Política Inconfesable: Una campaña impune y la gata lora


El presidente Andrés Manuel López Obrador

Rodrigo Villar

 

La emergencia sanitaria, declarada en el mundo por la inmediata transmisión del SARS-II, conocido como Coronavirus, y sus efectos inmediatos en la salud de miles de personas, con la consecuente muerte de casi 12 mil personas del mes de enero a la fecha, ha resultado un apetecible instrumento político para que en México se desacredite al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Gustavo de Hoyos

Es una paradoja que un tema de salud pública, que a todos nos debería mover en el plano de la solidaridad y la unidad nacional, lo haya convertido un sector de políticos, empresarios y líderes de opinión, en una trinchera para hacer ver mal las decisiones y acciones emprendidas por la administración lopezobradorista, incluyendo las posturas y dichos del presidente de la República.

Resulta obvio que no a todos, ni a la mayoría tendría porqué caer bien la personalidad de López Obrador. Es más,  qué bueno que tenga críticos, y muchas de sus decisiones, de por sí cuestionables, sean puestas en tela de juicio por sus opositores.

Lo que resulta inadmisible es la raja política de la que echan mano esos adversarios del régimen del tabasqueño. El instrumento preferido por quienes lo cuestionan y reprueban son algunos medios de comunicación, que en los últimos cuarenta años tuvieron un crecimiento exponencial, derivado de la protección presupuestaria del gobierno, a cambio de sus favores, cuando fueran estos requeridos.

Esta relación de interés y de múltiples complicidades derivaron en la construcción de un entramado de protección propagandística que mucho sirvió a los gobiernos del PRI y del PAN.

Hospitales en Wuhan, China

Durante décadas el gobierno tomó decisiones, muchas de ellas en contra del interés del pueblo, que fueron prohijadas por ciertas estaciones de  radio, televisión y algunos medios de prensa escrita. Cuando se presentaba la crisis o se salían del rango el control de daños algunos temas, esos medios, como maquinaria muy bien aceitada, salían a defender el interés gubernamental.

 

Los resquicios de aquella maquinaria mediática se traducen hoy en día en los portavoces del régimen, tanto priista como panista, que con nombre y apellido endilgan toda clase de crítica y denuestos a la administración federal.

Primero que el Aeropuerto de Santa Lucía, después que la refinería de Dos Bocas, más tarde que el Tren Maya y después el proyecto Trans-ístmico, este último donde nuestro estado se encuentra comprometido.

En fin, nada gusta ni ha gustado al decrépito régimen de priistas y panistas.

Y por tanto menos a sus jilgueros de todos conocidos que fueron jugosamente premiados por aquellos gobiernos.

Ellos son quienes hasta este fin de semana continuaban reprochando las acciones que en materia de salud ha tomado el gobierno federal. Provocan el pánico argumentando viejas fórmulas de propaganda, que contrariamente a lo que vivieron en crisis los gobiernos del PRI y el PAN, nunca plantearon como vías de solución. Es decir, ahora proponen aquellas soluciones que nunca cruzaron en su escenario.

El gobierno federal ha expresado una y otra vez qué dadas las particularidades de la epidemia en México, los calendarios en la toma de decisiones no corresponden a los aplicados en otros países.

La pandemia en China

Es decir, dado el viaje del virus a través de China hacia el resto de países en el mundo, ha resultado posible observar las acciones para enfrentar la pandemia en otras naciones, y eso ha permitido crear un mapa de riesgo en el país.

De eso se derivan las decisiones que se han venido tomando y que a este domingo nos mantienen en la etapa dos (de distanciamiento social) que han resultado en una menor propagación del virus, si se compara con lo que ha venido sucediendo en el resto del mundo.

Efectivamente nadie puede predecir, ni generar una prospectiva que nos permitiera garantizar que habría el menor de los daños posibles. Sin embargo, los expertos y los organismos especializados en salud pública como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han reconocido el trabajo y las decisiones del gobierno de López Obrador.

Otra cosa es que el tufo del golpismo se mantenga flotando en el ambiente de los sectores políticos y económicos, a quienes les molesta la forma en que el actual presidente aborda los problemas. Las fobias y los intereses mezquinos son los que prevalecen entre esa casta divina, que tiene entre algunos afamados comunicadores, a su nata defensora, o mejor dicho, a los cancerberos que resguardan las puertas de sus oscuros intereses.

Ahhh¡¡¡ por cierto la Confederación Patronal de la República Mexicana, COPARMEX (sindicato de patrones), con Gustavo de Hoyos a la cabeza no tendrá metidas las narices en todo este asunto.

Y como dijo la gata lora.