, que fue un misil ante el corto entendimiento de Trump, recibió una respuesta desproporcionada y alocada al estilo del estadunidense.

El presidente Andrés Manuel López Obrador

El presidente mexicano deseaba exponer la urgencia de trabajar en conjunto, para que el país más poderoso del mundo y el nuestro colaboraran -junto con los gobiernos centroamericanos y caribeños involucrados- para invertir y encontrar soluciones de mediano y largo plazo signifiquen un freno a la salida descomunal de cientos de miles de familias en busca de horizontes promisorios.

El gesto y a la vez defensa de López Obrador se convirtió en un disparo que le salió por la culata: Donald Trump reaccionó como lo sabe hacer él, anteponiendo la irracionalidad y el sin sentido.

Acusó a México de todos los males de su país. Argumentó que su país ha perdido cifras billonarias -en dólares- derivado del comercio entre los dos países. También exigió que de inmediato México elimine la migración de personas a su territorio, y de paso que se impida el tráfico de drogas por las fronteras entre los dos país.

Carta enviada por el presidente de México a su homólogo estadounidense

Lo que significa la reacción de Trump va más allá de la explicación facilona:`Trump ha iniciado su campaña electoral, intentando atemorizar a sus conciudadanos colocándole a México la etiqueta de país catástrofe, y riesgo para los intereses de Estados Unidos”.

La postura de Trump obedece a la historia. A la dominación que aplicó el imperio estadunidenses contra los países subordinados, entre ellos México. La visión y análisis de Porfirio Díaz, sobre la presencia de Estados Unidos en el devenir histórico fueron claros: tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos.

Caravana de inmigrantes centroamericanos hacia EU

Esa fue la calamidad y es la pésima suerte que tenemos los mexicanos de compartir frontera con ellos. Esta descalificación sobreviene, producto, del racismo, de la creencia de la supremacía étnica -herencia de la cultura aria-, del destino manifiesto, de la política expansionista que tuvo consecuencias nefastas para la distribución geográfica de México.

Desde el siglo XVIII se prefiguró esa historia. Con la declaración de independencia estadunidense la voracidad, acompañada de un complejo y estructurado discurso histórico, como vuelvo a repetir, supremacista, México perdió cualquier posibilidad de emprender una ruta de desarrollo y crecimiento, producto del mundo occidentalizado, liberal y democrático.

Y no refiramos el desastre que implicó el proceso independentista mexicano, donde en 40 años se libró un estado de guerra, que retrasó el desarrollo político y económico nacional.

La reacción de Donald Trump se inscribe, sí en la narrativa de un hombre poderoso y desquiciado. Pero forma parte del discurso histórico que se ha inscrito entre las dos naciones: la dominancia y brutalidad estadunidense, y la subordinación mexicana.